Capítulo 4: ¿Una visita puede convertirse en algo más?
Cuando llegaron la lluvia cesó paulatinamente, aunque a pesar de todo se mantenían bastante tranquilos, o lo hacían hasta que la madre del pelinegro les llevó toallas y preparó un baño con agua caliente, objetando que podrían enfermarse y todas esas cosas.
-En realidad yo estoy bien, ve tú primero, si quieres- Key miró a Jong encogiendo los hombros
-De acuerdo… ¡!- de la nada el platinado se congeló- ¡¡MIERDA!!- gritó a todo pulmón, sin importarle que se desgarrara su garganta o que alguien lo escuchara
-¡¿Qué ocurre?!- el chico junto a él se congeló, pero por su grito tan desmesurado
-Creo… que se ha mojado… lo que llevaba del trabajo- dijo queriendo llorar
-Oh, bueno, eso no importa. No era mucho, después de todo- su tono era desinteresado-, y confío en que acabarás pronto con eso, no tiene mayor importancia. Sólo ve, ¡o vas a resfriarte, Jong!
-Sí, sí. Ya voy, mamá…
*
A la mañana siguiente era el tan anhelado viernes, y Jong se apareció con unas ENORMES ojeras, sí, no había dormido prácticamente nada la noche anterior tratando de terminar a tiempo el trabajo, y aún así estaba en la biblioteca con sus tres amigos que lo habían acompañado en su hora de almuerzo para ayudarlo a terminar lo más pronto posible. Jong ladeada la cabeza de vez en cuando, dando cabezadas como quien tiene narcolepsia, pero se negaba a dormirse, y Taemin, Onew y Minho no iban a permitírselo tan fácilmente.
10 hojas.
9 hojas.
8 hojas.
7 hojas…
¡4 Hojas!
¡Sólo una más para acabar…!
Jong se quedó dormido, chocando su frente contra la madera gruesa y dura de la mesa.
-¡Hyung, no te duermas!- el menor lo zarandeó- Vamos, falta poco, ¡sólo unos párrafos más!- lo animó
-Sí, Jong, unos más y podrás ver a Key, ¡nos espera en el centro!- el rubio se le unió
-No querrás que te patee, ¿o sí?- bromeó el castaño, tomando del cabello al chico- En serio, hombre. ¡Termina el trabajo o le diremos a Key que en verdad no querías ir! ¡¡Y que lo amas en secreto!!
Y eso fue como un balde de agua fría con todo y cubitos de hielos, ¿Minho hablaba en serio o era otra de sus bromas? Mierda. Ahora no tenía tiempo. Cogió de nuevo el lápiz y terminó el hijo de mil… trabajo. Mientras se dirigía a entregarlo para irse (ya no tenía clases, sólo se quedó para terminarlo y entregarlo) su cansada y somnolienta mente divagaba por el anterior momento, cuando Minho soltó esa “novedad”; ¿en verdad hablaba en serio? ¿Era tan obvio? Quería saber si hablaba en serio, pero entonces levantaría sospechas, y no era algo que quisiera mucho que digamos, pero la duda lo carcomía… ¿y si decidían decirle a Key? ¡No, no y NO! Eso NO. Luego de entregar el trabajo, fue a donde estaban aún con esa línea de pensamiento y la renuente de idea de negar cualquier tipo de “amor” o “atracción” hacia su mejor amigo. Quería preguntarles, pero antes se le adelantaron a decir algo que no esperaba.
-Si preguntas si lo que dije iba en serio, pues un poco sí
El platinado se congeló. Entonces sí sabía.
-Bueno, Jong, quita esa cara de sorpresa- bufó-. No es como si fueras muy disimulado, eres muy obvio. No sé como Key no se ha dado cuenta de ello
-Hasta Taemin lo notó- añadió Onew, como si quisiera molestarlo
-¿Y qué quieren que yo hagan? ¿Declararme?- soltó algo irritado
-Es lo más obvio y lógico, idiota- Minho lo acuchilló con la mirada-. Esta mañana, cuando Key se fue, era bastante obvio que te querías ir tras él. Y la otra semana, y la otra, y la ot–
-¡Sí, ya entendí!
-¿Entonces le dirás? Debes hacerlo
-Prefiero mirar de lejos, y estoy seguro que no me correspondería A MÍ- le lanzó una mirada a Onew
-Eh, eh, yo voy tras los huesitos del pollo- se defendió de manera tonta, pero con un tono serio
-¡No seas tonto, Hyung!- Taemin frunció el ceño- Se ve de aquí a Pekín que van bien juntos
-Sí, eso mismo decían de Minho y Sully en 2do año- debido a ese comentario nocivo, el platinado se ganó una mirada furiosa del menor
El momento fue roto por el timbre de llamada de un celular, el de Jong. Contestó con rapidez olvidando su ligero letargo al ver que era él, estaba emocionado por ir a ese viaje, ya que estaría con Key, no a solas, pero algo era algo, ¿no? Sin embargo, las primeras palabras del pelinegro tras el animado saludo de Jong, y la pregunta de dónde estaba, fueron algo desalentadoras.
