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El Bar Músico Frutal por Marianema Fuseneco

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Notas del capitulo:

Hola muy buenas noches a todos y a todas, soy el hermano de mariana, mi nombre es Francisco. Y básicamente estoy haciendo esto porque le estoy debiendo un favor a mi queridísima hermana. Bueno en fin ella no puede asistir a esto ya que está muy enferma y me pidió que subiera esto. Asique pero que -su hermana se acerca y lo abraza-

—Que estás haciendo hermanito.

—Acaso no lo vez estoy haciendo, estoy haciendo lo que me pediste.

—A claro, lo siento, continua. ^_^

—Si lo hare por cierto que haces fuera de la cama mama te dijo que no te levantaras.

Sonríe y saca la lengua— Realmente no estoy enferma.

—A bueno espera que???.

—Que no estoy enferma.

—Entonces me mentiste. - mariana asiente- MALDITA HIJA DE UNA GRAN.....

—Oye ten cuidado con lo que dices si no le voy a contar a mama.

—Pero contale a quien vos quieras maldita mentirosa, claro me viste la cara de boludo y me pediste que hiciera esto no??.

—Pero lo hiciste no

—Ya hablaremos de esto zorra inmunda. 

Bueno mientras yo mato a mi hermana les dejare la segunda parte de esta historia. Nos vemos abajo.

 

Capítulo II

Estoy podrido, agusanado, fastidiado de que me digan lo que debo hacer. Harto de toda esta miseria, de esta inmundicia, de estos papeles, de estos planos, de estos documentos en el cual lo único que había era solo números y nombres de personas en la cual debía despedir y contratar.


Siempre es lo mismo todos los dias, no sé porque mi padre no le dio todo esta porquería a mi hermano, él es bueno con todo esto yo no, para lo único que soy bueno es para la literatura a si también en pintar y retractar personas, imágenes u objetos.


Estudie cuatro años diseño gráfico y seis años para profesorado de lenguas pero nadie lo sabe excepto mi familia. Me encanta leer y dibujar eso es lo que hago en mis tiempos libres, va en el poco tiempo libre que tengo ya que la mayor parte de mi maldito tiempo lo desperdicio estando encerrado en esta estúpida oficina exageradamente grande rodeado solo con muebles oscuros, dos ventanas grandes y panorámicas y una planta de ficus con una simple pero bella flor con un aroma dulce y embriagador.


Sobre la pared de la puerta, en la que cincuenta  cuadros elevan lo habitual a la categoría de portentoso forman una serie de objetos triviales e intrascendentes pintados con tanto detalle que parecen fotografías, pero tendidos contiguos en la pared, resultan magníficos. Todas estas obras de artes fueron hechas por mí estando en la facultad hace muchos años.


—Disculpe señor— exclamo mi secretaria entrando a la oficina; —Perdone que lo moleste.


—Que sucede—dije en tono serio.


Entra y se acerca hacia mi escritorio haciendo ruido con sus tacones.


—Aquí le traigo los planos que usted me mando a pedir—exclamo entregándome unos papeles. Yo los tomo de mala gana.


—Otra cosa—Pregunte.


—Si le aviso que dentro de tres horas habrá una reunión en la cual usted tendrá que estar presente.


Libero un soplido y me quito las gafas.


—De acuerdo algo más.


Ella asiente.


—Si haber déjeme ver—dijo mirando su Tablet


—Estaba siendo sarcástico.


—Bueno a las tres tendrá una reunión para elegir los nuevos diseños de vestimentas, a las cuatro el presidente y vicepresidente de la compañía T vendrán a charlar con usted con respecto a la planificación del nuevo hotel en la zona céntrica de la ciudad, a las cinco tendrá…


—Ya entendí… puedes retirarte Casandra—ordene. Asiente y se retira pero antes de retirase me pregunta.


—Te encuentras bien—pregunto preocupada. Yo asentí.


—Seguro—insistió.


—Si Casandra estoy bien—exclame volteándome y mirando hacia las ventanas.


—De acuerdo—dijo y escuche el sonido de la puerta cerrarse. Se marchó.


—Dios no aguanto, más quiero salir de aquí no me gusta esto, no soporto el aire de este lugar. A estos papeles, esta oficina, esta estúpida ropa que me obligan a usarla— grite tratándome de sacar la corbata.


