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Mi vida de Adam Levine por Kain_angel

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Notas del capitulo:

Otro capítulo más. Espero que este os guste tanto como anterior. Esta canción la que transformó este fic de un one shot a tener varios capítulos. Pido perdón si hay demasiadas descripciones o algo por el estílo pero si las tenéis, preguntad y os responderé.

He pensado que este fic lo publicaré semanalmente entre el viernes y el domingo ya que lo tengo casi terminado.
Aquí os dejo el link del video subtitulado http://www.youtube.com/watch?v=HrRgv_NOtAU&list=PLWJrOM4RwujQHVsH9wORMnTMISfahWUEw&index=1

- Stiles, cógelo… Por favor.

Ya resignado pensé que no volvería a saber de él y fui a colgar el teléfono cuando algo me paró.

- ¿Diga?- ¿Podía ser verdad? ¿O eran imaginaciones mías? Daba igual. Lo acerqué lo más deprisa que pude a mi oreja.- ¿Diga? ¿Hay alguien?- Se me hizo un nudo en la garganta y solo pude soltar un quejido lastimero. ¡Mierda!- Qué grima… Oye, si no hay nadie al otro lado que valla a contestar voy a colgar ahora mismo.
- ¡No, espera!- Lo grité tan fuerte que tal vez alguien me oyera. Escuché algo alrededor de Stiles, no él pero como una serie de golpes, el sonido de una puerta abriéndose y cerrándose de golpe.
- ¡¿Derek?! ¡Oh, dios mío! ¡¿Estás bien?! ¡¿Dónde estás?! ¡¿Estás herido?! Dios, Derek… No sabes el miedo que tenía de que te hubiera pasado algo… No sabía si ibas a salir vivo o no… Yo…- Comenzó a hipar y a llorar de nuevo. Parecía que era lo único que podía hacer por desgracia. Siempre hacerle llorar… Pero me sentí feliz porque dijera que estaba preocupado por mi.
- Estoy hecho polvo, no sé dónde estoy y no más de lo que ya habías visto.- Ya era la costumbre de cuando estábamos juntos. Me acostumbré como si nada a responder a todas sus preguntas del tirón de la misma forma en la que él me las hacía. Aún había manías que no se me habían ido.- Yo también estaba preocupado por ti. No sabía si estabas bien y eras en lo único en lo que podía pensar.
- Derek, tienes que volver. Ya he hablado con la policía y no presentarán cargos… Si es necesario llamaré a un amigo que es abogado para que lo demuestre, que todo lo que has hecho era para no implicarme en todo ese tema y que te viste forzado a hacerlo… Incluso mi hablaré con mi padre…
- Stiles…
- Derek, no eres culpable de nada.- Lo agradecía infinitamente, Stiles. Agradecía que creyeras en mí. Ya me sentía tranquilo.- Tienes que volver.
- Está bien… Volveré.

Tenía que volver. Ya estaba más relajado al hablar con Stiles y podía pensar mejor. Ya no me sentía tan agobiado ni con la cabeza a punto de explotar. Volvería y aclararía todo lo posible este asunto antes de que fuera a más.
Me quedé extrañado al no oír respuesta de parte de Stiles. Aparté de mi oreja el teléfono, mirándolo como si se hubiera quedado sin saldo pero no tenía sentido. Se suponía que te avisaban de eso por si querías meter más monedas. Volví a colocarlo a mi oído y seguía sin salir ningún sonido.

- ¿Stiles?... ¿Stiles, estás ahí?- Nada. No había nadie al otro lado del teléfono. Rápidamente comencé a pulsar el botón de descuelgue de la puta cabina pero no sonaba nada. ¡Mierda!

I miss the taste of a sweeter life 
I miss the conversation 
I’m searching for a song tonight 
I’m changing all of the stations

I like to think that we had it all 
We drew a map to a better place 
But on that road I took a fall 
Oh baby why did you run away?

Colgué con toda mi rabia el maldito teléfono de mierda y acabé haciendo que se cayera de la madera. Lo miré sin terminar de creérmelo, no creo que lo golpease con la fuerza suficiente como para poder arrancarlo pero lo achaqué al estado de la madera. Me aparté lentamente del teléfono maldiciendo mi suerte. No tenía ni idea de si Stiles me había oído y lo peor es que no tenía forma de saber dónde me encontraba.
El lugar en el que me encontraba parecía ser que lo habían abandonado hace demasiado tiempo. Tal vez los de la empresa telefónica se hubieran olvidado de cortar la línea de la cabina y al enviar una llamada la cortaran. Podrían haber tenido algo de educación y esperar a que terminara de hablar pero no.
Bufé a los restos del teléfono y miré el coche. Había dejado de echar humo pero dudaba seriamente que pudiera funcionar o llevarme a ningún lado. A todo esto… ¿A quién le había robado el coche? Esperaba que no fuera alguien importante pero no mucha gente tenía tan buen gusto como para permitirse un Camaro. Ya me hubiera tener una monada negra como éste pero tampoco me quejaba de mi todoterreno.

