Capítulo 7: Esto NO es una coincidencia.
El pelinegro alzó la vista de sus deberes, mirando a Jong con una expresión seria.
-¿En verdad lo quieres saber?- sus facciones se suavizaron, dando paso a un rostro que suplicaba una respuesta negativa
-Sí- dijo con firmeza-. Quiero saber a dónde te vas
-¿A dónde iré, dices?- repitió las palabras con risa de amargura- No lo sé. Aún no lo sé- mintió con una despreocupado encogimiento de hombros, para acto seguido volver con la tarea-. A todo esto, ¿Por qué la pregunta repentina?
-Curiosidad- murmuró, observando al chico desde el sofá
-Mm, ya veo…
Esos silencios tan incómodos, últimamente aparecían y se prolongaban más de lo habitual y humanamente soportable. Era molesto, pero nunca ninguna se atrevía a decir algo para romper el silencio. ¡Ya había pasado una semana! Ambos deberían ya dejar de pensar en lo que ocurrió fuera del restaurante y hablar de una vez por todas, pero no. Porque Jong era muy cobarde para hacerlo, y Key seguía sin “tener un motivo” para lo que fuera que tuviera que ver con Jong. No sólo aquello del restaurante, también sobre aquel día que ambos quedaron solos en la casa, y Onew apareció de la nada; ¿Qué habría pasado si no hubiese vuelto? Si Onew no hubiese regresado, quizá las cosas no serían así ahora. Más tensas, más sueltas. Como sea que fueran, no lo sabrían, porque Onew SÍ había regresado, SÍ había interrumpido algo, y NO volvieron con el tema, mucho menos intentaron siquiera sacarlo a flote. Ambos sabían que estaban siendo estúpidos, pero de nuevo ninguno estaba dispuesto a dar el primer paso, ni retroceder. Ni lava ni presta batea, justo así.
-¿Puedo preguntarte algo?- el pelinegro asintió- ¿Por qué a veces eres así?- suspiró con pesadez
-¿Así? No sé de qué me hablas, Jong- alzó la mirada para verlo mejor. ¿Cuándo… Cuándo se había acercado tanto a la mesa?
-Eres tan antipático cuando estamos frente a todos, tan arisco como un gato. Sin embargo, cuando estamos solos, eres completamente diferente- lo miró a los ojos, escudriñando en su alma. Kibum sintió un roce cerca de su mejilla, ¿Cuándo había llegado su mano hasta ahí?
-… A-Alucinas…- murmuró con voz forzada. Le tocaba tragar en seco ante aquella cercanía repentina, y aquel roce
Jong clavó su mirada como una daga filosa, entrecerrando ligeramente los ojos- Siempre has sido así, ¿no? Desde que nos conocimos en primaria. Eras tan indiferente conmigo cuando había más gente- habló cada vez más bajo, sólo para ambos
El pelinegro comenzaba a sentirse asfixiado, ¿Cuándo su rostro había estado tan cerca? No, ¡¿Por qué siquiera sus rostro estaban cercanos?! El nerviosismo que sentía aumentó, impidiéndole siquiera hablar, ¿Cómo se hacía eso? ¿Cómo se respiraba? ¡¿Cómo?!- En serio, alucinas…- murmuró como pudo, tratando con todas sus fuerzas no trastabillar
-¿Vas a negar que sí?
-Ya está bueno, vale- gruñó, desviando la mirada con las mejillas rojas-. Estás raro, Jonghyun- suspiró, calmándose un poco
-¿Raro? ¡¿Yo?!- abrió exageradamente, como si aquello que acabara de decir fuera un disparate. Soltó una risa- Sí, quizás tengas razón. No sé qué es lo que pasa- se rascó la nuca, sonriendo nervioso
-Uhh- suspiró-. Quizá deberías ir a una fiesta, ¿no? relájate, y deja de ponerme nervioso a mí
-Oh- sonrió sugestivamente-. Conque te pongo nervioso, ¿eh?
-¡Y-Ya está bueno, dije!
-Vaale~, Bu~mie~~
-¡Ya deja de sonar tan gay!
-¡Oh, hieres mis sentimientos!
-¡Que te calles!
-Te vas a quedar piel-roja, Bumie~
-¡¡JOOONG!!
-¡JAJAJA!
*
Soltó un suspiro de cansancio y alivio, lanzándose boca abajo sobre la cama, causando así que las sábanas lo envolvieran al verse hundidas. Gruñó por lo bajo, bufando, ¿Por qué tenía que haberse fijado en él? ¿Por qué precisamente en él? Era molesto, y también algo astillante que la persona de la cual estás “enamorado” no voltee a mirarte de esa misma forma o similar. Tomó las sábanas, envolviéndose como un gusanito en su capullo, sin embargo él no iba a emerger así de la nada como una mariposa. No iba a ser así de rápido y fácil. Tomó la almohada, colocándola debajo del costado de su cabeza para luego volver a cerrar el capullo de sábanas que lo separaba de la realidad. Pretendía dormirse, para soñar con aquel mundo donde vivía con Jong, estaban felizmente casados… una completa fantasía. Su viaje al mundo onírico se vio interrumpido por la intromisión de su señora madre en su cuarto.
