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Bajo la lluvia por Matildespitzenberger

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Notas del capitulo:

Hola, vengo a dejarles otra historia llevo tiempo escribiéndola, no tengo claro si colgaré un capítulo más o dos, eso dependerá de cómo vayan sucediendo las cosas, espero les guste :))

 

Nos leemos abajo~

Ya no podía respirar, ya ni siquiera podía controlar su cuerpo, estando a centímetros de él, compartiendo el mismo aire y cayendo ante su incomparable aroma, Jongin estaba lejos de considerar las consecuencias de probar los labios del mayor.

Se permitió pensar que él estaba igual de tentado en dar aquel paso, que la forma que miraba sus labios y  mordía uno de los suyos lentamente, eran un signo de deseo incapaz de ocultar pudiendo que la realidad fuese otra, se aferró a esa ilusa esperanza.

— Estás asustado... — murmuró el mayor y en uno de sus coquetos parpadeos  su expresión cambió, a una más tranquila... a una más fraternal.

—N-no lo estoy — pero ni él se lo creyó — ¿qué hay de ti? — preguntó evitando esa sonrisa compasiva.

—Claro que tengo miedo— confesó.

Y supo que era por Luhan, por el resto, por él y por si mismo. Quizás se estaba obligando demasiado en ponerse en su lugar, porque si bien el mayor tenía todas las de perder, sinceramente no le molestaría que fuera a causa de él, porque estaba seguro que estaría allí para amortiguar su caída. 

El ambiente se volvió a cagar de emociones y calor, Jongin sentía su boca seca y su cabeza comenzaba a dar vueltas, quería sentirle, quería tocarle, quería ser el único aunque fuesen un par de minutos, no importaba, se conformaría con lo poco y nada que le pudiera ofrecer, solo quería ser suyo por un par de minutos...

—Basta... — susurró el mayor apoyándose con sus manos en la pared encerrando su cuerpo, mientras sus frentes se juntaban luchando por permanecer juntas y no besarse— No me mires así o no podré controlarme... — su mandíbula se tensó y su respiración agitada golpeaba sus labios.

Verlo así le hacía desearlo aún más.

—No te contengas... solo hazlo— le dijo intentando acercándose a sus labios pero al parecer el mayor aún le quedaba un poco de cordura.

—No quiero hacerte daño, no es justo

—Pues me haces más daño cuando me ignoras...— proclamó  elevando su vista para chocar con la suya.

Sintió una suave caricia en su mejilla derecha y se derritió ante ese suave toque, el mayor estaba siendo considerado, cuidadoso pero a la vez desesperante, su ternura le estaba irritando más con el correr de los segundo.

—Créeme, herirte es lo último que quiero— inquirió haciendo pequeñas figuras con su pulgar sobre su mejilla, pequeños toques que luego se trasladaron hasta la comisura de sus labios y un nuevo round de autocontrol se abría paso—Y si me acerco aunque sea  un poco a ti, terminarás destrozado y no es justo...

—No es justo que sigas manteniendo una mentira, hyung — dijo sin pensarlo rompiendo con el momento.

El hombre se alejó de él con la cabeza agachada y suspirando un par de veces mientras buscaba su cerveza en el mesón y la bebió sin interés alguno mostrando sin compasión el anillo de compromiso de color plata que descansaba en su dedo izquierdo combinando perfectamente con su piel. Se obligó aguantar un poco más y dolorosamente desvió su mirada hacia otro lado llevando a cabo el mismo método de distracción con su trago.  

—Ya di mi palabra, Jongin— recitó tratando de mostrarse convencido de su decisión— No puedo deshacer lo que ya prometí

Esas palabras dolían, porque eran ciertas, una vez que Minseok prometía que haría algo lo hacía sin importar las consecuencias, aún así esa tonta e ilusa esperanza danzó a su alrededor tentándolo a  mirarle con optimismo, seduciéndole para pensar que quizás para el mayor, él era lo suficientemente importante como para romper esa regla que aplicaba para todo el universo.

Pero al parecer no lo era...

—¿Chicos? — les interrumpió una voz— ¿qué hacen aquí?, la fiesta está adentro— habló Jongdae confundido.

—Le estaba preguntando a hyung sobre su nueva casa, tengo la impresión que los planos los ha hecho él— habló Jongin lo más rápido que pudo, sabía que Minseok no era bueno mintiendo y lo era menos delante de Jongdae.

—¿Tú también lo dedujiste?, ves que eres malo mintiendo hyung— se burló mientras sacaba otra cerveza del refrigerador.

