-O...Ogiwara...!?- El ver al pelinegro me sorprendió. El vive en otra región, porqué está aqui?
-Vaya Kagami! Cuanto tiempo!- Dijo sonriente -Que vienes a hacer aqui?-
-Bueno... Estoy buscando a Kuroko- Le respondí. En ese momento, Kuroko apareció de la nada diciendo
-Estoy aqui.- Estaba con un traje parecido al mío, pero su corbata era celeste. -Ya nos podemos ir Kagami-kun. Ogiwara-kun, cuida bien de Nigou y la casa.- Dijo saliendo de la casa.
-Pues claro! Que les vaya bien!- Dijo y cerró la puerta.
Me dió mala espina, pero, ya sería después que hablaramos de eso. Me digné a darle las flores a Kuroko antes de subir al taxi.
-Ten, son para ti.- Dije. Seguramente ya estaba sonrrojado, lo sentía en mis mejillas
-Muchas gracias, Taiga-kun~ Nos vamos?- cada vez que me llama por mi nombre significa una cosa: Quiere acostarse conmigo. Lo sé, es así.
-Si, claro-
Pero esta noche, primero sería la cena, después los actos.
Llegamos a mi apartamento. Mientras abría la puerta le dije
-Por favor, solo esta noche, hagamoslo a mi manera- Le señalé
-Entiendo. Entonces, encarguesé usted, Kagami-san- Dijo con una sonrisa Kuroko
Entramos. La expresión de Kuroko daba a conocer que le había sorprendido. La mesa en el centro de la sala, arreglada elegantemente, con dos platos, dos copas y una botella de vino blanco frío.
-Sientate, voy a buscar la comida- Dije dandole paso a la mesa. Una vez que se sentó me dirigí a la cocina.
Puse a calentar la comida. La espera parecía eterna, pero no me molestaba mucho, pues estaba sumergido en pensamientos.
"Le estará gustando?" Pensé "Eso espero, es su regalo despues de todo"
Pero, en un momento recordé cuando lo fuí a buscar.
"Porqué Ogiwara está en casa de Kuroko?" Me pregunté "Kagami, no saques conclusiones. Siempre que sacas tus conclusiones antes de saber la verdad terminas mal" Decía mi conciencia
"A la mierda con esto! Estamos en plena cena!" En ese momento el sonido del microondas sonó, haciendome enterar de que la comida estaba lista.
La pasta estaba en una bandeja redonda pequeña, lo único que había que hacer era llevarla a la mesa y servir, lo cual hice.
-Huu~ Comida Italiana~!- Se le veía muy feliz al momento que le serví en su plato
-Puedes empezar a comer si quieres. Yo voy a dejar esto y buscar el sacacorchos- Se me había olvidado el bendito sacacorchos para el vino
-Tranquilo, yo espero.-
Me devolví a la cocina, dejando la bandeja en el fregadero para después buscar, desesperadamente, el sacacorchos. Hasta que por fin lo hallé, y regresé a la mesa.
-Ah... Bien, aqui lo tengo.- Puse el sacacorchos el la tapa del vino (un corcho) y de repente, la tapa salió volando, golpeando mi frente -Que demonios!?- Pero por lo menos no se había derramado ni en el piso ni en mi traje
-Jajaja!!!!- Kuroko rió a carcajadas -Debiste haberte visto Kagami-kun!!! Jajaja!!-
-Asi que... Tu lo agitaste...- Le dije -Mereces castigo.-
-Ah, si? Cual es mi castigo?-
-No habrán de nuestros actos esta noche.-
-Ah....~- Su ánimo cayó
-Nah~, mentira. El castigo será que yo me quede en tu casa esta noche- Le dije sinceramente. -Ahora si- Serví el vino -A comer!-
No recuerdo la última vez que degusté comida italiana. A mi, de pequeño, me encantaba.
Nuestra charla eran de los tiempos en que estabamos en Seirin, en la época cuando nos conocimos, cuando nos prometimos ser luz y sombra, cuando perdimos en la Inter-High, etc, etc... Eran buenos y malos momentos que, juntos, eran de llamarse "Buenos y viejos tiempos" de buena manera.
Ya habíamos terminado la comida, aunque la botella de vino iba por un poco menos de la mitad. Me dispusé a recoger los platos sucios y traer el postre.
-Postre?- Dijo confundido
-Si. Hice postre. Ya vuelvo-
Deje mas platos al fregadero, los cuales lavaría al dia siguiente. Busqué dos platos mas pequeños, un bol llenos de fresas y trozos de bananas, otro bol con chocolate derretido, y unos cuantos palillos de madera. Con dificultad los llevé de vuelta a la sala.
-Agh... Aqui está el postre!- Acomodé las cosas para que no se viera feo
-Vaya...- la sonrisa volvió a aparecer en su rostro al morder una fresa con chocolate previamente preparada por él. -Todavía no puedo creer que estes haciendo esto... Porque?-
-Que no te dije?- Me acerqué a su oído -Es un regalo.- Le dí un beso y me coloqué un poco mas lejos de él, donde pudiera verle el rostro bien -Solo para ti.-
-Kagami-kun...- Se sonrrojó, inevitablemente. Yo volví a mi asiento.
Así pasamos la velada. Mas tarde, nos cambiamos de ropa para estar mas comodos al regresar a su casa (Kuroko no queria andar con traje a esas horas de la noche. Ademas, tenía ropa en el apartemento.) Luego nos fuimos en bicicleta: UNA misma bicicleta para ambos.
Llegué agotado, había sido yo quien pedaleó todo el viaje
-Vale, vale.... Aqui nos bajamos- Le dije
Entramos, las luces estaban apagadas, Kuroko me dijo para ir con él a su habitación, pero le dije que durmiera mas cómodo, yo me quedé en el sillón de la sala a descansar despues de una buena noche junto a Kuroko.
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