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Bloqueo mental [BaekYeol] por Yonhyun

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Notas del capitulo:

Disfruten del capítulo, estaré subiendo pronto otro proyecto de HunHan o XiuChen kkkk no me desido cual subir primero 

Ojala les guste lo que leen 

Primer bloqueo

Nadie más que uno mismo puede liberar su mente de la esclavitud.

 

Las brazadas de fuego acunaban el cuerpo débil de BaekHyun mientras más se protegía con sus frazadas sucias y viejas. El cielo parecía un caos y algunos destellos de luz iluminaban el lugar, se cerraban los espacios entre el silencio mordaz y la compañía de la soledad. Estaba solo. Siempre ha estado solo. Solo y triste.

 

Se volvió a levantar y se limpió sus mejillas. Se acomodó el cabello empapado y miró sus manos rojas y rotas, de un costado, por la fuerza ejercida contra el asfalto. Miró el cielo, terminó de maldecir cada olvido y amistad que decían apoyarlo en los momentos más duros, pero que nunca estaba. Sabía que no podía flaquear enfrente de los demás, sabía que no quería la destrucción externa, ya tenía suficiente con la que él misma causaba; ya tenía suficiente con su mente trastornada. Se terminó de limpiar el rostro y sonrió nuevamente. La tormenta paró.

 

Urgía a alguien, lo pedía a gritos a pesar de que su boca no se inmutara en lo absoluto. BeakHyun es alguien que sufre solo y así es como le gusta, ya está acostumbrado a pedirle consuelo a la nada por esto ya no pide brazos que lo cubra y lo protejan. Es triste cuando pasan cosas como estas, cuando tratas de evitar los problemas y quieres ser simplemente feliz. BeakHyun es el vivo ejemplo del abandono, la depresión, la exasperación y el descuido por las personas que alguna vez juraron ante todo ser incondicionales y aquellos fueron los primeros en romper una promesa que él creyó real. Ha aprendido a que las promesas no llevan a nada bueno.

 

Miro la puerta de madera por vigésima vez, pero nada sucedía. Examino la pintura descascarada de ésta, mientras cambia de posición, tenía las piernas entumecidas de estar tanto rato sentado en esa silla de plástico. Miro el reloj con impaciencia, hace una hora debería haber llegado, sin embargo no hay ni rastros de él.

 

El teléfono comienza a vibrar en la encimera de la cocina y tiene que apresurarse para contestar a cualquiera que pudiera llamarlo, desconocido o no para él es especial cada llamada. Gruño cuando el estruendoso grito que sonó de la línea contraria reboto en los parlantes.

 

—Es hora de despertar, Byun BaekHyun —resoplo la voz masculina del otro lado. Supo inmediatamente de quien se trataba, por eso se recostó tranquilamente en el sofá del departamento— ¡Me tienes en la desesperante angustia! ¿Qué es lo que sucede contigo? Llevo eternidades tratando de buscarte, saber dónde te encuentras… ¿Estás bien, Beak?

 

Él menor sonrió amargamente.

 

—Estoy bien, Hyung —el silencio se hizo notar y KyungSoo suspiro numerosas veces, ocultando la duda que le ponía las actitudes extrañas de BaekHyun. Mejor amigo o no, quien sabe lo que él chico vivió reconoce sus comportamientos raros.

 

—No es cierto.

 

—Es tu problema si no quieres creerme, te digo que estoy bien. Además estaba por irme a dormir, hablaremos mañana en la cafetería de MinSeok Hyung.

 

—N-no cuelgues —su garganta picaba, sus sienes sudaban las gotas frías del nerviosismo que le causaba hablar de temas vergonzosos con él— Tengo que decirte esto o no dormiré.

 

Sabía de qué se trataba sin siquiera darle un indicio de que fuese aquella confesión que impedía la tranquilidad de KyungSoo.

 

—Soy todo oído.

 

El pelinegro reflexiono, mastico y pensó lo que le habría de decir en línea a su amigo, a un confidente esplendido que seguro le daría apoyo. Gimió de entusiasmo y pudo escuchar el llanto venir detrás de sus palabras.

 

—JongIn acepto salir conmigo —sollozo— Esto es genial, Baek. Me siento una jodida chica a punto de perder su virginidad.

 

BaekHyun estallo en escandalosas risas.

 

—Cálmate, rubia plástica —escucho su sonrisa detrás del teléfono. Se llevó la mano al pecho para ocultar los sentimientos de envidia, los celos que brotaban de su corazón por no tener la misma suerte de despertar esos sentimientos de felicidad. ¿Hacía cuanto no salía con alguien?

 

—Te contaré con más detalle mañana en la mañana, descansa Baek.

 

—Adiós, Hyung.

 

Colgó con furia y exasperación por no saber qué hacer, por ser un maldito amargado y no permitirse lujos como trasnocharse soñando besar los labios de alguien prohibido, soñar con ese “alguien” todos los días, chillar cada vez que se topara con él. La soledad lo estaba cavando completamente y temía por su futuro (si es que había alguno). Quería imaginar ese futuro con alguien que le mandara escalofríos a sus huesos y colara todo su estómago.