-Estoy en casa, en cama. Cero que… quizá debí haber tomado esa ducha caliente, y haberme cambiado la ropa. Tengo fiebre 40, mamá no me dejará salir así, lo siento
-Oh, no, no te preocupes. No pasa nada- sonrió con pesadez, sintiendo que de repente le caía otro balde de agua fría encima
-No, yo… lo siento mucho, en verdad quería ir al viaje, y ahora se arruinó todo
-Oye, vamos. No te culpes por eso. Sólo preocúpate en mejorar. Siempre podremos ir luego, ¿no?
-Sí, supongo. Bueno, hablamos luego
-Sí, cuídate, Key- dijo justo antes de colgar
Soltó un pesado suspiro, se sentía algo triste después de todo. No podría ir al viaje con Key, ni con los demás. Se sentó en la banca, cansado, y recargó su cabeza del hombro de Jinki, quien no protestó en lo absoluto. Todos lo miraban esperando a que les dijera de qué habían hablado.
-Key tiene fiebre alta y no se siente bien. No podremos ir al viaje de mañana
-Que mal, lo esperaba con ansias- el que era usado como almohada se desinfló bastante
-Espero que Umma esté bien- el castaño parecía preocupado-. ¡Oh! ¿Y si vamos a visitarlo? Podría animarlo un poco, ¿no? Dudo que le guste estar solo ahora- agachó la cabeza, pensando en mil y un cosas por segundos
-Sí, bien podríamos ir a visitar… oh- Minho sonrió como si se le acabara de ocurrir un plan perfecto. Soltó una risilla maliciosa, dándole miradas cómplices a Tae y Jinki, que captaron al leer sus labios
-¡Genial!- exclamó entusiasmado Taemin
-¿Qué?- el platinado volvió a la realidad de golpe. Estaba letárgico por el sueño, muy letárgico
-Nada, vamos a ver a Key, y tú vendrás con nosotros
Sin esperar a que dijera una sola palabra de protesta o afirmación ya lo llevaban a rastras hasta la parada de buses. No era como que le apeteciera oponerse de todos modos, el sueño era mucho, y las ganas de ver a Key también eran grandes. En la última semana ellos dos habían estado juntos mucho tiempo, así que el hecho de que de un momento para otro no se vieran por el resto del día ni la semana, hacía que… se pusiera un poco mal. Tenía la enorme necesidad de ir y quedarse con él por un largo rato, aún si fuese sólo a verlo dormir, pero tenía que verlo. Con esa línea de pensamiento se dejó arrastrar hasta el ómnibus y la casa de Key. La madre del mismo los recibió, indicándoles dónde estaba Key y que estaba despierto, y, efectivamente lo estaba. Cuando entraron se quedó asombrado unos segundos, pero luego sonrió.
-Debí suponer que iban a venir- se sentó en la cama con una ligera mueca
-¡Ni que dudarlo!- afirmó con una enorme sonrisa el rubio, como siempre (¡¿Es que a Onew no le duelen las mejillas de tanto reír?!)
-No íbamos a dejarte solo- Minho se sentó junto a Onew en un pequeño sofá que había en la habitación de la “Divaza”, y Tae se quedó en una silla junto a ese mueble, Jong, por otro lado…
-Jong, ¿estás bien? ¿Jong?- el amante del pollo lo miró parado en el umbral de la puerta
-S…- ni siquiera alcanzó a decir la palabra completa cuando cayó junto a la mesita de noche- venga… dormiré aquí… unos minutos…
Todos abrieron los ojos de par en par. Quizá deberían dejarlo dormir, probablemente…
-Eh, Onew, ¿entendiste lo que vamos a hacer?- preguntó Minho en un tono bajo, mientras el menor hablaba animadamente con Key
-Sí, más o menos
-Bueno, nos salimos de aquí y los dejamos solos, así de simple. Di que tienes un compromiso, o algo que hacer que casi olvidas…
-¡Oh, rayos!- el rubio se levantó del mueble de golpe, haciendo caer a Minho- Casi lo olvido, debo pasar a recoger unas medicinas para la abuela, prometí hacerle el favor- parecía bastante alterado-. Nos vemos luego, ¡adiós!- y salió corriendo por la puerta
-“Wow, qué actuación”- aduló mentalmente el castaño- Oye, creo que en un rato debo irme a casa, ya sabes, si llego muy tarde me interrogarán y eso, ¿no te molesta?
