Capítulo 2: Nunca me dijiste nada sobre eso
Estaba abrazando el delgado cuerpo de Key, aspirando su aroma, disfrutando de su suave tacto, de sus labios que hace mucho lo llamaban para que los probase. Lo besó una y otra vez, con vehemencia y ganas de sobra. Acarició su espalda desnuda desde los hombros hasta la zona del Cóccix, deteniendo el camino de sus inquietas manos ahí. Si lo pensaba bien, eso era demasiado bueno para ser verdad, ¿o no? ¿Estaba pasando o alucinaba? El sonido de la campana lo atrajo a la realidad de golpe, encontrándose en medio del aula de clases, donde el profesor lo miraba con el ceño fruncido y a su lado un pelinegro parecía querer golpearlo. Todos fueron saliendo del aula exceptuando a los hermanos Kim. Luego de quedarse viendo a la nada como un idiota, Jong reaccionó, cayendo en cuenta en dónde estaba.
-¿M-Me dormí?- preguntó, aún ido
El pelinegro soltó bufidos y gruñidos, tomando sus cosas y saliendo del salón de clases junto al platinado que lo seguía mirando, esperando una respuesta.
-Sí. Te quedaste dormido, con una cara de idiota- escupió las palabras ácidamente. Estaba molesto-. Soñando en quién sabe qué pornerías. ¡Y para colmo, te has dejado el trabajo en la casa!- decía cada palabra con más ira que la otra
-Lo siento…
-¡Lo siento, nada, Jong!- se detuvo en seco, mirándolo directamente a la cara con el ceño fruncido desde lo más profundo de su ser- Ahora debemos venir el viernes para hacer la remedial, y eso nos va a quitar tiempo, ¡UHG! Eres un caso- lo tomó de la mano y siguió caminando, molesto, pero un poco más calmado conforme avanzaba
-Pero… ¿Qué hay el viernes?- musitó aún sin entender ni recordar de qué le hablaba el pelinegro
Cuando llegaron afuera Taemin, Onew y Minho ya estaban hablando y hasta almorzando, cosas que dejaron de hacer para verlos en silencio, y luego al agarre de sus manos, con el cual soltaron miradas pícaras, chiflidos, haciendo enfadar a Jonghyun y recibiendo una sonrisa algo siniestra por parte de su acompañante, así que callaron, intimidados por ese gesto.
-¿Por qué esa cara de pocos amigos?- el rubio los miró con una sonrisa tranquila
-Porque ALGUIEN- Key volvió a ver a su platinado amigo con el ceño fruncido, luego volvió su vista a Onew- se olvidó de la tarea, y ahora tendremos que hacer la remedial del viernes, ¡y no vamos a salir temprano!- gruñó frustrado y aún molesto
-¡Oh, no!- el menor bufó bastante decepcionado- Entonces no podremos hacer lo que teníamos planeado para el viernes por la tarde
-¡Lo sé!- seguía el pelinegro, a punto de una pataleta
-Eh, esperen- interrumpió el platinado-, ¿de qué están hablando? ¿Qué pasa el viernes?- su pregunta dejó a todos perplejos
-¡TONTO!- Kibum golpeó a quien había formulado la pregunta
-¡KHM!- cayó al suelo estrepitosamente, y no sabía que sobarse primero, si el coscorrón de Key o el golpe en la espalda de la caída
-¡Hyung!- el menor se horrorizó y sorprendió al mismo tiempo- ¡Key Umma, más cuidado!- le reprochó, mientras los otros dos sólo estaban con las mandíbulas desencajadas
-¡Maldición, Key, qué duele!- se levantó con dificultad del suelo, sobando su cabeza, y su espalda al mismo tiempo
-¡¿Cómo es que puedes olvidar tu propio cumpleaños?!- gritó el pelinegro casi cegado por la rabia
-¡Joder, pero cálmate, hombre!- el rubio y el castaño tomaron al pelinegro de un brazo cada uno
-El viernes no es mi cumpleaños- negó el platinado-. No puede ser
-¡Pues claro que no es el viernes tu cumpleaños, idiota!- gruñó intentando zafarse del agarre de sus dos amigos- Porque es HOY- vociferó
-Pero… ¡¿en serio?!- abrió los ojos de golpe, buscando su celular en sus bolsillos, y viendo en la pantalla la fecha
Miércoles 8 de abril. 11:37 pm.