—Pues si no lo soportas porque no te lo sacas— dijeron detrás de mí. Volteo y vi a mi secretaria Casandra.


—Que haces aquí—cuestione. Ella se acerca y trata de desajustar el nudo de la corbata.


—Porque no le dices a tu padre sobre esto—dice sacándome  la corbata. Suspiro y la miro.


Es preciosa, esbelta y alta con un largo cabello rubio sujetado con una banda de tela escocesa gris, ojos avellanos, y piel de tono medio, traía puesto una camisa de goma en forma de burbuja debajo de una capa de color rojo medio violeta, un saco rosa con líneas negras. En su cuello está atado con un lazo de color gris oscuro, un cinturón de color gris y una falda azul marino ondulado.


—Realmente no conoces a mi padre Casandra—exclame arreglándole su flequillo; —Él no toma un no como respuesta.


—Pero debes decírselo, no tienes que pasar todo tú tiempo aquí encerrado, solo como un animal—mascullo preocupada. Yo sonreí.


—Si pero dime quien además de mis hermanos y yo se puede ocupar de esta empresa, recuerda que uno es presidente de la televisora más grande de todo el país y la otra es muy joven como para encargarse de toda esta porquería.


—Es verdad todos sus hermanos tienen sus prioridades bien definidas—exclamo ella.


—Sus prioridades están bien definidas pero los restos de sus cabezas están un poco torcidos—Bromee. Ambos reímos.


Casandra además de ser mi empleada era mi mejor amiga en todo esta pocilga, ambos nos conocimos en la universidad cuando estudiábamos para ser profesores de lengua, además de eso también fuimos novios por tres meses pero las circunstancias nos llevaron a terminar ya que ella recibió una beca para estudiar en Inglaterra. Con el pasar de los tiempos nos volvimos a encontrar en la empresa, ella había mandado su curriculum para trabajar aquí, yo no lo dude ni un segundo y la contrate. Esa era la oportunidad para volver a ser novios pero luego me entere de que ella ya estaba casada. Me moleste un poco. Pero ella y yo seguimos siendo mejores amigos.


—Bueno será mejor que vuelva a mi puesto—dijo ella empezando a caminar a hacia la salida; —Vas a estar bien verdad Jason —.


Yo asentí.


—De acuerdo vendré por ti ahora ¿Okey?


— ¿Okey? Te esperare.


Sonríe y cierra la puerta.


Yo volví a mi trabajo hasta que sea la hora de ir a esas reuniones.


Doce y cinco hora de almorzar. Salgo y me dirijo al restaurante que está cerca, una vez que termino devuelta a la oficina a seguir mortificándome con los planos y documentos.


Tres de la tarde hora de la reunión número uno: elección de los nuevos uniformes, no sé porque tengo que elegir si yo diseñe las ropas pero bueno tengo que ir igual.


Tres y media segunda reunión esta vez con el presidente y vice  de la compañía T hablaremos sobre el tema de la construcción de los nuevos edificios.


Cinco y media reunión número tres tema de hablar presupuesto del mes. Ya no lo aguanto más quiero salir y respirar, no se si podre seguir con esto.


Siete de la tarde la mayoría de los empleados ya se fueron otros se quedan a terminar sus labores.


Ocho y media todos sean ido me quede solo en la empresa. Al fin paz termino de revisar algunas cosas y salgo. Camino por el largo pasillo y me adentro al ascensor. Bajo y salgo hacia el vestíbulo.


Aun no me cabe entender porque siempre yo soy el último en salir. Soy el jefe y puedo salir a la hora que yo quiera sin que nadie me lo diga pero no tengo que ser responsable y cumplir mis horarios.


—Que tenga buenas noches señor Robinson—dijo el guardia.


—Buenas noches.


Salgo a fuera y cierro los ojos, respiro hondo, dejo que el aire me purifique y miro el estado del cielo. Oscuro y estrellado con algunas nubes quizás llueva.


—Señor— me llamaron, dejo de mirar el cielo y miro a la persona que me había llamado. Era mi chofer. Un hombre corpulento vestido de traje negro y gafas oscuras; —Desee que lo lleve algún lugar o quiere que lo lleve a su casa—exclamo con una voz gruesa que daba miedo.


