En la sala de aquella gran casa, KyungSoo y JongIn seguían hablando del viaje, ajenos a lo que estaba pasando arriba, se distraían entre ellos, se hacían compañía entre ellos, siempre había sido así, o bueno quizás no desde siempre, porque cuando se conocieron todo fue un pequeño caos.
Se habían conocido en aquella misma casa ya la madre de Sehun había preparado una fiesta para celebrar la llegada de JongIn quien fue adoptado por los padres de JoonMyeon y la de KyungSoo a quien los padres de Luhan adoptaron. Al principio todo iba bien, pero JongIn era demasiado confianzudo y KyungSoo demasiado huraño por lo que terminaron en una pequeña pelea.
Los mayores no lo tomaron como rebeldía o mal comportamiento, si no a simple mecanismo de defensa de ambos.
A los ahora padres de KyungSoo les habían informado que el pequeño había estado en un accidente automovilístico, que al parecer los frenos del carro en el que iban él y sus padres tenía dañados los frenos, lo que había provocado que no pudieran evitar caer a un acantilado, cuando las autoridades llegaron encontraron a los padres muertos, pero Kyungsoo aún tenía oportunidad para vivir y la aprovecharon.
Era por eso que el médico del orfanato en el que estaba decía que a eso se decía que él pequeño fuera tan desconfiado, que solo necesitaba tiempo.
Al adoptar a JongIn los Kim también fueron informados del pasado de su nuevo hijo, según las autoridades el apartamento en el que el niño vivía con sus difuntos padres se había incendiado, nadie sabe cómo es que él pequeño había bajo del piso nueve a la primera planta, sobreviviendo al infierno que debió ser todo aquel lugar, pero lo hizo y estaba vivo.
La verdad es que ni KyungSoo ni JongIn recuerdan mucho sobre su vida antes de llegar al sus respectivos orfanatos, por su parte el chico de ojos grandes solo recuerda una extraña sensación de vértigo mientras que el moreno recuerda la sensación de un calor abrazador que recorría todo su cuerpo, aparte de eso solo recuerdan a sus trabajadoras sociales, que unos cuantos años después descubrieron que aquellas dos mujeres eran en realidad una sola persona, una joven a la que recuerdan con el nombre de Juniel, la cual luego de entregarlos al orfanato había desaparecido del mapa.
Ella a cada uno les había entregado una carta, y en aquel delicado pedazo de papel, escrito con la letra más hermosa que haya existido o existió estaba escrito en grandes letras negras la frase:
Ya no eres más un muñeco roto, encuéntralo y se feliz, no será fácil, pero esta vez serás feliz, esta vez podrán estar juntos y alcanzar la felicidad.
Así pues ellos se conocieron, gracias a que fueron adoptados por familias amigas, pero como fue dicho al principio ellos no se toleraban en lo más mínimo y no fue hasta que ambos se perdieron en el bosque durante un campamento que ambos se hicieron buenos amigos, luego, unos cuantos años después caer completamente enamorados el uno del otro.
Al llegar todos esos recuerdos a la mente de KyungSoo de repente se sintió nostálgico, se separó de su novio y comenzó a caminar por la casa, JongIn solo lo miro con curiosidad y se levantó unos segundos después para alcanzarlo y abrazarlo por la espalda deteniendo el andar del más pequeño.
-¿A dónde planeabas ir sin mí?-pregunto JongIn apegando sus labios al cuello del mayor quien se estremeció un poco.
El moreno sonrió ante la reacción, pero frunció el ceño al sentir como su novio se zafaba de su abrazo, pero este volteo y tomo su mano indicando que fueran juntos, el más alto sonrió siguiéndolo y tomando su mano gustosamente, comenzaron a caminar despacio por los diferentes pasillos de la casa, admirando las hermosas pinturas que adornaban la casa, aquel lugar era como un museo pues lo Oh eran una de las familias mas antiguas de todo el país, por lo que además de poseer una gran fortuna también poseían muchas valiosas piezas de arte.
Ambos iban embobados viendo y admirando todo hasta que llegaron a un cuadro que hizo que hizo que el cuerpo de KyungSoo se estremeciera, dándole paso inmediatamente a una horrible oleada de miedo y soledad, JongIn aún no había notado la pintura por lo que sonreía a punto de hablarle de una pintura, pero al llegar sus ojos a aquella pintura los mismos sentimientos lo invadieron.
Aquella pintura, no era nada más que el retrato de la ya fallecida abuela de Sehun, ninguno la había conocido, pues la anciana murió antes de que a ellos los adoptaran, pero por alguna razón aquellos inexplicables sentimientos los invadían siempre que veían aquel retrato o cuando alguien simplemente hacía mención de ella.
Se quedaron ahí hasta que KyungSoo poso sus ojos en una puerta que estaba entre abierta y que por alguna razón sintió que lo estaba llamando, se acercó despacio, como si supiera que alguien estuviera dentro y en cualquier momento saltaría sobre él. Pero al llegar y abrirla por completo nada de eso paso, entro con cuidado caminando hacia el escritorio del centro de la habitación, JongIn que se había quedado aun admirando aquella pintura al darse cuenta que KyungSoo no estaba a su lado comenzó a buscarlo, pero no lograba dar con él hasta que estucho un grito de su parte.
