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Un halcón resentido y un cuervo solitario por RedParadiseYaoi

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Notas del fanfic:

Segundo fanfic de la serie "cambiaformas vengativos".

 

Todos los personajes utilizados en este fanfic pertenecen a Masashi Kishimoto de la anime.manga NARUTO

Notas del capitulo:

ATENCIÓN: Estoy poniendo el fanfic en uno solo, por varias razones, pero la principal es que en todos los fanfic de la serie me estoy centrando en Naruto y Sasuke ^^

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Comenzemos con el segundo fic de la serie!

Capítulo 1: En la ciudad

                        Un  muchacho de cabellera rubia larga, atada en una coleta alta, se encontraba caminado por la ciudad y no por cualquier parte sino por la zona más peligrosa donde se encontraba la peor basura. Se detuvo al llegar a un bar con un letrero en lengua extraña para muchos, la mayoría creería que es un dibujo u ondas, pero para el rubial tenía claro el significado.

La puerta del bar estaba cerrada, tocó la puerta, un hombre de desmesurada estatura y cuerpo lo observo sin decir palabra, el único gesto que se vio en él fue el movimiento de su mano, concretamente el chasqueo de los dedos. Deidara, así se llamaba, agarró un papel pequeño de su bolsillo e  hizo el mismo movimiento que el musculoso hombre para a continuación darle el papel.

                        ­— Bienvenido halcón —lo olisqueó cerca— solitario, nuestras  chicas están al final y nuestros hombre por todo el lugar.

 

                        Dicho esto dejó pasar al rubial. Deidara se colocó en la barra para observar todo el panorama. Borrachos, putas y alcohol. Como se nota que era una ciudad turística en pleno verano, había más gente de lo habitual. Podía distinguir quienes eran cambiaformas de esta zona, por el olor de la ciudad en su piel,  y quienes no. También  de qué tipo de raza eran. El olor a sexo se olía sobretodo en la parte más lejana donde solo había una puerta.  Se puso en pie dirigiéndose a la puerta, antes de que tocara la puerta se abrió dejando paso a un hombre con cara sonriente que ni siquiera se molestaba en arreglar su ropa.

                        Se introdujo dentro, había un pasillo y camino hasta llegar a la puerta con el número 20. Sin tocar paso. Dentro de la habitación había una mujer en frente de un ordenador en la cama, la mujer se tocaba y fingía gemidos en frente de la pantalla de ordenador.  Deidara se sienta en una silla al lado de la puerta se queda observando a la mujer.

                        La mujer acabo al cabo de un rato la mujer finalizó, alagando a la persona al otro lado de la pantalla por su espléndido trabajo se despidió. Deidara se quedó mirándola hasta que esta se dignó a mirarle.

                        — Hombre, hasta que te dignas a venir —agarra una bata de seda, que cubría poco,  y se pone en la esquina de la cama— dime Deidara, ¿has venido a que te haga un trabajito? —le dijo con retintín.

                        — No querida, solo quiero que me des mi bote.

                        — Siempre tan aguafiestas —se pone en pie y se acerca a un mueble en el que tuvo que agacharse ya que se encontraba en el cajón de abajo, mostrando así sus redondeados glúteos— Quiero probarte hueles agradable. —La mujer se acerca al hombre sensualmente— No sé ni para que lo necesites, te estropea —la mujer de cabellos bicolor le tiende un frasco de cristal con algún tipo de polvo de color blanco en el interior.

                        — No te hagas la tonta Pakura. Sabes perfectamente que es para quitar mi olor. Me están siguiendo, el otro día vi a uno que me estuvo siguiendo hasta que entre a una perfumería —agarra el bote y lo pone dentro de un pequeño bolsillo en su hombro.

                        — ¿Seguro que solo es por eso? Me apostaría mi sueldo a que es que no quieres que tu pareja te encuentre.

                        — Antes de que continúes, es verdad, olí a mi pareja y no fue en la mejor situación. Y quitando eso, querida tú no eres quien para decirme eso; te acuestas con personas para que tu olor se mescle con los de ellos y así no encontrarte con tu pareja.

                        — Lo sé, el muerto le mira al tuerto, ¿no? ¿Pero acaso tu magnifica pareja es un cambiaformas cuervo?

                        — Sí, y me traicionó. Seguro que olió que yo era su pareja pero me traicionó y aparte me han dicho que por esta zona hay muchos cuervos, así que más vale prevenir que curar. ¿Está bien hecho? —intenta cambiar de tema.

                        — Sí, le pedí a todas las chicas que lo hicieran, sabes que esto también es un afrodisiaco así que no entiendo bien para que me has pedido que lo hiciera de esta manera en vez de simplemente un perfume de un halcón hembra. ¿Para qué lo quieres?

                        — Ya te lo he dicho, por aquí hay muchos cuervos y seguro que alguno me podrá dar información valiosa si se sienten agradables con mi presencia.

                        — ¿Piensas acostarte con alguno? —Le miró extrañada— por cierto, ¿eres virgen? Nunca te he visto con nadie, ni mujer no hombre. No me digas que te reservas para tu pareja.

                        — Por supuesto que no. No me interesa el sexo solo me interesa vengarme de aquel maldito cuervo. Pero me ahoga no recordarme de nada —se sienta de nuevo bruscamente.

