Void por Mary-chan6277

Sentía la sangre corriendo entre sus dedos, deslizándose por el dorso de su mano hasta llegar a la muñeca- pero no sentía el dolor. Miraba fascinado la herida abierta en su mano, pero más le llamaba la atención la herida gemela en aquella otra mano pálida cerca a la suya. La sangre de aquella criatura, grácil, de aspecto frágil, pero valiente, parecía mucho más roja que la suya. Uruha, en sus ojos, siempre parecía estar más vivo; parecía brillar sin esforzarse en aquella oscuridad. 
Sus dedos se buscaron entre los barrotes de la celda que los separaba. Habían murmullos de lado y lado, pero aun así podía escuchar claramente las palabras de consuelo que le decía el otro entre lágrimas. Ruki no se había dado cuenta de que estaba llorando también, hasta que Uruha empezó a secar sus propias lágrimas, y apartar el cabello que se pegaba a su rostro. No estaba seguro si lloraba de dolor por la herida voluntaria, o por la necesidad física de tener a Uruha más cerca. Tal vez sólo quería que aquello acabara. 
La oscuridad llegaría pronto, y cuando ya no pudieran ver nada, aun quedaría la cicatriz en sus manos para reconocerse. Se habían asegurado de que fuera lo suficientemente profunda para que funcionara.
Ruki se movió un poco. No sabía si tenía los párpados cerrados, o si simplemente la luz no existía ya. Estiró la mano, en busca del reconfortante tacto de la calidez de piel contra piel; de la yema de sus dedos contra la recta cicatriz que atravesaba el dorso de la otra mano. Pero no estaba. Vacío, vacío-
Abrió los ojos, y el impacto emocional que le causó estar solo, lo hizo empezar a sollozar aun cuando sabía que sentía un miedo irracional completamente infundado. Llamaba suavemente el nombre de Uruha con voz entrecortada, y se cubría el rostro intentado encontrar algo de alivio.
"Taka, shhhh- aquí estoy" Ruki encontró que su llanto se apaciguaba, pero no se detenía aunque Uruha lo tuviera abrazado. El olor de su colonia, y el cabello mojado que le rozaba las mejillas le causó una extraña molestia, que provocó que se aferrara al cuello de Uruha, reteniéndolo cerca. 
"Quédate" eran tiempos difíciles. Eran tiempos en los que morir parecía haberse vuelto más común- más fácil- si es que era posible. Eran tiempos de oscuridad. No era tan oscuro como en su sueño, pero sí lo suficiente como para que hubieran decidido marcarse, sólo por si acaso. Ruki buscó la mano de Uruha, y sintió seguridad al recorrer aquella cicatriz en la piel pálida. 
Ruki no supo por cuanto tiempo permanecieron así, abrazados sobre la cama de su habitación. Se había empezado a quedar dormido de nuevo, tenía sueño, y sentía seguridad- podría descansar sin pesadillas ahora. Uruha intentó apartarlo al cabo de un rato, tenía que irse, o pretendía tener que hacerlo. Ruki no se movió, hasta que Uruha se lo pidió tiernamente.
"No me iré a ningún lado- " Uruha suspiró. "¿De nuevo esa pesadilla?"
"Es más bien un recuerdo" Ruki se apartó, sólo un poco, lo suficiente para que pudieran mirarse directamente. Cerró los ojos, y Uruha sonrío. Se acercó hasta que sus labios se rozaban- y se besaron entonces por varios minutos. No había cosa que lo hiciera sentir mejor. Era aquella certeza de que, por más de que aquel mundo estuviera cayéndose a pedazos, mientras tuviera a Uruha cerca, podría seguir existiendo. Era aquella calidez extendiéndose por todo su cuerpo, haciéndolo sentir vivo- olvidar el frío, y la absoluta oscuridad.