Caminé hacia el coche preguntándome si habría algún documento o papel que diga algo de él o su dueño. Miré en la guantera y encontré los papeles de coche y un carné de conducir de una chica. Tendría que disculparme con la señorita Erica Reyes de veintiséis años, y que nació en ¿Beacon Hills? ¿En serio? ¿Cuáles eran las posibilidades de que el primer coche que robaba en mi vida fuera de una paisana de mi hogar? En fin…

Intenté arrancar el coche pero no iba. Abrí el capó del coche para mirar el motor y tener suerte de saber si podía hacer algo. Pero lo que vi era que el motor se había sobrecalentado y destrozado una bujía y el filtro del carburador. No tenía buen aspecto. No me gustaría dejar ese coche tirado pero tal vez pudiera hacer algo si encontraba un recambio de la bujía. Tal vez me permitiera poder llegar a un área de descanso.
Veamos… Revisé la guantera pero nada, ahí solo estaban los papeles… El maletero. ¡Bingo! Había una caja de herramientas, rezaba todo lo que sabía o podía para que hubiera bujías y herramientas. La abrí lentamente sobre el capó del maletero y ahí estaban, herramientas y una bujía nuevecita. Rápidamente me puse a cambiarla. Era algo que nunca se olvidaba o al menos si te pasabas ayudando al señor Lawrence en su taller un verano entero, no salías aprendiendo a desmontar o montar un coche pero si hacerle un apaño para poder llegar a algún sitio. El filtro si que era más problemático pero tendría que arriesgarme. No me moriría ni nada de eso pero si se me calaba el coche en medio de la nada… Bueno, mejor no pensar en eso.

Dejé la caja de herramientas en su lugar del maletero y vi una pequeña bolsa de viaje. Genial, además de robar un coche pueden añadir a la de delitos el robo de ¿ropa de hombre? Revisé la bolsa más detenidamente y me sorprendí de que todo fuera, efectivamente, ropa de hombre. ¿Por qué una mujer iba a llevar ropa de hombre? Ni lo sabía ni me interesaba. Al menos tenía algo de ropa para cambiarme. Prometí que la devolvería lavada, limpia y planchada.
Ya después de haber mirado el coche de arriba abajo y que no podía hacer más por él me monté de nuevo en el asiento del copiloto tras quitar restos de cristales y polvo de los asientos con mi camiseta, la cual hice una bola y la tiré. Ya no valía ni de trapo. Increíblemente mi móvil estaba ahí, como si nada pero sin seguir funcionando. Me lo guardé con la vana esperanza de poder recuperarlo. Mas que nada por las innumerables fotos que guardaba ahí, además de los teléfonos.

Metí la llave en el contacto con el corazón en un puño lo encendí pisando el embrague. Suspiré aliviado y pegué mi frente al volante al sentir el motor hacer vibrar el coche, y puse la primera marcha para irme de esa cabina. El sol por suerte ya no estaba en lo alto, lo que quería decir que ya había pasado el medio día y por el sonido de mis tripas supuse que también la hora de la comida. Intenté poner la radio para poder relajarme un poco pero no podía, no sabía si era porque no había ninguna emisora cerca, se había fastidiado con la huída o estaba en el culo de California. No sé…. Pero conduje mucho y no vi nada, ninguna señal de civilización o vida hasta que cayó la noche. Debía admitir que no sabía dónde estaba, había corrido tanto y había girado tantas veces para despistar a la policía que me había desorientado por completo. Si esto fuera el bosque de Beacon Hills no habría problema, crecí en él y lo conocía como la palma de mi mano.
Ya entrada la noche, con el depósito casi a cero, tirando del de reserva, cansado y con el cuerpo entumecido por fin vi una luz en medio de la oscuridad. Fui lo más rápido que pude hasta allí y para mi sorpresa era un motel. Uno de estos cutres de carretera pero uno cutre donde podría repostar y dormir un poco. Si, eso tenía en mente. Dormir y ya mañana sería otro día. Conseguí llegar, milagrosamente, y aparcar. No había nadie y si lo había, no me extrañó nada que quisiera huir de allí. Ese sitio era espeluznante, sobretodo con esas feísimas luces de neón que gritaban a los cuatro vientos “Motel Glen Capri”. Ni a los dueños del lugar les gustaría este sitio. Cogí la bosa y me dirigí a la recepción.

Casi se me salió el corazón del pecho al asomarme a la ventanilla y que apareciera de la nada una anciana con un tubo en la garganta. ¡Madre mía! Este sitio era peor de lo que pensaba y aún no había visto nada.

- Buenas noches, señor.- Se me erizó todo el pelo del cuerpo y se me puso la piel de gallina al oír su voz salir de forma espeluznante y susurrante del tubo. Era como si estuviese escuchando una cacofonía. Pensé que mis deseos de dormir y descansar no sería en ese sitio.- ¿Puedo ofrecerle algo?- Otra vez la voz… Lo mejor sería ser directo e intentar quitarme esos nervios.
- S-si… Quería alquilar una habitación para esta noche.- La mujer me miró de arriba abajo, quedándose mirándome de una forma que me hacía sentir que tenía algo detrás de mí.
- ¿Ha tenido un accidente?
- ¿Eh? Si… No sé como pero unas piedras han salido volando y me han destrozado el coche y me han dado.- ¿Quién se iba a creer semejante mentira más falsa?...
- Muy bien. Espero que se encuentre mejor pero para asegurarme mandaré a mi nieto a que le cure.
- No hace falta pero muchas gracias.- No quería ver a nadie que no fuera Stiles. Ella me tendió un formulario que rellené con mis datos. Al entregárselo lo leyó y parecía que había un error. No creo que hubieran puesto un cartel con mi cara en él pero vamos, tendría que disfrazarme como los hermanos Dalton si quería no dormir en el coche.
- No ha puesto su teléfono, Señor… Hale.
- Se me ha estropeado y no se enciende. Perdón si no lo he puesto.
- Mi nieto también sabe de tecnología, le echará un vistazo.