—Si—exclame abriendo la puerta; —Llévame a la ciudad—ordene.


—Como usted diga—respondió.


Arrancó el auto y nos fuimos hacia la ciudad pasando por la interestatal.


—Voy a cambiarme avísame cuando llegues a la zona céntrica por favor.


—Como usted ordene señor.


Aprieto el botón de la ventanilla y me quedo en absoluta privacidad. Busco el bolso que siempre dejo en el auto por si ocurrían algunas inconvenientes con la ropa. Saque una camisa a cuadros de color azul y negro y unos Jeans negros. Me quito mis molestosos zapatos y me pongo mis cómodas converses. Guardo la ropa de simio en el bolso y la arrojo en la parte de atrás del auto.


Bajo la persiana y vi a mi chofer tranquilo, no quitaba ni un segundo la vista del camino.


—Sucede algo malo señor—pregunto mirando por el retrovisor.


Yo niego.


Llegamos a la ciudad pero más a la zona céntrica.


—Déjame aquí Travis, voy a caminar—pedí. El me mira sorprendido.


—Está seguro señor.


—Si—exclame saliendo del auto.


—Si necesita algo solo…


—Te llamare—interrumpí poniéndome una campera de cuero.


—De acuerdo señor, nos vemos— se despidió.


—Buenas noches—respondí. Se fue ahora si estoy solo en la ciudad.


Empiezo a caminar y me dirijo hacia los clubes que conozco. Voy al primer antro muy bueno por cierto “Wastelands” era el nombre, camino y llego al lugar pero hay un problema, me acerco a la puerta y vi un cartel.


“Clausurado por mal estado del lugar”


— ¡Carajo! — grite. Salí de allí y fui al otro bar.


Camine dos cuadras hasta que llegue y adivinen que cerrado. Porque no lo sé. Entonces fastidiado fui a otro hasta toparme con el mismo problema. Estuve caminando como media hora hasta que escuche unas chicas hablar de un bar musical o algo así.


Las seguí hasta llegar cerca de la playa, hay enfrente del hotel “Lomas Negras” estaba el bar, se oía música una muy buena por cierto. Camino y me paro enfrente del lugar. Miro arriba “Bar Frutti Music” decía en grande. Siempre he pasado por aquí y nunca me llamo el lugar.


Entro y vi a muchas bueno no tantas personas en el lugar. El interior se veía muy increíble, había ochos mesas en forma de naranjas, un escenario en el cual había tres chicos tocando. No cantan nada mal. Me acerco a la barra y vi las chicas a quienes seguí hablando con un chico muy bueno.


—Se requiere la presencia del joven Roy… puede el chico reportarse por favor—grito el chico del escenario. La luz del reflector lo alumbra al chico. El niega


—Vamos Roy ven aquí y cántanos algo—grito otro.


—Levanten las manos los que quieren que Roy suba a cantar.


Todos los presentes levantaron sus manos y empezaron a gritar el nombre del chico.


—Vamos Roy complace al público deja ese lugar y ven a este lugar—ordeno apunto hacia el escenario.


Él lo mira un segundo mientras escuchaba a las personas gritar sui nombre.


—HAY ESTÁ BIEN LO HARE—grito sacándose el delantal y saltando hacia el escenario. Un enorme bullicio sonó en todo el lugar, murmura algo mirando al chico quien lo ha estado llamando; — Bien chicos canción diez—grito.


Los jóvenes asintieron y empezaron a tocar.


Ansioso está el animal


Dentro de ti cuando sangras


Sufrir es fundamental


Cuando buscas lo que necesitas


La liberación es evidencia


De que hay más de lo que dices


El dolor está ahí en el momento en


Que despiertas de tus sueños


 


Uau la voz de ese chico es impresionante. Sí que sabía cantar o más bien gritar porque eso es lo que estaba haciendo. Lo observo detenidamente y sí que estaba muy bueno, estaba vestido con una camisa roja, unos Jeans oscuros y unas converses iguales a las mías, su cabello era negro, ojos azules llenos de inocencia.


 


—Uau Roy tiene la voz más deliciosa y maravillosa— dijo una chica rubia.


—Y que lo digas—exclamo otra tarareando la canción.


