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Bloqueo mental [BaekYeol] por Yonhyun

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Notas del capitulo:

Los pensamientos están vistos por ChanYeol sobre los recuerdos que tiene con BaekHyun ya que en el capítulo anterior se ven ya juntos, aquí se cuentan cortos momentos en los que poco a poco fue enamorando a BaekHyun y se fue enamorando él mismo. Será medio confuso porque parecera que BaekHyun los narra pero así debe ser ya que él es quién más da por que estén juntos. 

Disfruten de esto! Ya tengo algunos capítulos hechos, que felicidad. 

 

Quinto bloqueo

Hay un tiempo para que sucedan las cosas y un tiempo para que las cosas sucedan.

 

—Interesante — susurró— ¿No crees? —Lo miré de reojo, una extraña sonrisa se asomaba en la comisura de sus labios al momento de formular esa eterna pregunta, jamás creí qué la formulase siquiera, él sabía qué un paso en falso por ese camino haría detonar en mí una bomba atómica, pero lo hizo bien, pues me conocía lo suficiente como para saber qué preguntar y en qué momento.

 

Era un hermoso atardecer, siempre me sentía a gusto en la hora del crepúsculo, sentía como los fantasmas del pasado se hacían cada vez más lejanos, dejando en paz a este alma perturbada y él lo sabía, sabía qué en estos momentos me sentía cómodo con lo que soy y con lo que fui, por lo que no me sentía atacado con los errores del pasado.

 

Dirigí la mirada al frente para admirar nuevamente el majestuoso sol qué se ocultaba entre las olas, leí en sus ojos qué no esperaba una respuesta, pero aun así medite al respecto, me preguntó algo mucho más profundo de lo que en realidad parecía, lo qué me hacía cuestionarme sobre si él me conocía más de lo que yo a mí mismo.

 

El rió graciosamente, esa risa la conocía bien, tan bien como el tono de alarma de mí despertador o como la voz de mi madre, esa risa me decía lo ridículo qué era en ciertos momentos, me decía qué no debía preocuparme puesto qué todo lo pasado ya es parte del pasado y nada haría cambiar eso.

 

—Yo —Comencé pero su risa me interrumpió haciéndome entender de qué cualquier cosa que dijera sobraría en ese momento. Me golpeó suavemente la espalda y lo miré en forma retadora, rió con aún más fuerza y de un empujón me derribó, me levante decidido a golpearlo pero me detuvo con facilidad. Yo siempre había sido el más débil de los dos, todos dicen qué somos completamente opuestos y qué no saben cómos rayos somos tan unidos, él es robusto y muy alto y hace deportes y yo soy flaco y mucho más bajo qué él y casi invisible. Le insinué qué yo siempre había sido más guapo qué él y me golpeó nuevamente pero lo ignoré.

 

Y así nos quedamos sentados un tiempo esperando nada en particular, solo mirábamos el atardecer. Una lágrima corrió por mi mejilla, pero no intenté apartarla, no era una de esas qué caen en vano. Él palmeó mi espalda y me miro de forma significativa, le sonreí débilmente haciéndole entender qué todo estaba bien.

 

El recuerdo me hizo pensar en su pregunta otra vez dándole un nuevo sentido. Nuestra situación había cambiado drásticamente desde la última vez qué nosotros habíamos estado juntos. Ese no fue un momento muy hermoso, pero significó algo para nosotros, ambos la apreciábamos mucho, éramos la pareja inseparable de la que todos hablaban, después de todo siempre hubo algo que nos conectaba de principio a fin. Él dejó la destrucción tras de sí y construyó por donde sus ojos podían ver dejando qué la sombra solo atacase su pasado, pero yo me sumí en la oscuridad y el desorden y mi única cuerda de apoyo fue él, de modo qué aquí estábamos nuevamente, en la playa hombro con hombro mirando el atardecer dejando qué un nuevo comienzo cubriese por completo a esta curiosa amistad qué el amor roto no pudo separar.

 

—Si —Dije llamando su atención—, es realmente interesante.