Eso si que me venía de perlas. A saber qué había pasado, cómo estarían Stiles o Tara, si mi familia sabía lo que había pasado. Hasta estaba preocupado por Jennifer, la chica sería una arpía pero no le deseaba ningún mal a nadie.
Entonces observé que esa señor a se levantaba para coger una de las llaves de las habitaciones, no me fijé en cual ya que un extraño contador al lado de ellos me llamó la atención. Al tenderme la llave la miré de reojo pero volví mi vista a ese extraño contador. La señora pareció darse cuenta de ello.

- ¿Qué es ese contador?
- No es algo agradable ¿pero quién soy para negar la curiosidad de alguien?- ¿En serio? Casi parecía que tenías ganas de contarlo.- Nosotros nunca estaremos en la lista de satisfacción de los clientes que han pasado por aquí…- Eso no parecía ninguna novedad. Tendré que revisar la cama y el fregadero por si acaso. Si Stiles estuviera ahí seguro que se pondría a mirar todo con luz negra y yo no querría enterarme de qué era o dónde estaba si encontraba algo.- pero tenemos un dato muy morboso y escalofriante.- Esperé que me sorprendiera, no que acojonara.- Somos el número uno de California, y posiblemente de todo el país, con un curioso detalle.- Ya no podía echarme hacia atrás. Que fuera lo que dios quisiera.- Somos el motel con el mayor número de suicidios.

Bien, si ya había estado nervioso, ahora estaba muerto de miedo. ¿Cómo cojones había llegado allí? Y no sé que era mejor. ¿Si dormir en un coche con los cristales rotos y con el frío polar de las tierras yermas de California o dormir en una habitación donde alguien se había quitado la vida? Al final la respuesta estaba clara, la noche en la habitación. Si algo me tenía que pasar que fuera durmiendo, eso si, la llave puesta y echada con los cerrojos, las ventanas cerradas y las cortinas corridas y todas las luces posibles encendidas.
Llegué a mi habitación, la 207, y entré. Mi sorpresa fue colosal debido a que la habitación parecía estar mejor que la fachada del motel. Una cama grande en la que parecía que se podía dormir y que no me clavaría ningún muelle o habría algún bicho pero hasta que no la probara no estaría del todo seguro… Me paseé por la habitación y me metí a la ducha, necesitaba una con urgencia. Al menos quitarme toda la mierda que llevaba encima y lavarme las heridas. Me sentí aliviado de que el agua fuera caliente y hubiera un gel decente. Tal vez los dueños no podían hacer nada por la fachada del lugar, el sitio perdido de toda la civilización posible o las historias de ellos pero puede que esa fuera su manera de poder paliarlo.

Salí de la ducha hecho un hombre nuevo, me sentía rejuvenecido y al menos pude contar que tenía tres cortes en el brazo derecho, la herida del cristal en el otro y unos ligeros rasguños en la frente y la mejilla derecha. Me sequé y fui a por la bosa de viaje para ponerla sobre la cama, deseaba no tener que usar los mismos bóxers de esta mañana. Saqué un muda limpia que era de mi talla y un pantalón de chándal gris que me entraron bien, me venían algo grandes pero era debido a que estaba acostumbrado a usar ropas más pegadas a mi cuerpo, saqué una camiseta básica de color granate y una sudadera azul. No había nada de calzado así que me tocaría limpiar los zapatos un poco, menos mal que en la bosa también había unos vaqueros con los que no desentonarían los zapatos.
Me tumbé en la cama y por fin pude respirar de alivio. Habían sido demasiadas emociones en un día y quería descansar pero también quería saber de Stiles. De cómo estaría o qué estaría haciendo. Tiene gracia la cosa, llevaba cuatro años preguntándome lo mismo todos los días pero había tenido que volver a verlo para volver a sentir todo lo que sentía por ese hiperactivo chico. Era demencial, tanto la situación como Stiles. Siempre había sido alguien único…

I was there for you 
In your darkest times 
I was there for you 
In your darkest nights

But I wonder where were you? 
When I was at my worst 
Down on my knees 
And you said you had my back 
So I wonder where were you? 
When all the roads you took came back to me

So I’m following the map that leads to you 
The map that leads to you 
Ain't nothing I can do 
The map that leads to you 
Following, following, following to you 
The map that leads to you 
Ain't nothing I can do 
The map that leads to you 
Following, following, following

