Los domingos en la tarde usualmente son hora de soccer paraMinseok.
Se sentaría en el sofá, tendría una cerveza, algunos snacks y vería su querido futbol con sus canales pagados.
Así que, jugando con su teléfono al lado del Luhan, el joven padre no podía dejar de refunfuñar un poco. Revisando su fiebre de vez en cuando, feliz de que bajara, Minseok le sonríe al hombre durmiente.
Luhan hizo tantas cosas por él en unos días y el joven sólo quería pagarle de vuelta de algún modo.
Minseok solía creer que Luhan…no era así. Para nada. El chino era siempre amable, travieso y buena compañía, sin embargo nunca se vio como alguien responsable o preocupado antes. Todo eso hizo a Minseok preguntarse porqué Luhan escogió una vida tan vanidosa. El joven tenía una buena paga, una muy buena y su todo gritó por un hombre de familia. Diablos, ellos estaban actuando tan domésticos últimamente, era casi ridículo.
Bueno, era su vida así que sí Luhan escogía ir a clubes todas las noches, el mayor podía con eso, decidió.
Tocando con cierta furia la pantalla de su teléfono, con el rabillo del ojo chequeaba qué hacía Sehun. El joven frunció más el ceño. Tal vez si Minseok sólo iba a ver-
—Futbol.
—Oh Luhan, estás despierto. ¿Quieres agua o-?
—Futbol. Hay un partido esta noche.
Si estaba hablando de lo que el mayor pensaba, Minseok quería besar a Luhan en ese momento. Enviado desde el cielo, eso era el chino.
Pero seguía enfermo así que…
—Luhan no puedes. Sigues enfermo y-
—Minseok, fútbol.
Bueno, no podía discutir con eso.
___
Sacando a Sehun del sofá, ayudándolo a sacar sus enredados juguetes, Minseok y Luhan rápidamente colocan el canal de deportes.
Asegurándose de que Luhan esté arropado en una manta y lo suficientemente bien para estar despierto, Minseok rió tratando de captar qué ocurría.
Porras y censuradas maldiciones volaban en la habitación con la pequeña charla de Sehun con sus juguetes. Ambos hombres casi se suben encima del otro con entusiasmo.
Ni siquiera seguían a esos equipos. Era sólo… ¿Fútbol?
Un serio negocio si les preguntan.
Cuando llegó el receso, Luhan se dirigió a Sehun que aún jugaba con sus juguetes seriamente.
—Hey Sehun, ¿Cuál es tu equipo de fútbol favorito?
Minseok rió entre dientes mientras su hijo se gira, seguido de una mirada de desagrado.
—Ew.
Luhan quedó estupefacto un segundo antes de pegarse a Minseok con un lamento.
—¡Tú hijo es un traidor! Minseok, ¿cómo es que-?
Riendo a carcajadas, el mayor rodeo con uno de sus brazos al último para sacudirlo con ligereza.
—A Sehun le gustan los animales y caricaturas, Luhan. Tiene 5.
—¡5 y medio!
Oyendo el grito del muchacho, Luhan se arrastró hasta el suelo junto a Sehun pinchando sus mejillas a pesar de la indignación del niño.
—Sí, ya un niño grande.—Dijo alegremente el chino mientras los ojos de Minseok lo siguieron con una suave sonrisa.
—Luhan, estaba pensando que un sofá en L quedaría perfecto en esta sala.—Dijo Minseok, mientras alejaba a Luhan de un molesto Sehun. Lo último que quería era a un llorón y enojón niño esos momentos.
Mirándolo pensativo por un momento, el hombre se cubre con la manta casi encima de Minseok antes de asentir con cansancio.
—¿Tú crees? Cuando esté bien podríamos ir a comprarlo juntos, si quieres.
Minseok acarició el cabello de Luhan sin pensarlo.
—Claro, eso estaría bien.
___
Con la noche cayendo, un agotado hombre envuelve a su dormido hijo en una cama hecha en el sofá, apoyándose en la pared para ponerse de pie.