-Hijo, voy a ir a la casa de tu tía para ayudarla con la bebita- informó-. ¿tú piensas salir?
-No, mamá- dijo, su voz sonaba un poco ahogada por las sábanas
-¿Qué has dicho?- se acercó a la cama, sentándose en el borde
-Que no voy a salir. No tengo nada planeado, además, es día de semana. Entro temprano mañana- obvió con el ceño fruncido, claro que su madre no podía verlo a través de las sábanas
-De acuerdo. Voy a dejarte la llave, y si vas a salir me avisas, ¿sí?
-Sí, señora…
-Bueno, me voy. Cuídate y no hagas desastre. Hasta mañana- se despidió
-¡La luz!- gritó, sin embargo su madre ya había salido. Soltó un ligero bufido. Estaba tan cómodo entre las sábanas, e imaginando que sería Jong… y tenía que parase a apagar la jodida luz
No. De todos modos dentro del capullo estaba bastante falto de luz, pero no eran lo suficientemente gruesas como para desviar el frío aire que entraba por la venta abierta. Volvió a gruñir. Vale, el frío no era problema, no era problema.
Comenzó a sonar su celular. No era problema, no era problema. Cuando se calló, volvió a sonar con más insistencia. No era problema, no era problema, no era problema, no era pro…
-¿Quién es?- dijo duramente con un gruñido una vez que salió de su cómoda guarida de los sueños
La se antojaba de llamar y enviar mensajes cuando más indispuesto estás.
-Oh, Key, lo siento. ¿Estaba ocupado?- era Onew, ¿y para qué rayos llamaba?
-Sí, estaba durmiendo- gruñó
-Ahh, como lo lamento, no quería despertarte
-No importa. Dime, ¿llamabas para…?
-¡Oh, sí! Quería ver si estabas libre esta noche
-Sí, lo estoy
-Qué bien, ¿quieres salir conmigo?
-Tch, ¿ahora?
-Sí
-… ¿A dónde?- preguntó, en realidad no tenía muchos ánimos, pero era eso o quedarse en su habitación a fantasear
-Una fiesta
-Ahh, vale. Iré- suspiró resignado-. ¿Dirección?
Luego de algunos minutos el pelinegro salió de la casa tomando las llaves.
-Bueno, mamá. Al parecer sí saldré hoy- murmuró, enviando el mensaje
*
Revisó el número del departamento que le había indicado Onew, era el único que estaba lleno de adolescente ebrios y música a máximo volumen, pero igual quiso confirmar. A penas entró el inconfundible olor a licor y vodka mezclados se invadió las fosas nasales, ¿desde cuándo estarían ya en esas? A penas eran como las 9 de la noche, ¿Qué quedaría para el resto de la noche? suspiró. Quizá no debería haber ido a ese lugar. Justo cuando estaba considerado darse la vuelta para irse a su casa otra vez el rubio apareció, tomándolo del brazo y arrastrándolo entre toda la gente sin decir ni pío. Bueno, le tocaba quedarse un rato, al menos, hasta que lo dejara ir.
-Va, Jinki- suspiró, sentándose en el sofá grande que había ahí-. ¿Sabes? Pienso que quizá debí quedarme enrollado en mis sábanas, soñando con Bling- bufó
-¿Con Jong?- arqueó una ceja con una sonrisa de lado
-Esa sonrisa no me gusta- tomó un trago de lo-que-sea que le habían pasado hace segundos-. Ahg, Vodka- gruñó, aunque debía haberlo previsto-. Jinki, jamás mencioné a Jong, puedo referirme a muchas cosas
-Sí, lo que digas. Es bastante obvio- murmuró
-¿Qué cosa es obvia?- frunció el ceño, observando amenazante a su amigo
-Ahh, yo nada. Sólo pensaba en aquella rubia que está bailando sola- señaló a dicha chica-. Oh, creo que iré con ella- se levantó, y sin siquiera avisar o decir algo fue a mezclarse con ese montón de gente
-No, espe… rayos- bufó
Mira que invitarlo a un lugar así y luego dejarlo solo es… ya se las pagaría por haber irrumpido su paz de capullo de mantas. Tomó algunos sorbos más a la bebida, y cuando estaba por acabársela, notó que alguien se sentaba a su lado, no le tomó mucha importancia, hasta que sintió a esa persona abrazarle tan despreocupadamente. Frunció el ceño, alejándole bruscamente.
-¿Quién…?- estaba dispuesto a quejarse, pero calló de sopetón al ver quien era
-Hola- sonrió, mirándolo con un brillo peculiar en los ojos
-¿Jong? ¿Qué haces aquí?