—Es una sorpresa, Luhan ni siquiera lo sospecha

Ese nombre...

—Lo más probable, es un idiota despistado pero no cuando se trata de ti, ha estado preguntando adonde te fuiste, así que será mejor que lleves tu trasero hasta el living, antes que haga un escándalo, aún falta el brindis— le advirtió volviéndose hasta donde venía el bullicio y el mayor se fue detrás del recién llegado sin mirar hacia atrás.

 

+

 

El día después de la fiesta de compromiso, amaneció gris y lluvioso, a Jongin le encantaba que encajara perfectamente con sus emociones, así que tomó su largo abrigo y  salió de su departamento para llorar un poco bajo la lluvia.

Su pecho dolía desde la noche anterior, el dolor se había acomodado en su corazón desde el momento que se hizo el brindis y ambos se besaron con devoción y prometieron estar juntos hasta que la muerte los separase, ya ni siquiera quería especular si Minseok lucía feliz y sincero porque eso sería ahogarse en un vaso de agua.

Porque haga lo que haga, nada cambiaría su futuro.

'Promesas son promesas' era lo que el mayor siempre repetía y que él tanto detestaba.

—Disculpa... — le susurraron a sus espaldas— ¿Te encuentras bien? — le volvió a preguntar una voz gruesa mientras sentía como la lluvia dejaba de escurrir por su cuerpo.

Se volteó solo un poco y se encontró  la figura de un hombre alto y fornido que tenía unas enormes orejas y el rostro arrugado por la preocupación sosteniendo un viejo paraguas sobre él.

¿Un extraño se preocupaba por él?

—Sí, gracias....

—¿Estás seguro? — insistió viéndole de pies a cabeza— parecieras tener un mal día, no irás a suicidarte, ¿verdad? — por un momento no se le había pasado esa idea por la mente.

—No pero gracias por el consejo...

Intentó caminar nuevamente pero el sujeto le agarró el brazo y chilló aún más preocupado.

—¡Espera, no lo hagas! — le gritó agarrando uno de sus brazos con brusquedad— Perdón... — dijo luego al ver quizás su cara de horror— Lo siento, es que... pensé que lo harías y no deberías, hay gente que te quiere y podría sufrir si lo haces— le explicó nervioso.

De cierta forma se le hizo gracioso y adorable, que ese tipo que no conocía, le estuviera tratando de animar, era algo nuevo para él y que extrañamente no le asustaba.

Aunque debería, el tipo le llevaba por una cabeza y su anatomía era un poco más grande que la del resto de personas que caminaban bajo de la lluvia, sin mencionar el grave tono de su voz y la forma tan repentina que le había abordado pero  esas orejas que desequilibraban su rostro  y esa sonrisa lo hacían lucir de alguna manera idiota pero bastante confiable.

—No planeaba hacerlo de todas formas... — le confesó mientras pasaba la mano por su mojado cabello— Aún así gracias por preocuparte por mí, extraño...

—Soy Chanyeol— se presentó mostrando su mano.

Ok, manos gigantes, quizás otra cosa para tener en cuenta.

—Jongin

Pero luego de estrecharla, el calor natural de la piel del más alto le calmó, podría tener una y mil razones para temer de él pero al parecer habría algo que desechara ese pensamiento rápidamente.

—¿Te parecería incómodo, si te invito un café?... — le preguntó viéndose como un niño avergonzado.

Quizás aliviar el dolor de su corazón con ese espécimen de sonrisa radiante y voz monstruosa, no sería tan malo. 

—No bebo café pero te acepto un té— y al final intentó regalarle una sonrisa que contagió a su nuevo amigo.

 

+

 

Pasado un par de semanas conociendo a Chanyeol se estaba dando cuenta que reía más veces en el día, de hecho no podía recordar la última vez que casi orinaba sus pantalones de tantas carcajadas.

Su nuevo amigo, era por así decirlo una maquina de sonrisas y bromas livianas que hacían su día un poco más brillante a medida que se veían. Primero solo se reunían para un  amigable té, luego encontraron tener algo en común en el cine y terminaban comentando cosas sin sentido por las calles de Seúl luego de la función, sin importarle las horas.

Luego descubrió que  ese ser de alto porte y personalidad atolondrada, era un hombre lleno de encantos.

