Había muchas cosas a las que Minseok estaba acostumbrado al despertar.
Empezando con un "Papá, mojé mi cama" a "¿Puedo dormir contigo esta noche?", terminando por lo general con las extremidades enredadas de su pequeño hijo.
A veces era "Papi, tengo hambre" o incluso "Abre a Bob Esponja por mí, papi".
...Pero en verdad no estaba acostumbrado a esto.
Saltando de su sueño, casi perdiendo la mitad de su vida del susto, Minseok mira a Luhan que se estaba cambiando su camisa justo frente a la cama.
Bueno, era su habitación pero aun así...Wow.
Con el pijama en el piso, mostrando los músculos de la espalda, arqueándose con cada movimiento y alcanzando una limpia camisa, Luhan rápidamente cubre su pálida piel con la blanca tela.
Logrando meter la camisa dentro de los pantalones negros, el chino de repente se da la vuelta, floreciendo una sonrisa en su rostro.
—Buenos días Minseok.
—Ah...
Eso era un “Ah, acabo de despertar, ¿Qué año es este? Wow, no me hables. Duerme.” y también “Wow, luces como un palo larguirucho pero en realidad tienes músculos bajo esa camisa y estoy bastante sorprendido.” Ese tipo de ah.
Pero en gran parte se trataba de su somnolencia. ¿Y dónde estaba Sehun? ¿Qué hora era? ¿Y cómo-?
—Sehun está viendo caricaturas y es muy temprano para levantarse.—Dijo Luhan mientras agarra el edredón y aprieta una mejilla de Minseok juguetonamente.
Forzando al mayor en la cama, éste deja escapar unos gimoteos. Luhan rió por los brazos de Minseok agitándose antes de ponerlo en la cama en un suave movimiento.
—Duerme. Iré a ver el comedor por unas horas y luego estaré de vuelta. Tal vez los lleve a Sehun y a ti a cenar.
Minseok entierra su rostro en sus manos tallándose los ojos antes de bostezar de forma ruidosa. Exhalando un poco, el mayor empuja a Luhan antes de sentarse en la cama.
—Come algo antes de que te vayas. Prepararé un desayuno rápido.
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Después de enviar a Luhan a afuera, Minseok rápidamente toma una ducha, dándose cuenta del que aún hay harina y vegetales en su cabello. Cambia las sábanas y limpia las habitaciones con los ocasionales comentarios de Sehun como “¡Papi! No puedo ver la televisión. ¡No papi! ¡Muevete!”, el joven padre se hace la imagen mental de golpear a Luhan cuando regrese a casa porque wow, habían mitades de piezas de pollo (de hace años) bajo el sofá y Minseok aún temía abrir algunos armarios de la cocina.
Ahora, Minseok iba a hacer algo de almuerzo para que Sehun pudiera picar y colocar su programa favorito para relajarse.
Envolviendo unas pequeñas rodajas de pepino en pequeñas bolas de arroz, el joven padre grita a su hijo desde la cocina:
—Sehun, empaca tus juguetes después del almuerzo bebé!
Pone los platos en la mesa, vertiendo algo de jugo en vasos, Minseok se detiene en el aire cuando siente un tirón en sus pantalones de chandál.
Sehun estaba mirándolo desde el suelo, con los ojos muy abiertos y con su manito hecha puño aferrándose a la tela, apretando sus labios en disgusto.
—¿Debo empacar?
Minseok no sabía de dónde sacó su hijo esa pereza.
Lo lindo sí, pero la pereza no era de él.
Rápidamente se hinca y besa el puchero de los pequeños labios de Sehun, el padre pincha la regordeta mejilla de su hijo y lo sienta en una silla.
—Nos vamos a casa esta noche así que sí, debes empacar jovencito.
Llevando un rollo de arroz y pepino a su boca silenciosamente, Sehun balbucea en la mordida mientras estaba masticando.
—¿Este no es nuestro hogar?
—No hables con la boca llena Sehun y no, nosotros…uhm, sólo estamos visitando a Luhan.
Aun masticando despacio, el pequeño niño traga pensativo, asintiendo con los labios fruncidos de nuevo.
—¿Irá Luhan hyung con nosotros a casa?
Minseok alza una ceja antes de sacudir su cabeza con una risita. Presionando una bolita de arroz en los labios de Sehun para que siga comiendo, el joven padre responde a su hijo;
—¡Por supuesto que no! Luhan tiene su propio hogar.
Mientras Minseok iba a dejar los platos al fregadero, no pudo captar el puchero que su hijo dio.