                        — ¡Es cierto! — La mujer se acerca a él— puedo ayudarte. Conozco a una mujer que lee el pasado,  futuro y presente. Ella lo ve todo si le muestras tu palma —Pakura le abre la palma más cercana a ella— mira las líneas de la vida y

                        — Pakura mis líneas de la vida son cortas y lo sabes de sobra y además —toca una especie de cortadura en la palma de su mano, estaba cosida con hilo— esto no creo que lo haya visto nunca.

                        — Pero puedes probar, que es lo que vas a perder, te lo han quitado todo y si hay algún abismo de  esperanza tendrías que utilizarla —le apabulla con sus palabras.

                        Por mucho que quisiera negarlo aquella mujer tenía razón. Después de huir apresuradamente del nido se juró que  si podía hacer algo que lo ayudara a eliminar al cuervo lo haría. Había estado vagando ya por medio año buscando el mísero rastro de aquel asqueroso ser. Y ahora que estaba cerca todo se volvía confuso, se aferró a que tenía que buscar a un cuervo, a su pareja supuestamente, para vengarse por haberle jodido la existencia.

                        — Si estás tanto tiempo callado significa que querrás verla. Se llama doble H, se encuentra lejos de este puesto, es una cambiaformas halcón                       

                        — Espera, no me estarás buscando pareja, ¿verdad? —hace tiempo que su amiga le pedía que se acostara con alguna que otra persona supuestamente para que se le quede el olor que otros crean que está acoplado.

                        — No ella es mucho para ti.

                        — Hombre gracias.

                        Pakura ignora sus palabras— Ve hacía la montaña más cercana a la costa, hay una tienda de dulces, en ella pregunta por  doble H. Está disponible de las 3 a 6 de la mañana

                        No sabía qué hacer pero lo más seguro es que acabara yendo a aquel lugar

 

 

 

                        Itachi Uchiha, aun recordaba cuando abandonó a su querido hermano en aquel lugar cuando vio que aquel cambiaformas zorro se lo llevaba. Sabía que el equipo de limpieza vendría pronto, así era siempre la vida de los cambiaformas, borrar todo rastro que pudiera alertar a los humanos. Al llegar a su casa no vio a ninguno de sus padres  así que subió directo a su habitación. Tenía claro lo que ocurriría en los próximos días. Estaba seguro que por eso dejaron  a Sasuke marcharse, no quería que vieran como el clan se echaba a perder.

                         Activó el Sharingan en sus ojos. Era el tiempo de limpiar el nombre del clan, tanto sus padres como los superiores del clan querían eliminar todo el nido así serían los únicos cuervos en toda la zona, solo los Uchiha serían los que  controlaran todo este territorio. Sabía que no se detendrían cuando hicieran aquello, después irían a por coaliciones de cambiaformas provocando una gran guerra que seguramente después entrarían los humanos. Nadie veía su punto de visto, aparentaba que hacía caso a sus padres pero en realidad ya sabía cómo atacar a cada uno del clan. Porque veía claro que el mandamás del nido ya sabía sobre el ataque que quiere hacer el clan.

                       

 

                        Deidara no supo muy bien como pero sus pies se dispusieron a pensar hoy por si solos y lo llevaron a caminar hacia la costa, media hora de caminata, al llegar al lugar admiró como la luna brillaba en el mar, se puso a meditar. Quería recordar, quería recordar las facciones de su supuesta pareja, e ir a ver a aquella mujer.

                        Después del paseo se mentalizó para poder entrar en la tienda. En la tienda no había nadie, a pesar de que sonó la campanilla, no vino nadie. Si no había nadie ¿a quién le preguntaba por la mujer? Continúo caminando por el lugar y al no encontrar a nadie pensaba en retirarse.

                        — ¿Está doble H? —preguntó como última medida. Al acabar de pronunciar las palabras una puerta, que se encontraba al otro lado de la caja registradora, se abrió  mostrando total oscuridad en su interior. Sin pensarlo mucho se introdujo en el interior. Con la evidente oscuridad de la noche no supo bien a donde ir hasta que por el rabillo del ojo vio una luz, tenue pero luz, se encaminó hacia la luz. Abrió la puerta de rendija, al otro lado había una mujer, de ella solo se podían ver los ojos. Por su mente pasó que aquellos ojos eran blancos o que al menos lo parecía.

                        — Siéntate —pidió la mujer con una voz fuerte. Deidara sabía desde un principio que utilizaría una voz fuerte, en el mundo, por lo menos en el que él vive, uno  tenía que mostrarse fuerte y con presencia para que los demás no le tomaren el pelo o quisieran pasarse de listos. Obedeció a la mujer, se sentó en frente de ella.

                        — Vengo de parte de Pakura, me llamo Deidara. Quiero que leas mi pasado —pidió directamente mientras le miraba a los ojos.

                        — ¿Te refieres a todo tu pasado a solo una parte? —sus ojos se posaron en los del muchacho

                        Al oír eso Deidara se puso algo más nervioso. Tenía que recordar a aquel sujeto, ir a por él y matarle de la manera más dolorosa. Por su culpa le tiraron de su nido, no era el mejor lugar, pero era donde se crio y pudo sentir algo de amor…

                        — Hace seis meses atrás… — lo dijo con voz baja— quiero ver mis recuerdos de lo que paso hace 6 meses.

Notas finales:

Bueno, lo iba a subir antes pero no sabía como poner las palabras... Nos vemos en unos días :D


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