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Bajo la lluvia por Matildespitzenberger

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Notas del capitulo:

LAMENTO LA DEMORA, todo ajetreado pero he vuelto recargada, gracias por sus visitas y comentarios, la historia es algo triste /muy/ y rara por las parejas pero me alegra que se den el tiempo de leerla <3 

 

¡Gracias de verdad! bueno, les dejo leer en paz :)

 

Nos leemos abajo~

/Perspectiva de Minseok/

 

Minseok, sintió un gran dolor cuando en la cena de ensayo para la boda, Jongin les preguntó si podría ir con alguien a la ceremonia.

—¿Con alguien? ¿con algunas de tus hermanas? — preguntó Sehun confundido.

—No... con un amigo— aclaró mientras todos los colores se le subían a sus mejillas.

—¿Estas saliendo con alguien?

—Ya era hora, hombre

Pensó que era una broma, entre más pasaban los segundos esperaba expectante y exigiendo telepáticamente al menor que se riera descontroladamente y tratase de decir entre bocados de aires que todos eran unos idiotas por caer en su trampa pero eso no sucedió. Jongin, estaba enterrado en su silla, avergonzado y esperando que los comentarios no fuesen más íntimos.

—Claro, no hay ningún problema, aún podemos agregar a alguien más  a la lista, ¿verdad, cariño? — esta vez fue Luhan quién tomó la palabra buscando su apoyo.

 —Sí, descuida. Solo necesitaré sus datos— trató de ocultar su sorpresa y dolor en esas palabras de indiferencia pero la verdad es que quería tomar al menor de un brazo y llevarlo hasta un lugar privado y pedirle explicaciones.

¿Explicaciones?

Su mente rió sarcásticamente por el contenido de sus pensamientos, ¿quién era él para exigir respuestas?, Jongin es soltero, guapo y con un futuro prometedor dentro de su profesión, cualquier hombre podría caer a sus pies sin esfuerzos. En cambio él era un hombre comprometido, con la soga al cuello y las manos atadas, su futuro no era muy brillante que digamos pero se esforzaba para que el sentimiento de estar arruinando su vida, no consumiera su calma. Así que por donde mirara la situación, él no tenía derecho alguno para exigir explicaciones o algo parecido.

De todas formas, necesitaba saber quién era ese sujeto...

—¿Ocurre algo cariño? — interrogó Luhan mirándole con demasiada preocupación pero él solo volvió su vista a Jongin quién al chocar con sus ojos bajó su mirada incómodo.

—No, solo estaba pensando si agregar a la pareja de Jongin iba a desorganizar las mesas — mintió tomando su copa de vino, tratando que su fuerte sabor despejara sus crecientes emociones.

—Lamento las molestias, hyung — le susurró intentando encararle pero otra vez falló e inclinó la cabeza al final.

Y aquello le hizo volver en el tiempo, uno donde Jongin era un adolescente tímido y menudo, que no hablaba a no ser que te dirigieras a él y donde había que obligarle a que te mirara a los ojos, uno donde si hubiese tomado la decisión correcta, otra sería la historia.

—Descuida, me alegro que vengas con alguien — volvió a mentir y esta vez intentó sonreír esperando calmar un poco los nervios del menor.

—Es cierto, si no te conseguías a alguien, entre nosotros te habríamos buscado un acompañante — habló Jongdae, cortando la tensión entre ellos.

—¿Por qué? — interrogó el menor confundido.

—Es algo... triste, ir a una boda solo — explicó tratando de no sonar tan duro pero el resto de la mesa se dio cuenta de su intento y aún así rieron por lo bajo — Entre los mimos de los recién casados, los que pronto seguirán el mismo camino y las nuevas parejas cachondas por adelantar la noche de bodas, créeme que serías un completo desconocido, aún estando entre nosotros

—No seas así, que una pareja se case, no hace que otros quieran hacerlo — le increpó Junmyeon.

