Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Te quiero, no lo olvides por PJ Brown

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

               

¿Cómo puedes amar a alguien a quien odias? Esa era el principal dilema al que se enfrentaban Tom y Josh.

Tom comenzó la guerra como lo había prometido. Se empeñó mucho en hacer rabiar a Josh, molestándolo cada que se le cruzaba la ocasión. Y fue tanto así, que comenzó a hacerse una obsesión.

Aquel día, ya era tarde. Josh estaba en la biblioteca como acostumbraba a hacer todos los miércoles después de dos horas de historia del arte- Tom ya tenía bien memorizados sus horarios- y en esos momentos se le veía tan agotado, que parecía estar a punto de caer dormido.

Tom lo había estado observando desde que había ingresado en la biblioteca. Lo había visto tomar su cuaderno que utilizaba para las notas de clase, hacer una guía de estudio de dos hojas con expresión concentrada, dar tres repasadas susurrando para sí mismo, hacer anotaciones en los márgenes y finalmente, sonreír satisfecho. Todo eso mientras daba vueltas por ahí haciéndose el idiota.

Sólo hasta ese momento se había dignado a dejar de jugar al escondite para tomar asiento frente a Josh.

-Me canso de sólo verte ¿no tienes nada mejor que hacer?-  comentó Tom.

Josh sonrió.

-Estoy estudiando ¿tú no estudias?

-Por supuesto que sí ¿me tomas de idiota?-  comentó Tom ofendido.

-En realidad yo no...

Josh dejó escapar un suspiro.

-Olvídalo. Piensa lo que quieras.

El rubio creía que era una pérdida de tiempo hablar con aquel tipo, quien seguramente estaba tratando de distraerlo de sus estudios. Así que tomó sus cosas para dejar la biblioteca de una vez por todas.

-Eh ¿estás escapando?-  preguntó Tom arqueando una ceja-.  ¿Tienes miedo Campbell? Tranquilo, no muerdo.

El rubio estaba al tanto de que eso último era una vil mentira. Por todos lados era bien sabido que Tom era un mujeriego, déspota y sobretodo, un sádico de primera mano.

Simplemente lo ignoró, no obstante, cuando estaba a punto de irse, se detuvo en seco.

-¿Por qué estás aquí?-  preguntó Josh girándose hacia él.

Tom se hizo el idiota, fingiendo que no sabía de lo que hablaba.

-¿Crees que no me di cuenta de que andabas por ahí caminando como imbécil?-  comentó Josh con una sonrisa-.  Nunca has entrado a una biblioteca ¿verdad?

Indignado, además de furioso, Tom frunció el ceño.

-¿Y qué si no?-  gruñó él entre dientes.

Josh ensanchó su sonrisa.

Se lo había imaginado, no sólo porque no era el tipo de chico que se propone a estudiar en la biblioteca, o de los que tienen pasión por la lectura, más bien era el hecho de que hubiera estado hojeando con interés un libro de la sección de ciencias cuando se suponía que Tomas Monroe estaba peleado con todo lo referente a Química después de haber repetido todo un año por culpa de esa materia.

-Me lo imaginaba-  dijo Josh-, por eso te lo pregunto una vez más: ¿Por qué estás aquí?

Tom no estaba seguro de qué responder ¿Le diría que en realidad se obsesionaba con observarlo? ¿Le confesaría que había investigado acerca de él con la estúpida farsa de averiguar absolutamente todo de su adversario? ¿Admitiría que la primera vez que lo vio tuvo la sensación de haber encontrado a su otra mitad? ¡Ni aunque fueran las dos últimas personas en el mundo! Eran un montón de idioteces. Él odiaba a ese estúpido de sonrisa asquerosamente radiante, nada más.

-No te interesa-  gruñó, disponiéndose a retirarse.

Ninguno de los dos cayó en la cuenta de que habían comenzado a caminar juntos.

-¿Te han dicho que pareces un acosador?-  comentó el rubio divertido.

Tom hizo una mueca de asco, provocando las carcajadas de Josh.

-Idiota-  comentó el pelirrojo.

Josh sonrió. No comprendía del todo a Tom, no sabía si lo quería como un rival o un amigo. Era verdad que en un principio el pelirrojo le había dado las dos opciones y rechazó su amistad, pero comenzaba a creer que posiblemente cometió un error.

Lo odiaba por ser un imbécil inmaduro que se tomaba todo como un juego y vivía de humillar a las personas por el simple hecho de resultarle divertido. Sin embargo, al captar aquellos ojos fijos en él durante el almuerzo, creía ver tristeza en ellos, dándole a entender que lo único que necesitaba era un poco de compañía.

El corazón de Josh era grande y noble, tanto así, que jamás le daba la espalda a alguien ni aunque lo trataran como escoria. Y precisamente por eso, no sabía si debía seguir odiando al pelirrojo.

Así que esa noche decidió hablar con Duncan.

-Sabes que era amigo mío, pero la verdad es que nunca nos llevamos bien. Detesto a la gente que trata a los demás como si trabajaran para ellos-  dijo Duncan-.  No creo que debas relacionarte con él.

Josh apretó los labios. Su amigo tenía razón, Tom era como el mismísimo demonio encarnado: demasiado cruel, demasiado terco, demasiado cínico y sumamente sádico.

Era un peligro. No podía confiar en él.

Y a pesar de esto, seguía teniendo la sensación de que no podía negarle su amistad, pues una parte de él tenía una inmensa curiosidad hacia el chico rebelde más peligroso de todo el instituto. Parte de ello se reflejaba en el hecho de que se había dado la tarea de investigar un poco acerca de él.

Sabía que era terrible en ciencias. Sabía que su familia era adinerada. Sabía que era un mujeriego desde nacimiento. Sabía que prefería el café al té. Sabía que tenía todo un grupo de seguidores igual de patanes que él. Sabía que le encantaba humillar a la gente y gastarle bromas pesadas. Y aunque nadie se lo hubiera dicho, sabía que se sentía solo.

-Yo nunca quise odiarte-  admites con la vista en el suelo. No te atreves a mirarlo, eres lo demasiado cobarde como para verlo a los ojos.

-Lo sé-  dice él.

No sabes si está sonriendo o si frunce el entrecejo con dolor, pero sientes su mirada sobre ti y por eso te atreves a alzar la vista con timidez. Entonces te das cuenta de que no sonríe, tampoco frunce el entrecejo, simplemente te observa.

Tratas de leer lo que dicen sus ojos, pero se te hace imposible, porque tienes la sensación de que ya no lo conoces.

               
Notas finales:

 

       

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).