Acaso estas chicas conocen a ese muchacho. Me acerco a ellas y les pregunto.


—Disculpen señoritas, perdonen que las moleste.


Ellas sonríen.


—No te preocupes guapo en que te podemos ayudar—dijo con voz coqueta la rubia.


—Ustedes conocen a ese increíble y talentoso chico.


Ellas asienten.


—Que quieres saber de él.


—Pues todo, como se llama y…


—Su nombre es Roy, tiene veinticinco.


Lo miro sorprendido dijo veinticinco pues no se parece a esos chicos de esa edad.


—En verdad tiene veinticinco—pregunte estupefacto. Ellas asintieron


Uau en verdad no parecía que tuviese esa edad. Yo creía que tenía dieciocho. El termino de cantar. Todos los presentes lo aplaudieron y alagaron.


Se baja del escenario y viene corriendo a hacia la barra.


Las chicas lo felicitaron.


—Uau Roy eso fue increíble— exclamo una chica peli castaña.


—Esa manera de gritar tuya me ha dejado sorprendida amigo— dijo otra la chica bebiendo su trago.


—Muchas gracias chicas, no saben lo feliz que me pone al oír eso— exclamo el sonriendo.


Uau que sonrisa más hermosa tan llena de inocencia y felicidad.


La música comenzó a sonar en todo el lugar. Las chicas que estaban charlando con el salen corriendo hacia la pista de baile dejándolo solo.


Lo veo y no puedo sacar los ojos de él jamás en toda mi vida me interesaron tanto los chicos pero estaba vez era distinto en verdad me atraía mucho este chico.


El voltea a verme sonríe y yo hago lo mismo bajo mi cabeza y lo vuelvo a levantar lo llamo y él se acerca.


— Te puedo ayudar en algo amigo— me pregunta. Yo sonrio.


—Tráeme dos de tus mejores tragos—pedí.


Se queda un rato observándome y luego dice algo inaudible.


—Como.


Él se sobre salta y nervioso dice


—Eh?? Nada ya le traigo su bebida señor—exclamo corriendo hacia la cocina.


Jamás ningún chico me había impactado tanto como el, y no lo entiendo por qué. ¿Por qué es atractivo? ¿Gentil? ¿Inocente? ¿Talentoso? No entiendo mi reacción racional. Suspiro profundamente. Me apoyo sobre mi codo y miro hacia el escenario.


—Eh disculpe señor aquí le traigo su bebida— dijo dejando los vasos sobre la mesada. Volteo a verlo y sonrio.


—Gracias— respondí mirando mi trago.


—Dis-disculpe que me entrometa pero puedo hacerle una pregunta.


—De que se trata.


Voltea y puedo apreciar su espalda ancha y su bonito trasero.


—Es que yo… me entro la curiosidad y… y quería saber porque… me pidió dos bebidas si usted está solo— pregunta apenado


Sonrio por su pregunta.


—Acaso te importa—exclame prepotente.


Voltea y niega.


—Y entonces.


—Bueno yo… yo lo siento perdóneme por ser entrometido—Dijo avergonzado—Discúlpeme— exclamo caminando hacia la cocina.


Huy creo que metí la pata, no debí hablarle así solo era una pregunta inocente, no voy dejar que se valla.


—Espera.


Voltea y me mira, lo llamo y se acerca.


—Dime que esto—pregunto mirando la bebida.


—Es un trago hecho con pulpa de fresas y alcohol mucho alcohol, la llamo Strawberry Bowle—respondió a mi pregunta. Asentí.


—Le pido un favor señor—ordeno. Lo miro; — Tenga mucho cuidado, usted y su acompañante ya que esa bebida contiene un alto porcentaje de alcohol.


Sonrio el cree que yo estoy acompañado. Asiento lentamente.


—Dime algo— pregunte.


—Sí.


—Está mal que un cliente invite a tomar un trago a un cantinero.


Se queda callado por un segundo creo que este chico sí que es inocente.


—Eh bueno etto no lo creo—murmura.


Sonrio.


—Pues si no está mal— exclamo pasándome el vaso; —adelante—invite.


Me mira confuso y desorientado.


—Perdóneme pero…


—Adelante no estoy con nadie asique bébetelo pero ten cuidado no quiero que te embriagues—bromeo.