—¿A ti no te gustaría casarte conmigo? — preguntó haciendo mohines.

—¿A ti, sí? — interrogó emocionado.

—No, claro que no — respondió volviéndose al resto haciendo reventar a toda la mesa de risas.

Y el resto de la noche fue así, entre chistes, risas, brindis y por sobre todo evitándose. Luhan y él se marcharon antes, recurriendo como de costumbre a su agotamiento debido a los preparativos de la boda.

De regreso a casa intentó seguir el hilo de la conversación trivial de su prometido pero la verdad es que solo quería llegar al departamento, ducharse y pensar un poco más para despejar su cabeza.

Creía que si saturaba el tema en su cabeza podría volver a su rutina como si nada esperando llegar a la conclusión que cada quién con su tema y claramente a él no le concernía pero al parecer Luhan tenía otros planes para ellos esa noche.

Al llegar a la habitación le abrazó por detrás y comenzó a dejar besos seductores en su cuello.

—Sé que estas cansado pero... — le habló insinuando sus intenciones.

Y cedió atrayéndolo a él desesperadamente, ya saturaría el tema en su mente, por ahora olvidaría el mal rato con la persona que pasaría el resto de su vida.

+

Los días posteriores han sido una completa tortura, aún no tenía los datos del susodicho y se negaba a levantar el teléfono y llamar a Jongin para preguntarle pero la curiosidad lo estaba carcomiendo al punto que Luhan le preguntaba cada dos por tres si se encontraba bien.

Al principio decía que sí, luego que estaba cansado, ya en las últimas horas no decía nada.

¿Quién es?

¿Cómo es?

¿Se conocían de antes?

Una y otra vez las preguntas se clavaban en su mente logrando que dejase cualquier tarea que haya empezado tratando de despejar sus pensamientos pero nada servía. Todo volvía a Jongin y eso le hacía sentir un miserable.

No te contengas... solo hazlo

Esas palabras le dolían y con la situación actual, le hubiese encantado seguir sus seductoras palabras, haber roto su promesa y haber probado salvajemente los labios del menor, haberlo llevado hasta la parte de atrás de casa y haber liberado toda esa tensión sexual y afectiva que tenía acumulada por su culpa.

Pero no podía dañarle de esa forma, no podía tomar una oportunidad a la ligera y tampoco podía deshacer lo que estaba construyendo, era...

—¿Minseok? —  le llamaron zamarreando un poco su hombro.

Al salir de su letargo se fijó que Luhan le observaba preocupado aguardando el momento de atacarle con preguntas que él no estaba dispuesto a responder.

—Llevas toda la mañana haciendo las tarjetas, te dije que se lo dejáramos a la agencia— sabía que eso no era un reclamo como tal, solo estaba preocupado pero si no hacía algo en su tiempo libre iba a explotar.

—Está bien, puedo hacerlas yo mismo— le respondió tomando un par y fingiendo que las estaba revisando.

—Desde la cena que estas raro... — comentó

—Estoy cansado— respondió automáticamente sin quitarle la vista a las tarjetas.

—¡Pues yo también lo estoy! — explotó el alzando la voz— Llevas estos días ido, quejándote del cansancio y evitándome ¿qué es lo que te sucede? este debería ser el mejor momento de nuestras vidas pero te estás comportando como un haragán—

Por primera vez, Minseok había visto a Luhan perder los estribos y eso, lejos de apartar a Jongin de su cabeza, solo hizo que se instaurara aún más su sombra y que pesaran sus hombros. Era la culpa, que se abría paso.

—Lo siento— le susurró sinceramente— Tienes razón, me he estado comportando como un imbécil— continuó rodeando el cuerpo de su prometido con dolor.

—No quiero que antes de casarnos estemos enojados o llenos de rencor— murmuró aceptando su abrazo con esa melosidad que le caracterizaba— Sé que quieres que salga todo perfecto pero debes ceder algo de trabajo, con ser el novio debería bastarte— antes de hablar besó su frente y atrapó sus mejillas para mirarle con esa adoración que tanto le estremecía.

