Catorceavo bloqueo
“No esperamos a la persona que tolere nuestros defectos… sino que le gusten.”
“—¿Has amado algunas vez a alguien hasta llegar a sentir que ya no existe? ¿Hasta el punto en el que ya no te importa lo que pase? ¿Hasta el punto en el que estar con él ya no es suficiente cuando te mira y tu corazón se detiene por un instante? Yo sí.”
Los emociones calaban en su interior, ardían como llamas en su corazón, las palabras tatuadas en todas partes y la insistente culpa que lo estaba volviendo un loco mezquino. Las anchas paredes que se juntaban poco a poco queriendo asfixiarlo y mostrarle el mismo agujero que BaekHyun sentía en aquel momento.
“—Los sueños están listos para hacerse realidad, sólo deja que ocurran. Está vida es una página en blanco. Escribe en ella lo que quieras, Chan.”
¡Solo y únicamente tú y yo, Baek! Sus ojos cristalinos, inyectados en sangre y el dolor incrementándose a medida que recordaba las sonrisas secretas de su único amor, el pertinaz hormigueo en sus manos, el sudor correr por cualquier rincón existente en su cuerpo… Nada le parecía más importante que encontrarlo, no había de otra, necesitaba tenerlo cerca.
“—Dame tus imperfecciones, con ellas me conformo.”
Dios mío, ¿dónde se encontraba él? Las calles parecían ser tan inciertas y a la vez tan familiares. La gente lo miraba cruzar esquina por esquina unas cuantas veces y comenzaban a ver de sus pequeños ojos las lágrimas y de ellas un grito de desesperación. No podía seguir influenciándose a dar rienda a sus egoístas pensamientos, haría lo que estuviera a su alcance para cambiar eso pero… Por favor, necesitaba encontrarlo y remendar esos errores que lo llevaron al borde del abismo. ¡Ya le habían arrebatado su familia y ahora que lograba superar aquello y darse la oportunidad de amar nuevamente, se lo estaban quitando otra vez!
Se detuvo, callo en sus rodillas. Lloro en silencio por horas y horas, no veía nada, todo se veía acorde a su futuro con BaekHyun… Tan nublado. Apretó sus nudillos tan fuerte que cambio de tono en un santiamén. ¿Cuán idiota había sido para no mirarlo a los ojos y gritarle cuánto lo amo?
—¡Porqué te amo más de lo que puedo expresar! Si pudiera decírtelo, te lo haría saber… —sollozó ChanYeol.
Su espalda se arqueo incontables veces, no se había detenido ni un segundo y llorar la posible pérdida de su pequeño compañero. Todo estaba hecho y no había manera para hacer desaparecer esa ausencia que causo que todo empeorara. Vaya canalla, vaya patán y egoísta.
“—No puedo dejar de pensar en ti, sé que no debo hacerlo, pero no es algo que aún haya aprendido a controlar.”
Había estado usando sus púas para defenderse y evitar el mínimo acercamiento de alguien tratase de verlo con otros ojos, él se negó toda su adolescencia a permitirse ser pisoteado nuevamente. Sufrió en silencio, no lloro pero el dolor era indescriptible, casi intangible. Aceptar, perdonar… Para él eran medios de poca dignidad y ahora más que nunca debe usarlas o perderá lo que alguien quiso construir para los dos.
Llevo sus ojos hasta la más fría luna que lo contemplaba con desprecio, dio un paso adelante para continuar su búsqueda y aunque fuese casi tan difícil como hacerle entrar en razón, así tuviera que ir al fin del mundo, lo quería devuelta y así poder abrazarlo como las múltiples veces que no lo hizo. Las luces comenzaron a apagarse en las casas, sus lágrimas ya no eran visibles pero la miseria iba a un paso delante a él.
El celular vibro en su chaqueta, de prisa tomo la llamada sin mirar y la voz entrecortada de KyungSoo lo alteró más.
—¿Qué está mal, KyungSoo? —contestó.
—BaekHyun… —musitó, pero llego a escuchar sus lágrimas. Cerró los ojos fuertemente (su Dongsaeng sufría lo que él mismo causó)— Él no quiere aparecer, ChanYeol.
—Mantén la calma, D.O —le echo un vistazo a su alrededor, pronto reconoció algunas casas— pronto lo verás, lo prometo.
