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Argodraemon por Cutest

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Notas del capitulo:

Miercoles de esta cosa rara que escribo xD ojala lo disfruten

Capítulo II: El verte

—Ryuki…Ryuki…

Mi madre me despertó repentinamente. Eran como las 10 de la mañana y estaba muerto de sueño.

— ¿Qué pasa mamá? ¿Qué hora es?

—Ryuki, en la panadería, hay un niño que te busca.

— ¿Qué? ¿En serio?

No le di tiempo a responder porque me puse a cambiarme al instante. Mi madre no preguntó nada…simplemente se fue lentamente…como si fuera un simio esquizofrénico con una navaja en la mano. Me terminé de vestir y bajé las escaleras hasta doblar hacia el pasillo que conducía a la tienda. La verdad que no sabía muy bien por qué tanto apuro…supongo que realmente quería ver al jovencito ese. Llegué a la panadería y ahí estaba él, esperándome. Ese día al parecer había muchos clientes asique mi madre andaba algo ocupada.

—Hola –lo saludé.

—ho-hola, disculpa que vine tan temprano ¿te desperté cierto?

—Emm…si…

—Disculpa, es que no pude dormir, y estaba algo impaciente…y…bueno, no se… ¿ya está lista la poción? Porque si no puedo esperar, aunque debería haber esperado más en vez de despertarte…

Vaya, se excusaba demasiado y ni siquiera le llegué a decir nada.

—Hey, tranquilo…mira, ni siquiera pude hacerla…

— ¿Qué?

—Lo siento, pero subestimé la receta, no tengo los ingredientes, ni las avispas…

—…comprendo… -el niño se calmó instantáneamente y pareció desilusionado.

— ¿Cómo te llamas? –le pregunté.

—Tobi…tengo 11 años…

—Bueno Tobi de 11 años, no te pongas así, una amiga me ayudará a encontrar los ingredientes ¿sí?

El niño asintió, pero siguió viéndose desilusionado.

— ¿Comiste algo? ¿Desayunaste?

—No…

Extendí la mano hacia él y me quedó mirando totalmente incrédulo.

—Ven, vamos a comer algo.

—Pero…

—Vamos, que yo tampoco comí, si ya me despertaste al menos desayunemos juntos.

Tobi se sonrojó al decirle eso.

—Perdón por despertarte…

—No seas necio, vamos, ven.

El niño agarró mi mano y caminamos por el pasillo hasta llegar a la cocina de mi casa. Sentir su mano me hacía temblar por dentro…se sentía tan suave…

— ¿Qué quieres desayunar?

—Cualquier cosa esta bien para mí –dijo.

—Mmm… ¿quieres leche con chocolate? Tengo un poco.

— ¿De veras? –preguntó algo emocionado.

—Claro –le dije riendo por su reacción.

—De acuerdo…dame un poco…

Como andaba goloso yo también me preparé una junto a él y nos sentamos en la mesa de la cocina a desayunar con un par de panes caseros que había hecho.

—Está muy rico –dijo Tobi.

—Los hice yo, gracias.

—Increíble.

En un momento Tobi mojo el pan en la leche y se lo llevo a la boca. Eso me dio bastante asco la verdad.

—Wacala ¿Cómo te puede gustar hacer eso? –le dije.

— ¿Qué cosa? –preguntó algo sorprendido.

—Mojar el pan en la leche.

—Es genial, a mí me encanta.

—Yo lo detesto.

—Pues no sabes de lo que te pierdes –dijo él riendo.

Yo también reí y a ese punto muchas tensiones se habían aflojado. Tobi me miró y sonrió, de algún modo más relajado que cuando vino. Sentí una sensación rara por todo mi cuerpo, la verdad que era muy lindo ver que me dedicaba una sonrisa de esa manera.

— ¿Pensabas tomarme el pelo verdad? –me preguntó él.

— ¿A qué te refieres?

—Tu sabes…pensabas darme cualquier cosa en vez de hacer la receta real de la poción.

Me sentí algo avergonzado porque de hecho era verdad lo que había dicho.