—Yo fui el creador de esta bebida mi querido señor no soy tan tonto como para emborracharme con mi propia creación—dice molesto.


Uau que hermosura, se enojó, parece un niño cuando se molesta cuando no le dan lo que quiere.


—Pues entonces que esperas. Salud — exclamo levantando la copa.


Me mira un segundo.


—Vamos que esperas no me dejes con el vaso levantado.


Sonríe y hace lo mismo que yo, levanta su copa y al unísono dijimos. Salud. Bebí el líquido y sí que estaba rico. Mi paladar se agasajó con esta delicia.


—Y dígame como se llama— me pregunto.


Agacho mi rostro y observo mi vaso. Que como me llamo en verdad no sabe quién soy. Uau es la primera persona que conozco que no sepa mi nombre. Increíble.


—Sabes—exclame observándolo; —Tú habías dicho que no estaba mal que un cliente invitara un trago a su cantinero verdad.


El asiente lentamente.


—En efecto eso es lo que justamente dije porque.


Sonrío.


—Pues me gustaría invitarte a tomar…. un café.


Me mira sorprendido.


—Un café.


Asentí.


—Claro si no te molesta—dije clavando la mirada en él. Me mira un segundo y asiente.


Le molesta pero por qué.


—Lo siento me gustaría pero— lo interrumpen.


—Roy—gritaron. Volteamos a ver quién nos interrumpió. Era un chico de la misma edad que él. Lo llama


—Me esperas un segundo— exclama. Yo asentí.


Lo veo acercarse al otro chico este sonríe, lo toma del brazo y lo arrastra hacia la cocina. Creo que hizo algo mal por mi culpa.


Pasaron unos minutos las cuales fueron una eternidad para mí y lo veo salir se veía como molesto. Seguramente lo despidieron. Carajo y todo esto es mi culpa.


Él se acerca y lo miro.


—Perdóname—exclame bajando mi rostro


—Perdonarte porque.


—Por mi culpa te despidieron.


—Que no, no, no para nada sin mi este lugar se va a la quiebra—declaro sonriendo. Lo miro perplejo.


—Seguro— el asiente.


—Perdone pero sigue en pie su propuesta de tomar café en otro lugar—pregunta. Levanto la mirada, sonrío y asiento.


—De acuerdo será mejor que salgamos de aquí conozco un lugar donde podemos charlar— dije levantándome del banco.


—Si— levanto la parte plegable de la mesada y sale. Se despide de su amigo y camina posicionándome a mi lado.


No sé lo que paso hay dentro pero le doy las gracias a ese chico por haberle dejado salir de ahí.


Salimos del bar y empezamos a caminar hacia el restaurante que está a cuatro cuadras del bar.


—Oye aun no me has dicho tu nombre—pregunto mirándolo.


—Que oscuro que esta la calle— dije mirando la calle.


En verdad no sabe quién soy, interesante.


—Sí y eso es extraño ya que siempre suele haber luz por aquí— declaro.


—Quizás se fundieron los fusibles de las farolas.


—Quizás.


Doblamos la esquina y debíamos pasar por un callejón el cual nos conducía hacia la otra la calle.


—Este camino esta es muy feo, pero no mide más de 150 metros, podemos pasarla rápido, ¿okey? —declaro examinando el lugar.


—Sí, entiendo, rápido.


—No quiero que te pase nada malo— dije sonriendo.


Entramos al callejón y de verdad que era feo, lleno de basuras y ruidos de ladridos de los edificios que lo rodeaban. Ambos comenzamos a caminar muy rápido cuando de repente. Tres hombres aparecieron de la nada.


—Entréguenos todo lo que tengan—grito un chico apuntándonos con una navaja.


¡Mierda! Sujeto fuertemente la mano de Roy, al hacerlo sentí una fuerte y excitante corriente generándome escalofrío por todo el cuerpo.


Me pongo delante de él para que no le suceda nada malo.


—Vamos que esperan denos todos los que tengan—volvió a insistir el mismo tipo.


—Ni lo sueñen basuras—dije soltando la mano de Roy poniéndome en posición de pelea.


—Jajaja decidieron un mal momento para entrar a este lugar inútiles— declaro otro chico sacando un cuchillo y saltando sobre mí.


