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Helios por desire nemesis

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6 Desastre

 

Pasado un tiempo en que las cosas fueron calmas y felices para los dos ocurrió aquello tan difícil de mencionar y mucho más de vivir.

 

Asolados por muchos años, los territorios más allá de las montañas sufrían una peste mucho más insidiosa que una enfermedad y tan difícil de parar como esta.

 

Llamados “Arracimeros” por la gente cundían por los valles y caminos. Se ocultaban de la presencia de los viajeros y cuando estos menos esperaban se lanzaban sobre ellos para quitarles todo, inclusive la vida.

 

Un grupo de estos había estado rondando los caminos aledaños a la propiedad Pegasus y ante el ir y devenir de personas tramaron capturar alguna presa fácil. Observaron que cierto rubio visitaba la mansión todos los días gozando de libre entrada y lo confundieron con algún pudiente amigo de la familia al averiguar que era hijo de un doctor.

 

Ese día lo esperaron ocultos entre la maleza y al pasar junto a ellos le capturaron e internándolo dentro de ella le reclamaron sus bienes. Enfurecidos descubrieron que se trataba de un joven de clase pobre y que pese a que su padre era doctor eran de condición humilde. El líder de los delincuentes se enojó con el que mandara a por información al pueblo por incauto y luego tornó su furia contra Wheeler.

 

¡Así que no eres más que un servil de esos ricachos!—le espetó el greñudo líder sin misericordia en los ojos—Pues vamos a ver de que te sirven tus amiguitos cuando los necesites de veras—

 

Dos de los arracimeros lo sostenían de los brazos y lo sostuvieron mientras horrorizado el ojos mieles veía como el greñudo se iba en su contra portando una espada que descargó contra una de sus piernas cercenándola desde el muslo. Luego levantó esta otra vez y cortó también la otra ante la impávida mirada de los otros y mientras oía los aullidos del rubio que no terminaba de creer lo que estaban haciendo.

 

Entonces cuando estuvo apoyado en sus sangrantes muñones el líder sonrió con malévola satisfacción y levantó de nuevo su arma para terminar cercenando de igual manera los extendidos brazos del muchacho.

 

Todos se fueron mientras largaban grandes risotadas como quien cuenta un gran chiste mientras el rubio que a medias les veía desde el suelo donde yacía porque ya la pérdida de sangre atacaba su conciencia. Lo último que vio de ellos fue sus espaldas mientras se alejaban y sus risotadas llamativas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Uno de los peones de Pegasus oyó las risotadas y vio al grupo con recelo mientras se alejaban de un monte cercano y curioso se acercó a ese lugar encontrando la horrenda escena. Dio la alarma y atendido de inmediato el rubio pudo salvarse.

 

Seto estaba esperando en el salón la llegada de su rubio cuando el alboroto en el exterior llamó su atención y cuando acudió a ver que pasaba preocupado porque otra vez Joseph tuviera problemas para entrar. Por un momento solo vio a los empleados de su tío ingresar cargando algo pero un momento después cuando lo pasaron por su lado pudo ver la cara medio manchada de sangre de Wheeler.

 

Lo dejaron sobre la mesa de la cocina para horror de Kai quien fue a por toallas por petición de Aramis. Athos entró entonces y Kaiba se le fue encima pidiendo explicación con un aire brutal a asesino.

 

¿Qué le hiciste?—exigió saber.

 

¡Nada señor! Yo recién me entero al ver ingresar el cuerpo—dijo el subordinado y el castaño tan sorprendido porque hablaran de Joey como si estuviera muerto lo golpeó.

 

Otro peón alejó al joven amo del hijo del lugarteniente y le explicó--¡Es verdad, su merced! Yo los vi. ¡Eran tres! Creo que eran arracimeros. Athos nada tuvo que ver—

 

Seto se deshizo de las manos que le mantenían aparte con un cruel gesto después de que el otro sintiera que estaba un poco más relajado.

 

Entonces volteando el ojos azules acudió al lado del otro y Aramis le dijo—Está debil pero tal vez sobreviva. Aunque… no sé si eso es lo que quiera—miraba triste al ojos mieles.

 

Kaiba no podía creer lo que veía. Sus extremidades eran solo muñones. Su ropa y vendajes empapados de líquido carmesí solo daban un aspecto más horrendo a la escena.

