Autor/a: DelPacifico.
Disclaimer: Diamond no Ace no me pertenece, esta grandiosa obra pertenece a Yuji Terajima.
Explícito
Kawakami Norifumi/Tanba Koichiro.
– Bah. – exclamó desganado el outfielder de segundo año tras abandonar el salón de clases. – No veo porque todos se exaltan tanto por un vídeo porno. – habló, entretanto miraba a sus acompañantes, Miyuki y Norifumi.
El Seidou tenía la tradición de presentar en el auditorio a los alumnos de segundo y tercer año un vídeo sobre educación sexual, los únicos exentos de tales actividades eran los de primer año, ya que el instituto los consideraba muy jóvenes para obtener dicha información.
– ¡K-kuramochi! – reprochó Kawakami, ya con el rostro acalorado. Suficientemente bochornosa había sido el seminario para que su compañero de equipo se lo estuviera recordando nuevamente. – ¿Podrías tener un poco más de cuidado al expresarte? – cuestionó con cierto decoro.
Miyuki rió jovial.
– Maa, maa. – musitó el cátcher para aligerar el ambiente. – Pasemos del tema y vamos a la práctica, Nori-san.
Kawakami asintió con un muy leve rubor situado en sus mejillas. Solo esperaba no escuchar más comentarios con respecto a la dichosa charla dada por los educadores. Toda la situación le parecía de lo más vergonzosa y prefería mantener los recuerdos del seminario lejos de su mente. Intentaría enfocarse en la práctica, probablemente lanzar un poco le distraería de sus pensamientos.
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– ¿Verdad? – Norifumi solo quería que se lo tragara la tierra. – La tía las tenía muy grandes.
– Si, quizá era copa F. – respondió. – ¿Serían falsas?
– Por supuesto, ninguna japonesa las tendría de ese tamaño.
Ya con las orejas completamente rojas Kawakami decidió realizar una huida estratégica del sitio. Más tarde completaría la ronda de vueltas alrededor del campo, por el momento necesitaba mantener distancia de esa conversación tan indecente.
Acudió con el resto de los pitchers titulares, tomando su sitio correspondiente en el bullpen, después de tomar su guante. Dos de los miembros de ahí, Sawamura y Furuya, estaban en primer año así que dudaba seriamente que el tema, el mismo que llevaba evadiendo todo el día, saliera a luz.
– Nee. – Eijun se acercó a Norifumi, abandonando de momento su puesto. Algo en esa mueca curiosa no le daba un buen presentimiento. – ¿A dónde fueron hoy los de segundo y tercer año?
Kawakami sorprendido con la guardia baja se tensó hasta la punta de sus dedos. Bajo la mirada indiscreta de Sawamura fue coloreándose hasta adquirir un tono rojo maduro. No podría responder abiertamente a su kohai que se encontraban en ese tipo de charla.
– A-ah… – boqueó un par de veces indeciso. – V-verás… Sawamura-kun.
– ¿Hm? – el pitcher de primer año avanzó un paso en su dirección. Norifumi casi podía distinguir un brillo en la mirada de Eijun, como si él realmente fuera a decirle sobre un acontecimiento importante.
– Yo… – musitó. – ¡Lo siento! – gritó sorprendiendo a los miembros que se encontraban a su alrededor, antes de darse a la fuga lo más rápido que sus piernas se lo permitían.
Miyuki cubrió sus labios en parte con el guante para evitar reír muy estruendosamente, ganándose miradas de los de primer año, quienes no comprendían el motivo de la huida o por el que el cátcher reía tan expresamente.
Tanba, que ya había tenido un presentimiento sobre las reacciones de Norifumi con respecto al seminario, se disculpó en su nombre y siguió al pitcher de segundo año. Tomó su tiempo pero logró dar con su ubicación gracias a Chris, quien logró divisarlo anteriormente, y lo halló echo un ovillo en un rincón de la sala de pesas. Inhaló lentamente, sabía lo delicado que era Kawakami con respecto a ciertos temas, más si estos eran de carácter sexual.
Con cuidado se acercó hasta el menor, ofreciendo tiempo para que Norifumi se percatara de su presencia.
– Tanba-san. – murmuró. – Lo siento.
– No te disculpes. – contestó. – Vamos, la práctica continúa.
– Pero... –
Koichiro negó levemente, Kawakami carecía de confianza, y ahora encontrándose apenado era aún más notorio.
– No pasa nada. – aseguró. – Vamos. – repitió, animándolo.
– Si... –
Extendió la mano en su dirección, la misma fue aceptada –tras unos segundos de obvia duda–, por el pitcher de segundo, y gracias al agarre logró dejarlo de pie. Se permitió observarlo con detenimiento por unos breves instantes.
– Tenemos sexo. – espetó con calma. – Y de igual forma te sientes cohibido cuando el tema sale a colación. – comentó, no comprendiendo los motivos que impulsaban la pena de quien era su pareja. – Aún cuando nosotros hacemos cosas más explícitas que en ese vídeo.
– ¡Tanba-san! – reclamó Norifumi exhibiendo un rubor intenso en sus pómulos.
– Lo siento. – respondió. – Pensaba en voz alta. – se excusó, no quería de ninguna forma incomodar a Norifumi.
– Eso es... porque eres tú... Tanba-san. – murmuró. – Por eso... –
Y mientras iban tomados de la mano Koichiro solo podía sentirse afortunado y tentado a la vez. Afortunado de guardar una relación amorosa con Kawakami. Tentado pues Norifumi era demasiado adorable para su propio bien. Tanba solo anhelaba ser aún más explícito con él.