—¡Todo esto es culpa tuya! —grito exasperado, KyungSoo. Pero ChanYeol no dijo nada— ¡De no ser por tu estúpido egoísmo nada de esto estuviese pasando! ¿Cómo pudiste hacerle esto a una persona que te amo al punto de compartir sus intimidades contigo? ¡¿Eh?!
El mayor trago saliva, sostuvo su nariz con el dorso de su mano. Él tenía toda la razón, pero también sabía que estaba dolido, por lo que no sugestiono nada.
—Lo siento mucho.
—¡A mí no, idiota! —gritó— Al que debes esa disculpa es a BaekHyun.
—Lo haré, eso dalo por hecho.
—ChanYeol… —llamó, está vez más calmado.
—Dime.
—No la vuelvas a cagar, ¿entendido? —asentí, sin el verme— Los quiero devuelta, mi vida no tiene sentido sino están ustedes dos y para eso necesito que aceptes tus errores y que prometas no volverlo a dejar ir así como así. Perdónate a ti mismo, al que te hizo daño y a quien arrebato tu felicidad… Es este momento donde culmina tu terapia.
—Pero…
—Si eres capaz de solucionar esto, serás capaz de llevar una vida normal y fuera de sentimientos erróneos que te prohíban ser el ChanYeol de antes.
—¿Y si no quiero ser el de antes? —unas cuantas lagrimas adornaron su brillante rostro.
—Tú mismo decidirás eso. Ahora —finalizó, KyungSoo— ve por él y has que vuelva.
—Así será —colgó.
El sentimiento de búsqueda lo inundo nuevamente y comenzó a buscar la antigua casa de la familia de BaekHyun, algo le señalaba ese camino a pesar de que no pudiera vislumbrar bien lo que debía decir o hacer después de que lo viera. Prometió a muchas personas traer a su pequeño de vuelta, pero no estaba del todo seguro si el aceptaría tan fácilmente hacerlo. Destruyo muchas esperanzas en el chico, podría ser que esas esperanzas ya estuvieran pisoteadas para cuando él quisiera volver.
Camino por unas cuantas cuadras más hasta que vio un foco de luz dentro de la abandonada casa, leyó tranquilamente en la puerta “Familia Byun”, recostó su frente en ella y acaricio las marcas que se encontraban allí. Esas marcas también significaban cosas para él, como conocer el pasado de BaekHyun, algo que nadie podrá saber.
El pomo de la puerta brillaba con excitación para hacerle abrir la puerta. Cuando lo hizo, se llevó el alivio de su vida.
BaekHyun dormía plácidamente en uno de los sillones cubiertos por mantas blancas, intactas pero con algo de mugre. Camino hasta el cuerpo del más joven, acaricio su mejilla y lo miro por un tiempo, disfrutando de su expresión tan tranquila. De pronto tuvo la necesidad de besarle los labios, encontrarlo, disfrutar de su aroma y así lo hizo, dejándolos levemente rojos.
Sus ojos se abrieron poco a poco, de pronto la tensión se subió hasta el techo. Ambos individuos se miraban y la luz era tan opaca. Contemplándose a sí mismo, diciéndose y perdonándose tantas cosas que las palabras no tenían significado para ellos.
ChanYeol sonrió con ternura y sus mejillas se encandilaron en un carmesí.
—¿Cómo supiste que estaba aquí? —indago el chico, levantándose e invitando al más alto a sentarse a su lado. Mantuvieron una distancia considerable. No quería presionarlo.
—Superstición.
BaekHyun torció los labios.
—Perdí mi celular hace unos días, supongo que KyungSoo se asustó mucho —agacho la cabeza.
—Se estaba volviendo loco —BaekHyun sonrió—, casi como yo.
Sus ojos se ensancharon y miraron los de su encantador novio. Este rio y por primera vez en su vida, se sonrojo. BaekHyun no creía lo que sus ojos miraban, no podía estar pasando de alguien como ChanYeol lo estuviese haciendo en ese momento y con tan solo una mirada.
—Lo siento —dijo Baek.
