Minseok no estaba seguro de cómo había ocurrido.
La verdad, lo único que quería hacer era mostrarle a Luhan lo agradecido que esta con él con unas palabras bonitas, llevándose a Sehun a casa. Pero ahí estaba, sentado en un sofá con un pijama prestado por el chino, acariciando el cabello de su dormido hijo, mientras ve el nuevo episodio de un drama con Luhan...
Minseok realmente aún no estaba seguro de encontrar la manera de quejarse cuando el dueño de casa trae una taza de té para él, sentándose a su lado de lo más cómodo.
—Mira Luhan, en serio no quiero molestar o algo. Sehun y yo nos podemos ir-, —El joven padre se detiene de repente cuando Luhan le pasa la dulce bebida y literalmente, se extiende en el sofá.
—Claro, media hora por carretera hará sentir a Sehun mucho mejor. Pobre chico...Y sí, deberías dejarlo solo cuando vas al trabajo también...En serio, no hay problema. Pobre chico...
—Pero Luhan-
—Y por supuesto, rechaza mi amable oferta y pisa mis sentimientos. Wow. Pobre-
—Luhan, pásame el control remoto y cállate, por dios.
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Cuando el sol se asoma y comienza a colorear el mañanero cielo, Minseok seguía despierto. Justo al lado de Sehun, acallando los gimoteos que el frágil cuerpo del niño daba.
El pequeño cuerpo de Sehun lucía vulnerable en la enorme cama de Luhan (con pesados edredones) mientras el padre cambia la toalla en la frente del niño de 5 años.
En unas horas debía irse a trabajar y Minseok realmente cree que no debía dejar sólo a su hijo así.
Sintiendo que otra preocupación de mal gusto se arrastra hasta su garganta, el joven padre sacude su cabeza cansado, cogiendo su abrigo en silencio.
Debía distraerse, hacer algo, lo que sea...
Bastante seguro con que el aire fresco ayudaría, Minseok toma las llaves de la casa con cuidado de no hacer ruido, mirando de soslayo por última vez a su hijo y a Luhan, que dormía profundamente en una improvisada cama en el suelo.
Sólo esperaba ser capaz de encontrar una tienda de comestibles 24/7 por ahí.
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Cuando Luhan despertó, había algunas cosas que se esperaba.
Por ejemplo, dolores de espalda. ¿Quién no tendría serios dolores por dormir en el suelo?
O un pequeño niño durmiendo en su cama con su sonrojado rostro. Se esperaba eso también...Incluso cuando no le gustaba que otras personas durmieran ahí.
Lo imprevisto era ver a alguien en medio de la cocina, vistiendo un delantal, preparando algo de desayuno con prisa.
—Oh, buenos días Luhan.
Cuando Minseok sonríe y vierte un huevo en la estufa, el chino decide que sí, eso era inesperado.
Bienvenido, pero aun así, inesperado.
—Qué bueno que despertaras antes de irme. Tengo que salir en 10 minutos pero...uhm… ¿hice el desayuno?
Para ser honesto, las mañanas nunca fueron algo que Luhan disfrutara. Pero ahí estaba, asintiendo sin decir nada mientras Minseok le entrega una taza de café.
Inesperado pero totalmente bien recibido.
Cuando el menor de los dos se mantiene en silencio, el joven padre rasca la parte de atrás de su cabeza con cierta timidez, colocando después los platos en la mesa.
—Bueno, también hice el almuerzo para ustedes dos. Preparé unos kimbap...Es todo lo que puedo hacer para pagarte, supongo.
Bueno, wow.
—Me encanta el kimbap.
La sonrisa de Minseok se ensancha mientras toma asiento y le apunta a Luhan que se siente con él. Vistiendo las ropas de ayer, el mayor lucía agotado y cansado, pero su gentil sonrisa y trabajadoras manos dan en él una postura fuerte frente a este último.
Encontrándose a sí mismo devolviendo la sonrisa, el chino toma un pequeño sorbo del café. Luhan no tenía corazón para decirle que en realidad no le gusta el café...para nada. Sin embargo, queda sentado frente a su amigo, tomando grandes sorbos de la oscura bebida.
Era una buena mañana de hecho.
