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Madness of Case 9 por ZioneSqualle

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Notas del fanfic:

Vuelvo con otro fic :3 Tiene un par de incidencias de mi fic anterior: Lunacy :v Como la aparición de dos de los personajes :p pero no es necesario leer Lunacy antes de éste, ya que ambas historias tienen casi nada de relación y son independientes una de la otra

Espero les guste

Saludos

ZioneSqualle

Notas del capitulo:

Y con esto el primer cap...¿Les gusta? ¿Lo odian? No lo sabré sin revs :3

Saludos

ZioneSqualle

La muchacha cayó de su silla, dando un golpe seco al momento en el que su pelvis chocaba con el suelo. No era posible.

Caso 9 la miraba desde aquella cama blanca, en aquel cuarto acolchado. No hacía gestos, mas por sus ojos se  notaba que estaba riendo por dentro.

Johanna seguía sin poder saber cone xactitud lo que estaba sucediendo. ¿Éra verdad? ¿Era una broma muy pesada? ¿Qué estaba pasando?

Caso 9 aún tenía su vista fija en ella. Una chica alta, cabello marrón enrulado recogido en una coleta, con un par de mechones a los costados, blusa escotada, minifalda negra, medias negras con diseño y un par de tacones; de formas voluminosas y labios carnosos. Nada fuera de lo común. ¿Acaso los ridículos del centro creían que lo convencerían de esa forma? Eran unos estupidos.

La chica respiraba tan rápido que hizo que uno de sus botones saltara de su lugar, cayendo en la esquina en la que estaba la cámara de seguridad. Giró la vista, mientras una corriente de aire helado le surcaba el cuello. El miedo la había invadido por completo. Si tan sólo álguien la ayudara ahora.

Por instinto, dirigió la mirada hacia la cámara.

"Si alguien me ve ahora, vendrá a mi ayuda...¿cierto? Me sacarán de aqui...¿Cierto?"

Con sus últimas esperanzas, se aferró a la idea de su posible salvación. Miró a la cámara, plasmando su miedo en aquel deseo de poder escapar. La realidad le devolvió el golpe.

La luz roja que se supone debía parpadear, estaba apagada.

Caso 9 sonrió debilmente, mientras la chica se sumía a la desesperación completa...

 

 

 

 

 

 

 - Suba al ascensor al quinto piso, luego va por el pasillo de la derecha, en la tercera puerta estará esperándolo el director.

 - Muchas gracias.

Noah recogió los papeles que aquella secretaria de sonrisa forzada, como si fuera grabada con cincel a su piel cenicienta, le había firmado. Inspiró hondo un par de veces, cerrando los ojos, antes de al fin presionar el botón del ascensor.

"Cálmate, todo saldrá bien"


Se repitió aquella frase un par de veces más, mientras contaba los segundos en que el aparato demoraba en llegar a su piso. Las puertas se abrieron. La figura del chico de cabello morado atado en una coleta lo despertó, quien había aparecido silenciosamente a su lado.

 - Crosse...maldito idiota...

 - ¿Qué hay, Noah?

Ambos se sonrieron, mientras entraban al elevador antes de que las puertas se cerraran completamente.

 - No esperaba verte por aquí.

 - Yo tampoco, la verdad - Enderezó sus papeles mientras la música de fondo llenaba el espacio. Joder ¿no podía parar de sonar? - ¿Cómo te va?

 - No podría ir mejor - el pelimorado se acomodó la corbata usando el espejo de los laterales - Ayer le pedí matrimonio... - bajó la mirada, recordando el rostro de su amado peliverde.

 - ¿En serio? Felicidades - aquella noticia lo calmó un poco. Crosse era su amigo más cercano, casi su hermano. Lo apoyó durante aquellos meses en los cuales sus crisis emocionales se salían de control. Aún recordaba el haber estado en el sofá, con la taza de té, anotando lo que su amigo le contaba. Aquellas pesadillas le habían llevado un tiempo en superar, pero ahora podía dedicarse de lleno a su pareja. - Por cierto, gracias.

 - ¿Por? - el pelimorado volvió de su ensoñación, para prestarle atención a su realidad - ¿Por recomendarte en el psiquiátrico?

