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Not What You Think por secretlook

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Notas del capitulo:

El segundo cap es largo, lo escribí junto al primero, todo de un tirón, tardé dos dias 0___O a quien se le diga

Dejé la moto en el mismo lugar que siempre, caminé hacia la entrada y abrí las puertas, hoy yo tenía las llaves, ya sabéis, entré sin prisa alguna puesto que era sábado y llegaba temprano, fui al despacho de John y cogí mi “uniforme” para luego ir al camerino de las chicas, Jolly se quedó ayer conmigo unas horas más después de cerrar y estuvo enseñándome a pintarme, gracias a Dios me había dejado la laca y las pegatinas de las calaveras puestas, así que no tenía que hacerlo yo, necesité unos tres intentos hasta que conseguí que quedara bien pero jamás igualaría a Jolly, al fin y al cabo ella estudia eso, abrí mi mochila y saqué una mascarilla, no de estas de enfermo, se ataba al cuello y era dura, roja y negra para conjuntar con la ropa y mi pelo (no se me irá el color en dos semanas), tapaba mi barbilla, mi punto malo, y me daba un aspecto de rapero macarra…siempre y cuando no sonriera, entonces me vería adorable (eso es lo que dice la gente).

Tras ponerme los pendientes y los aros del labio, limpié el tocador de Jolly y me fui, guardé mi ropa en el armario y comencé con las tareas de siempre, poco a poco las chicas fueron llegando y sentando en el sofá del salón, todas me saludaban y me preguntaban si había dormido bien, eran todo un amor, abrí el frigorífico y el armarito, también el botiquín, y me dispuse a pasar revista.

-Bien, el doctor Zelo ha llegado-sonrió Kate

-Aspirina para el dolor de cabeza-sonreí mientras le daba una a todas con un vaso de agua

-No sonrías Zelin-dijo Britanny- Estropeas tu imagen de chico malo

-No necesito mantenerla con vosotras

Dejé los anticonceptivos en la mesa y me giré, nunca las miraba en este momento, me hacía sentir mal saber quién lo necesitaba, cuando escuché que todos los vasos se posaban en la mesa volví a mirarlas, cogí el botiquín y pasé revisión, algunas personas son muy salvajes en la cama así que de vez en cuando alguna de mis noonas volvían con heridas, esa mañana solo curé un par de cortes, la tarea había finalizado, ahora tocaba llenar el bote, una por una pasaron al despacho de John y dejaron el dinero en la caja, yo apunté cuanto traía cada una para que luego no hubiera que hacer cuentas, normalmente eso lo hacía John, pero aún no había llegado, lo típico seria cachearlas e interrogarlas para asegurarse de que no se quedaban con nada, pero aquí no hacíamos eso, todos éramos muy honrados, ellas sabían que no podían quedarse con nada (hasta que no tocara el día de cobro), pues de eso dependía que el jefe pudiera sacarlas de allí, si John lograba ganar el mínimo que su padre solicitó, podría vender el lugar antes de cumplir los 30, y ese era el objetivo de todos.

Se marcharon y subieron a sus cuartos, todas vivían allí, menos Lady (vive en un piso con John), Jolly (menor de edad, vive con su abuela) y Sweet (menor de edad, vive con su madre), solían dormir hasta que era la hora de comer, comíamos y luego un par de prácticas antes de abrir, los fines de semana abríamos antes, pero solo era un cabaret (espectáculos de baile) hasta las once, a esas horas éramos oficialmente un prostíbulo.

Cerré la caja con llave y la guardé en mi mascarilla, me tiré sobre el sofá del salón y me dormí sin querer, al cabo de un buen rato, una hora o así, me desperté por instinto natural, pero me sentía muy pesado así que colé mis manos por el interior del sofá para mantener el calor, las movía en busca de la postura más cómoda cuando noté algo afilado rasgar mi piel, saqué el brazo lentamente para no hacerme más daño, una gran raja atravesaba mi brazo desde el codo hasta la muñeca, gracias a mi buena suerte, la herida no estaba justo donde la vena, fui al cuarto de baño y me eché agua, me lo lié en papel higiénico para no manchar hasta que cogiera el botiquín, pero entonces escuché la puerta abrirse y salí a ver quién era, John entraba con una gran sonrisa en su rostro, rodeando la cintura de Lady con su brazo, los saludé alegremente y fuimos al despacho.

Les conté todo lo que había hecho, entregué las llaves del lugar y saqué de mi máscara la llave de la caja, lo cual hizo reír a Lady, entregué la lista que había hecho, pero aun así contaron el dinero, supongo que les hace felices contar lo que falta para abandonar esta vida, les informé de la situación de todas las chicas, en cuanto mencioné que dos tenían uno pequeños cortes Lady salió disparada a verlas, John agradeció todo mi trabajo y me dijo que me tomara todo lo que quedaba hasta la apertura de tiempo libre.

