“Una mañana aburrida y chocolate caliente”
Capitulo Único.
Estaba aburrido, que va aburrido era poco estaba casi literalmente muriendo de aburrimiento. Tomo el control remoto de la televisión y tirándose sobre el sofá de la sala sin ningún tipo de elegancia encendió el aparato y empezó a cambiar canales uno a uno. “Aburrido” “No me interesa” “Ya lo vi” “No hay chicas lindas” “Aburridísimo” “Ya lo vi tres veces” era lo que salía de su boca al final y después de unos minutos mas llego al mismo canal donde había comenzado.
— Ah~ porque demonios no hay nada que ver. — Se lamento pataleando y retorciéndose sobre el sofá. — Es sábado maldición de que sirve que pague mes tras mes por un servicio de cable si solo hay basura.
Termino apagando el televisor y aventando el control a alguna parte de la sala enojado por no encontrar nada que ver, se levanto de un brinco para dejarse caer sentado en el pobre sofá que solo rechino y se deslizo un poco en el suelo, estiro su brazo izquierdo hasta alcanzar su portátil que estaba en la mesita de enfrente si no había nada en la televisión internet debía tener la respuesta.
Mientras su computadora encendía miro por la ventana que esta al lado del televisor tenia los vidrios sucios y empañados debido a que tenia meses sin limpiarlos pero aun así se podía ver como la lluvia caía a cantaros a fuera, no había rayos, no había truenos solo llovía y al parecer no dejaría de hacerlo en todo el día miro la hora en la esquina de la pantalla de la computadora que acababa de encender, eran las ocho con treinta y ocho minutos de la mañana y contando.
¡El no podía pasar todo el día encerrado en su casa! ¡En especial si es un SABADO!
Resignado decidió que pasaría ese día comiendo comida chatarra viendo videos por internet donde gente estúpida hace estupideces y porque no descargar un poco de porno para su colección, rio internamente ante eso ultimo, risa que murió al ver como en su explorador no respondía y la pagina solicitada no se lograba cargar. Reviso la conexión se suponía que todo estaba bien su computadora se conectaba automáticamente a la red Wi-Fi, empezó a buscar el problema hasta que dos minutos después estaba dándose de cabezazos sobre la mesita de la sala.
— ¿Por qué a mi dios, por qué? ¡Estúpido viejo Ibiki que no paga su internet! Maldito idiota. — El pobre chico se lamentaba desconsolado sobre la mesa como si el mundo se fuera a acabar y él no alcanzo a cumplir todos sus infantiles sueños.
— Oye imbécil deja de hacerte el idiota y prepara el desayuno.
Su compañero de departamento hiso aparición algo adormilado y con el pijama aun puesto ese que tenia dibujitos de tomates por todas partes y de fondo azul celeste, se froto uno de sus ojos camino a la barra de la cocina mientras levantaba la frazada que llevaba arrastras hasta colocarla alrededor de sus hombros. Todo bajo la atenta mirada azulina que lo veía enfurruñado, no entendía como ese bastardo que tenia como mejor amigo y compañero de vivienda podía vestir tan infantil y actuar como tal y seguir siendo el mismo bastardo despiadado que era.
— A que esperas idiota el desayuno no se hará por si solo. — Grito malhumorado su compañero desde la cocina.
A Naruto no le quedo otra más que levantarse de su lugar y dirigirse a la cocina refunfuñando y arrastrando los pies, Sasuke siempre se levantaba con un humor del demonio. Llego a la cocina le hecho un vistazo a su compañero que estaba sentado en uno de los banquillos de la barra, tenia medio cuerpo recostado en esta mientras su brazos envueltos en su frazada hacían de almohada para su cabeza y sus pies incapaces de tocar el suelo se balanceaban (No es que fuera bajo, era simplemente que los banquillos eran demasiado altos). Tomo el delantal con grabados de espirales y se lo coloco mientras encendía la estufa.
— No quiero rameen.
Fue lo que le escucho decir cuando estaba por poner agua a hervir.
— ¡No iba a hacer rameen! — Grito indignado, vale que era su comida favorita pero sabía lo especialillo y quisquilloso que era su compañero para la comida. — Esto es para el té. ¡El Te! Baka.
Sasuke bufo y oculto su cabeza entre sus brazos.
— No quiero té. — Naruto estaba por gritar un estridente “¿Qué?” cuando un pequeño murmullo le llego a sus oídos. — Quiero chocolate.