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—¿Seguro que tu gerente no dirá nada acerca de que tomes un día libre? Es decir, Sehun es mi hijo. No quiero que te metas en problemas por mi culpa.—Dice Minseok mientras ata sus zapatos en el marco de la puerta. En serio no quería ser una molestia, Luhan y el no eran tan cercanos y wow, estaba tan perdido sobre qué hacer por su trabajo y-
—Yo soy el gerente.
—Oh, genial entonces. Yo solo- Espera, ¿tú eres qué?
—Oh cállate Minseok. Despertarás a Sehun. Ten un buen día. Te llamaré. Nos vemos en la noche.
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Luhan perezosamente lava los platos antes de ver su dormitorio de soslayo.
Viendo al sonrojado y jadeante niño despertar lentamente, el chino rápidamente llena un vaso con agua, apresurándose a estar a su lado.
—¿Luhan hyung? —La quebradiza voz hace al hombre de más edad soltar un preocupado jadeo, sosteniendo gentilmente con sus brazos al pequeño para obligarlo a beber un poco de agua.
—Tu papá está trabajando. Estás en mi casa ahora Sehun ah. Vamos, ahora bebe un poco.
Casi ahoga al pequeño...Pero bueno, la paternidad nunca fue cosa de Luhan. Se las arregló para sentar a Sehun, acariciando su cabello algo pegajoso.
Los ojos del menor observan los movimientos del mayor que va y viene a la pieza con algunas cosas, perdiéndose de vez en cuando.
La confundida mente de Sehun se despeja un poco cuando una cuchara presiona sus labios.
—Di ah, Sehun.
Tratando de evadir la pegajosa y caliente papilla de la cuchara, el niño suelta un cansado gimoteo. Fugándose un suspiro, Luhan sopla sobre la papilla de arroz caliente antes de volver a presionar sus labios con la cuchara.
Recibe otro quejido junto a unos enormes ojos cristalinos.
—Quiero a papi...
Ahora mismo estaba en una zona peligrosa. Nunca antes tuvo que cuidar a un niño pequeño, para ser sinceros.
Dejando quieta la cuchara, Luhan trata de llegar a algo.
NO tenía idea de CÓMO tratar las lágrimas.
O niños.
O lloriqueos.
Jamás tuvo que lidiar con algo como-
No, espera.
Jongin.
Jongin siempre se quejaba...y actuaba como un mocoso, en realidad.
Diablos, a veces lloraba sólo para tomarse un día libre...
Sí Luhan sólo pudiera-
—Si comes esto y tomas tu medicina, te dejaré comer un parfait.
Sehun lo mira atónito un poco antes de fruncir el ceño, observando luego la cuchara con cautela.
—Parpet y caricaturas.—Desafía el pequeño niño, a pesar de tener su rostro ruborizado.
—Trato.
Oh, el dulce soborno.
Cuando Sehun envuelve su pequeña boca alrededor de la cuchara algo vacilante, Luhan sonríe un poco y acaricia su cabeza una vez más. Alimenta despacio al cansado niño, soplando cada cucharada y a veces, tarareaba en voz baja para arrullar al niño.
Antes de que el tazón se vaciara, Luhan ve la cabeza de Sehun caer hacia un lado con cansancio mientras el sonrojo de su rostro aumenta cada vez más.
Luhan decide que el parfait y las caricaturas pueden esperar.
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Cuando Minseok regresa a la casa de Luhan después de un largo día (con la mochila de Sehun y sus pertenencias) trataba de decirse a sí mismo que no estaba molestando y que Luhan sí los quería allí.
De todos modos, el mayor no podía estar más de acuerdo con lo que le dijo el chino antes de que se fuera a trabajar;
"Deberías quedarte en mi casa por un par de días. Es un acceso más fácil a tu trabajo, ¿Y si algo le ocurre a Sehun? ¡Piensa en el niño, Minseok! ¡Piensa en él!"
No es que Minseok tuviera algo mejor. Podría llamar a su madre para que cuide a Sehun, pero su mamá y él no eran...muy habladores últimamente...Como por 5 años o algo así.