 

Después de un rato el que habían enviado por el padre de Wheeler volvió con el preocupado médico que trajinó por un buen rato para salvar la vida de su hijo.

 

Pegasus al volver de visitar a su amiga se enteró del acontecimiento y se preocupó por la situación.

 

¡Tío, os ruego que dejéis que Wheeler se instale aquí mientras se repone! ¡Sería lo mejor en su estado!—pidió el castaño.

 

Sorprendido el pelilargo aceptó y dispusieron de una habitación para él donde por dos días permaneció inconsciente y cuando se recuperó, al ver lo que en verdad le había pasado su depresión se notó muy aguda.

 

Si por una simple cicatriz en la cara su carácter se había vuelto tímido y huidizo… ¿Qué pasaría ahora? Se preguntaba su padre.

 

Seto fue a visitarle pero le dolía verle así que no le miraba directamente lo que pese a hacer lo mismo el otro notó en breve. Pese al parlamento que intentaba ser calmado y llevarlo a pensar en otra cosa que no fuera su nueva condición Joseph pudo notar que algo se había quebrado en el trato que ambos compartieran y se mantuvo silencioso hasta que el otro optó por dejarle solo.

 

Lleno de autocompasión primero y frustración y enojo después el rubio recordó las caras de sus atacantes, su actitud, sus palabras y rememoró los crueles hechos que le llevaran a su actual estado.

 

Estaba tan furioso que de pronto se vio deseando poder tomar sus vidas. Una desconocida furia invadió su interior tomando por completo su mente y por un momento deseó tenerlos cerca.

 

¡Si pudiera tenerlos a mi alcance yo…!—dijo con voz rasposa mirando hacia el frente y en ese momento estiró una inexistente mano hacia el frente imaginando con ira que allí se hallaban los que tanto mal le hicieran y de un momento a otro un fuego frugal brotó en ese determinado lugar.

 

El fuego cundió por las cortinas. Uno de los empleados alertó del fuego cuando lo vió por la ventana y sacando al joven apagaron la habitación que en minutos quedó medio derruida.

 

Molesto Maximiliam discutió acaloradamente con su sobrino en presencia de sus empleados, el médico y el paciente.

 

¿Has visto lo que se consigue dando albergue a desconocidos? ¿Veis lo que tengo que aguantar por ser un buen samaritano? ¡Mi casa está medio destruida! ¡No sé si pueda repararla para la llegada de vuestra prometida apropiadamente!—le dijo.

 

Joey sintió que algo se rompía en su interior. Algo de lo que quedaba mientras su padre acongojada pedía excusas al dueño de casa y juraba que se haría cargo de pagar los daños.

 

¡Por supuesto que lo haréis y vos y vuestro hijo es mejor que retornéis a vuestro hogar!—le dijo el pelilargo mientras Seto se preocupaba por lo que oyera el otro y el doctor tragaba bilis mientras con su dignidad dolorida asentía.

 

 

 

 

 

Joseph permaneció por varios días sin hablar y cuando apareció el castaño a interesarse por él no quiso verle.

 

Seto no sabía que hacer. Quería explicar pero entendía que no era el momento y se fue.

 

Dos días más tarde mientras aún pensaba en la extraña escena en la casona de Pegasus Joey miraba concentrado un lugar del jardín donde fuera sentado en una silla por su padre a petición de él.

 

Quería investigar algo y concentró sus fuerzas por lograrlo sobre el pasto pero no pudo. Luego de un rato pensó en los hechos que le llevaran a lograrlo y decidió pensar en esa gente, ponerse furioso luego fue fácil y su deseo de darles un justo castigo a esa gente tan cruel.

 

Entonces sucedió. Justo en frente suyo. Cuando rememoró sus caras. Una llama, leve al principio y que luego tomó fuerza pero que el logró reducir al tratar de calmarse.

 

Un cubo de agua apagó el fuego y luego la voz de su padre le dijo—Trata de no incendiar nuestra casa hijo—no había reproche ni sorpresa en su voz.

 

Con los ojos desorbitados su hijo le miró.

 

¿No te sorprende?—preguntó.

 

Siempre he sabido lo especial que eres—dijo el otro.

Notas finales:

perdon por hacerles llorar

^^

mata ne


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