Una noche le llevó al pequeño bar de su padre, le dejó en la mesa y  excusándose de pronto le vio dirigirse a la larga tarima que habían en el costado del recinto. Sin quitar su mirada curiosa del más alto, le vio tomar la guitarra y sentarse cómodamente en el piso que había al medio del escenario, aguantó la respiración ¿no irá ese mutante ser a contar chistes con esa guitarra profesional? pero no, no lo hizo y lo que presenció bastó para agradecer a quién sea que lo haya puesto en su camino.

Chanyeol tocó una melodía tranquila, embriagadora y sincera, eran solo notas entrelazadas que le permitieron cerrar los ojos y relajarse hasta el último acorde con maestría pero no terminó allí porque luego con otras personas quizás inspiradas por su presentación se les unieron, dejando otro impacto en él al notar que ahora dominaba la batería con la misma destreza anterior, llevando el ritmo de un par de canciones más encantadoras y movidas, que fueron recibidas con grandes ovaciones por el público presente.

—Wow, no sabía que eras un genio de la música— comentó una vez que el más alto volvió a su lado.

—Me gusta tanto la música como a ti te gusta el ballet— se intentó explicar pero Jongin no necesitaba eso porque lo había comprendido cuando le observó tocar.

—Reconozco que ha sido una sorpresa, no creí que podrías mover esas manos con tal habilidad— inquirió mirando sus grandes manos.

—Te sorprendería lo soy capaz de hacer con estas dos— sentenció orgulloso y por alguna extraña razón Jongin no pudo evitar sonrojarse por sus palabras, es que sonaron un poco sugerentes.

—Eso es genial... — alcanzó a decir del bochorno y agradeció que el lugar no tuviera tanta iluminación para ocultar mejor su vergüenza. 

El resto de la velada solo fueron conversaciones simples y divertidas, Jongin reía sin parar y escuchaba atento a las historias fantásticas del más alto, debía reconocer que Chanyeol tenía una especie de personalidad sanadora que no podía rechazar.

—Por Dios, un día de esto me vas hacer explotar el estómago— comentó caminado por algunos callejones de la ciudad mientras secaba una lágrima que se había escapado de tantas risas.

Chanyeol además de ser gracioso era un caballero, siempre terminaba acompañándolo hasta su casa o cuando se iba primero no faltaba una llamada o mensaje para verificar si había llegado a salvo a su hogar, esas pequeñas cosas  le hacían sentirse especial, algo que no sucedía desde hace mucho.

—Esa es mi meta— habló Chanyeol ligeramente— Mi objetivo es hacerte reventar el estómago de risas

—Pero qué extraño eres— dijo sonriéndole.

—Lo digo en serio, Jongin... — y esta vez bajando un poco el tono de su voz y deteniendo su caminar percatándose que por primera vez veía al hombre tan serio.

—¿El reventarme el estómago?

—El hacerte explotar de felicidad— sentenció acercándose a él— creo que no te has dado cuenta pero me interesas mucho, más que como un simple amigo— carraspeó un poco y atrapando sus ojos con los suyos prosiguió— Ese día que te vi vagando y ahogado en una tristeza profunda solo atiné acercarme a ti con unas ganas enormes de estamparte una sonrisa en la cara... no sé la razón de tu sufrimiento pero me gustaría borrarla, me gustaría que la olvidaras y siempre fueses feliz.

Me gustaría borrarla...

¿Borrar a quién...?

Con esa pregunta solo una persona fue capaz de acaparar sus pensamientos y entró en pánico, él no quería olvidarse de Minseok, él podía vivir con esa agonía, él...

—No tienes que darme una respuesta— continuó Chanyeol volviendo hacer el mismo de siempre— aún si no soy correspondido, quiero cumplir mi objetivo— finalizó tomando su mano y entrelazando sus dedos como quién sella una promesa.

Pero Jongin estaba lejos de poder reaccionar coherentemente ante eso, así que solo se marchó en silencio.

 

+

 

Los días transcurrieron y Jongin no ha sido capaz de salir de su departamento, se la ha pasado vagando de un rincón a otro evitando las llamas insistentes de Chanyeol y del mundo en general, su madre posiblemente le mataría si le llegase a visitar pero necesitaba estar solo.

Me gustaría borrarla...

Esa frase se repetía una y mil veces y los recuerdo de Minseok sonriendo a la distancia le hacían aferrarse a la decisión autoritaria e irremovible de no permitírselo, él no podía olvidar a la persona que amaba, por más dolor e indiferencia que eso provenga de su parte, él no es capaz de hacerlo.

Quizás Chanyeol es solo un aire fresco, una mini etapa, algo repentino y cálido pero nada más que eso, no podía dejar que intentase apoderarse de su ser  si este ya le pertenecía a alguien más.