Minseok suspiró sonora y pesadamente. Tenía razón.

—¿Crees que sea muy tarde si llamo a la agencia para que se hagan cargo de este desastre?

—Por supuesto que no, ¿quién podría negarse a ti? — ronroneó volviendo a atrapar su figura y cuando Minseok ocultó su rostro en su pecho, un nombre se le vino a la cabeza.

Jongin, lo haría.

Luego de hablar con la agencia que estaba organizando parte de su boda, Minseok tuvo la brillante idea de almorzar afuera, logrando que Luhan volviese a su estado naturalmente amoroso y tranquilo.

Llegaron a uno que al parecer se había abierto hace poco, era lujoso y tranquilo. De pronto la rutina volvió sobre él, recordando sus citas pacíficas en Beijing, sus conversaciones con buena comida y un añejo vino, sonrisas grandes y temas tontos, consiguiendo que sus pensamientos disminuyeran y esa culpa que aún habitaba en su corazón le moviese hacia el hombre que tenía al frente.

Al hombre que con tanto esfuerzo y paciencia se había hecho un hueco en su vida, uno al que le había dado su palabra esa noche que se le propuso y le habló tan sinceramente sobre su amor por él y un futuro juntos, uno al que le debía respeto y por sobre todo fidelidad.

Uno que no merecía

Al dejar el restaurante, caminaron como dos colegiales por la calle, apuntando cosas interesante, comprando porquerías y comiendo demás.

—Luhan, a este paso el traje no me quedará— se quejó mientras tomaba la comida casera que le acaba de comprar en uno de los puestos de la otra calle.

—Vamos, es solo un poco y no debes matarte haciendo dieta, me encantas de cualquier forma

—¿De cualquier forma? ¿una redonda? — interrogó ofendido.

—Sabes que no fue eso lo que quise decir...

—Aún así el cambio del traje es carísimo, sin contar que no hay tiempo para...

—Cállate y pruébalo, está delicioso— le interrumpió colocando un poco de comida en su boca.

—Wow...

—¿Delicioso, verdad? — interrogó feliz de verlo comer y de haber ganado la discusión.

Y sí que lo era.

Pero todo momento feliz debía terminar en algún momento, solo que no esperaba que fuese de esa forma.

Ver a Jongin era una cosa, pero verlo a él caminar con una gran sonrisa estampada en su cara acompañado de un hombre alto y exageradamente guapo, había sido suficiente para dejarlo totalmente nockeado.

—¿Ese no es Jongin? — preguntó Luhan sorprendido— Vaya luce distinto...

Distinto. Luce feliz, radiante... hermoso.

—¿Acaso ese hombre será su acompañante? —volvió a interrogar ignorando que él se estaba derrumbando por dentro— Es muy guapo

Primera estocada.

—Y lucen muy bien juntos

Segunda estocada

—Sinceramente, nunca había visto a Jongin tan feliz

Tercera estocada

—¿Podríamos...? — intentó hablar para alejarse lo más pronto posible pero Luhan se le adelantó como siempre.

—Vamos, debemos conocerle— Le dijo mientras tomaba su mano y lo arrastraba hacia la cafetería que Jongin y su acompañante habían ingresado segundos atrás— Así aprovechamos de tomar sus datos para invitarle a  la boda

Ni siquiera tuvo tiempo para reponerse o fingir una sonrisa porque en un par de zancadas, ya estaban frente a la feliz pareja que no paraba de sonreírse uno al otro.

—¿Qué tal Jongin? — saludó Luhan

—Hyung.... — susurró Jongin sorprendido quizás de verlos allí, al poner sus ojos en su rostro comprimido por las emociones, supo que estorbaban.

—Lo siento, Jongin. Te hemos visto desde la otra calle y Luhan quería pasar a saludarte— habló no sabiendo de donde habían salido sus palabras y su temple, porque pensaba que se estaba controlando al ver la expresión agradable de su acompañante.

