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Confesion por Soul-CaT

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Notas del capitulo:

Hola :D
esto ya se acabo! sipi! se acabo y Cavallone no pudo hacer de las suyas, pero se acerca ewe, ademas tendra muchas mas oportunidades!
Di-san: me usaron uwu, Krl me uso para crear un facebook.
Krl: no te use tu lo hiciste a voluntad xD bueno, se acabo la torpeza torezosca de Dino u.u .... en este Fic xD
Di-san: Espero les guste el cap !

Krl: ayer lo hice mientras me quede sola! fue el resultado de la libertad, con el recalentado y algunos dibujos D18 

Di-san: Krl dibujo a Kyo-chan encima de Dino ewe

Krl: oie zhi!

Katekyo Hitman Reborn no nos pertenece sino a la grandiosa, magestuosa y sensual Akira Amano :*

– Veo que estas algo preocupado, Hibari – menciono el infante provocando una mueca de disgusto en el joven guardián de la nube. El aludido simplemente se recargo en una de las paredes que le rodeaban, dispuesto a escuchar al arcobaleno, siempre valía la pena escuchar al arcobaleno.

– Bebe, ¿A qué has venido? – si bien la nube le tenía un gran respeto al infante, no solo por su fuerza, sino también a que debido a él había logrado tener grandes peleas que lo sacaban de la rutina.

– veras, tal parece que mis alumnos son unos idiotas sin remedio – se burlaba el pequeño mientras de un brinco llegaba a uno de los bordes de la azotea de la escuela, sentándose.

– … – Hibari no hizo mención de palabra alguna, después de todo oiría lo que tenía que decirle y si por alguna razón le parecía aburrido se retiraría ya que dudaba se tratara de una pelea lo que quería hablar. Por otro lado reconoció el “mis alumnos” como el Haneuma y el Herbívoro.

El Haneuma…

Dino…

– Creo tener la respuesta a tus problemas – Directo al punto, así era la forma en la que se debía tratar al guardián, el azabache solo alzo una ceja en señal de duda.

– ¿… mis problemas? – era la duda que le nació, ¿Cuáles problemas? El no tenía ninguno aunque… justo ahora, creía tener uno.

– Me refiero a la razón de tu torpeza frente a Dino – otra vez el nombre resonaba en su cabeza, odiaba tanto esa sensación, por un segundo perdió el respirar y sintió un ligero calor rodear sus mejillas, calor imperceptible para cualquier persona pero lo que el menor no sabía era que ese “calor” se reflejaba en un color rojizo colocado en sus mejillas, uno muy leve cabe decir, pero en fin aparecía.

De nuevo no recibió respuesta más que la esquiva mirada del guardián. Reborn sonrió al notar el ligero rubor en el guardián más fuerte.

– Tal parece que es una enfermedad muy grave originaria de Italia – dijo recalcando muy bien que era una “enfermedad” y su lugar de origen. Kyoya solo atinó a decir “Bingo” en su subconsciente, él sabía que era una enfermedad (o al menos eso pensaba) aunque algunas enfermeras con las que trato se reían y decían algo extraño, mencionaba uno de los extraños sentimientos de los herbívoros, Kyoya no comprendía esas cosas, para el eran cosas de herbívoros y por lo mismo no se involucraba en lo absoluto – La única cura es… - dejaba un espacio para llamar la atención de la alondra – Que salgas con Dino –

– ¡¡¿QUEEE?!! – y aquí, damas y caballeros es cuando a la nubecilla casi le da un infarto. ¡¿Salir con Cavallone?! ¡¿Él?! Eso era una locura no era una herbívora como para salir con un hombre, porque… él era hombre y Cavallone también… de pronto el calor subió al imaginarse tan solo besar al haneuma porque… ¿Eso hacen las parejas no?... aunque, ya lo había hecho, bueno no exactamente, el potro había juntado sus labios… pero fue un beso… robado pero lo fue.

Reborn no podía evitar divertirse con la cara de confusión de Kyoya, había pensado cobrarle a Dino por hacerle el favor pero pensándolo bien el solo mirar al guardián más fuerte, serio, cortante y frio de la Décima generación, atesoraría ese recuerdo por siempre, y es que Hibari mataba de risa, ver como se perdió entre sus pensamientos y el sonrojo iba creciendo a niveles inimaginables, ver como con solo una palabra comenzó a hacerse quien sabe que ideas, ¡oh! ¡Como deseaba haber traído una cámara! Si no fuera porque Hibari tenía más “porte” podría jurar que era un Tsuna versión Carnívoro, ¡oh, sí! Así de grande fue el ataque de histeria que le dio a la nube.