—Emm…sii…lo siento, pero es justamente lo que iba a hacer.

— ¿Y por qué no lo hiciste?

—…no lo sé…me acordé de ti y me arrepentí…

—Oh…bueno, entonces gracias –me dedico otra sonrisa, y una sensación nueva recorrió mi espalda.

—No hay de qué.

Tobi continuó tomando la leche y yo como un idiota me quede mirando cada pequeño movimiento que hacía. Era tan delicado en cada cosa que hacía, incluso con algo tan simple como desayunar. No podía evitarlo, ese niño en verdad me parecía lindo.

—Y dime Casanova ¿a quién intentas enamorar?

Si me preguntaran ahora si le hice esa pregunta por curiosidad o por celos creo que respondería que ambas. Me daba curiosidad saber quién quería conquistar tan desesperadamente, y en parte quería saber por quién le latía el corazón a un niño tan pequeño.

—Ah…eh…

—…

—…me da vergüenza decirlo…

— ¿Hee? Vamos amiguito, si te voy a ayudar merezco saberlo.

—Es que en serio, me da vergüenza –me dijo sonrojándose.

—Vamos ¿es una compañerita de la escuela?

El niño se quedó callado.

—mmm… ¿es alguien más grande que tú?

El niño se sorprendió por esto, asique había atinado.

—Bingo, bingooo… ¿asique apuntas alto he?

—C…Callate –me dijo sonrojadisimo como un tomate.

— ¿Quién es? ¿Una amiga de tu madre? ¿Tu profesora?

—N-no…nada de eso –me dijo él algo molesto.

—Jaja, perdón, perdón, no te preguntaré…pero algún día tendrás que decírmelo he…

—…pff…de acuerdo…

Saqué de mi bolsillo la hoja que él me había dado. La receta más allá de llevar agua hirviendo llevaban 4 ingredientes: tres ramas de distintos arboles cuyos nombres no me sonaban y una avispa muerta de nombre que tampoco me sonaba.

—La verdad que a pesar de que consigamos la avispa estamos complicados con las ramas de los arboles –le dije.

— ¿En serio?

—Sí…es que ninguno de las que menciona me suena conocido.

— ¿Serán arboles de otro país?

—Vaya uno a saber…

Nos quedamos un momento en silencio sin saber que decir. El típico “silencio incómodo” que mencionan en Pulp Fiction.

—Vaya que se tarda… -dije acordándome de Mary.

— ¿He?

—Ah…nada…simplemente que mi amiga se está tardando mucho, eso es todo…

—Ah…

Silencio incómodo de nuevo.

—Ryukiii –llamó mi madre.

Oh por favor que sea Mary.

— ¿Qué pasa?

—Te busca una chica…

Aleluya hermanos.

Fui hacia la panadería y ahí estaba la rarita con el mapa en mano.

—Mary, gracias al cielo viniste.

—Te dije que vendría…

—Sí, ya se.

— ¿Y si lo sabes por qué le agradeces al cielo?

—…ehh…

—En todo caso agrádeme a mí.

—…..como sea, gracias.

—No agradezcas por favor.

Rarita de mierda…Repentinamente vi que llevaba un paragua en una de sus manos.

—Mary… ¿sabes que estamos en verano, no?

—Hoy va a llover…

—Pero hace un día hermoso…

—…va a llover… -dijo dando la media vuelta y yéndose.

Maldita rara, en verdad que no sé cómo espera tener amigos así. Me volví a la cocina y me encontré con Tobi con los ojos cerrados y acariciándose la mejilla. Me quedé sorprendido por esto aunque repito como siempre: me pareció jodidamente tierno.

— ¿Qué haces? –le pregunté.

Tobi se sorprendió y me miró como asustado.

— ¿He? ¿He? –preguntó desesperado.

—Calmate, solo pregunté qué hacías.

—N-na-nada… ¿desde…desde hace cuánto que estás parado ahí?

—Recién vine, cálmate.

El niño estaba totalmente sonrojado.