Así que ahora, el mayor estaba en la cocina, lavando la loza mientras Luhan y Sehun están tirados en el sillón viendo algún dibujo animado. Envuelto en una cobija, con sus regordetas mejillas teñidas en un rojo carmesí, el pequeño niño estaba recostado sobre el chino mientras trataba de enfocarse en el parfait de sus manos.
Después de poner en orden todo –Pudo, o tal vez no haber reorganizado los cubiertos– Minseok entra a la sala de estar sólo para encontrar a Luhan cargando el tranquilo cuerpo de Sehun a la cama.
Siguiendo a Luhan, Minseok se asegura que su amigo deje al enfermo chico con cuidado sobre el edredón, susurrando después humilde:
—Luce mejor hoy.
Asintiendo cortamente, el joven sacó a Minseok fuera de la habitación, dirigiéndolo desde los hombros.
Sentándolo en el sofá, Luhan hace lo mismo a su lado, poniendo sus pies sobre la pequeña mesa de centro. Minseok quería estremecerse al ver lo desordenada que estaba toda la casa y golpear la cara del menor de no ser por su bondad.
—La fiebre de Sehun bajó un poco hoy. Incluso hasta vimos a Bob Esponja.—Dijo Luhan riendo por lo bajo, cambiando de canal mientras Minseok se acomoda en el sofá.
Ha, conocía esa serie. Había visto la primera temporada y wow sí, quería más también. Ahora, disfrutando de los efectos especiales de lo que ahora pasan por la televisión, el mayor da un codazo a Luhan.
—Oye, como la fiebre de Sehun bajó, mañana me lo llevaré a ca-
—Mañana es Viernes. Sólo espera hasta el fin de semana. Será más fácil para ti.—El menor cortó abruptamente lo que diría Minseok, encogiéndose de hombros.
Regresando a la pantalla, Minseok se muerde los labios, jugueteando con sus dedos.
Era ridículo. No era un adolescente ya, sin embargo, estaba agradecido. Luhan cuidaba de su hijo, a pesar de que el chino podía ahora estar en una de sus susodichas citas y-
Wow.
—Luhan, ¿cuál es tu comida favorita? Voy a cocinar mañana.
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Los viernes eran los días más agitados y Luhan sabía perfectamente bien que esta vez tendría que dejarlo todo a cargo de Jongin. Por lo mismo le dice unas "palabras de aliento";
—Si haces un desastre, yo te haré un desastre la cara.
Así que ahora, en un viernes por la tarde, Luhan se hallaba sentado con Sehun, que comía un pudín de chocolate desordenadamente.
Sus mejillas aún se mantenían enrojecidas, pero lucía mucho mejor y ya no tenía la voz rasposa.
—Luhan hyung, me gusta mucho Spiderman, pero también me gusta Iron man. Hyung, ¿cuál te gusta a ti?
Limpiando los pequeños dedos cubiertos de chocolate, el chino ríe un poco por lo concentrado que parecía Sehun con ese asunto.
—¿Iron man talvez?
—¡Ah, sí! Las pistolas de Iron man hacen ¡PISH, POF, BANG! ¡Me encanta!
Se echó a reír por los brazos voladores y por las palabras llenas de saliva del menor. Luhan empujó al niño a su pecho, para acurrucarlo en éste.
Con los ojos pegados a la colorida pantalla, junto a infantiles observaciones Sehun ríe lindamente pero con cierto tono de pereza. El chino hizo para atrás su cabeza, revisando su teléfono.
Algunos de sus amigos le preguntaban si estaba libre esta noche...
Siendo sinceros, Luhan podía simplemente salir a la llegada de Minseok. Podía ir a un bar, beber algo y escuchar a la banda que toca allí cada noche. No importaría. Minseok lo conocía. El mayor lo entendería.
Pero Minseok va a cocinar pajeon esta noche.
Luhan amaba el pajeon.
Rápidamente sin molestar a Sehun, el chino manda un mensaje de texto, arrojando su teléfono al sillón con una sonrisa.
Qué extraña sensación la de esperar a alguien en casa...
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A una calle de distancia, Minseok lee el mensaje que emerge en la pantalla de su celular.
[SMS] Trae el dvd de Iron man. Vamos a tener una noche de cine. :)
Sehun ya dominaba a Luhan, al parecer.