Ok eso si que era raro, Naruto se giro hacia su compañero ya que le daba la espalda, y lo vio hay aun con la cabeza oculta entre sus brazos, con su pijama de tomates y esa frazada protegiéndolo del frio que causaba la lluvia, y le recordó tanto a cuando eran niños y la familia de Sasuke y la suya aun vivía, cuando ese amargado de hay era la cosita mas mona, tierna y adorable a la que todos los adultos se la pasaban apretándole las mejillas dejándoselas con un color rosa suave que duraba unos diez minutos en desvanecer, aquellos tiempos en los que se quedaba a dormir en la casa Uchiha y a la mañana siguiente Sasuke y él se quedaban frente al televisor viendo programas infantiles mientras comían emparedados y pastelillos con un rico glaseado acompañados del delicioso chocolate caliente que preparaba la señora Mikoto. Sacudió su cabeza dejando sus recuerdos a un lado y sonrio.
— Pues chocolate será.
Sasuke asomo su cabeza de su escondite al momento que Naruto se giraba para seguir cocinando por lo cual ninguno de los dos vio la pequeña sonrisa que bailaba en ambos rostros. Cuando todo estuvo listo Naruto llevo los platos a la sala había decidido que desayunarían hay y le importaba un reverendo pepino si Sasuke no le parecía, cuando termino de llevar toda la comida se dirigió a su habitación.
— ¿Adonde vas? — Le pregunto Sasuke después de haber permanecido en silencio todo el tiempo en el que él cocinaba.
— Solo voy por unas cosas Teme. — Naruto le respondió con un todo juguetón y le giño un ojo.
Sasuke no le hizo el más mínimo caso y observo el estado de su desayuno que debía admitir se veía muy bien y que decir del aroma que desprendía simplemente delicioso Naruto se había esforzado esta vez. Sasuke se sentó en el sofá debatiéndose por donde debería empezar si por la torta de huevo, las crepas dulces con mermelada de mora azul y ensalada de frutas, las tostadas de pan o el emparedado de carne y queso, ciertamente era obvio que Naruto había hecho eso sin la mas diminuta intención de crear un menú de desayuno perfecto sino que había preparado todo lo que se le había venido a la cabeza y obviamente antojado sin ningún orden o sentido. Pero que diablos importaba si todo se veía tan delicioso.
Naruto llego a la sala con un par de mantas y un montón de cojines, sonrio al ver como Sasuke miraba la comida no era un gran chef pero al parecer todos esos programas de cocina si servían de algo, tiro las cosas en el piso a los pies del sofá.
— Venga Teme ven y siéntate aquí. — Naruto palmeo un cojín verde limón que había colocado en el suelo, mientras le sonreía con picardía.
— No me des ordenes Dobe. — Sasuke chasque pero aun así le hiso caso.
Naruto acomodo los demás cojines y los cubrió a él y a Sasuke con las mantas que traía, jalo un poco la mesita hacia ellos haciendo que rechinara en el suelo y por ultimo tomo el control remoto y encendió la televisión empezó a cambiar de canal hasta llegar a los infantiles en uno estaba Bob Esponja entro alguna caricatura de Marvel y ya en el ultimo canal encontró algo que le agrado “Buscando a Nemo” había medio visto parte de la película pero nunca completa, vio como afuera todavía llovía, a Sasuke y a él entre un montón de mantas y apunto de disfrutar un riquísimo desayuno.
Y todo se sintió tan cálido que sintió que le ardía el pecho.
— Je bromeas no Dobe en serio veremos Buscando a Nemo aun sigues siendo tan infantil. — Comento burlón Sasuke.
Naruto se giro hacia él con una sonrisa malvada. — Venga Teme que solo quiero recordar lo bueno de nuestra infancia.
Sasuke se quedo algo aturdido por las palabras del rubio y Naruto aprovechándose de ello tomo con sus manos las mejillas pálidas apestándolas hasta ponerlas rojas.
— Suéltame Dobe idiota. — Sasuke reacciono y comenzó a removerse entre las mantas intentando quitarse a Naruto de encima, mientras este reía a carcajada suelta mientras lo estrechaba entre sus brazos.
— Recuerdas nuestra infancia Sasuke. Yo recuerdo la primera vez que te vi, eras la cosita más adorable que había visto, escondido detrás de la falda de tu mamá mientras te aferrabas a ella, todo porque tenías miedo que la mía te apretara estas lindas mejillas de tu cara de niña.
— ¡Ya cierra la boca usuratonkashi! — Grito rojo y avergonzado por la verdad dicha de los labios de Naruto.
— Oh pero si es verdad, eras toda una monada.
— ¡¡Ya cállate!!
A pesar de los gritos y protestas de Sasuke, Naruto no se detuvo porque estada demasiado entretenido como para querer regresas al aburrimiento asesino que había sufrido hace unos minutos y también porque Sasuke se veía demasiado lindo cuando se avergonzaba y enojaba a la misma vez, así que siguió apretándole las mejillas y hablando siempre con ese tono burlón de lo lindo y tierno que era de niño, mientras que el vapor escapaba de la pequeña tetera negra inundando el lugar con el aroma a chocolate caliente.
Fin.