Estoy en un estacionamiento abandonado a las afueras de la cuidad. Cada semana hay una carrera en este lugar aunque el día y la hora siempre cambian para que no nos pille la policía local en una de las carreras. Te avisan 10 minutos antes de que inicie si eres corredor o 5 si solo eres espectador. El lugar es de cuatro pisos, la carrera empieza en el último y acaba en el primero para poder huir rápido de ser necesario. Nunca duramos más de 1:30 en este lugar.
Mi vida ha cambiado mucho desde que estoy aquí, ya no soy la chica nerd (aunque mis calificaciones siguen siendo las mejores) ahora soy el chico rebelde que se acuesta con la mitad de las chicas de su escuela. Sí, mi aspecto es el de un chico, que le voy a hacer me siento más cómoda así. De hecho es divertido puedo hacerme pasar por un chico y eso aligera las cosas con las chicas que no quieren que se sepa que se están acostando con una mujer o puedo coquetear con chicas que juran que nunca en su vida harían algo así. Mi aspecto también ha cambiado ahora tengo el cabello corto de color blanco, ya no utilizo tanto mis lentes (no uso lentes de contacto) y ahora he empezado a desarrollar músculos donde antes solo se me marcaban los huesos. Pero aun me quedan lecciones que aprender.
Conduzca la Ducati a todo lo que da, quiero ganar esta carrera a como dé lugar llevo invicta desde que empecé, hace ya 24 carreras, y no está en mis planes perder el invicto. Gire en una de las curvas de la “pista” a toda velocidad adelantando a los 2 pilotos que iban frente a mí haciendo me sonreír. Volví a ganar.
Derrape antes de detener por completo mi Ducati después de haber ganado mi carrera número 25 en línea y establecer un nuevo record invicto. Cuando baje de la moto, empezó a sonar una canción muy conocida para mí en las bocinas de unos coches “Latch” Disclosure. Gire brevemente hacia mi izquierda para ver a Leroy, este al verme sonrió y levanto sus pulgares.
Cerré los ojos y deje que la música me llenara, olvide todo excepto la sensación de adrenalina y de la victoria. Sonreí y aun con los ojos cerrados empecé poco a poco a bailar lento, suave y sexy (no, no soy para nada humilde). Al llegar al coro abrí mis ojos y empecé a cantar haciendo movimientos más rápidos. Baile toda la canción como era ya una costumbre después de ganar, empecé a hacerlo hace como 10 carreras ya que antes solo ganaba, recibía el dinero y me iba pero empezaron a quejarse de eso (aun sigo sin entender porque) así que ahora cada vez que gano bailo la canción que Leroy elija. Al terminar la canción fui hacia Leroy.
- Eres un maldito monstro- me felicito en cuanto llegue- por un momento pensé que ibas a perder y en la última curva los pasaste como si nada, los atravesaste como si fueras un puto fantasma.
- Calma, no iba a perder solo estaba distraída.- Dije tranquilamente como suele ser mi personalidad cuando estoy fuera de las pistas o no estoy de caza. Leroy frunció el ceño obviamente molesto, el suele apostar por mi.- No te molestes, solo estaba esperando la última vuelta para pasarlos.- Le dije sinceramente.
- Juro que si vuelves a hacer algo como eso hago explotar tu Ducati.
Bien, es cierto que suelo ser una persona muy paciente y tolerante, pero le tengo un gran amor a esa motocicleta por el hecho de que es un regalo de mi padre y a estado conmigo en toda esta metamorfosis, así que el que me haya amenazado con hacerle algo no me hiso la mas mínima gracia.
Lo tome por el cuello y lo empuje contra una van negra que estaba justo detrás de nosotros. Me acerque a su oído para susurrarle una pequeña advertencia.
- No juegues con fuego ya deberías de saber que ya no soy una pequeña flamita.- Lo solté y me di la vuelta para ir por mi dinero.
Después de recoger mi dinero estaba dispuesta a irme cuando vi a Alexandra saludarme y caminar hacia mí. Alexandra es una sexy chica de 1.75 mas o menos, un cuerpo de ángel… de Victoria’s Secret del que sabia sacar provecho. Si, una muy sexy pelirroja de ojos verdes y piel pálida.
Es mi amiga con beneficios.
- Hola preciosa.- dije antes de tomarla por la cintura para acercarla a mí y besarla… antes de que se moleste y me golpeé por a verle dicho preciosa.
- Si me vuelves a decirme preciosa te juro que te arruino tus ligues por un mes.- Intento amenazarme. INTENTO.
- Y dime, ¿Quién crees que aguantaría mas sin tener sexo, tu o… yo?- pregunte, y comencé a besar y lamer su cuello, era un punto sensible, no es uno de sus puntos débiles pero es lo suficientemente sensible para nublar un poco su mente.