—Descuida, hyung... Oh, él es Park Chanyeol será mi acompañante en la boda— les presentó, luego de ser molestado por su acompañante, así que apenas dijo su nombre se levantó e inclinó torpemente.

—Mucho gusto, es un placer conocerlos— su voz ronca golpeó su rostro y sus movimientos torpes pisoteaban su orgullo— Lamento que haya sido tan de pronto...

—Descuida, Chanyeol, estamos felices de que acompañes a Jongin al día más importante de nuestras vidas— habló Luhan y no pudo evitar sentirse incómodo con la idea.

Él no era para nada feliz.

—Bueno, solo veníamos para saber su nombre, no queremos importunarlos...

—¡Oh, no molestan para nada! — interrumpió Chanyeol— la verdad es que tenía mucha curiosidad por conocerles, nadie cercano a mí se han casado entre ellos y estoy un poco curioso... — habló poniéndole la piel de gallina. Ese gigante no pensará en...

Descarado

—¿Quieres saber los detalles? — preguntó Luhan enganchando con su espontánea personalidad.

—Vamos Chanyeol, ellos están ocupados con los preparativos de la boda, no los molestes— no esperaba que esas palabras salieran de Jongin y eso solo logró hundirlo más.

—De hecho solo estábamos paseando, Minseok decidió dejarle todo a la agencia, así que estamos libres, ¿qué dices nos quedamos un momento? — sabía que no podía negarse a su petición, se vería mal desde todos los sentidos.

—Claro, por qué no— respondió rogando que saliera una sonrisa de su boca.

Se sentó frente a Jongin quién apartó rápidamente su mirada y él solo la bajó. Solo será un momento. Se repitió un par de veces, solo debía aguantar y tragarse el dolor  por media hora mientras estaban en ese lugar y otra media hora de vuelta a casa, luego tomaría una larga ducha y se olvidaría de todo.

La mesera llegó y para su sorpresa Jongin fue el que pidió, Chanyeol se había estado burlando que había perdido una apuesta así que debía invitarle un café pero al final terminó por incluirlos en el plan.

Para cuando ya había pedido el resto de las bebidas, naturalmente dijo.

—Y un Americano con menta, por favor— habló entregándole la carta desinteresadamente.

—¿Americano con menta? ¿para quién es? — preguntó Chanyeol algo asqueado con la mezcla tan fuerte de sabores y que también se sumó Luhan.

—Para, hyung— respondió Jongin a secas evitando el contacto visual.

Por su parte, ya no bastaba pensar que podría aguantar un segundo más compartiendo el mismo sitio con Jongin, necesitaba un respiro.

—Ya regreso — dijo alzándose de pronto

—¿Te encuentras bien? — otra vez esa odiosa pregunta.

—Sí, ya regreso— susurró alejándose lo más que pudo de la mesa.

Se encerró en un cubículo y pateó la dura pared con su pie para descargar su ira y frustración. No lloraba pero su cuerpo temblaba como si estuviera sufriendo de fiebre. No lo soportaba. A Jongin, a ese risueño Chanyeol, a Luhan restregándoles sobre la boda y el significado de ella para sus vidas.

¡No podía más!, porque...

AMABA A JONGIN Y LO QUERÍA SOLO PARA ÉL.  

Quería que Jongin fuese feliz solo con él, que paseasen por las calles del centro comiendo chatarra y frituras como en el pasado, quería acobijarlo entre sus brazos y beber café hasta tener cólico. Quería que Jongin solo le mirase a él, que le hablase suave y pausado, que posara sus manos en su espalda o en sus muslos, que su sola existencia sea suficiente para que tenga un buen día... lo quería todo.

Pero no podía tenerlo.

Estaba estancado, ente la espada y la pared, sin salida alguna y con la única opción de aceptar su futuro con un hombre maravilloso que no amaba mientras veía al que deseaba ser feliz con otro hombre.