Ahora el boquiabierto era Jong. ¿Cómo había podido olvidar SU PROPIO cumpleaños? Hasta ahora había olvidado algunas veces el de sus primas, su hermana (y aprendió la lección de no volverlo a hacer), pero jamás había olvidado el suyo propio… hasta ahora. Soltó un suspiro, recordando también lo que iban a hacer el viernes.
Estaba en la sala principal de la casa de Taemin, su madre y su padre habían salido a cenar y Taesun había ido a la casa de unos amigos para hacer un trabajo, y como el menor no quería estar solo todo el rato llevó a los demás a su casa después de la escuela. Habían estado charlando un rato, haciendo algunas tareas y planeando cierto evento que estaba próximo, el 8 de abril, cumpleaños de Jonghyun.
-Entonces, ¿vamos a celebrarlo en casa de Jong Hyung?- el castaño miró curioso a los demás
-¡Sí! ¡Fiesta en casa de Jong!- a Key se le iluminaron los ojos
-¡¿Qué?! ¡No! ¿Quieren que mi madre me mate?- el platinado movió las manos de manera dramática y exagerada
-Ohh. Qué pena que mi suegra sea así, ¿no?- le dedicó una mirada sugerente, pero bromista, al peli-platinado
Este parpadeó un par de veces, como si intentara buscarle sentido a esas palabras, reproduciéndolas una y otra vez en su mente.
-¿Suegra?- soltó arqueando una ceja
-Jonghyun y Key son novios, sólo que Jong no lo sabe- Minho miró divertido al platinado, y acto seguido todos estallaron en una carcajada, excepto Jong que mantenía un rostro serio, con un leve rubor, y gritándole a todos por dentro
-Vale, vale. Que es sólo una bromilla; soy demasiado para ti- el pelinegro sonrió con arrogancia, colocando sus manos en sus caderas
-¿Qué? ¿PERDÓN?- arqueó una ceja, dispuesto a seguirle la corriente y calmarse un poco- Creo de hecho YO soy MUCHO con DEMASIADO para ti, Kibum. Y hay mejores- Jong lo imitó, lanzándole una mirada algo retadora
-Oh, yo pensaba que me preferías- se encogió de hombros-. Bueeeno, tendré que conformarme con Onew- soltó un suspiro de resignación
-¡Oye! ¡¿A que te refieres con “conformar?!- protestó el rubio, sin embargo fue olímpicamente ignorado
-¡¿Qué?! ¡¡¿Onew?!!
-¿Celoso, Jong?- Key esbozó una pícara y provocativa sonrisa
Mientras se mantenían la mirada, Onew protestaba para ser escuchado, Minho y Taemin ya habían traído un bote con palomitas de maíz- Esto se pondrá bueno- dijeron al unísono mientras se comían un puñado de palomita
Y, luego de ese “lapsus”, Jong volvió a pisar Tierra.
-Pero nunca acordamos en dónde ni cuándo. Y en mi defensa tengo mala memoria- se excusó encogiendo los hombros
El pelinegro se frotó el puente ente sus cejas, como quien acomoda sus gafas. Soltó un suspiro, rogando internamente por algo de paciencia para no lanzarse a estrangular a su amigo con la memoria de Dory el pez(?), al final se corrió el cabello hacia atrás y soltó otro respingón. ¡Como lo sacaba de quicio!
-Bueno, sea que lo recuerdes, O NO, nos encontraremos en el centro, a las 2, ¡si llegas tarde…!
-… me patearás, me sé ese cuento desde que estábamos en 5to grado
-Que bueno que me conoces, Jong- el pelinegro sonrió con su rostro ligeramente inclinado hacia sus manos juntas
-Tus cambios tan repentinos, por cosas tan pequeñas, me asusta un poco a veces. Eres tan Divaza
-¡Oye! ¡Repite eso, Kim Jong Hyun!- gruñó con el ceño fruncido
-Oh, que eres una Diva, ¡una igual que la Divaza!- comenzó a correr
-¡¡Vuelve aquí!! ¡No huyas, cobarde, no huyas!- Key comenzó a correr detrás de él por todo el patio de la escuela
-Eso es amorsh~
-Creo es la ira de Key, y sus ganas de perseguir a Jonghyun. No lo matará- el rubio se encogió de hombros
-¡Jinki… no creo que eso pase, y de todos modos hay un hospital a 3 minutos de aquí- bromeó Minho
-Claro, y tú lo llevarás, ¿cierto?