- Tú no aguantarías una semana Ángel y lo sabes perfectamente.- Puso sus manos en mi pecho y me empujo suavemente lejos de ella.
- Hey- proteste- ¿Qué no tienes autocontrol, o porque me apartas?- pregunte levantando las manos en señal de rendición y dando un paso hacia atrás.
- Cállate Ángel.- Cruzo sus brazos bajo su pecho y no pude evitar bajar la mirada hasta su escote.
No me culpen, lleva puesto un top negro, pantalones de cuero igualmente negros, una chaqueta rojo quemado y unos zapatos de tacón de 15cm (¿Qué? Al fin y al cabo sigo siendo mujer tengo que saber algo de eso).
- Ángel mis ojos están arriba.- Dijo Alex intentando llamar mi atención.
- Ujum.- Seguí mi recorrido visual por su cuerpo sin importarme el comentario de Alex, viaje de sus pechos vagando por su abdomen y terminando mi recorrido en sus largas y torneadas piernas. Mordí mi labio labio inferior antes de empezar con mi camino visual ascendente.
Sé que a Alex le encanta que las personas la admiren y se queden embobadas viéndola cuando llega a un lugar, la cuestión para otros es que esta tan acostumbrada a eso que es la peor táctica para ligar que puedes usar con ella. Excepto si lo hago yo. Eso lo disfruta bastante.
- ¿Decías algo?- pregunte inocente cuando termine mi recorrido y me digne a mirarla a los ojos de nuevo.
- Sabes que eso no es justo, tú estas completamente consciente de que no puedo resistirme a ti cuando me ves de esa manera- se acerco lentamente y sensualmente a mí y puso sus manos en la parte de atrás de mi cuello- nunca, nunca ves a nadie de esa manera, como desnudándola con la mirada, y que solo lo hagas conmigo sube mi ego demasiado.
- ¿Acaso te pongo nerviosa?- puse mis manos en su cintura y le sonreí de medio lado, me acerque un poco más a su rostro y empecé a rosar mis labios con la suave piel de sus mejillas apenas llegando a la comisura de sus labios para alejarme de nuevo para después besarla de una manera un tanto brusca.
Alex es una chica que parece delicada y caprichosa a primera vista, pero las apariencias engañan. Si es caprichosa pero no se pasa y delicada… joder que de delicada solo tiene la finta, le gusta que sea un tanto brusca y no tenga cuidado. Alex no tiene mucho cuidado conmigo siempre término con muchas marcas y rasguños, la última vez que tuvimos sexo me dejo toda mi espalda lastimada pero siendo sincera me encanta que lo haga. Soy switch me gusta dominar pero también me gusta que me dominen.
- No es exactamente que me pongas nerviosa- dijo rompiendo el beso- eso no es lo que provocas cada vez que sonríes de esa manera, yo diría que más bien es excitación lo que provocas y más aun con esa mirada tan penetrante que tienes.
- Mmm…- Prácticamente ronroneé en su oído y comencé a morder con un poco de fuerza el lóbulo de su oído.
- ¿Vienes a mi casa esta noche?- susurró provocativamente en mi oído mientras acariciaba mi cuello con sus manos y movía sus caderas lentamente al ritmo de Knee Socks de Arctic Monkeys.
- Esa es una tentadora propuesta que estoy más que dispuesta a aceptar- mis manos acarician su espalda por debajo de la chaqueta llegando un poco más abajo y volviendo a subir para volver a empezar el recorrido nuevamente.
Escuche como alguien a detrás de mi carraspeaba y me gire para ver a Cristian un hombre de 1.70 ojos azules, piel blanca, de músculos ligeramente marcados.
- Perdón por interrumpir, necesito hablar contigo Ángel- Cristian tiene una voz calmada y siempre habla de una manera educada y un tanto galante, el me enseño muchas cosas, lo que lo hace tan importante en mi vida es que prácticamente es mi conciencia.
Yo asentí con la cabeza, Cristian se me quedo viendo y con un ligero movimiento de cabeza señalo a Alex.
- Perdón por mis modales- Cristian siempre dice que tengo que ser educada y odia cuando la gente no lo es por eso me comporto de esa manera cuando esta él.- Alex él es Cristian mi maestro, Cristian ella es Alexandra mi amiga con beneficios- también hay que ser claros.
“Gusto en conocerte” dijeron ambos y se estrecharon las manos. ¿Mencione que Cristian tiene el cabello negro? ¿No? Pues sí, tiene el cabello de color negro, somos como el ying y el yang.
- ¿Podemos hablar a solas?- pregunto Cris con esa pose fría y formal que suele tener.
- Claro, solo permíteme despedirme. ¿Dónde nos vemos?- Alex volteo a verme impresionada, yo no suelo hablar de esa manera con ella o con cualquier otra persona que le guste estar en este lugar.