Lentamente fui recordando la última vez que lo vi, la última vez que estuvo conmigo y la primera de estos cuatro años en las que no lo tenía a mi lado en la cama para hacerme conciliar el sueño… Se me había hecho tan lejano todo que esa sensación, ese hormigueo al tenerlo cerca casi había desaparecido. Puse la radio que había sobre la mesita de noche para intentar no pensar en ese doloroso momento pero por desgracia la única emisora que había era de música y que pusieran a Maroon 5 con “This love” no ayudaba a evitar que pensara. Hasta esa canción se me hacía similar a cómo terminamos…

En ese momento llamaron a la puerta y extrañado me acerqué a ella con cautela y la abrí lentamente lo suficiente para que la cadena del cerrojo de la puerta se tensara todo lo posible. Era una persona, bueno eso era lógico. Un chico que me pareció de instituto, rubio, pelo rizado, ojos azules y bastante delgado.

- ¿Si?
- Hola, me llamo Isaac. Mi abuela me ha pedido que viniera aquí a curarte y a echar un ojo a tu móvil.- ¿Ese chico que parecía sacado de una revista de modelos era nieto de esa mujer aterradora? En fin, yo no soy el mejor ejemplo de ello al ser mi tío Peter la persona de su generación que se había tirado a todo el pueblo. No, definitivamente no era el más recomendado para opinar. Cerré un momento la puerta y quité el cerrojo. A simple vista se veía que el chico no parecía mala persona, es más, me recordó a Stiles en el instituto. Fugazmente se me pasó por la cabeza cómo era Stiles por los pasillos del instituto, rapado al cuatro, sus andares desgarbados y su eterna sudadera roja. Abrí la puerta y dejé pasar al joven con el botiquín y una caja.- Por fin tendré alguien con quien hablar que no sean mis abuelos.- Alcé una ceja extrañado.- No es por nada pero salta a la vista que no estamos en el mejor lugar de California, eso pilla a más de cuatrocientos kilómetros.- Si se refería a Los Ángeles estaba de acuerdo. Dejó el botiquín sobre la cama y la mochila en el suelo antes de coger una silla y sentarse sobre ella y pedirme que me sentara, cosa que hice.- ¿Y bueno, señor Hale, qué le trae a nuestro pintoresco motel de los suicidios?
- Un accidente con el coche.
- Eso lo he visto. Suerte has tenido de poder llegar sino habrías muerto en medio del páramo.- Y que lo digas, casi cometí una locura al tragar algo del agua de la ducha debido a la deshidratación.- No sé nada de coches pero si no consigo reparar tu móvil te dejaré el mío para que puedas llamar a una grúa para que pase a buscarte.- Eso es todo un detalle pero no creo que fuese lo mejor con un coche robado.- ¿Cómo te has hecho esto? Parece que te has clavado algo.
- Un cristal.- Su cara se encogió en una mueca de dolor.
- Tiene que haber dolido bastante. Tendrías que ir a que te pusieran la antitetánica.- No había caído en eso. Tenía razón, lo último que me hacía falta era tener cualquier enfermedad.
- Si, no había caído en eso. Gracias.

En ese momento dejó de sonar la música para emitir un informe de última hora.

- “Informe de última hora. El atraco al banco municipal de Sacramento, que se ha encontrado bajo un atraco todo el día, ha terminado. Han capturado a los ladrones y toda la gente que había dentro ha sido rescatada sana y salva.- Sonreí aliviado de escuchar que la cosa no había ido a más.- Sólo ha habido que lamentar que la guarda de seguridad que estaba ahí en esos momentos se rompiera el brazo en el forcejeo”.
- Tara…
- ¿La conoces?- Solo asentí a Isaac esperando oír cualquier noticia sobre Tara.
- Es una amiga.
- Espero que esté bien.- Volví a asentir deseando lo mismo. Ojalá pudiera haber estado allí para tranquilizar a su esposo. Carlos idolatraba a su esposa con locura y muchas veces iba a buscarla cuando terminaba su turno. Era un hombre que me recordaba a mi padre cuando estaba vivo.
- “Siguiendo con los sucesos, uno de los dos chicos que salieron esta mañana del banco y huyeron de la policía ha declarado que su acompañante fue quien lo sacó de allí para protegerlo, que no tenía nada que ver con los ladrones. ¿Pero por qué entonces se daría a la fuga? ¿Dónde está ahora mismo?- Mierda, que no dijeran mi nombre o se acabaría mi estancia en el Glen Capri.- “La policía aún no ha desvelado la identidad del individuo que ahora se encuentra en paradero desconocido. Esperamos poder informarles con nuevas noticias sobre el caso lo antes posible”.

I hear your voice in my sleep at night 
Hard to resist temptation 
'Cause something strange has come over me 
And now I can’t get over you 
No, I just can’t get over you

I was there for you 
In your darkest times 
I was there for you 
In your darkest nights

Los dos nos quedamos en silencio mientras volvían a poner música y mi mente se iba para todas direcciones. La policía parecía que se seguía buscándome pero no podía contar con que no me tomaran como un criminal. También quería saber de Tara, de mi familia si estaba preocupada por mi o si se habían enterado de lo que había pasado y, sobretodo, de Stiles. Seguramente él, después de que le llamara, habría llamado a mi familia y a todo el mundo para prepararse para lo peor. Deseé que solo se quedara en un malentendido pero no creo que mis actos me ayudasen al darme a la fuga con mi ex novio y luego robar un coche para casi hacer que se mataran unos cuantos agentes al perseguirme.