El psiquiátrico Twin Pines era el mejor y más avanzado centro del lugar. Era un edificio de al menos 20 pisos, con 5 subdiviciones en todo el lugar, rodeado de mallas eléctricas en las zonas de enfermos, y un edificio externo de sólo dos, que servía para as consultas ocasionales. Era completamente blanco, y las ventanas eran del efecto espejo. Contaba con varios recursos para los enfermos, o "casos", como los llamaban los enfermeros. Los casos se clasificaban por el alfabeto. CasoA era para TOC. CasoB para Transtornos. CasoC para esquizofrenia. Así sucesivamente, y cada paciente interno tenía un código, como CasoF56 o CasoH12. Noah había estado en la universidad con Crosse, en la carrera de Psicología, mas luego de unos meses de no haber podido conseguir un trabajo, Crosse entregó su currículum al subgerente. Luego de un par de entreistas y la revisión de su curriculum, pudo entrar, mas el director tendría que primero asignarle una zona.

 - Sabes de que hablo - le dedicó una media sonrisa.

 - ¿Y qué pasó contigo y Amber?

 - Terminamos. La dejé luego de que me confesara que se estuvo acostando con Yukko a mis espaldas.

 - Entonces ella... - cerró fuertemente los ojos y los puños, antes de volver a su estado normal - Me debo ir...nos vemos. Suerte

Hizo un gesto de mano, antes de salir del ascensor un piso antes que el de Noah.

Los segundos siguientes fueron eternos. Noah empezaba a impacientarse, cuando la puerta finalmente se abrió.

 - Con permiso - se abrió paso ante un grupo de personas, hasta al fin poder salir del tumulto y respirar tranquilo en el pasillo.

 - ...el Caso9 sigue siendo un desastre. Johanna ahora está en el área del que era el caso 2...

La puerta se cerró.

"¿Caso...2? ¿Hay casos enumerados? Quizás haya sido una abreviatura...da igual. Debo irme"



Al fin caminó por aquel pasillo, intentando dejar aquella conversación atrás. Entró en el despacho, en el que un hombre rubio, vestido con un terno gris, de aproximadamente 35 años, lo esperaba.







"No te ha ido tan mal"

Noah exhaló por enésima vez desde que salió de la habitación.

 - Ahora te mostraré el área donde trabajarás.

Examinó el papel que le dió el director, cuyo nombre era Mathew. CasoK, paranoias. No era nada del otro mundo. Había tenido suficiente experiencia tratando con Crosse. Aquello sería tan fácil como cortar un pastel.

Subieron en el ascensor. Durante un breve momento notó una mirada intensa en su trasero, causándole un escalofrío, mas no era nada del otro mundo. 

"Sólo tienen que bajar al primer piso, caminar hacia el edificio 3, y podrás empezar el trabajo de una vez por todas...respira..."

Mathew carraspeó un poco, antes de aclararse la voz. Posó su mano en el hombro de Noah y se acercó lo suficiente para poder susurrarle al oido.

 - Escucha...la realidad es ésta...en mi empresa, todos hacen lo que yo les diga, sin importar el caso que se les ponga...

 - E-entiendo- "¿No puede irse más allá? Tengo un espacio personal"

 - He visto tu currículum, y creo que tienes potencial...me agradas - sonrió antes de continuar - Pero debo decirte algo antes...

El ascensor se detuvo en el primer piso, mas luego continuó bajando.

 - ¿Q-qué está pasando?

 - Necesitamos más gente como tú allá abajo...Me refiero a los casos especiales...

Las puertas se abrieron, en lo que era un sub sótano. Habían 3 pasillos, en la derecha y la izquierda había puertas comunes, blancas como todo en el edificio. Lo que destacaba era la puerta del pasillo central, una grande de metal, con doble visagra automática y una rendija para ver lo que pasaba en el interior.

Ambos salieron del ascensor, giraron hacia el pasillo de la izquierda, entrando en la segunda puerta a la derecha. Era un cuarto de vigilancia, con 10 cámaras, una en el pasillo y otras 9 en distintos cuartos. 