—Tengo el mapa-

—Ah…mmm…que bueno…

Se intentó parar de la silla…y lo logró…aunque tiró la silla al suelo. El pobre estaba nervioso y se sobresaltó por esto.

—Waa…pe-perdón.

—No, tranquilo, no hay problema.

El niño se acercó a mí y lo detuve al instante.

—Hey Tobi…cálmate…haremos de cuenta como que no vi nada ¿ok?

—…de acuerdo…

Le sonreí y al instante él hiso lo mismo conmigo.

—De acuerdo…–dije abriendo el mapa –…mmm, se ve un poco lejos…pero es temprano asique no creo que tengamos problemas en llegar hoy.

—Aunque después hay que buscar las ramas…

—De eso nos ocuparemos luego.

—Sí, tienes razón –una vez más sonrió…maldito, en verdad que me conquistaba con esa sonrisita.

El niño me acompañó hasta la puerta del comedor y ambos nos sorprendimos con lo que vimos…estaba lloviendo.

—Vaya…esa friki en verdad tenía razón…

— ¿Qué cosa?

—Nada, no importa.

El niño miró la lluvia y caía de forma bastante intensa.

—Vaya… ¿ahora qué?

Me quedé pensando y supuse que por ahí la lluvia no duraría mucho.

—Emm…podemos esperar a que se calme, tengo videojuegos en mi habitación ¿quieres que juguemos un rato?

—mmm…de acuerdo.

Subimos a mi cuarto y por primera vez en mi vida sentí vergüenza de lo desordenado que estaba (era una maldita mugre). Aun así a Tobi no pareció importarle porque se puso a ver mis estantes con total normalidad.

— ¿A qué quieres jugar? –le pregunté.

—A lo que sea, está bien para mí.

Como no sabía muy bien que jugar elegí un videojuego de lucha, ya que con ese podíamos jugar de a dos. Ambos nos quedamos así durante un buen par de partidas.

—Vaya, eres bastante bueno –le mencioné.

—Es que tengo el mismo videojuego en mi casa y lo vivo jugando en modo experto.

— ¿Qué? No es justo, eso es hacer trampa.

—Jejeje.

—Cambiemos de juego, no vale.

El pequeño continuó riendo y se puso a revisar otros juegos.

—Dime Tobi ¿por qué quieres hacer esto de la poción?

—mmm ¿a qué te refieres?

—Me refiero a que ¿no sería más fácil confesarte con esa persona que te gusta?

—…es que esa persona me odia…

— ¿Te odia? ¿Cómo es eso?

—Pues eso…me odia, me trata muy mal, siempre está enfadada conmigo y a veces me ha pegado.

— ¿¿Te ha pegado??

—Solo una vez…

—Pero entonces…

Tobi se quedó callado y me miró con una expresión de súplica.

—No lo sé…simplemente quiero que me ame, eso es todo.

—… ¿no estarás enamorado de la persona equivocada?

—No lo sé…tal vez tengas razón…

Ambos nos quedamos callados y una vez más se notó la incomodidad en el ambiente.

—Bueno emm…elige un juego…

Tobi buscó otro juego y eligió uno de Guitar Hero. Nos quedamos jugando un buen rato sin decir mucho.

— ¿Y tú? –preguntó.

— ¿Y yo qué?

— ¿Hay alguien que te guste?

—…no…creo que no…

—Qué lástima –me dijo riendo.

Le gané la partida y tiré un grito exagerado de victoria.

—Vaya, eres bueno jugándolo –me dijo él.

—Es que me lo paso jugando –le mentó yo.

—Haa, entonces eso es trampa –me dijo riendo.

—Venganzaaa.

—Tramposo –me dijo riendo.

En un momento se paró y se sentó frente a mí apoyando su nuca sobre mi pecho. Me sorprendí por completo y empecé a pensar que tal vez tenía intenciones varias, pero me di cuenta de que lo hacía por simple inocencia.

— ¿Qué haces? –le pregunté riendo.

—Ahora eres mi almohada, me siento más cómodo así.

—No es justo usarme de almohada.

—Jeje.