-No, para nada. Entiendo a la perfección- asintió con una sonrisa, volviendo a su conversación con Tae
Luego de unos minutos Minho se fue a su casa, y al rato Taemin fue a su casa también. En la habitación sólo quedaban Jong y Key dormidos, ambos en la misma cama. Luego de haber caído de platanazo* contra el suelo entre Onew y Minho lo subieron a la cama como pudieron, para que al menos no se quedara ahí tirado.
*
Abrió los ojos, mostrándose confundido al ver que esa no era su habitación, y que junto a él, colgado de su cuello, estaba cierto pelinegro plácidamente dormido. Su rostro se encendió en rojo como un semáforo diciendo “¡Alto!”, intentó apartar a Key de él, pero no quería despertarlo, y tampoco abrazarlo: 1, porque se daría cuenta de que algo “raro” pasaba. 2, porque la cercanía podría subirle la fiebre y no quería eso de ninguna manera, aún así, ya estaban bastante cerca. Observó tu rostro de nuevo, esas facciones que lo atrapaban, y sus labios… varias cosas pasaron por su cabeza, y terminó mordiéndose el labio inferior. Sacudió la cabeza con vehemencia, intentando apartar esos pensamientos de su mente como si fuesen algo que jamás haría. Sin embargo su movimiento hizo que el más alto se removiera un poco en la cama, acercándose un poco más y poniéndolo nervioso, pero nada se comparó con el nerviosismo que lo abordó cuando Kibum acabó sobre él, abrazándolo por el cuello, con sus rostro bastante cerca. Volvió a morderse el labio inferior.
-Será… algo rápido…- susurró nervioso, y tan bajo que apenas él pudo oírse
Tomó una bocanada de aire y se acercó a su rostro, depositando un suave beso en la comisura de sus labios antes de hacerlo rodar para sacarlo de encima. Si seguían así… quizá acabaría mal todo. Y, aún así, no se despertó para nada. Pero, cuando Jong se levantó de la cama despertó de inmediato. Eso por un momento lo hizo pensar que estaba fingiendo.
-¿Ya te vas?- preguntó algo somnoliento
-Lo siento, no quise despertarte
-No importa. Pero, ¿te vas?- volvió a hacer la pregunta, con una expresión triste, aunque se debía al sueño
-… Yo… ehm… p-puedo quedarme más, si… s-si quieres- tartamudeó algo nervioso por lo que pudiera pasar, o lo que se encontraría al girarse
-Sí quiero que te quedes- afirmó, saliendo de la casa, tambaleándose-. Pero, sería egoísta, ¿no tienes que descansar? Y también está el trabajo…
Lo interrumpió, con una ligera sonrisa al ver lo tierno que se tornaba a solas- Primero- lo afirmó de los hombros, dejándolo sentado en el borde de la cama. Sin soltarlo ni alejares, sólo lo observó a los ojos como si quisiera decirle eso, en ese momento… pero, no podía, las palabras se ahogaban en su garganta
Por otro lado, Key no estaba mejor; en su posición actual se sentía algo expuesto, sentado en el borde de la cama, con Jong afirmándolo de los hombros firmemente como si tuviera miedo de dejarlo caer, pero con delicadeza, tal como si estuviera hecho de cristal muy frágil. Se comenzaba a sentir aletargado, embriagado por el ligero aroma que desprendía la ropa del platinado. Se estaba perdiendo en su mirada, también, como un hechizo que los mantenía unidos y silencio mientras sus miradas estuvieran juntas, de lo contrario todo acabaría y esa agradable atmósfera de esfumaría, escurriéndose entre sus manos como si fuera agua cristalina y pura: sus sentimientos. Cerró los ojos, y sin pensarlo dos veces se levantó, abrazando al platinado. Fue simplemente eso, un abrazo cálido y agradable, sin segundas intenciones u otras líneas de pensamiento que no fueran “Te quiero”. Jonghyun, a pesar de sentirse confundido y descolocado, e incluso algo incómodo por esos pocos centímetros que lo acomplejaban, correspondió sinceramente al abrazo, estrechando el cuerpo del pelinegro con fuerza, pero al igual que antes, con mucha delicadeza; en verdad tenía algo de miedo, miedo de que no fuera real, y no quería tratarlo de manera brusca, pero tampoco que flaquearan sus piernas y brazos, y acabara siendo todo una ilusión. Así que se aferró a él en ese abrazo que duró todo el tiempo del mundo, pues en sus mentes el reloj se había detenido y el tic-tac ya no se oía. No existía nada. No existía el tiempo. Sólo ellos, y esos sentimientos que gritaban, luchando por salir de sus gargantas y corresponderse.
Sin embargo… ese momento murió ahí. Y esas palabras volvieron a hundirse en el fondo de ese turbulento lago de emociones. Ninguno habló.