Lo esquivo y le doy un golpe en la nuca, este al sentir el golpe cae en seco al suelo.  Volteo a ver a los otros dos quienes me miraban furioso por haber atacado a su amigo. Ambos saltan sobre mí, uno atraviesa su brazo sobre mi cuello con la otra me sujeta las manos. Intento liberarme de su agarre pero es inútil.


El otro me empieza a golpear en mi abdomen con un palo, mierda sí que duele, intento moverme otra vez para escapar y no, no hay caso. Cuando el joven del palo me estaba por dar otro golpe, Roy lo golpea duramente en la espalda con un tronco, de donde lo saco no lo sé pero les doy las gracias, me libero de las llave del otro y lo golpeó fuertemente en su pecho. Este se agacha y trata de tomar aire en eso yo aprovecho para golpearlo y noquearlo.


—Está bien—le pregunto preocupado.


— ¡Cuidado! —grito él. Volteo y vi al chico que Roy había golpeado. Intenta clavarme con la navaja. Lo esquivo y trato de sacárselo.


Logro quitarle la navaja pero al hacerlo resbalo y caigo al suelo. El malnacido aprovecha y se sube encima de mí y me empieza a golpear otra vez.


— ¡Oye! — Llamo Roy, él chico voltea; — ¡Aléjate de él!— exclamo rompiendo el tronco en la cabeza de este.


El ladrón cae inconsciente encima de mí con la cabeza ensangrentada.


—Estas bien—pregunto él extendiéndome su mano. Yo lo tomo y trato de pararme.


Me duele la espalda y el pecho, cinco años de clases de protección personal a la basura.


—Si es-estoy bi-bien—murmure sujetándome de él.


—Claro que no estás bien pero descuida te llevare a mi departamento, hay te curare.


—Pero que hay del café— brame tratando de pararme.


—Olvídate de eso, no puedo creer que te importara más beber un estúpido café que tu salud—exclamo el preocupado y molesto.


—Acaso a ti te importa—pregunte. El me mira molesto y empieza a caminar


Salimos de ese callejón y caminamos hacia su departamento. Las personas nos miraban curiosos. Pero no me importo, tener a este chico cerca me hacía olvidar todo mí alrededor. Su aroma era increíble olía a coctel de frutas, simplemente delicioso.


Roy


Llegamos a mi departamento con un poco de dificultad. Intento abrir la puerta pero no puedo ya que la llave está en mi bolsillo trasero.


—Oye fíjate si puedes sacar la llave que está en mi bolsillo de atrás— declare. El mete su mano en mi bolsillo y toma la llave. La saca pero antes de sacarla me da un pellizco en mi nalga.


—Sí que tienes nalgas duras y bonitas —declaro lujurioso. Yo me sonrojo.


—O-oye dame l-la llave quieres — balbuceó. El me da la llave, la inserto en la cerradura y la abro. Entramos y con mi pie derecho cierro la puerta. Caminamos hasta el sofá y hay lo recuesto.


—Espérame aquí iré por el botiquín de primeros auxilios mientras tanto necesito que te saques la campera y la camisa escuchaste —dije pero parece que le hable al aire porque ni siquiera me está escuchando; —Oye que tanto me ves —exclame molesto y todo rojo. Él menea la cabeza sin dejar de sonreír


— Eres muy hermoso, de verdad


Quedé paralizado, no sabía que decir, que pensar o cómo actuar, así que dejé que la situación fluyera.


­—Yo… eh yo ire a buscar eeso ya vu-vuelvo— tartamudeó.


Corro hacia el baño y me miro en el espejo que soy hermoso, él me dijo que soy hermoso. Guaaa que emoción me considera hermoso. Tranquilo Roy respira hondo, aspira y exhala, aspira y exhala. Vamos no te creas quizás te esta ebrio por la bebida que le diste en el bar dice mi conciencia, tu cállate a ti nadie te pidió tu opinión calle a mi conciencia, eres un idiota pero bueno tú te lo buscas luego no me vengas a chillar oíste.


Tome el botiquín y salí hacia la sala. Cuando entre vi la imagen más hermosa que pude a ver visto en toda mi vida.