 

ChanYeol siguió sonriendo de manera que la comisura de sus labios comenzó a temblar, sinceramente para él eran bonitos recuerdos desde lo simple hasta lo más único e inexistente en su pulcra cotidianidad. Para él los buenos momentos no se tratan de siempre sonreír, también existen bellos momentos de lágrimas y confesiones a media noche.

 

Consternado y dramático por la rienda que le suelta su mente, sigue en él va y viene entre los cabellos del soñoliento BaekHyun. Su espalda se arqueaba cada vez que él hundía sus dedos en cada huesito de su espalda. ¡Que disfrute!

 

Pero entonces ahí llega otro recuerdo…

 

—Esto es bastante torcido incluso para alguien como tú, ChanYeol… —encorvé mis labios cuando su sonrojo aun no pasaba. Alrededor de una hora y tantos pasaron después de haberle propuesto hacer algo más conveniente esa tarde en vez de hacer cosas por separado para terminar, luego, dormidos nuevamente en el mismo lugar donde siempre pernoctan, sin ninguna acción.

 

Yo persistía y persisitía, no había manera de hacerme cambiar de pensar porque cuando algo me llena la cabeza es casi imposible de sacármelo por la fuerza. BaekHyun se mecía incómodamente, temiendo por su vida.

 

—No quiero obligarte a nada, así que tranquilízate —sus ojos se desorbitaron, quizá por la simpleza en que lo decía. Honestamente para él no había prisa, además no era algo muy frecuente por lo que no le desesperaba la negación del chico.

 

—Pero… ChanYeol… —me disponía a partir a mi escritorio pero su delgada mano tomo mi muñeca, girándome inmediatamente a su sitio, me agache un poco para verle mejor. Enmarque una ceja —Yo… está bien para mi si tú quieres.

 

¡Valla sorpresa con la que me llevo! Sonreí aun aturdido.

 

—No, Baek, no pienses en mí únicamente —él agacho la mirada y con mi mano le hice mirarme nuevamente— Te quiero y porque te quiero, esperare el tiempo que necesites. No tengo prisa, puedo quererte incluso de lejos.

 

Me levante nuevamente a seguir mi curso pero sin ocultar mi triste mueca de decepción, hizo su camino hasta mí y me abrazo fuertemente. No lo toque, porque cada fibra de sus cortos brazos me hacía estremecer de tranquilidad. No lo veía con lujuria, lo veía como al hyung al cual quería con todas mis fuerzas.

 

Comencé con sutileza a besarlo, luego que para ser la primera vez que lo besaba así, estuvo bastante bien. Seguí rozando su cuello con mi lengua mientras que él se estremecía. Lo tocaba suavemente aumentando el número de caricias por minuto.

 

Él empezaba a subir de temperatura al igual que yo, poco a poco me deshacía de su camiseta roja que llevaba aquel día y que hacían que aquellas montañas pequeñas que salían de su pecho me hipnotizaran. Para no quitarle magia al momento y no fuera igual que la primera vez de todo el mundo me despoje de mi camiseta y con ella le vendé los ojos, lo eche contra mi cama. Lo empecé a saborear con mi lengua pasando por su canalillo bastante pronunciado, llegando al ombligo mientras que él me acariciaba mi pelo. Sus caricias eran como el elixir de la vida. Lo besaba y le introduje la lengua con suavidad saboreándolo hasta el no poder más.

 

Su espalda suave y peluda, tan angosta, me fascinaba acariciar cada rincón de ella.

 

BaekHyun suspiraba pidiendo más.

 

—Hyung, tengo que seguir escribiendo —le susurre al oído, tratando de ocultar mis ganas de sonreír ante la sorpresiva decepción de sus ojos.

 

Lo bese dulcemente y escape rápidamente a mi habitación de despoje. Escuche un estruendo al principio, luego lo escuche decir incoherencias y después algo que me dejo bastante feliz, tranquilo y algo emocionado.

 

—¡Vete a la mismísima mierda, ChanYeol! ¡Eres un imbécil! ¡Idiota! ¿Crees que puedes jugar conmigo así? ¡¿Eh?! ¡Espera un poco para cuando en verdad estés deseoso y los dos estemos juntos! … Te arrepentirás por cómo me dejaste.  