 - ¿A qué se refiere con todo esto?

Noah observaba las imágenes de los presos. Todos llevaban camisas de fuerzas. Algunos dormían, otros golpeaban sus cabezas con las paredes acolchadas, una chica reía sin parar. Mas lo que llamó su atención fue un chico. Tendría su edad, un cerquillo desordenado que casi cubría sus ojos, y el cabello liso negro hasta un poco más allá de los hombros. Sus ojos no eran muy distintivos, pero se notaba una chispa roja en ellos. Sólo estaba sentado en su cama, mirando un punto inexistente. Una mano en su cintura lo sacó de sus ensoñaciones, mientras le extendían una tarjeta blanca con el número 9.

 - Ése es tu caso. Es el Caso 9. La anterior joven que lo atendía ahora es el Caso 2.

"Ya entiendo..."

 - Te guiaré hasta él...recuerda...estaremos viendo lo que sea que ocurra en esa habitación, si te sucede algo, iremos por ti.

Le dió una palmada en la cintura, antes de soltarlo. Salieron encaminados hacia aquella puerta de metal. Noah tragó saliva, al ver que su jefe deslizaba una tarjeta por una ranura que antes no había visto. Caminaron por el largo pasillo, las puertas de los Casos estaban enumeradas, siendo el Caso 9 el final. Las puertas desde el Caso 1 al Caso 6 tenían una ventana de cristal por la que se veían a los pacientes. Noah se acercó a la de Caso 2, cuando de pronto, la figura de una chica con los ojos muy abiertos lo asustó de pronto.

 - ¡Mierda! - retrocedió un par de pasos, debido a la súbita aparición de aquella joven.

 - ¡Maldita sea, Caso 2! Ya es tu hora de dormir...

Una chica rubia apareció por la puerta de metal, trayendo consigo un vaso de agua con unas pastillas.

 - ¡L-lo siento! - abrió la puerta numerada con su tarjeta, mientras Caso 2 lamía el cristal, para luego cerrarla y desaparecer.

 - Que no te fastidie, esa chica inició apenas ayer.

Siguieeron el recorrido. Noah se sentía cada vez más abrumado por aquella blancura. Notó ligeramente que la puerta de Caso 9 era ligeramente más oscura que las demás.

"Será sólo una ilusión"

 - Bien, debo advertirte. Caso 9 es algo...especial. Intenta no irritarlo.

Mathew se fué antes de que Noah pueda responder, dejándolo con la pregunta en la boca.

"Tranquilo...respira...lo pero que pude pasar es que termines como la chica del Caso 2...cálmate..."

Reunió fuerzas, ordenó sus papeles y se fijó en un sobre en el que antes no se haía dado cuenta. Lo leería luego. Tomó la tarjeta que le  proporcionaron, pasándola por la ranura que tenían todas las puertas. Tiritó un poco..."No dejes que vea que estás asustado". Intentó neutralizar sus miedos, hasta por fin abrir la puerta.

Entró a la habitación rápidamente, para luego cerrarla, creando un pequeño estrépito. Exhaló una vez más, y se dirigió al pequeño escritorio que tenía aquella habitación. Sacó la silla, y la puso al frente de la puerta. Se sentó, y finalmente vió al joven que tenía adelante.

Usaba una camisa de fuerza y pantalones blancos holgados. Sus calcetines blancos no mostraban nada de manchas, Sus ojos eran de un tono rojo sangriento, que parecían brillar. Su piel era pálida, casi blanca. Tenía la mirada perdida, ignorando la existencia de Noah.

 - Buenas tardes - se aclaró la voz un momento, antes de continuar - Mi nombre es Noah, seré tu psiquiatra a partir de ahora. ¿Podríamos empezar...no lo sé...empezar hablándome de tí?

No hubo respuesta.

 - Por cierto...me gustan tus ojos...

Caso 9 levantó la vista lentamente, para finalmente sonreir al recién llegado.

Un brillo rojo chispeó en sus ojos.

Notas finales:

Con esto el primer cap...¿Les gustó? ¿Lo odiaron? No lo sabré sin revs .w.

Saludos

ZioneSualle


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