- Así que eres tú del que hablaban.- Mi corazón se disparó de golpe y casi temí lo peor al escucharlo. Levanté la mirada hasta cruzarme con la mirada tranquila y serena de Isaac, apenas sonreía pero sentí que no era con malas intenciones.- La verdad, eres lo más alucinante que ha pasado por aquí en meses.
- ¿Cómo?
- Mira, no creo que seas mala persona si sacaste a alguien allí. Conozco como se las gastan los policías y yo también correría todo lo que pudiera y más si están disparándome.- Vaya… Eso no me lo esperaba.- Ese chico es importante para ti ¿verdad?- ¿Importante? ¿Qué si Stiles era importante para mi? Sonreí amargamente y asentí.
- Es alguien que aunque ya no esté en mi vida, siempre seguirá siendo importante para mi.- Él solo me miró con su sonrisa mientras revisaba las heridas de mi cara.
- Creo que tú también eres importante para él si ha dicho eso en su declaración. ¿Por qué te fuiste?- Preguntó mientras me ponía un par de tiritas por la cara y comenzaba a centrarse en mi brazo.- Vamos a necesitar algo un poco fuerte por si acaso.- Se levantó para ir a un mueble y de él sacó una pequeña botella de whisky. Genial.- Esto te va a doler, aguanta.
- Mejor dame un trago de eso y después te doy la botella.- Su cara de sorpresa no tuvo precio y comenzó a reírse.
- Vaya… Si tienes sentido del humor y todo.- Me tendió la botella, la abrí y le pegué un trago para después dársela.- Eso está bien. Seguro que ese chico te hacía sonreír siempre.
- No siempre pero si a menudo.- Sonreí al recordar el mote que me dio.- Según él, era tan gruñón que me puso un mote y lo utilicé durante años como pseudónimo de las cosas que publicaba por internet.
- ¿Si? ¿Cuál es?
- Sourwolf.- Rápidamente sentí un quemazón atroz en el brazo que hizo que me mordiera el interior de la mejilla. Había echado casi todo el contenido directamente sobre la herida y lo peor de todo, por accidente.
- ¡Hostia! Lo siento.- Rápidamente cogió el bote de suero y empezó a echarlo sin ningún miramiento a la vez que secaba todo con gasas que se amontonaban a nuestros pies.- Es que me pareció conocido ese mote.
- No pasa nada.- Nos quedamos unos segundos en silencio hasta que fui yo quien lo rompió.- No quería arriesgar su futuro… Stiles había conseguido entrar a formar parte del cuerpo de policía como criminólogo y no quería arriesgarme a que lo tacharan de ser acusado de posible criminal y que siempre se lo recordasen. Ya tiene demasiadas cosas que le recuerda todo el mundo.
- Entiendo…- Dejó las gasas sobre mi brazo y se quedó mirando al infinito pensando algo.- Stiles… ¿Stiles Stilinski? ¿El mejor amigo de Scott McCall?
- S-si… ¿Lo conoces?
- Solo de oídas. Verás, yo soy de Beacon Hills- Otro más a la lista.- y estoy en el último curso del instituto pero he tenido que dejarlo por venir aquí con mis abuelos por el estado de mi abuela. Allí vivía solo porque mi madre murió y mi padre fue encarcelado.- Esa historia me sonaba.- Para ganar un poco de dinero y tener suficiente con las ayudas del estado empecé a trabajar en la clínica veterinaria. Ahí conocí a Scott.
- Entiendo. Scott siempre ha sido de esas personas que es bueno con los animales y la gente. Es un chico increíble.
- Y tú eres Derek, el ex novio de Stiles. Scott me contó que le sorprendió vuestra ruptura y que Stiles nunca se había recuperado de ello.- Cogió unas gasas y unas vendas y las fue enrollando alrededor de mi brazo. ¿No sabía que Scott me tuviera tanto aprecio o tan buena relación con este chico? ¿Me pregunto si?...
- Ya somos dos…- ¿Nunca lo había superado? ¿Tanto daño le hice que no había podido volver a abrir su corazón de esa forma a nadie?
- Perdón, hay veces que hablo y parece que no pienso lo que digo.
- No pasa nada… Hoy ha sido un día tan largo que hablar de cualquier cosa me relaja.

Ya terminó con mis heridas y pude volver a ponerme la camiseta. Isaac me pidió el móvil para revisarlo, lo abrió y se puso a examinarlo con detenimiento con la lámpara de la mesita de noche. Rápidamente encontró el problema y según él, era que una pieza se había soltado y no hacía buen contacto. Sacó un pequeño soldador y una lupa de maquetas y se puso manos a la obra. Lo soldó en cero coma y hasta lo limpió por dentro. Era un genio. ¿Manitas con la tecnología y amante de los animales? El deseo de cualquier chica.