El joven moreno se apresuró a ir en ayuda de su novio, siguió el sonido de los quejidos, al verlo desde lejos arrodillado y con las manos en su cabeza su corazón se oprimió por la preocupación, comenzó a acercarse pero no logro ir más lejos que del umbral de la puerta, pues en el momento en el que pido un pie en aquel lugar sintió una extraña y dolorosa punzada en su cabeza, la cual lo hizo doblegarse y terminar en la misma posición que su novio.
Pero aquel dolor no era lo suficientemente fuerte como para vencer la determinación de JongIn de estar al lado de KyungSoo y protegerlo o al menos darle consuelo de aquel dolor que también lo atormentaba a él.
Se fue acercando poco a poco, tratando de ignorar aquel horrible dolor, estaba a punto de llegar a KyungSoo cuando aquel dolor se intensifico, si es que eso era posible y logro doblegarlo al punto de no dejar lo moverse, KyungSoo estaba en el suelo en posición fetal, llorando por aquel dolor.
Aquellos segundos que pasaron, para los dos fueron como largar horas que parecían nunca acabar, pero entonces el dolor se detuvo para ambos y una serie de imágenes y recuerdo que antes no tenían golpeo sus memorias.
El primero en recuperarse completamente fue JongIn quien se levantó de inmediato, confundido, procesando toda la información recién recibida, KyungSoo se levantó poco después, algo confundido por unos segundos.
Ambos estaban de espaldas al otro, hasta que algo los hizo girar.
En el momento en el que sus ojos se encontraron estos se abrieron, mientras los ojos se les llenaban de lágrimas, sin perder el tiempo, ambos corrieron a abrazarse.
-D.O- susurro el moreno abrazando con fuerza al aludido, hundiendo su cabeza en el cabello de este.
-Kai-susurro en respuesta, abrazándose más al cuerpo del otro.
Rompieron aquel hermoso abrazo y se miraron un par de segundos antes de juntar sus labios en el más dulce y encantador de los besos, ya habían besado antes, además de que llevaban ya unos cuantos años de ser novios, pero esta vez se sintió como la primera que lo habían hecho, pues JongIn y KyungSoo se besaban a diario, pero D.O y Kai lo hacían por primera vez.
Ambos sintieron un cosquilleo en sus labios, un cosquilleo que ya habían experimentado antes, pero que a la vez era nuevo, KyungSoo o en este caso D.O llego sus brazos alrededor del cuello de JongIn o Kai, para juntar más sus labios, aquel era un simple roce de labios, pero poco a poco los recuerdos de su vida actual los ayudo para aplicar esa experiencia previa a este beso.
JongIn fue metiendo su lengua en la boca del menor, él cual le dio acceso inmediato, en poco tiempo ambos estaban moviendo sus bocas al compás de la otra, logrando por un momento fundirse en uno solo.
-Consíganse un hotel- escucharon decir a alguien con un tono divertido.
Ambos se separaron por la sorpresa, al volver la mirada a la puerta vieron a Sehun y Luhan, el primero estaba riendo maliciosamente, mientras el segundo se cruzaba de brazos, algo enojado.
D.O al asociar aquellos rostros con los de los pequeños niños que jugaban con en él cuando aún era un muñeco corrió hacia ellos para abrazarlos.
Sin poder evitarlo las lágrimas salieron de sus ojos, realmente D.O quería a esos dos y se alegraba de volverlos a ver, pues Sehun era quien le había dado horas de alegría al jugar con él y nunca dejarlo solo, mientras que Luhan fue quien animo a Sehun para que jugara con él, para que no tuviera miedo de lo que su abuela dijera, rio un poco al recordar que lo consideraba una mala influencia para su pequeño amigo, una muy buena mala influencia. Sin duda ahora, más que nunca quería mas a esos dos, pues su cariño hacia ellos como D.O y KyungSoo ahora eran uno solo.
Por su parte JongIn/Kai veía aquella tierna escena con melancolía, él no tenía muchos recuerdos junto con humanos en su vida como muñeco al igual que KyngSoo, con los únicos humanos que él había convivido eran con aquellos niños que lo sacaron de la canasta de regalos y lo dejaron junto a KyungSoo/D.O, entonces pensó que al ver a sus ahora amigos quizás podría reaccionar como su novio, claro que controlándose un poco más o terminaría asustando a todos.
-¿Qué le hiciste a mi hermanito?-Pregunto Luhan sin dejar de abrazar a KyungSoo y mirando mal a JongIn-Sabia que no podía confiar en un negro.
-Él no me ha hecho nada, es solo que- comenzó el pequeño ojon tratando de buscar una excusa creíble que vino de inmediato a su mente-es solo que recordé cuando vine por primera vez a esta casa.
Luhan suavizo su mirada y abrazo a su hermano, al ver que todo estaba de nuevo en orden metieron las maletas de los ahora novios en el auto de JongIn para partir a su viaje.