Lo vi a él semidesnudo recostado en el sillón. Me acerque a él y pude ver su gran pecho y su delicioso abdomen lleno de músculos, el cual terminaba con unas líneas en V que llegaban directo a donde estaba su bulto. Me quedé paralizado viéndolo. Sólo quería correr y lamer su ya saben su miembro, lamer su ombligo y poder quitarle el bóxer y sacar su pene, tomarlo, acariciarlo y poder saborearlo, meterlo en mi boca y que me llegara hasta la garganta, que me tomara del pelo y me hiciera metérmelo más y más hasta que...   


Roy contrólate por favor, no pierdas la cordura quieres, se fuerte me grita mi conciencia, lo siento pero no puedo resistirme la tentación es enorme exclame, no me importa eres un hombre al igual que él dice, cállate no sería la primera vez que estuviera con un hombre recuerdas a Mike declare, Touché responde, entonces cállate y no me arruines el momento.


— ¿Disfrutas la vista?-Su pregunta me despertó de mi fantasía. Su mirada era entre lujuriosa y pervertida.


—Lo siento—dije todo rojo. Saque la botella de alcohol y muchas gasas. Corte un pedazo de tela y lo moje con el alcohol; —Oye esto de dolerá un poco—declare acercando el paño a su pecho. El chillo de dolor.


—Lo siento— me disculpe.


—Descuida no hay problema— dice, acerco nuevamente la gaza bañada de alcohol a su pecho lleno de heridas eso me recuerda.


—Gracias por salvarme de esas basuras.


El posa su mano en mi cabeza y me acaricia.


—No tienes por qué agradecer Roy— articuló con mi nombre como es posible que sepa mi nombre. Termino de desinfectar y curar sus pectorales y abdominales.


—Listo ahora no te muevas quieres —ordene. El asiente.; —De acuerdo ya que nuestro café se arruino por culpa de unos imbéciles que tal si lo bebemos aquí que dices —declare. El sonríe y asiente. Me levanto y estaba a punto de irme a la cocina cuando me toma de la mano y me empuja hacia él. Caigo encima de él y me quedo observándolo detenidamente, él sujeta mi cintura y se acerca hacia mí. Nos besamos, primero tiernamente y después de una manera apasionada. Sentía su lengua en mi boca, su saliva en mis labios, besaba increíblemente. Él tomaba mi cintura y la acariciaba, y cada vez que lo hacía sentía como mi pene ensuciaba de pre-semen mi bóxer.


El recostado en el sillón y yo encima de él. Yo lo besaba como mejor sabía. Metía mi lengua y la enroscaba con la suya, le mordía el labio inferior despacio y metía mi lengua en su boca para comenzar de nuevo, mientras frotaba la línea de mi trasero con sus manos. Me quito la camisa. A la mierda la razón y todo lo que sea no me importaba si este hombre esta ebrio o no.


Le besé el cuello, con la punta de mi lengua le lamí de la clavícula a la oreja, el gemía de placer. Empecé a bajar hasta llegar a sus pezones pero un sonido nos quitó de nuestro juego.


Era su teléfono que estaba sonando. Él lo toma lo mira y luego lo contesta.


—Diga… si el habla que sucede— dice molesto, frunce el ceño; — Y ahora que… aja…si…no…de acuerdo voy para allá— corta y suspira, me ira y sonríe; —Lo siento pero tendremos que posponer esto—exclama soltándome y parándose. Busca su camisa y se la pone. Camina hacia la puerta y me mira; —Lo lamento mucho pero seguiremos después cuídate y hasta luego Roy— declaró cerrando la puerta.


Que carajos fue todo eso, como que seguiremos después con esto, mire hacia la puerta y luego vi en sillón donde él y yo nos estábamos besando y vi que se había olvidado su campera la tomo y corro hacia la puerta.


—Oye olvidas….


 Tarde ya se había ido, mire la campera y la olí, olía a madera y lavanda, al Strawberry Bowle y a cigarrillos. Olía a él, a macho cabrío. Me quede olfateando su chaqueta y recordando el beso que hace rato los compartimos. 

Notas finales:

Bueno que les pareció espero que les haya gustado.

-y ¿bueno que creen que sucedera ahora con nuestros personajes?. ¿volveran a repetir el beso y llegar mas ala de eso?

si quieren saberlo no se pierdan el proximo capitulo el bar musico frutal nos vemos.


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