Parpadeando cansado, el hombre, Minseok inhala para reunir fuerza y trasladarse en silencio a la oscura pieza.
Asegurándose que Luhan siga vivo en la cama, el joven se preguntó si debía prepararse algo de café o-
—Minseok, es suficiente.
Saltando del susto, Minseok se gira hacia Luhan, que ahora estaba sentado en la cama. Con esa penumbra, era casi imposible ver por completo su expresión. Pero aún así, estaba que seguro que sería una irritada y cansada.
—Ve a dormir Luhan. ¿Por qué sigues despierto?
—Bueno, alguien está caminando alrededor y me despierta.
Oh, lo siento. Tú solo duerme. Seré más cuida-
—Tú duerme.
Minseok suspiró, sentándose en la cama de Luhan con pesadez. No importaba que tan placentero sonaba eso, el hombre tenía muchas cosas que hacer y el último seguía enfermo y debía cuidarlo y-
—Minseok, duerme.
—Sabes que no puedo Luhan. Debo encontrar los pares de calcetines que lavé y tú todavía tienes fiebre. No quiero que te mueras esta noche, idiota.
Luhan lentamente empuja a Minseok hacia él con un suave tirón. Acostando al cansado y quejumbroso hombre al lado suyo, el enfermo pasa un pesado brazo en Minseok.
—Puedes emparejar los calcetines mañana.
—Me iré con Sehun mañana.
—No tienes que irte. ¿Qué pasa si mañana empeoro?
El mayor pellizcó el costado de Luhan soñoliento, diciendo entre dientes un no te atrevas mientras sus ojos caían.
Enterrándose inconscientemente en el cálido cuerpo del chino, Minseok dejó sus ojos cerrados. Mascullándose a sí mismo, ambos hombres entran a una buena noche de sueño.
—Puedo cerrar mis ojos por un rato, creo.
___
Cuando Minseok despertó, no pudo evitar apretarse más al cuerpo al que estaba enredado. Somnoliento, con la lente algo vaga limpiándose poco a poco, cuando recupera toda su consciencia, el rígido mayor suelta un pequeño grito de pánico.
Saltando de los brazos de Luhan, el joven padre no tuvo ni tiempo de asquearse por el sudoroso cuerpo del ajeno.
Lanzándose a sí mismo al baño, rápidamente entra a la ducha con sus ardientes y rojas mejillas, gimoteando de vergüenza.
¿Qué demonios estaba haciendo?
___
—Sehun, vamos pequeño, a levantarse.
Husmeando como un hámster entre las sábanas, tratando de pegarse más profundo en el mundo del sueño, el pequeño niño se quejó antes de abrir sus ojos.
—¿Papi? ¿Hora de escuela?
Palmeando el cabello de su hijo, Minseok tomó a Sehun en brazos en dirección al baño.
—Vamos a dejarte listo.
Luego de limpiar y vestir con una playera y pantalones limpios, Minseok le da a Sehun un sándwich de queso y calienta un poco de sopa para llevársela a Luhan.
Caminando alrededor de la casa, comprobando a Luhan y ayudando a Sehun a preparar su mochila para el jardín, el joven padre ata su corbata rápidamente tomando los medicamentos para el resfriado.
Deslizándose a la habitación, sacudiendo ligeramente a Luhan para que despierte, Minseok sonrió nervioso a esos parpadeantes ojos.
En serio se sentía incómodo después de la mañana por una razón que no podía entender.
—Buenos días. Nos vamos ya. Calenté un poco de sopa y dejé las pastillas allí. Vendré a ver como estas a la hora de mi almuerzo.—Estaba seguro que Luhan no escuchó nada de lo que dijo por la forma en la que lo miraba, asintiendo con torpeza, pero como estaba con prisa no pudo importarle mucho.—Ah y dúchate, que apestas.
Y los labios de Luhan se curvaron en una sonrisa, cerrando sus ojos serenamente. Alejando las sábanas de su ahora saludable cuerpo, el joven suspiró unas palabras mientras se estiraba como un gato.
—Dormimos juntos anoche…Deberíamos hacerlo más seguido.