 

Se mordisqueo el labio, posando su manos en su miembro. Ni siquiera recordaba la última vez que había tenido un orgasmo.

 

Esa noche se quedó dormido imaginando su vida en otros zapatos que no fueran esos. Se imaginó en otra dimensión donde era un BaekHyun feliz y enamorado de la vida, de su pareja y de esos miles de hijos que tanto deseaba tanto tener en su vida real.

 

***

 

 

—Aléjate de eso o juro que te rompo los huesos uno por uno —SeHun rió ante las amenazas poco convincentes del mayor. Los estantes llenos de libros pronto se formaron en una larga fila de eternas enciclopedias sucias por el polvo y telarañas.

 

—No exageres Hyung, son simples libros.

 

Esa era de las historias que amaba escribir, cuando todos nombraban aquella magia como algo abrumador y aburrido, como si todos se pusieran de acuerdo para convertirse en unos malditos sin inteligencia para comprender obras de arte como lo son los libros, enciclopedias, hechos científicos, etc. SeHun parecía del tipo que le va más las cosas típicas no aburridas, aparte del estudio.

 

Mis hechos tú produces, ojos guías, palabras alimentas, deseo frustras, amor escondes, dolor deparas, cortes y fin destinas.

 

SeHun abrió la boca para formular algún típico argumento de que no comprendía lo que decía, pero cerro nuevamente la boca. Sucedió más o menos dos veces. ChanYeol rodeo los ojos en forma de frustración, guardo algunos libros en su mochila y arrastro al menor lejos de su habitación.

 

La campana roja relucía el brilloso sol como reflejo y finalmente en la secundaria se discutía o más bien se alagaba el buen trabajo del director en cambiar la vieja campana que solo dejaba sordo a la mitad de las grandes agrupaciones. Inclusive los maestros se revolucionaban por nuevos cambios en la estructura externa de la secundaria.

 

—¡ChanYeol! —el nombrado se giró hacía donde provenían los gritos y pudo ver por encima de la gente a su amigo YiFan. Definitivamente su altura es admirable, es imponente para cualquier chica ya que siempre deja un rastro de muchas facciones atractivas en él.

 

ChanYeol hizo un ademan para escucharlo.

 

—¿Qué sucede? —inclino la cabeza para un lado, señalando discretamente algo fuera de su alcance. Miro en dirección a lo que desconocía y la pequeña sombra del chico pelinegro le llamo la atención. Ya lo había visto.

 

—¿Qué?

 

—Es BaekHyun, tiene 22 años, le encanta leer tanto como a ti, un poco tímido, podría decirse que tiene las misma preferencias sexuales como a ti —ChanYeol sonrió con suficiencia al ver el sonrojo en ambos amigos. Siempre se ha debatido entre sus amigos que es extraño verlo salir con hombres cuando los demás tienen novias muy “bonitas” (lo hace así porque no le resulta ninguna atractiva).

 

—¿Qué tiene que ver él conmigo? —volteo a mirar al mayor pero inmediatamente como miro quiso arrepentirse de hacerlo. Su rostro mostraba una mueca de súplica, su labio inferior caía graciosamente— No, Hyung.

 

—¡Ni siquiera te he dicho!

 

—Lo sé pero me lo puedo imaginar. No me agradan las citas que son hechas por ustedes.

 

—Es que no es una cita planeada, quiero que tú lo invites a él —ChanYeol lo miro horrorizado ante la idea de lanzarse al chico sin conocerlo y simplemente invitarlo.

 

—¡No!

 

—Vamos, Chan.

 

—No.

 

—Por favor…

 

—¡Kris! —el mayor bufó por ser nombrado con el apodo que la banda le había puesto.

 

—Solo es una cita, ChanYeol… No te estoy pidiendo que te lo folles, simplemente una cita cortes, eso es todo. Hazlo por mí, te lo ruego.

 

Su rostro comenzaba a ceder y su mente se dispersó. Sonaba apetecible aunque lo negara, ya que llevaba un tiempo sin salir con alguien. Lo miro detenidamente, disfrutando de sus facciones, de su sonrisa, de sus ojos oscuros, de su cabello negro y del delineador que llevaba puesto. Oculto una risotada por eso. En definitiva no era feo y por lo que veía era un tipo tranquilo.

 

—¿Por qué me pides esto?

 

—Es muy solitario, no sale de su casa y quiero que se apasione por otra cosa aparte de los libros —ChanYeol lo miro desconcertado, ¿qué había de malo con enamorarse de los libros? Él era una rata de biblioteca— Quiero decir, no es como tú que también ve la realidad de esas historias. Él se abruma y se esconde, quiero que salga y se enamore de la vida. 

 

—O de mi… 

Notas finales:

Mañana siguiente capítulo, un beso con todo mi kokoro<3


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