 

Ahogo una risotada en el instante, de reojo su bello BaekHyun seguía soñando y aun respiraba tranquilamente. ChanYeol sonrió recostando su cabeza, cerrando los ojos, disfrutando de las buenas charlas que tenían los dos y que siempre habían momentos como esos que disfrutara contárselas a todos. El poder del amor lo que puede causar en un cuerpo tan amargo como él limón, tan ignorante y frió como un tempano de hielo; así era ChanYeol. ¿Cómo alguien tan insignificante como BaekHyun pudo hacerle cambiar de aura de un día para otro? Era muy extraño que se hubiese enamorado de él en tan poco tiempo, no había explicación lógica.

 

Uh y aparece otro recuerdo más…

 

—¿Quién es TaeYeon?

 

—Una extraña.

 

—¿Por qué?

 

Lo mire por varios mini segundos, pero aparte la idea de golpearlo allí mismo y hacerle pensar en otra cosa que no fueran las chicas. Sonaba bastante aterrador incluso para su mente tan abierta. Suspiro exasperado.

 

—Porque sí, BaekHyun. Ahora, cállate.

 

Él mayor se encogió de hombros.

 

—Si te preocupa la posibilidad de que me gusten las chicas, puedes relajarte… Si en mis cortos veintidós años viviendo entre muchas mujeres, compartiendo con mujeres y riendo con mujeres, no creo que exista la probabilidad de que me fije en una ahora, ¿no te parece? —sus ojos juguetones encontraron los míos tan apagados y de pronto se encendió una luz dentro de mí, sacándome una risa. Él imito mi acción y le despeine un poco.

 

—Parecemos dos novios en primavera… —me reí pero raramente a BaekHyun no le pareció algo de lo que reírse, siguió muy tranquilo sumido en sus pensamientos— ¿Te apetece algo?

 

Negó infantilmente y sonrió.

 

—Gracias.

 

—¿Seguro? —fruncí el ceño angustiado— No has comido mucho hoy.

 

 —En serio, no tengo hambre.

 

—Te obligare a comer si no lo haces.

 

—ChanYeol-shii está bien, puedo hacer dieta si quiero.

 

Fruncí el ceño aún más, llevaba un largo tiempo diciendo eso y ya lo creía una excusa para volverse un esqueleto andante.

 

—Venga, vamos a comer sí o sí.

 

Él hizo una mueca de asco, pero me importo un pepinillo. Lo arrastre hasta un restaurante de pollo frito y allí le hice comer más de lo que acostumbro a comer yo (que gran apetito, si tengo). Lo miraba comer y comer, parecía que nunca se iba a llenar pero finalmente en la mitad de su segundo pollo se detuvo hastiado. Le mire algo atónito.

 

—¿No tenías hambre?

 

Oculto su rostro con las servilletas.

 

—Mi madre me dijo que estaba muy gordo —eleve mis cejas bastante asombrado— creí que tal vez sería cierto y por eso llevo algún tiempo sin comer mucho, además pensé que tal vez tú también lo notabas… Y por eso me dejaste esa vez así.

 

Su sonrojo me llevo a la escena de la semana anterior. Negué con la cabeza.

 

—No hice tal cosa con esa intensión, BaekHyun —le explique— ni estás gordo, ni debes escuchar lo que dice tu madre y jamás te rechazaría incluso si estas al borde de la obesidad. Eres estupendo tal cual eres, ¿bien? No lo dudes nunca y si lo haces, por favor házmelo saber; te lo explicaré de todas las formas posibles.

 

—Está bien —asintió tímidamente.

 

BaekHyun abrió uno de sus ojos suavemente, estirándose completamente y volviendo a cerrar los ojos mientras se volvía a quedar dormido. ChanYeol llo miro de reojo riéndose, distraído por tanta ternura acumulada en un mismo sitio. Pareciese como si él fuese a perder la cordura por tener siempre en su mente la grabada palabra de “BaekHyun” y sus lindas facciones.

 

¿Cuánto podría perder aun estando lejos de ser una pareja oficial? ¿Cuánto sería el costo que tendría que dar para seguir viendo los días pasar junto a su compañero y querido suyo?

Notas finales:

¿Qué les pareció? Soy feliz incluso si solo bella es la que comenta

XOXO


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