- Arreglado.- Me lo tendió y la pantalla enseguida se encendió, metí el pin y saltaron muchos mensajes de mi familia, llamadas perdidas y conversaciones hasta de los amigos de Stiles como Scott o Lydia, hasta de Tara y Carlos pero el que más me desconcertó fue el del sheriff Stilinski.
- “Derek, por lo que más quieras. Da señales de vida o la cosa puede empeorar.”.- Creo que esa fue una de las cosas más amables que me dijo el sheriff. Él nunca terminó de verme con buenos ojos pese a la defensas de Stiles, Melissa, mi madre e incluso Scott. Tampoco le juzgaba, no había sido ni el yerno que él se merecía o lo que Stiles se merecía.

Volví a recordarlo todo…

But I wonder where were you? 
When I was at my worst 
Down on my knees 
And you said you had my back 
So I wonder where were you? 
When all the roads you took came back to me

So I’m following the map that leads to you 
The map that leads to you 
Ain't nothing I can do 
The map that leads to you 
Following, following, following to you 
The map that leads to you 
Ain't nothing I can do 
The map that leads to you

Llevábamos ya algo más de cuatro años de relación. Empezamos a ser novios antes de que yo terminara el penúltimo curso, sólo era un par de años mayor que Stiles pero su presencia en mi vida desde que Cora entró en la primaria había sido constante. Siempre eran Scott, Cora y Stiles. Según mi novio, por aquel entonces, eran como el trío de “Harry Potter” o de “The unwritten”, que podría considerarse lo mismo. No sé cuando empezó todo exactamente pero eso era lo de menos. Sólo conseguía recordar el último día de nuestro noviazgo.

Yo estaba en el último año de mi carrera de economía y solamente vivía para estudiar aunque Stiles consiguió que hiciera amigos y socializara. Tal vez fuera ese el problema, que socialicé tanto que no me di cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba tan centrado en contentar a todos que perdí de vista a la persona que me hacía salir de la cama y enfrentar lo que fuera…
Desde la muerte de mi familia fui un chico introvertido, reservado y callado pero con Stiles cerca no lo era, con él podía expresarme mejor que con hasta mi madre y mis hermanas. Tal vez por eso ninguna se extrañó cuando les presenté a Stiles como mi novio. Todo fue bien durante unos años. El primer año de carrera iba y venía para estar con ellas, Stiles y sus amigos pero todo cambió cuando Stiles empezó la universidad. El compartir piso y vivir juntos era como estar en una nube, el séptimo cielo pero fue el principio del fin.

Como dije, empecé a ir a fiestas y demás. Prácticamente vivía para ir a clase, estudiar y cumplir con mis deberes sociales ¿pero dónde cabía Stiles en todo aquello? ¿Cómo fui tan ciego y tan necio de no darme cuenta? El desencadenante fue la fiesta de Amanda Cruz, la chica más popular de la carrera. Dio una fiesta y para variar no llevé a Stiles. Ahí en la fiesta todos estaban repartidos por el inmenso ático de ella. Roy Flanagan me estaba sirviendo mi tercer vaso de alcohol mientras me comentaba que Amanda quería hablar conmigo de algo. No estaba en lo que tenía que estar. Sólo estaba disfrutando de la fiesta mientras cogía un cigarrillo que me ofrecía Roy. Como ya había dicho, cumplía con mis deberes sociales demasiado bien. Encendí el cigarrillo y solté el humo.

- Tío, tendrías que dejar a ese flacucho y conseguirte a una mujer como Amanda.- Eso me molestó. No ocultaba mi relación con Stiles y eso lo sabía Roy pero pasaba de lo que dijera. Stiles era único y nadie podría compararse a él. Le debía tanto…
- Si me has traído aquí solo para mandarme a los brazos de Amanda entonces me voy.- Metí el cigarrillo en el vaso y lo dejé en cualquier parte. Me largaba de ahí. Fui a la habitación de Amanda para coger mi chupa de cuero y volver con Stiles, que era donde tenía que estar.
- Derek, no te molestes.
- ¿Qué no me moleste? ¡¿Y qué puedes esperar que haga cuando insultas a mi novio?!
- Tranquilízate.- No me daba la real gana.- Solo te lo digo porque no termino de verte como un maricón.- Esa fue la gota que colmó el vaso. A mi podrían decirme lo que quisieran pero nadie se metía con Stiles. Levanté mi puño para arrearle la hostia que tenía que haberle dado cuando lo conocí pero rápidamente el contenido de un vaso le calló desde arriba. Levanté la vista al vaso de plástico rojo junto a unas uñas pintadas de morado. Seguí el delgado brazo hasta cruzarme con un flequillo rubio, unos ojos verdes y una sonrisa burlona en el rostro de Amanda Cruz.
- Roy, querido, vuelve a decir algo de eso y enciendo este precioso y bonito mechero que me regalaste.- Sonrío pícaramente mientras sacaba un zippo de Hello Kitty para encenderse un cigarrillo.- Ya sabes que me encanta tomar la ginebra sola, bien fría y sin hielo. Teniendo en cuenta tus encantos podrías ser una antorcha humana estupenda.

Rápidamente Roy salió por patas empujando a la gente, dejándonos a los dos riendo. Le debía una buena a Amanda, lo tenía que reconocer. Entonces me llevó al balcón y ahí me encendí otro cigarrillo.

