Con Minnie habíamos ido al centro a ver una nueva película: “Annabelle”
Omma me había dicho que “POR NADA DEL MUNDO” entráramos a ver aquella película puesto que Taeminnie era muy susceptible a las cosas de terror. Pero, ése pequeño demonio me había convencido y ahora; aquí estábamos rodeados de gente que gritaba sin parar.
Cuando la película no daba indicios de que algo macabro pasaría, Minnie se acercó a mi oído y susurró algo a lo que yo asentí divertido.
Cuando la muñeca ésa apareció para matarnos de un paro cardiaco, Minnie cogió un puñado de palomitas y las tiró encima de la gente que estaba delante de nosotros: ¡Fue épico! Saltaron como si les hubieran salpicado agua fría en el rostro. Nos reímos un par de segundo para después, gritar como locos.
Un millón de sustos después y la película al fin había llegado a su fin por lo que ya podíamos respirar tranquilos.
Salimos de la sala y fuimos a por un helado. Cuando nuestra divertida salida había terminado, ya era demasiado tarde por lo que Minnie comenzó a quejarse de que el autobús vendría repleto y pareceríamos una ensalada humana.
Nos subimos y efectivamente estaba repleto; tanto que parecía que cualquiera podría salirse por alguna ventana. Cogí fuertemente su cintura y lo fui arrastrando a la parte trasera. Había notado como varios pares de ojos se posaron sobre su tierna figura y no me gustó para nada.
Hubo un momento en el que él resultó bastante alejado de mí y, pude llegar a sentir sus pequeños chillidos a lo que me apresuré a devolverlo a su lugar seguro entre mis brazos.
-Hyung… -Podía sentir que no estaba para nada cómodo y como no quería eso, puse mi cabeza sobre su hombro y deposité un pequeño beso en su mejilla izquierda.
-No te preocupes Minnie, hyung siempre estará para cuidarte. –Lo hice apoyarse contra mi pecho y sólo así, pude calmarlo el resto de camino.
Cuando nos íbamos a bajar, Minnie empezó a moverse como gelatina de un lado para otro. Aigo~ se veía tan adorable e indefenso que me daban ganas de darle un enorme abrazo rompe huesos.
Llegamos a casa y le mentimos a omma sobre cuál película habíamos visto. Cenamos y después nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones para descansar.
¡Estoy listo! Mi cama estaba arreglada, ya le había deseado las buenas noches a omma y a Tae y tenía mi pijama puesta; lo único que faltaba era acostarme en mi camita y dormir como oso. Me escurrí entre las mantas y me acurruqué cerrando los ojos.
Ñam, ñam, ñam~
Algo me estaba abrazando…
…
¡Ahhhhh! ¡Apuesto a que es annabelle! ¡Joder! Sabía que no debía burlarme de ella ¡Aasadasdasd! ¡Que alguien me salve!
¡No quería abrir los ojos! ¡Por supuesto que no! me daba miedo encontrarme con la cara de ésa muñeca. Aigo… ¡Momento! ¿Desde cuándo una muñeca tiene manos tan suaves? Me asusté tanto que empuje la cosa que me estaba manoseando. Escuché un chillido muy familiar.
-¡Tae! –Me acerqué a donde él estaba (O más bien, a donde yo lo había arrojado) y lo alce abrazándolo- Perdóname… Pensaba que eras annabelle. –Pensándolo bien, eso suena bastante tonto. Él me miró con un puchero y sus ojitos aguados *Seguramente por el dolor del golpazo*
-Babo… -Se aferró más a mí- ¡No vuelvas a hacer eso! ¡Minho babo! –Después de calmarlo (Y de hacerle cosquillas) nos volvimos a recostar y lo atraje lo más que pude a mí.
-Minnie, Tú… ¿Sabes que hyung te quiere mucho verdad? –Murmuré con los ojos cerrados.
-Sí… Y, espero que tú sepas que Minnie quiere mucho a hyung. –Abrí los ojos ante tan tiernas palabras y su carita estaba toda sonrojada. Con lentitud y dudando se acercó y me dio un tímido beso.
-Buenas noches, hyung.
-Buenas noches, bebé.
Deposité un besito en su frente y volví a cerrar los ojos.
Definitivamente, tenía al mejor: Tierno, dulce y amoroso hermano del mundo.