Ambos continuamos jugando y a la mitad de la partida no pude evitar desconcentrarme. Lo tenía prácticamente encima mío. Tenía un aroma tan rico, su calor corporal era…era…ni siquiera puedo describirlo. Solo sé que ese momento sentí que mi corazón estaba a punto de estallar. En ese momento entendí porque no pude quitármelo de la cabeza la noche anterior…en verdad ese niño era embriagador.

—Waa, gané, gané –gritó victorioso él.

Yo no dije nada, aún seguía algo zombi por su aroma. Repentinamente me acordé de cuando me lo encontré en la cocina acariciándose solo…como si quisiera que alguien más lo hiciera por él…

—Hey, perdiste jeje, andas bastante distraído –me dijo.

Acerqué mi mano hacia él y empecé a acariciar su pelo. El niño se sobresaltó.

— ¿Qué haces?

—Nada –le dije acariciándolo –solo un par de mimos.

El niño no dijo nada. Se quedó mirando la pantalla mientras yo lo acariciaba. De a poco bajé mi mano hasta su mejilla y empecé a acariciarlo. El niño se quedó congelado.

— ¿Te gusta? –le pregunté.

Tobi no dijo nada. Pero cerró los ojos y se relajó más.

—Se siente tan lindo… -me dijo en un tono muy suave.

—Qué bueno –le dije riendo…aunque reía para disimular mi nerviosismo.

—Me recuerda a mis amigos de la escuela…me solía juntar con ellos y me mimaban así…

— ¿Ah sí?

—Mhm…yo les pedía que lo hicieran aunque siempre me daba vergüenza…ellos siempre lo hacían…después no lo hicieron más porque les daba cosa…trató de hacerlo una amiga pero…

—…

—…..no es lo mismo…

Esa confesión era muy extraña. No es como si me estuviese confesando algo, pero haber comentado eso derivaba a una conclusión algo obvia.

—Tobi…

— ¿Sí?

— ¿A ti te gustan los chicos?

No dijo nada. Sólo agachó la cabeza y se acurrucó más a mí.

—No creo que pare de llover…mejor me vuelvo a mi casa –me dijo levantándose.

—De acuerdo… -sabía que esa pregunta podría haberlo ofendido, pero a esas alturas disculparme no valía mucho la pena.

—Mañana no podré venir, pero pasado estoy libre.

—Ah…ok…

— Estemm…puedo anotar tu numero? –preguntó algo sonrojado.

—Sí, claro –le respondí con una sonrisa.

Le anoté el número en un papel y se lo entregué. Ambos bajamos hasta el comedor y el pequeño se despidió de mí.

— ¿Llegarás bien con la lluvia? –le pregunté.

—Sí, iré corriendo a mi casa.

—De acuerdo, nos vemos pasado mañana.

—Okii –me dijo riendo.

Estuvo a punto de irse pero frenó en seco.

— ¿Pasa algo? –le pregunté.

—No…es solo qué…

—…

—…como supiste que me gustan los chicos?

Me sorprendí por la pregunta pero aun así le contesté con la verdad.

—No se, me di cuenta por lo que mencionaste de tus amigos y todo eso…

—Ah…

—…

—Y dime… ¿no te desagrada?

— ¿Qué? No, claro que no.

—… ¿lo dices en serio?

—Claro…a mí también me gustan los chicos bobo –el dije riendo.

— ¿En serio? –se sorprendió.

—Claro jeje.

El niño sonrió. Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. Ahora el sonrojado era yo.

—Nos vemos pasado mañana Ryuki –me dijo con una sonrisa resplandeciente.

—Nos veremos pasado mañana –le dije riendo.

Tobi se fue y yo cerré la puerta. Apenas la cerré me toqué el pecho al instante. Mierda, mi corazón late con mucha potencia…no podía creerlo…pero en verdad ese niño me gusta…no sé por qué…pero me gusta.

Continuará…

Notas finales:

Ojala les haya gustadoo o3o el sabado publicaré el siguiente capitulo (miercoles y sabados actualizaré) asique nos vemos prontoo :3 


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