- Roy es idiota, no se lo tengas en cuenta.
- Lo que tengo que tener en cuenta es que tengo que presentar un trabajo con él y no quiero verlo a no ser que sea para arreglarle la cara.
- Qué humor.- Sonrío la rubia y bebió de un nuevo vaso que nos dio una amiga suya a los dos.- Yo pienso que hacéis buena pareja. Tú y tu novio. Podrías haberlo traído.
- No se lo hubiera pasado bien y no me hubiera separado de él.
- ¿Tan introvertido es?
- Para nada, es la persona más extrovertida que conozco. Todos harían cola para irse por no entender su humor o sus bromas, no quería someterlo a eso.
- Eres un buen chico, Derek.- Puso su mano en mi hombro y yo le di una calada al cigarrillo.- Tu novio tiene que estar orgulloso de cómo lo cuidas.- Sonreí como un tonto aunque sabía que Stiles se sentía orgulloso de mi aunque no pasásemos últimamente mucho tiempo juntos. Raro era el momento en el que coincidíamos para comer o podíamos darnos las buenas noches. Nuestros horarios no concordaban mucho. Entonces ella alzó su vaso y lo chocó con el mío.
- ¿Por qué brindamos?
- Por tu novio.

Tomé un trago y luego otro, y otro, y otro… Así hasta que llegó el peor momento de mi vida. Todo pasó muy rápido. Estaba bailando con Amanda, Verónica, Dick y Pete cuando sin saber cómo ni por qué me senté y tenía a Verónica encima de mí comiéndome la boca. Mi cuerpo no reaccionaba y ni siquiera podía apartarme.

- ¿Derek?…- Supe en el mismo instante en el que oí ese apenas e imperceptible susurro lo que había pasado. Lo que se había roto y yo no había hecho nada por evitarlo.

Verónica se dio la vuelta molesta sin apartarse de mi y entonces vi a Stiles. Su cara estaba más blanca que de costumbre, su boca abierta y la mirada perdida. Rápidamente Amanda apartó a Verónica de encima de mí y como si algo empujara de mi me levanté pero era tarde. Stiles ya no estaba. No sabía qué hacer pero Amanda me agarró y me arrastró por la casa hasta interceptar a Stiles en la entrada del edificio.

- ¡Espera! ¡Espera, por favor!- Amanda estaba exhausta por tener que bajar las escaleras corriendo con tacones.- No te vallas.
- Stiles, yo…
- Basta…- Me cortó inmediatamente. Su voz temblaba y el alma se me partía. ¿Cómo podía haber llegado a esto?- ¿Así qué, es por esto por lo que sales tanto de fiesta?- La garganta se me secó del miedo. Jamás se me hubiera pasado por la cabeza engañar a Stiles con otra persona.- ¿Para emborracharte y liarte con la primera que se te ofrece? ¿Tan desagradable soy que no soy suficiente?...- Su voz era cada vez más errática por los sollozos. Di un paso, dos, pero él se alejó de mi los mismos pasos.
- No es verdad…
- No te creo, Derek…- Intentó limpiarse las mejillas con las manos pero nuevas salían de esos preciosos ojos castaños.- Ya no te creo…

Oh oh oh 
Oh, oh, oh 
Yeah, yeah, yeah 
Oh, oh, oh

Oh, I was there for you 
Oh, in your darkest time 
Oh, I was there for you 
Oh, in your darkest nights

Oh, I was there for you 
Oh, in your darkest time 
Oh, I was there for you 
Oh, in your darkest nights

But I wonder where were you? 
When I was at my worst 
Down on my knees 
And you said you had my back 
So I wonder where were you? 
When all the roads you took came back to me

- ¿Por qué? ¿Por qué dices eso?- Él solo miró a Amanda y yo no entendía nada.
- Stiles, ella es solo una amiga.
- Lo siento pero no puedo creerte.- Negó con la cara llena de dolor y a mi solo me dolía el pecho de ver que lo que le dijera fuera a convencerle. ¿Por qué no me creía? ¿Qué había hecho yo para perder su confianza?
- Stiles…- Amanda avanzó un par de pasos para ponerme a mi lado.- Cree a Derek.
- ¿Por qué debería?
- Esta noche quería hablar con Derek y era que… Que hay una chica que me gusta.- ¿Cómo?- Sabía que Derek era abiertamente homosexual y se le veía feliz contigo.- En ese momento me miró con una triste sonrisa y los ojos vidriosos.- Quería pedirle consejo sobre qué hacer.
- Entiendo.- Pensé que el malentendido se había solucionado pero eso solo fue la punta del iceberg.- Pero hay más cosas…. El abandono, el no tenerme en cuenta…
- ¿Stiles, a qué te refieres?- Cada vez estaba más confundido y no entendía nada.
- A que me dejas de lado para irte con tus amigos de fiesta. Te vas a cursos a otra universidad sin decírmelo… Ya me he cansado, Derek.

