Dino se esmero en tranquilizar a Kyoya pero sin ningun exito y al cabo de unos minutos se encontraban de nuevo en una "batalla" que si bien se podia resumir en "Dejate querer! - No!".
Y de ese modo entre empujon, jaloneo y una que otra mordida por parte de Kyoya, terminaron por ir en la orilla de la azotea, donde Dino, gracias a su torpeza nata resbalo y callo de la azotea... y hubiera quedado estampado en el pavimento de no ser que Hibari le sujeto de la camisa en un acto de reflejo, o al menos eso penso Dino. Aun que ahora que lo pensaba bien tal vez hubiera sido mejor caer, puesto que la nube lo fulminaba con la mirada de la cual se podia leer un claro y espeluznante "Kamikoros" que le helaba hasta los huesos.
Por otra parte Hibari se ingeniaba una y mil maneras de torturar al potro, puesto que esto no se quedaria asi... ¡Oh no! El muy maldito EN VERDAD se habia pasado de la raya con el puesto que no solo eran las ridiculas posiciones en las que lo sometia con su latigo, sino tambien en ciertas ocasiones que entrenando fuera de Namimori al llegar la noche habia compartido habitacion con el potro, este usando el pretexto de "No quedan más habitaciones disponibles Kyoya"... y el aludido por consideracion le permitio compartir no solo el cuarto sino tambien la cama... ¡Hijo de puta! Ademas sin contar que en la mañana el Cavallone siempre amanecia abrazado a el como si su vida dependiera de ello, claro que como buen carnivoro lo mordia hasta la muerte.
Mientras todo esto pasaba los chicos que ingresaban a la escuela se percaptaron de que una silueta colgaba de la azotea de la escuela, estremeciendose y apresurandose a ayudarle, pero... habia un problema... el prefecto era quien le sostenia... y por la cara que se cargaba... seria un suicidio acudir a ayudarle... pobre hombre...
-¡¡¡Hiiii!!! ¡¡¡D-Dino-san!!! - Grito despavorido el Decimo vongola a la ves que el junto con sus guardianes de la lluvia y tormenta se apresuraban a ayudarle... pero entonces notaron la "otra" presencia.
-¡¡¡H-Hibari-san!!!- se detuvo en seco paralizado por el miedo al igual que sus guardianes quienes solo tenian una gota cayendo de su cien.
- Tks, se lo busco- Dijo el Guardian de la tormenta dandose la vuelta.
- Jajaja tal vez, ma, ma, tranquilo Tsuna estara bien - ahora era el guardian de la lluvia quien palmeaba la espalda de Tsuna apoyandolo en que no se sintiera mal por "abandonar" a su amigo.
- S-si, jejeje - rio con nerviosismo dando la vuelta -* lo siento mucho Dino-san*- lloriqueo en su mente.
Del mismo modo los estudiantes de la Nami juntos con los profesores desidieron hacer la vista gorda del pobre extranjero que colgaba de la escuela.
Kyoya se aguanto las ganas de dejarlo caer por la colera y le ayudo a subir, no sin antes amenazarlo con morderlo hasta la muerte si trataba de hacer algo raro. Dino obediente sedio, pero como el gran Dame-ex alumno de Reborn que era tropezo con un gran osbtaculo invisible y callo encima de la alondra.... definitivo... estaba muerto...
Dino tragaba seco, y se movia tratando de levantarse pero puesto que su Torpeza estaba en modo turbo solo consiguio rozar su rodilla con la entrepierna del guardian.
- nngh- un ligero gemido fue el que solto Kyoya ruborizandose al instante al igual que el italiano quien no podia mas que maldecirse por ser tan inutil.
- M-maldita sea Cavallone quitate de encima! - Dino se movia torpemente y ahora Hibari lo empujaba para quitarselo de encima cosa que no ayudo mucho puesto que Dino termino entre las piernas del nipón. - L-lo siento K-Kyoya! -era un idiota, era un maldito.,. Era un... Era un!... y otra vez soltaba otro maldito gemido en contra de su voluntad... maldita sea!, por alguna razón se sentia bien la pierna del Cavallone en ese lugar, rozando, y... ahora sentía algo más.... algo mas duro.... ¡MALDITO POTRO HIJO DE PU**! Se lo quito de encima lo mas rapido que pudo antes de que "eso" resultara un problema.. y por lo que sintio.. un GRAN problema.
- auch!... perdon Kyoya - bajaba la cabeza y escondia su "problema" de la mirada del menor... y es que ¡mierda! ¡Si su jadeo era jodidame te excitante, sus gemidos eran el afrodisiaco mas efectivo! Tenia que ser un maldito pervertido por excitarse de esa manera.
- Te mordere hasta la muerte- pronuncio con un notorio sonrojo que no le ayudo para nada, puesto que fuera de parecer amenazante para el potro se le antojaba... insinuante... maldita perversión.
- Kyoya...- dijo en un hilo de voz bajando aun mas la mirada, se sentia bastante mal por hacerle ese tipo de cosas al nipón puesto que... si lo pensaba mejor... varias veces le hizo algo "similar" al joven, tal vez... solo tal vez, mientras dormia le tocaba "un poquito", pero solo un poquito que quede claro.
Hibari se acerco amenazante aunque al ver al italiano tan decaido en vez de morderlo se le antojaba abrazarlo.... ¿Porqué? Quien sabe, pero era lo que sentia y termino por darse la vuelta y marcharse... ya se las pagaria en otro momento.... otro momento en el que no tuviera semejante problema, porqie aunque le doliera el orgullo el tambien se sintio un poco "inquieto" *Maldito Cavallone* solo podia maldecirlo mientras se marchaba y el potro avergonzado por lo que le hizo a la nube solo le vio partir.