-… ¡Key, cuidado con Jong!
Y, esta vez, Taemin y Onew soltaron una carcajada.
*
Vaya, al final no había recordado su propio cumpleaños siquiera, y tampoco los planes que sus amigos habían hecho en la casa de Tae hace varios días. En verdad, ¿Dónde tenía la cabeza? Al parecer en alguna galaxia distante ya que ni siquiera notó la cabellera oscura que iba caminando a su lado con la mirada pensativa, sino minutos después de haber dejado la institución. Se percató de algo: ambos iban en la misma dirección, a la casa de Key, probablemente para hacer los cuestionarios para la semana entrante, y tener así el fin de semana libre para ir a la casa de Minho. Él parecía tomarse bastante en serio los planes para el sábado, a pesar de que no era tan necesario, y se lo hizo saber.
-Sí es necesario, y por una vez quiero ir ahí con ustedes- hizo un puchero, frunciendo ligeramente el ceño y desviando la mirada
-¿Y por qué ahora?- no pudo evitar cuestionar eso, había soltado las palabras sin pensar
El pelinegro lo mirón, con una expresión serena y algo sorprendida.
-Si no quieres podemos cancelar, e ir otro día
-No, no. Está bien el sábado, así podre descansar de estos condenados trabajos, exámenes y talleres- se estiró un poco cuando notó que habían llegado
Una alegre sonrisa se formó en los labios del más alto mientras abría la puerta y miraba a Jong.
-Tuviste una gran idea, y me parece lindo que sea por mi cumpleaños- dijo una vez entraron, dejando su mochila en uno de los muebles para tirarse en otro con pesadez y cansancio-. Estoy tan cansado…- musitó casi en un suspiro
-¿La caminata, nuestra persecución, o que estamos en el peor momento de clases?
-… Un poco de todas, en realidad los últimas dos- soltó un bostezo, cubriendo su boca y tomando un cojín-. Dormiré… sólo unos minutos…
-Oye, no– Jong…- soltó un suspiro de resignación al ver que era inútil intentar cualquier cosa, ya que había caído rápido en los brazos de Morfeo. Una diminuta sonrisa se formó en su rostro- en verdad, tú no tienes cura- se sentó en el mueble de al lado, tomando uno de los cuadernos de su bolso para ubicar las preguntas de uno de los cuestionarios
Podía dejarlo dormir un poco, se veía cansado, y no le molestaba la idea de verlo mientras lo hacían. Jong se veía en verdad tranquilo y sumamente atractivo ahí dormido. Lindo, sería una palabra para describirlo. Rápidamente apartó su mirada de él, no sólo porque se estuviera entreteniendo y perdiendo el tiempo, también sentía que podría despertar en cualquier momento, y sería una situación algo incómoda, considerando que era renuente a la idea de confesarse; si el otro lo quería, que diera él el primer paso. El resto de la media siguiente la pasó resolviendo ecuaciones mientras el platinado dormía plácidamente con esa expresión cautivante que hacía a Kibum soltar algún que otro suspiro, y al final lo despertó para que almorzaran juntos antes de irse ya que se había algo tarde y no vivían precisamente cerca. El resto de la tarde y noche la pasó el pelinegro haciendo tarea de más, para intentar sacar ideas y conclusiones sobre eso que sentía por su amigo, si lo hacía sabía a la perfección que no iba a parar hasta que su mente se saturara hasta el 10.000 por ciento (Lo siento, no puedo hallar ese símbolo), y acabaría por no dormir ni un poco. Aunque , de todas formas, no pudo conciliar el suelo muy bien, la sola imagen de Jong durmiendo era suficiente para que su mente se diera un postín enorme en desconectarse para dormir.
-Te quiero…- susurró una vez pudo conciliar algo de sueño, y desconectó sus pensamientos con esa frase y una sonrisa alegre
Viajó al mundo de los sueños, donde ya estaba felizmente casado con su Jong, y vivían juntos como una pareja.