Toc-toc

Golpearon su puerta, intentó recobrar la compostura y juntar los pocos resto que le quedaban, asumiendo su nueva postura muy pronto abrió la puerta percatándose que no era otro cliente del local.

—Tú y yo tenemos que hablar...

Sino Luhan, demacrado y serio.

+

De regreso a casa, el ambiente era pesado no sabía que es lo que le aguardaba una vez que ambos estuvieran solos en el departamento pero sabía que Luhan no era de dejar las cosas a medias, que indagaría hasta el fondo de la situación y él tendría que confesar lo innegable.

Le abrió la puerta  y se adentró en silencio quitándose el saco, prendiendo la luz del living se sentó en el sillón cargando sus codos sobre sus rodillas, esperando que dijese algo.

Los minutos pasaron y él no decía nada, no sabía  ni siquiera por dónde empezar.

—¿No tienes algo que decirme? — esa voz áspera y profunda salía de su perfecto rostro acongojado.

—¿Algo como qué? — salió de su boca y eso provocó toda la tormenta.

Luhan se rió a carcajadas y de forma irónica, por alguna razón parecía fuera de control.

—¿Te estás burlando de mí? — le preguntó volviendo a la misma expresión inicial.

Y tampoco dijo nada.

—¿Te quedarás callado? — volvió a preguntar tragando con dificultad y  apretando su mandíbula, quizás atrapando unas palabras más hirientes.

Cerró sus ojos con pesar desatando su furia.

—ME HAS ESTADO VIENDO LA CARA DE IDIOTA— gritó alzándose— PRETENDÍAS ESTAR ENAMORADO DE MÍ, CUANDO TODO ESTE TIEMPO LO HAS ESTADO DE JONGIN

No sabía que él supiera todo eso, no podía... era demasiado inhumano que haya sabido de todo y aún siguiera a su lado.

—¡¿Y por qué te has quedado a mi lado?! ¡¿POR QUÉ ME HAS SEGUIDO CON TODO ESTO SI SABÍAS QUE SENTÍA ALGO POR JONGIN?!

—Porque eres tú el que debe tomar una decisión— le habló bajando la voz pero demostrando todo su dolor en su rostro, sus ojos ya no brillaban, su piel ya no era pálida ni uniforme, ese aura tranquilo y amable ya no estaba... lo había destruido— Estás mal de la cabeza, si piensas que una promesa puede durar para toda la vida... la gente cambia, tú lo hiciste y no fuiste capaz de detenerlo y afrontarlo, por eso estamos como estamos— habló nuevamente tomando su chaqueta.

Su boca se volvió a cerrar dándole la razón a sus palabras y pidiéndole perdón pero sabía que eso era inútil. De pronto se dio cuenta que la culpa nunca ha sido de Jongin por haber invadido su mente y corazón, tampoco de Luhan de seguir adelante con los preparativos, todo esto era netamente su responsabilidad... este desastre era su culpa.

—Haz terminado destruyendo a las personas que más te amaban, Minseok. Hablo por mi y por Jongin... — Sentenció dolido antes de salir del departamento, con un portazo.

¿Y ahora qué quedaba?

Las lágrimas que caían por sus mejillas no iban a retroceder el tiempo y arreglar este desastre pero necesitaba liberar ese sufrimiento y a la vez desesperadamente esperaba que alguien milagrosamente llegase a su lado y le abrazase fuertemente, porque se estaba derrumbando y perdiendo así mismo pero por sobre todo, estaba completamente solo...

 

Continuará...

 

 

 

Notas finales:

/DOLOR/ No saben cuanta pena me dio escribir este capítulo y hacer sufrir a mi bias, lo sé soy mala-malísima ;uuu; lloraré con uds. 

 

Dejenme sus comentarios e impresiones, solo así me animo a publicar (?) /o si no seré más mala y las dejaré con este dolor/  

 


Nos leemos en otro capitulo. ¡Nos vemos~!


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