– Jum, la única cura es hacer que la persona que te contagio te colme la paciencia – Hibari se calmó y volvió a su estoica mirada conservando un poco de confusión y el ceño fruncido. – Necesitas que Dino se vuelva lo suficiente idiota como para que no lo soportes, ni siquiera su presencia, y eso sin duda solo pasara si sales con el – Hibari no entendió el método de cura de Reborn, ¿se supone que salir con Cavallone lo ayude?

– Justo ahora le crees como idiota ¿no? –

– Un idiota sin remedio – Sin dudarlo.

– Pues tiene que ser mucho más idiota, y cuando salga contigo será un idiota al máximo, pero tienes que permanecer a su lado por un periodo considerado de tiempo, de ese modo irán desapareciendo los síntomas de tu cuerpo – no entendía, se supone que Cavallone fue quien lo contagio, y lo que Reborn le decía era que la cura era pasar tiempo con él.

– ¿Y cómo se supone que eso me ayude? – Pregunto serio

– Solo la presencia y la molestia de la persona que te contagio puede curarte, de lo contrario… - Reborn callo solo para llamar la duda del guardián quien no tardo en demostrarla.

– ¿De lo contrario…? – repitió su última frase, y el infante escondió la mirada en su sombrero sosteniendo una sonrisa, como se divertiría con esto.

– Tus piernas se inmovilizaran, tu cuerpo se ira debilitando, perderás la vista así como te iras deteriorando lenta y dolorosamente, sin contar que en esa condición no podrás volver a pelear ni regresar a Namimori, ya que podrías contagiar a alguien –

La nube ya no sabía si era una broma u otra de las locas cosas de la mafia, y si era así, ¿Cómo es que le permiten a Cavallone andar tan campante?

– No pienso hacerlo –

– Como gustes, yo solo vine a advertirte después de todo eres un guardián Vongola – y así como llego se fue.

¡A la mierda! Si tenía que morir lo haría, pero jamás, repito JAMAS saldría con Dino, ¡Oh, no! ¡Eso no! Y mucho menos cuando el lo había tocado, porque si lo pensaba bien Dino siempre lo tocaba, aunque eran roces discretos pero lo hacía, y el muy maldito se disculpaba usando como escusa su torpeza, y más de una vez le había tocado el trasero, ahora que lo pensaba ¿Cómo fue que le ha permitido al potro vivir tanto tiempo?

°    °    °

– Waaa, KYOYA~!! – Mientras tanto nuestro querido capo seguía lamentándose el ser tan pervert– digo, el ser tan torpe con la pequeña nubecilla. Y Romario, Ivan y sus demás hombres estaban que en cualquier momento saltaban por la ventana y emprendían huida de la mansión porque llevaban semanas, escuchen bien SEMANAS, oyendo los lamentos y gimoteos del joven Jefe. No habían dormido bien y temían que alguna familia enemiga se enterara del estado de ánimo de Dino y atacaran la mansión.

– Jefe cálmese – Hablaba un preocupado Romario.

– Pero… – Pronto se les acabaría la paciencia a sus pobres subordinados.

– ¡Jefe tiene llamada de Reborn! – entro uno de los más fieles subordinados a su oficina pasándole la llamada a el teléfono de su oficina. Dino dudo algo en contestar la llamada pero fue animado por los demás quienes rogaban al cielo que le tuviera una de sus planes descabellados para asi al menos tener entretenido al Cavallone.

– Ciausso – Fue la voz de su ex tutor lo primero que escucho al acercar el artefacto a su oído – Necesito que vengas a Japón ahora – genial le pedía que fuera a Japón de nuevo, pero por más que deseara ver a Kyoya aún no estaba listo para verlo de nuevo, y menos tomando en cuenta su última visita a Japón.

– L-lo siento Reborn, no puedo –Fue su contestación bastante desanimada la que recibió el arcobaleno y los subordinados de Dino se desanimaron dejando de lado la idea de librarse de los lamentos de su jefe.

– No te pregunte, VEN A JAPÓN AHORA – y sin más colgaba dejando a Dino  asustado, acababa de usar el mismo tono que cuando era su tutor y lo lanzaba sin piedad hacia una jauría de lobos salvajes, esas cosas que lo traumaron de por vida.