ChanYeol abandono su sonrisa y pronto se volvió una mueca sería. Tomo ambas manos de su Baek, lo obligo a mirarlo y comenzó;
—¿Sabes por qué te quiero? Yo no sabía que estaba perdido hasta que tú me encontraste. No sabía lo que estar solo hasta la primera noche que pasé sin ti en mi cama. Tú eres la única cosa buena que he logrado. Tú eres lo que he estado esperando, BaekHyun. Sé que lo nuestro está jodido, ¿vale? yo soy impulsivo, tengo mal carácter y tú me calas más hondo que cualquiera. Actúas como si me odiaras y me necesitaras al siguiente. Nunca hago nada bien, y no te merezco..., pero estoy tan jodidamente enamorado de ti, BaekHyun. Te quiero más de lo que he querido a nadie o nada jamás. Cuando estoy contigo no necesito beber, ni dinero, ni pelear, ni líos de una noche..., solo te necesito a ti. No pienso en nada más. No sueño con nada más. Eres todo lo que quiero.
BaekHyun sonrió complacido por escuchar tan sincera confesión, suspiro y lo abrazo fuertemente. Jamás quiso separarse de él y le alegraba mucho saber que él tampoco quería hacerlo. Sostenerse juntos, sería lo que siempre harían hasta morir juntos… Si era posible.
—Es lo más romántico que me han dicho, ¿sabes? —acoto, BaekHyun separándose— Aunque ya haya leído eso antes en Beautiful Disaster.
—Creí que no lo habías leído —susurro ChanYeol avergonzado.
BaekHyun estallo en carcajadas. ChanYeol se le quedo mirando.
—No me mires así, mejor vamos a casa de KyungSoo antes que acabe suicidándose.
—¿Qué te hace pensar que no puede vivir sin ti?
—Bueno… tú.
ChanYeol se detuvo en el marco de la puerta, pero siguió sosteniendo la mano de BaekHyun. Le sonrió y continuaron caminando hasta estar más cerca del centro. Se tomaron un buen rato, platicando, bebiendo café, retomando el camino y otra vez echándole una ojeada a las prendas. Una que otra se compraron y está vez llegaron sin distracciones a casa. KyungSoo se encontraba en las escaleras de afuera de la casa, mientras los demás le acompañaban bebiendo en tazas de café.
—¡Kyungnnie! —grito BaekHyun y escapo de sus enormes brazos para consolar a su pobre amigo que sufrió más que el mismo ChanYeol. Sonrió de costado, sin perder la lentitud en su caminata que aún le faltaban unas casas para llegar. Sus manos se encontraban metidas dentro de su chaqueta y pronto vio a Kris acercarse a él, distraído.
—¿Qué le hiciste para que volviese contigo? —bromeo el mayor, ChanYeol negó con la cabeza— Espero ver un cambio entre ustedes dos. Sería una pena si para cuando regresara no los viera felizmente casados y con muchos hijos.
ChanYeol le miro extrañado.
—¿Qué quieres decir con eso, Hyung?
YiFan miro la nieve entre sus botas y distraídamente se cuestionó ante los ojos tan apagados que llevaba ahora ChanYeol. Sonrió tan melancólicamente por la extrañeza y felicidad que le causaba saber que BaekHyun era un alma tan pura y un ángel caído para su amigo. Antes lo hubiese visto con el mismo rostro sin expresiones, ahora parecía sentir la tristeza de un “hasta pronto.”
—Vuelvo a Canadá la semana entrante —dijo—, mis padres tienen planes para mí, hace poco me gradué así que tengo que hacerme cargo de las empresas de mi padre. No me extrañen mucho, prometo volver en cuanto esté todo bien organizado y tenga una transferencia aquí en Seúl.
El menor se rasco la nuca.
—Me gustaría tenerte en mi boda, ¿sabes? —Kris ensancho la mirada y ChanYeol no pudo evitar reír— ¿Qué? Yah tú mismo lo dijiste. Probablemente en unos meses, aún hay mucho tiempo.
—Tal vez… —se encogió de hombros— te llamare muy a menudo.
—Si no lo haces me sentiré muy decepcionado.
—No tienes por qué —abrazo por los hombros a ChanYeol y ambos caminaron así hasta estar cerca de todos. BaekHyun le sonrió desde su sitio y KyungSoo le miro algo tímido.
—Yeollie yo… —ChanYeol negó.
—Nada, nada, mejor dame un abrazo y de pronto te pueda perdonar —KyungSoo rio y lo abrazo con fuerza.
Era, incluso, bueno ser complementado por no solo una persona… Sino por muchas que realmente te quieren, te valoran tal y como eres. Estas son las familias que uno no puede desperdiciar así como así, muchas veces lo que pierdes por no saber su valor… No vuelven. No hay que confiarse, es mejor cuidar de ella como si no hubiese un mañana.