Aunque no es correspondido...

Y así se las llevaba todos los días, una parte de él aferrándose al amor no correspondido de Minseok y la otra intentando apoderarse de su mente parafraseando o recordando momentos dolorosos provocados por el hecho que él nunca conseguiría lo que quiere, porque ya está prohibido y ya no hay nada más que hacer ahí.

Provocando que maldijese la hora en que el mayor se fue a China a estudiar, aplazando el momento en que se conocieron, hasta recriminando mentalmente la aparición de Luhan en la vida del mayor... y por sobre todo odiando hasta la médula, la maldita promesa que le ataba a Minseok.

Era la décima vez que el teléfono sonaba sin parar logrando darse por vencido. Luego de cumplir con la lista de su odio circunstancial lo contestó casi con un gruñido.

—¿Jongin? hombre, llevo una hora tratando de contactarme contigo— habló Sehun molesto.

—Estaba bailando, ¿qué quieres?

—¿Que qué quiero?, ¿olvidaste que hoy era el ensayo de la ceremonia?

Mierda 

—Algo así...

—Pues será mejor que vueles hasta aquí, Minseok hyung está con ataque y no estoy bromeando, nos terminará matando a todos si no apareces— le dijo y por un momento la idea de verle no le apetecía mucho— ¡Y no te olvides del saco!

Ni si quiera se bañó, su rostro apenas fue restregado por unas cuantas gotas pero ese caro perfume que su madre le regaló en navidad parecía hacer su trabajo disimulando sus días de vagancia.

Lamentablemente llegó rápido y a lo lejos identificó al pequeño grupo que se reunía en el salón, tocó el hombro de Sehun quien al voltearse le miró preocupado.

—¿Pero qué rayos te pasó? pareces un vagabundo

—Nada, solo he estado ocupado

—Como sea, más te vale no decir que acabas de llegar o será tu fin

Y lo sabía, nadie más que él conocía la personalidad de Minseok cuando se trataba de organizar algo.

Como si su día no fuese peor, Luhan se volteó hacia ellos y caminó en su dirección saludando a Jongin.

—¿Olvidaste lo del ensayo? — le preguntó con esa simpatía que tanto le pateaba el estómago— descuida, Minseok no se ha dado ni cuenta— dijo riéndose pero él notaba algo raro en su voz, en sus palabras, en todo lo que tenga que ver con su desagradable persona.

Aunque es cierto...

—Estas ocupado con lo del estreno, ¿verdad? — le preguntó Sehun integrándose a la conversación.

—Hmm— asintió solo dirigiéndole la mirada a su amigo.

—Cierto que interpretarás al cascanueces, suena interesante— en verdad no lucía tan interesado como decía— Bueno, les dejo debo ir a revisar lo de la comida, con permiso

Y se alejó a paso apresurado y antes de que pudiera suspirar del alivio Sehun golpeó fuertemente su nuca.

—¡¿Pero que mier...?!

—La próxima vez procura sonreír, te vez patético odiando al prometido de tu capricho— habló seriamente— lo peor que te puede pasar es que Luhan sospeche de tus sentimientos, no sabes lo posesivo que es

—¿Y tú lo sabes? — preguntó irritado.

—Una vez casi inicia una pelea porque un hombre rozó a hyung en un bar, tuvieron que detenerle entre tres

—De todas formas, hyung no es un capricho para mi

—Lo que sea, pero dentro de un par de semanas será un hombre casado lo que es igual a un hombre muerto, asúmelo y no vengas a dar  lástima

Realmente odiaba a Sehun cuando se ponía de esa forma pero era la única manera de poder despertar un poco de sus ilusiones, su mejor amigo no sabía que sus sentimientos eran correspondidos porque sus golpes serían peores y nada sacaba con decírselos porque la decisión del mayor era clara y lo sabía.

Con un dolor de cabeza se alejó de todos un poco y bebió algo de Champagne para pasar el dolor punzante provocando por el golpe y sus pensamientos, procuró distraerse fijándose en la hermosa decoración, combinando los colores caoba, beige y blanco hacía que todo el lugar se viera pulcro y elegante, a pesar que solo era una simulación de la ceremonia podía imaginárselo a la perfección. Podía ver a Minseok caminando hacia el altar, visualizaba a Luhan esperándole con esa sonrisa horripilante para luego tomar su mano de forma territorial, incluso podía ver el instante en que decía 'Sí, acepto'.