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Sehun reía orgullosamente mientras arrastra un crayón azul por el papel. Sacando su lengua concentrado, el pequeño niño se aseguraba de no colorear de más las líneas para no dejar un lío en el papel.
Era una importante pieza para él. No solo un dibujo para su profesora para que parase de regañarlo o algo. Era en serio importante…
Finalmente pone el último crayón en su estuche de Spiderman –Su padre siempre se enfadaba cuando hacía un lío. –, Sehun mira su dibujo con orgullo.
Caminando alrededor de la casa, con su precioso papel con él, el pequeño niño trepa el sofá después de unos intentos, dejándose caer al lado de su padre.
—Papi, hice un dibujo para la nedera.
El mayor pasa un brazo alrededor de los hombros de su hijo, para dejarlo más cerca de él riendo sutilmente.
—Es nevera, bebé. Déjame ver, lo pondremos en el refrigerador cuando lleguemos a casa, justo al lado de tus otros dibujos.
Presionando el dibujo sin mostrar en su pecho de forma inesperada, Sehun suelta un gimoteo, sacudiendo su cabeza. Dando unos cabezazos en el pecho de su padre, el niño frotó su cara en la camisa de Minseok.
—Es para la nedera de esta casa. Nos dibujé a nosotros, así que cuando nos vayamos, Luhan hyung no nos extrañará.
Más tarde cuando Minseok pone el dibujo de los tres hombrecitos de palo en el refrigerador, Sehun se queda frente a él por unos momentos, lamiendo una paleta y sonriéndole al papel coloreado.
Por primera vez, su dibujo tenía 3 personas igual que los de sus amigos en el jardín de niños.
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Cuando el timbre de la puerta sonó, el joven padre pensaba en si debía llamar a Luhan o no.
Quería decirle a Luhan que no tenían que ir a un lugar lujoso y que incluso el comedor estaría bien, pero justo cuando alcanza su teléfono, la campana dio un chillido, seguido de unos golpeteos violentos.
Rápidamente corre a la puerta, comprobando a Sehun con el rabillo del ojo, Minseok se asoma para ver quién fue, abriendo la puerta con un jadeo.
—Por dios, ¿qué ocurrió?
Frente a la impactante cara del adolescente que trabaja en el comedor, Jongin, Minseok dirige su mirada a Luhan, preocupado.
El chino estaba apoyado al hombro de Jongin, jadeante, con los ojos medio cerrados en una mueca mientras gime un poco.
—Y-yo, wow, por supuesto. Minseok hyung tu estás- Bueno, no estoy sorprendido… ¡O juzgando! En serio, era tan obvio, digo, ustedes dos están viviendo juntos…
Todavía mirando la enrojecida y dolorida cara de Luhan, Minseok no prestó demasiada atención a Jongin y repitió la pregunta.
—¿Qué pasó?
—Luhan hyung vino a trabajar como siempre, revisaba unas cuentas y luego- tenía fiebre. Alta.
Recogiendo al hombre más joven en sus brazos, lo arrastra a la habitación con un poco de ayuda de Jongin, recostando al enfermo en la cama bien hecha
—Gracias Jongin, en serio. Has trabajado muy duro esta semana. Es toda mi culpa y-
—No, no, no hyung, ¡está bien! Está perfectamente bien que ustedes dos quieran pasar más tiempo juntos y es bueno que Luhan hyung se aleje del trabajo un poco. Es decir, no sabía cuánto tiempo han estado juntos.
Minseok miró al joven fijamente antes de farfullar un montón de palabras.
—¿Qué? Juntos- no. ¿Qué estás-?
—¡No estoy juzgando, hyung, en serio! Mejor me voy ahora, cerraré el local temprano.
Mientras el joven y atractivo mesero se retira de la casa con un “¡Hola Sehun! ¡Adiós Sehun!” Minseok todavía seguía hablando tonterías atrás de él.
Ahora tenía una relación que ni siquiera era real…Con Luhan para todas las personas.
Suspirando, el joven padre se dirige a Luhan y lo mueve hacia él. La frente del joven estaba cubierta de una fina capa de sudor y sus labios estaban separados en pequeños jadeos.
Arreglando el cuerpo medio desmayado en la cama y desvistiendo al acalorado y enfermizo hombre, Minseok se pone de pie para buscar algo de agua fría y una pieza de tela para limpiar el cuerpo de Luhan con la esperanza de bajar la fiebre.
—Minseok...
Una rasposa y cansada voz se arrastra de la boca de Luhan antes de que el mayor se aleje. Rápidamente regresa con el enfermo, inclinándose hacia él para escuchar.