°    °    °

EN JAPON

El rubio se encaminaba a la azotea de la escuela de Namimori, no sabía ni porque Reborn lo había obligado a ir hacia halla, al parecer el arcobaleno lo quería muerto.

Subía las escaleras hacia el lugar y rogaba al cielo porque Kyoya no se encontrara en ese lugar, aun no sabía cómo podría disculparse, solo esperaba que Tsuna y los demás estuvieran allí y así hacerse el desentendido. Seguía sin saber que nueva locura fue la que lo llevo a Japón, si bien el infante solo le llamaba para torturar a la Décima Generación.

Abría la puerta y se encontraba con que todo estaba tranquilo, se relajó un poco al notar la ausencia del guardián de la nube.

– Haneuma – De acuerdo, la paz le duró poco.

–¡Ky-Kyoya! – EL rubio se exalto al escuchar la voz de su pupilo y volteo a verlo, encontrándolo con el ceño fruncido.

– ¿Quién te crees para regresar aquí? – se notaba que estaba molesto pero a pesar de ello aun no lo golpeaba, daba gracias al cielo que aún no lo golpeaba.

– Eh… yo… bueno… lo siento Kyoya – y sin más bajo la mirada cual cachorro regañado, eso molesto aún más a Kyoya, ahora venía a hacerse el inocente.

– ¿lo sientes? – Se notaba el enfado en su voz o al menos eso le parecio al italiano porque por dentro Hibari estaba nervioso, ok, tenía que darle un “si, acepto salir contigo” pero… ¿Cómo se supone que haría eso? Él Bebe le dijo que Dino iria al instituto que posiblemente seria la última vez, así que si deseaba arreglar su problema solo tendría esa oportunidad.

– Yo… Kyoya… no quería… – y ahora le decía que después de todo no quería, que gran idiota era Cavallone.

– ah, ¿No querías? – se estaba enfadando en serio, al diablo con Cavallone el buscaría la cura el cualquier otra parte.

– Bueno… si, pero… no quería incomodarte Kyoya – y Dino miro fijo a los ojos al menor, con un ligero rubor –Sé que debe ser extraño para ti pero… – se acercaba de a poco al menor mientras mantenía la palabra y la mirada de cachorro – pero quiero que sepas que te amo, y… – El capo iba juntando fuerzas de donde podía y Kyoya retrocedía de a poco hasta topar con una malla metálica produciendo el tan conocido sonido de cuando chocas con una – estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de… – y se acercaba a menor colocando ambas manos a su alrededor  acorralándolo – con tal de salir contigo – su aliento se acercaba y Kyoya casi podría jurar que lo que respiraba era Cavallone, de pronto los síntomas regresaron, y el calor se apodero de sus mejillas, cerró los ojos esperando el impacto , en algún punto había una sensación agradable en todo lo que le hacía sentir el potro.

– ¿Kyoya? – Pregunto dudoso al ver la falta de agresividad de parte del guardián y al mirarle de cerca este se mantenía con los ojos cerrados y un lindo rubor en sus mejillas junto con los labios entre abiertos – …Kyoya…  tu…? – Dino no se lo podía creer, la forma tan tranquila en la que estaba pareciese que…

Hibari abrió los ojos al oir la voz de Dino de nueva cuenta y dándose cuenta de su acción, se enfadó consigo mismo, ¡Ah, pero quien debe pagar es Cavallone! Así que de un solo golpe se deshizo del mayor, sus mejillas contenían un lindo rubor que a pesar de ser golpeado atesoraría por siempre.

– Auch, KYOYA~! – arrastro la última vocal más de lo debido y con un tono de lo más infantil, de un solo movimiento se lanzó sobre el menor tirándolo contra el piso, y este no dejaba de moverse tratando de quitárselo de encima – ¡Kyoya, Te amo! ¡¡Te amo!! – comenzó a profesar su amor a los cuatro vientos y el color paso de sus mejillas a todo su rostro dejando a la nube similar a un jitomate.

– Quitate de encima Haneuma – Lo golpeara si no se callaba, Reborn le decía que necesitaba que Dino fuera idiota, pero no podía imaginarse que fuera taaaaan idiota y eso que aún no le daba el “si”.