Dolía incluso en su cabeza, quizás sea mejor que lo visualice cada día a cada minuto para que  cuando le toque verlo en primera fila no le desgarre tanto el corazón. Sin embargo... ¿valía todo eso la pena?.

Jongin de pronto se percató que todo ese ambiente y esas personas le sofocaban, la forma en que Sehun le miraba a la distancia poniendo énfasis en sus cejas como tratando de hacerle recordar que debería controlar la expresión de su rostro, o el resto de los chicos quiénes se la pasaban alagando el buen gusto de Minseok y reforzando que nada de eso sería posible de no ser por los millones de Luhan, o incluso la manera que ambos cariñosamente discutían los últimos detalles.

Él reconocía que podía entender la personalidad ordenada de Minseok y también podía manejarlo sin problemas pero eso ya no importaba, porque desde el día del 'sí, acepto' el responsable de lidiar con eso sería Luhan, después de ese día él quedaría solo con un corazón latiendo por alguien que ya no le notaría, ¿era eso lo que quería para su vida?.

Alzando su vista hacia la pareja, notó como Minseok lucía concentrado en el arreglo floral que iría en el centro de las mesas, mientras Luhan no entendía de esas cosas pero le daba toda la libertad para que escogiera a su gusto, aún así daba su opinión sobre algunas de forma graciosa, rodeando el cuello del mayor recargándose amorosamente esperando a su decisión.

No podía ser tan injusto, Luhan definitivamente no le agradaba pero cuidaba muy bien del mayor, no tenía malas intenciones y sus ojos eran solo para él, le hacía reír y por sobre todo se le notaba cuanto le amaba, quizás no más que él pero era algo totalmente visible para todo el mundo.

Así que si el mayor iba a cumplir su promesa pues le apoyaría, él ya vería lo que hacer pero ya no estaría al otro lado de la habitación deseando ser Luhan, o maldiciendo al destino, si las cosas iban a terminar así, pues él buscaría la forma de salir lo menos herido de ahí y ya no le causaría más inconvenientes al mayor tratando de aprovechándose de cada oportunidad de llamar su atención.

Porque aunque le cueste aceptarlo, Minseok estaba en buenas manos.

 

+

 

Cuando terminó el ensayo volvía a llover, declinó ante la invitación de Jongdae de llevarlo a su casa y caminó bajo la lluvia sin problemas.

Esta vez no era para llorar, sino para limpiarse metafóricamente todo el dolor que aún le quedaba en su cuerpo, esperaba que el agua diluyera sus recuerdos, sabía que sus sentimientos iban hacer algo difíciles de cambiar pero era un comienzo uno quizás más desgarrador.

Y dentro de ese lado oscuro de su mente, que maldecía y se quebraba por razones obvias y realistas, se abría una pequeña ventana en donde aparecía Chanyeol, había algo dentro de su cabeza que le seducía diciendo que su llegada no había sido del todo casualidad, que la forma que lo trataba y comprendía era como las cosas deberían ser entre personas enamoradas y libres. Él había sido la única persona que pudo hacer que parte de sus dolores fuesen apaciguadas y era un constante alivio para la vida de un rechazado.

Bien, ahora si estaba llorando...

Recordar al gigante de sonrisa bondadosa y chistes banales le hizo darse cuenta cuanto le extrañaba y que sería un grave error de su parte alejar a la persona que quería lo mejor para él, que lo estaba intentando con todas sus fuerzas y no se lamentaba en un rincón esperando que por milagro él le notase.

De cierta forma veía algo de él en Chanyeol, esa incertidumbre, quizás ese dolor que el más alto sentiría en estos momentos a causa de su indiferencia y lo lamentaba profundamente.

—¿Por qué será que siempre me encuentro contigo cuando estás hecho pedazos? — le hablaron por detrás.

Volteándose bruscamente notó como Chanyeol estaba igual de mojado que él pero con sus ojos preocupados y con una postura encorvada.

—Quizás porque eres el único capaz de juntar todas mis piezas— habló casi hipando logrando que el rostro de Chanyeol se desfigurara aún más— no son muchas... pero algo me queda...

Chanyeol  solo le abrazó y sí, se sentía como su calor le contenía a la perfección y ese vacío que antes le inquietaba, ya no se hacía lugar en su alma.

—Con eso me basta... — susurró acariciando su cabeza con delicadeza.

 

Continuará...

Notas finales:

Si les gustó, dejenme sus comentarios con sus impresiones o taldos xD así podré publicar el siguiente

 

Nosleemos en otra ocasión~~


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