—Lo siento, no podré sacarte esta noche.—Dijo antes de que sus ojos se cierren.
—Sehun, ¿Puedes traer el termómetro?
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—Papá, ¿está Luhan hyung bien?
Sehun estaba sentado al lado del inconsciente cuerpo de Luhan mientras Minseok pasaba un trapo húmedo en los acalorados brazos. El padre se toma su tiempo para responder mientras aprieta sus labios y cubre la mitad del cuerpo con un delgado cobertor.
—Por supuesto lo estará. Cuando tú te sentías mal hice todo para que estés mejor, ¿verdad? —Dijo mientras va al botiquín de medicinas.
Recibiendo un lento y resentido asentimiento de regreso, el padre despeina el cabello de su hijo con una pequeña sonrisa, tomando unas pastillas de ese armario.
—Hijo, ¿por qué no comes algo de parfait? Vi uno en el refri.
—No. Primero dibujaré más por hyung. Luego parpet.
—Es parfait.—Suspiró antes de sonreír por la manera en que su hijo toma sus crayones con un serio puchero.
…Su plan de regresar a casa iba a ser pospuesto por ahora.
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Por primera vez Minseok se sintió orgulloso de ser un paranoico y alguien que sobrepiensa mientras añade los vegetales de la izquierda en la sopa de pollo.
Si el no fuera todo “¿Y si esto no va a ser suficiente?” mientras compraba en la tienda, Luhan habría tenido que comer una desabrida sopa con menos vitaminas y cosas sanas y no podría mejorar rápido.
Buena esa Minseok. Una palmadita en la espalda para Minseok. Tu puedes Minseok.
Aún auto alabándose, el padre de repente se da cuenta lo que silenciosa que se volvió la casa. ¿Dónde estaba Sehun?
Sehun nunca fue un niño ruidoso pero tendía a reír o hacer tiernos ruidos mientras dibuja o juega…
Corriendo alrededor de la casa, encontrando sólo un papel con demasiados colores y líneas, Minseok al final busca en el cuarto de Luhan, soltando un bufido de forma inmediata.
En la enorme cama, justo al lado de Luhan, Sehun estaba arrodillado frotando una húmeda –Demasiado húmeda– toalla en la cara del chino. El agua escurría por la nariz y mentón mientras el pequeño frunce el ceño como muestra de concentración.
—Sehun, ¿Qué estás haciendo? —Mientras su pequeño hijo abre su boca para responder, una rasposa voz interrumpe las palabras de Sehun.
—Me está haciendo sentir mejor.
Riendo, Sehun asiente con alegría, lanzando el húmedo trapo al agua. Bajándose de la cama el pequeño niño empuja a su padre en dirección a la cama, hablando con un tono alto.
—Papi, es tu turno. Iré a jugar con mis legos.
Despertando de su aturdimiento, Minseok va al lado de Luhan y rápidamente usa la manga de su camisa para secar las gotas de agua mientras Sehun deja la habitación.
—Hey.
—...Hey.
—¿Cómo te sientes?
El joven hombre deja escapar una rasposa tos y el último rápidamente presiona un vaso de agua en sus labios.
Obligándolo literalmente a que beba el agua, Minseok aprieta sus labios mientras su cara se ensombrece. Dejando su vista lejos del jadeante hombre, el mayor baja el vaso.
—Todo es mi culpa. Si no hubiese aceptado tu oferta y me iba a casa con Sehun, esto no habría pasado.
Ahogado en sus propios pensamientos, Minseok finalmente levantó su Mirada cuando siente un tirón en sus dedos. Delgados y cansados dígitos sujetan su mano, Luhan estaba sonriendo tiernamente hacia el mayor de los dos.
—Está bien. Estoy feliz. Ahora no te irás.
Bueno, Minseok se preguntó si podría hacer a Luhan derramar sus oscuros secretos en su delirante estado.
Probablemente.
—Ahora, Sehun y tú serán míos…Me gustan los camiones. Quiero comprar un camión.
Oh sí, Minseok le sacaría sus secretos.
—Bien Sr. Camionero, descansa un poco y traeré sopa y medicina, ¿ok?
Luhan tose otra vez mientras deja caer sus párpados cansado. Inhalando, el hombre más joven murmuró en voz baja;
—Tal vez no debí usar los mismos palillos o cuchara con Sehun mientras estaba enfermo…
—... Espera, ¿Tú hiciste qué-?
—…y vasos.
—¡Demonios Luhan! Compartir- Oh por dios.