- En el tercer punto en quince minutos.- Dejo su cara seria cuando giro a ver a Alex y sonrió antes de despedirse- Un placer el haberte conocido seguramente nos volveremos a ver,- me miro por unos segundos- hasta entonces.- Le dio la mano y después se fue.
- ¿Por qué no eres como él?- pregunto Alex al tiempo que pasaba sus brazos detrás de mi cuello.
- Porque no te gustaría si yo fuera así.
- ¿Por qué lo dices?
- Tu eres atrevida, descarada y rebelde- me acerque a su oído para susurrarle lo siguiente- aparte de sexy, masoquista y buena en la cama. Tú jamás estarías con alguien como Cristian por más de una semana y nosotras ya llevamos varios meses.
- Mmm… Tienes razón- Alex concordó/gimió en mi oído.
- Bueno sexy chica me voy o Cristian me matara- la bese una última vez- te veo como a las diez en tu apartamento.
- ¿Quieres algo especial?- pregunto sensualmente en mi oído.
- Esta vez no, solo a ti con… no lo sé- me mordí el labio y evoque una imagen que me excitara-… un liguero, sostén y bragas negras de encaje, ¿tacones?- Alex asintió de acuerdo con la idea- y una de mis camisas blancas sin abotonar.- Tengo algo de ropa en su apartamento para las veces que me quedo a dormir y debo correr a la escuela a la mañana siguiente.
- Considéralo un hecho- roso mi cuello con sus labios y después dio media vuelta para ir con sus amigos.
Esta noche será muy placentera, sonreí ante mis pensamientos. Me puse mi casco y subí a mi motocicleta para ir hacia el edificio al que llamamos (Leroy, Cristian, Ian, Fitz, Valentina, Dara, Samantha, Aixa y yo) el punto tres.
No tarde más de cinco minutos en llegar al edificio de cinco plantas que parecía estar a punto de caer. Aparque la moto dentro del edificio cerca de lo que era, en su tiempo, la recepción. Al ser de noche la motocicleta no se veía y eso era lo que necesitaba. Subí al tercer piso para encontrarme con Cris.
- ¿Para qué me llamaste?- pregunte en cuanto lo vi. Camino hacia mí y me golpeo en el abdomen. Recibí el golpe y no hice nada. Eso está prohibido.
- ¿Dónde están tus modales?- Cristian siempre viste un traje negro (pantalón, camisa –con mancuernillas doradas-, saco), corbata roja y zapatos oxford.
- Lo lamento- hice una reverencia.- Hola maestro. ¿Cuál es el motivo de tu llamado?- Me pare derecha y puse mi brazo izquierdo en mi espalda como si fuera un mayordomo o un guardia.
- Así está mejor- se acomodo sus gafas y pude ver sus guantes de cuero negro con detalles en dorado.- Mira Ángel, llevas seis meses aquí y ya has cambiado mucho- su cuerpo se relajo y empezó a hablar con un tono amistoso- me preocupas, siento que te vas a perder muy pronto y no quiero que en lugar de curarte termines mas lastimada.
Cris dio un paso hacia mí puso una mano sobre mi hombro, se quito los lentes y me miro a los ojos. Pude leer la genuina preocupación que tenia, pero necesito hacer esto, necesito perderme un poco para poder reencontrarme con mi demonio interno.
- No te preocupes Cris. Si, es cierto, me voy a perder pero por eso necesito que tu estés ahí y me ayudes a salir antes de que me guste estar en el fondo- puse mi mano sobre la suya y la apreté un poco.- Tengo miedo no te lo voy a negar, después de todo sigo siendo una adolescente con miedos y preocupaciones banales.
“Necesito hacer esto, no quiero volver y ser de nuevo esa persona de la que se pueden burlar y que creen que no sabe defenderse. Necesito ser esa persona vengativa que hace tiempo fui, esa persona que no tiene miedo de salir herida físicamente para lograr lo que quiere y obtener respeto por medio de unos cuantos golpes y una motocicleta.
No, no te estoy diciendo que no quiero tener sentimientos o ser una perra sin corazón, por eso necesito que me pongas un límite y me detengas antes de cruzarlo, para aun siendo una persona que piense que el “fin justifica los medio” seguir siendo yo, la persona romántica, distraída, sensible, tolerante y comprensible que soy y me gusta ser.”
- Te prometo que no dejare que dejes de serlo aunque pongas todo tu empeño dejar de serlo yo aguantare todo lo que puedas hacerme o decirme, yo estaré ahí para ayudarte.- Quito su mano de mi hombro, volvió a ponerse los lentes y regreso a esa actitud fría y formal.- Nos vemos luego. Cuando estés en el fondo.
Lo vi desaparecer en la noche y sonreí. Pasara lo que pasara en estos meses el estaría hay para ayudarme a salir del infierno disfrazado de paraíso al que iba a meterme.
Tres meses después…