Rodando sus ojos, Minseok dice rápidamente adiós y sin pensarlo presiona sus labios en la frente de Luhan.
Dándose cuenta que lo que acaba de hacer, saliendo de la pieza, Minseok sintió sus mejillas arder cuando vio a Sehun observándolo con una cara de lo vi todo.
Era ridículo. Era todo muy ridículo.
___
Sí Minseok tuviera que hablar honesto, realmente le gustaba Jongdae.
Eran amigos hace 5 años e incluso celebraban el aniversario de su amistad. –Que era el 6 de Junio, Minseok estaría condenado si lo olvida–
A los 25 años, cuando Minseok estaba quebrado y viviendo con su madre junto a un bebé recién nacido, era seguro decir que no estaba haciendo bien.
Su madre le odiaba, solo dejó que se quedara por Sehun y porque dejó la escuela para escapar con su supuesta amada y no había trabajo para él.
Qué gran año para Minseok.
Entonces, el 6 de Junio, el padre soltero tenía que decidir si saltar de un puente o de emborracharse con las lágrimas en los ojos…
Al final, en la pantalla de su teléfono veía la rosada cara de bebé de Sehun con sus regordetas mejillas que hacen gatear a Minseok por debajo de la barandilla del puente.
Y así fue como conoció a Jongdae. Un joven cantante (un año menor que él) de un bar barato cargaba al ebrio a su casa y al siguiente día llamó para saber de él…Y le encontró un trabajo…También lo ayudó a encontrar un barato apartamento…
Wow, de verdad amaba a Jongdae. Era precioso y-
—Dime los detalles, Minseok hyung. ¿Quién va arriba?
Olvídenlo. Lo odiaba.
Balbuceando algunos qué y diablos, Minseok miró a Jongdae con una ofendida y sorprendida cara.
No debía estar así de shockeado la verdad, pero aún así-
—Apuesto por Luhan hyung arriba.
—Yo- ¿Qué demonios Jongdae? ¡No!
—Vaya, ¿tú arriba? Diablos, siempre supe que eras un luchador bajo ese pequeño cuerpo.
Minseok maldice todo, empezando con Jongin en su cabeza. Ese pequeño mocoso con sus chismes y-
—Luhan y yo no estamos en una relación. Fue solo- Espera, ¿dijiste pequeño?
Bien, Minseok no era el tipo más grande, pero tampoco era la mascotita linda de alguien y también se rehusaba a siquiera pensar en que cómo fue la cucharita cuando despertó esta mañana.
Una traviesa sonrisa apareció en los labios de Jongdae cuando entendió las palabras del mayor. Mirándolo confuso por un momento, frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir con qué no están juntos? Creí que- quiero decir, Luhan fue-
Cortando las palabras de su amigo, Minseok casi las escupió en pánico.
—No soy gay.
Sin más, la cara de Jongdae hace una mueca en un instante, pero rápidamente la oculta bajo una descarada sonrisa. Para el más bajo, era fácil ver la decepción y dolor atrás esa sonrisa. Minseok lo conocía tan bien. 5 años no eran una broma.
Su corazón cayó hasta su estómago con una sensación desagradable. El mayor rápidamente se acerca a su amigo, gimoteando en disculpa.
—Jongdae, no quise decir-
Alejándose de él, la sonrisa del joven se vuelve agria antes de suspirar derrotado.
—Lo sé, hyung. Sólo- Está bien amar a quien quieras. No olvides eso.
Cuando Jongdae deja solo a Minseok en su cabina, el padre muerde sus labios con dolor. Siempre tenía la tendencia de decir algunas cosas y siempre la gente lo dejaba. Que siempre ocurriera eso era…triste.
…Jongdae tenía razón. Está bien amar a quien uno quiera, a pesar de que no le gustaba Luhan de esa manera. Bueno, le gustaba Luhan, especialmente ahora, que empiezan a conocerse mejor cada día, Minseok en serio lo amaba… Como amigo.
Y aunque se enamorara de Luhan, el chino no era una persona de relaciones de todas formas.