– Kyoya, te amo – Juntaba sus labios a los de la alondra haciendo que esta abriera grande los ojos, pero esta vez el beso duro mas tiempo y fue dado con cariño de parte del italiano, Hibari cerró los ojos y se tranquilizó sintiendo el tacto de Cavallone.

– Kyoya, ¿Saldrías conmigo? –le preguntaba apenas se separaban y su mirada era de adoración absoluta. Hibari escondió la mirada.

– No tengo otra opción – simple, pero esas simples palabras llenaron de felicidad al capo.

– Gracias – y volvió a besar sus labios, cuantas veces no había soñado con ese par de bordes color rosa y cuantas noches no había soñado con tener al guardia, siendo sincero le daban ganas de ir más lejos y hacer jadear y gemir de placer al guardián, pero le daría tiempo, además no quería tomarlo en un lugar como ese, o por lo menos no la primera vez.

°   °   °

– Imbécil, ¿Por qué me sigues? – El peli-plata caminaba por el instituto al lado del beisbolista.

– Jajaja tranquilo Gokudera, yo también olvide algo en el salón – hablo tranquilo el azabache mientras caminaba al lado del auto proclamado mano derecha del décimo.

Resulta que ambos olvidaron quien sabe que en la escuela, regresando en la anochecer para recuperar sus propiedades.

D – Mas te vale que te alejes maldito, yo no necesi—no pudo terminar su frase pues ambos escucharon un sonido extraño provenir de una de las aulas y acercándose cautelosos fue que descubrieron algo que no deseaban ver.

D – hng, quítate haneuma…. Hng – Era el gemido del prefecto y su voz lo que los alarmo y al asomarse por la puesta fue que descubrieron la “razón del porque”.

Dino le tenía acorralado contra el escritorio estaba besando su cuello y metiéndole mano al prefecto mientras este se retorcía y lo empujaba.

– Kyoya… vamos, sé que te gusta – susurro en su oído y metía su mano en los pantalones escolares acariciando los glúteos haciendo gemir al guardián quien soltaba una sarta de maldiciones hacia su persona mientras negaba y se retorcía. Ambos amigos se sonrojaron a más no poder  e iban retrocediendo de a poco pero por cosas del destino tropezaron con quien sabe qué cosa que se encontraba en el pasillo llamando la atención del prefecto y su tutor.

– …. Ehh… este… n-nosotros no vimos nada – Hablo Gokudera de lo más incómodo.

– P-por favor, o-olvídense de nosotros,  s-sigan con lo suyo – Yamamoto trato de tranquilizar el momento y disculpándose ambos salieron corriendo del recinto.

– Haneuma – pateo a Dino en las partes bajas y se alejó acomodándose la ropa mientras lo dejaba tirado.

El maldito siempre intentaba propasarse con él, a decir verdad no sabía si podría seguir con eso solo por curarse.

– Kyoya – lo abrazaba por la espalda aun algo adolorido – vamos, solo una vez – le hablaba al oído y Kyoya se estremecía sintiendo su aliento, hasta ahora solo había conseguido que los síntomas se incrementaran – ¿sí? – lamia su oreja, y es que a pesar de haberle dicho que le daría su espacio a Cavallone se le quemaban las Abas por tener a la nube. Lo pervertido no se le pasaba.

– Vete a la mierda – y lo golpeaba, ahora no sabía cómo quitárselo de encima, desde que acepto salir con él no se lo quitaba de encima y cada vez viajaba más a Japón y pasaba más tiempo con él, debía de aceptar que eso era bueno… no por estar con el claro… pero de ese modo podía tener más peleas, le daba lo que pedía, le mimaba, y hacia lo que le pedía, tal vez era más escandaloso pero no era tan malo y esa extraña sensación seguía presente pero en algún punto era agradable.

– Ne, Kyoya, Ti amo – le besaba y cada vez que lo hacía iba aumentando el nivel,  a Hibari empezaba a gustarle el roce de labios y las caricias del mayor… tal vez, solo tal vez, no sería tan malo seguir enfermo.

Y tal vez solo tal vez, podría permitirle a Cavallone uno de sus “juegos”. Pero claro, Cavallone debía hacerse responsable de sus acciones.

Notas finales:

Final Chimpa lo se xD

Di-san: si podemos y si a Krl le da la inspiracion.

Krl: Oh shea! B|

Di-san: saldran pronto los cap de Family Cello y Ave sin alas! bueno nos vemos luego!

Krl: achi es :3 gracias por todo!


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