En ese momento sentí que algo se rompía en mi. Era sutil pero a la vez poderoso, como si fuera una ventana que se acaba de romper por un pelotazo. Pensé en lo que había dicho, tenía razón en que estaba saliendo demasiado pero entonces ¿por qué me decía que me fuera? Él también salía con sus amigos. Muchas veces me dejaba plantado con la comida recién hecha, me decía que se quedaba en la biblioteca del campus. Si, yo a veces me iba a otras universidades de California a hacer cursos para ganar créditos pero él se iba muchas veces a Beacon Hills en su destartalado jeep sin decirme nada. Ni siquiera me dijo nada de cuando le dio un infarto a su padre y desapareció en mitad de la noche.
Stiles siempre se lo guardaba todo y lo soltaba en el peor de los momentos pero yo jamás había dudado de Stiles. ¿Qué si le había fallado como novio? Seguramente y siempre me lamentaría por ello.

- Ya no puedo seguir pretendiendo que todo está bien. Ya no aguanto que me dejes plantado para irte con tus amigos, que te vallas a sitios sin decirme, de tener que esperarte despierto por querer oír un hola de ti… Desde hace meses ya no hacemos nada juntos, sólo nos acostamos de vez en cuando y yo ya no siento que sea igual que antes…

No… No quería oír eso. No quería que dijera eso, cualquier cosa menos eso… Yo no he sido nunca de echar las cosas en cara a nadie y no iba a empezar ahora. Sentí como las lágrimas caían por mis mejillas y supe que no había marcha atrás. Yo no había dudado nunca de Stiles pero él si lo había hecho de mi. Lo había decepcionado y no había nada que yo pudiera hacer. Si él ya no podía con nuestra relación ¿qué podía hacer yo? ¿Qué podía hacer yo si hasta había dudado de lo que sentía yo? Le había hecho daño pero él también me había dañado al decirme que ya no sentía que le quería. Le amaba y nunca he dejado de hacerlo. Siempre intentaba hacer todo lo posible por compensarle en la cama pero como era de esperar, una relación no se sostenía solo de sexo. Estaba a punto de explotar y no sabía por qué no lo había hecho. Sentía que había estado siempre ahí para él, en sus peores momentos al igual que él en los míos pero solo era una mentira. Habíamos estado a medias para el otro.

- Si eso es lo que piensas es mejor que terminemos con esto.- Los ojos de Stiles se abrieron todo lo que pudieron y un jadeo de angustia se escapó de su garganta.- Yo no quería hacerte daño, Stiles. No pensé que te estaba haciendo tanto daño, que yo era tan mala persona…
- No, Derek. Tu no…
- No sabía que eras tan infeliz a mi lado.- No quería que siguiera hablando. Porque tal vez para él no lo fuera pero me sentía como si fuera la peor persona del mundo. Como si hubiera cometido el peor de los crímenes.- Si ya hasta has dudado de mi es porque no puedo darte lo que necesitas, lo siento.
- Yo también lo siento, por no poder aguantar más.- Negué con una mueca de dolor.
- No tienes culpa de nada, Stiles.- Me acerqué a él y posé una mano sobre su hombro.- Has hecho bien en decirlo antes de que se hiciera una bola de nieve.
- ¿Qu-qué vas a hacer ahora?
- Ni idea… De momento iré a casa a recoger algo de ropa para irme a un hotel. ¿Y tú?
- Puede que acepte la oferta de un curso de otra universidad… ¿Y el piso?
- Yo no puedo estar allí. Me iré lo antes posible para no molestarte.

Le besé la frente y me fui caminando con las manos en los bolsillos hasta llegar a la que hasta esa noche era mi casa. Recogí un par de cosas para pasar unos días en un hotel o donde fuera. Ya pasaría en otro momento a por mis cosas.
Esa fue la última vez que vi a Stiles pero la última noticia que tuve de él fue a la semana después cuando me dijo que no estaría en casa a partir de las once de la mañana. Pero al entrar vi un montón de cajas y una nota en la puerta del frigorífico. “Derek, hoy me voy a Boston a terminar la carrera allí. Mi vuelo sale ahora a las once. Yo tampoco puedo seguir aquí y mancillar todo lo que pasamos juntos. Lo siento de veras, Derek. Siento no ser tan fuerte como tú.”.
Rápidamente salí al balcón para ver un avión alejarse del aeropuerto y con él todo lo que una vez tuvo algo que ver con mi felicidad.

So I’m following the map that leads to you 
The map that leads to you 
Ain't nothing I can do 
The map that leads to you 
Following, following, following to you 
The map that leads to you 
Ain't nothing I can do 
The map that leads to you 
Following, following, following

Volviendo al presente Isaac se fue al poco después de reparar el móvil y dejarme un cargador. Le di las gracias y le dije que me mantendría en contacto con todo el mundo lo antes posible. Al quedarme solo en la habitación me tumbé sobre la cama y miré la hora, las doce y cuarto de la noche.
Me metí en la agenda, busqué el número de Stiles y marqué la llamada.

- ¿Derek?
- Soy yo, Stiles…

Notas finales: No sé si ha salido bien el tema de la ruptura de Derek y Stiles, no quería poner tanto de ello, solo el final con los motivos aunque ese fuera el problema y con la explicación de Derek no sea suficiente. Perdón si no os habíes entendido todo.
Nos vemos la semana que viene :D

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