Como solía pasar bastante tiempo allí los fines de semana, John me dio una habitación, la cual decoré  a gustó y equipé con algunas cosas. Mi habitación era pequeña, de color azul cielo, había seis cajas de madera reciclada apiladas en dos columnas que usaba a modo de estantería, allí tenia mis libros, mis CDs, mis películas, un par de vaqueros y tres camisetas para por si acaso, un par de zapatos y una gorra, y ahora que lo pienso, teniendo ropa, ¿por qué me quedaba en uniforme del colegio (salvo la chaqueta) para trabajar?, que alguien me pegue porque soy subnormal, en la cajas de arriba tenía una pequeña tele que encontré en la basura y la Play de cuarta o quinta mano que me compré por una miseria, la verdad es que ambas cosas estaban hechas polvo, pero mi amigo Daehyun las arregló en una semana con piezas que encontró por ahí, así que todo guay. A modo de silla tenía un Puf casero, lo hice con una bolsa de basura enorme y lo rellené con los restos de sofá que encontré en unos edificios derruidos de mi barrio, mi cama era un colchón viejo de una casa abandonada, Lady no quiso que me lo quedará pero al final tuvo que ceder, claro que lo estuvo lavando durante tres semanas, durante todos esos días me tiré media hora con ella lavándolo y apuntándole con una manguera, no quiero ni contaros cuanto tardaba en secarse, pero jamás me dio problemas de bichos, en las paredes había unos cuantos posters de cantantes, otros de monumentos emblemáticos de lugares a los que quería ir, fotos con mis compañeros de clase, con mis amigos Jongup y Daehyun, con mis difuntos padres, con mi tío, con las chicas y con John y Lady.

Me tiré sobre el colchón y tomé mi libro de filosofía, avancé rápidamente, me gustaba la asignatura, diez páginas después la puerta fue golpeada delicadamente.

-Pasa

-Hola, robotito-saludó Kate

-Ah, hola noona, ¿qué tal? ¿dormiste bien?-sonreí

-Muy bien, gracias peque, ¿qué tal los deberes?

-Matemáticas-suspiré- Tengo algo, lo hice ayer en el colegio en la hora de descanso, ¿quieres repasarlos?

-No es que no me fie de ti….

-Es que quieres que se genial

Kate rió, se acercó y se sentó en el Puf, abrí mi mochila y saqué los deberes de matemáticas, le di mi libro, mi cuaderno y un lápiz, comenzó a revisar número por número todos los ejercicios, cuando algo no encajaba miraba el libro para comprobar si era invención mía o un nuevo sistema, y cuando encontraba un fallo lo marcaba con el lápiz, después de un cuarto de hora me entregó la libreta, vi que había pocas marcadas, revisé con cuidado y corregí mis propios errores, Kate se sentó a mi lado para explicarme los que no comprendía, era la mejor profesora que pudiera encontrar.

Un grito inundó el edificio, todos bajamos corriendo y no encontramos a Lady petrificada al pasillo, John se abrió paso entre las chicas y la abrazó, ella señalaba algo en el suelo, pero no podía ver que era, Sweet, que estaba delante, susurró algo que fue pasando en cadena hasta Kate, “sangre” me dijo. John buscó a todas las chicas rápidamente, nadie faltaba, las miraron a todas de arriba abajo, nada, entonces centré mi mente y supuse que esa sangre era mía, yo había corrido por ese pasillo al baño.

-La….dy-tartamudeé tímido- Ehhhh, es cosa mía

Levanté la manga de mi chaqueta mientras me acercaba a ella, quité el papel de mi brazo y le enseñé la herida, sus ojos se ensancharon y brillaban con indicios de lágrimas. 

-¿Con qué te lo has hecho?-susurró recorriéndola con la yema de los dedos

-Metí los brazos en el sofá y bueno, debí de tocar algo

-¡En el viejo sofá!-gritó John- Pero ¿tú eres imbécil? ¿Cómo no nos lo dices?

-Es…es…que…se…me olvidó

-Zelo, puedes haber pillado el tétanos con ese sofá-dijo más tranquilo

-Lo llevaré al hospital en seguida-sentenció Lady

Me agarró del brazo bueno fuertemente y me arrastró hacia el coche, abrió la puerta y me empujó dentro, cerró con velocidad, encendió el auto y condujo hasta el hospital más cercano, el de nuestro barrio, era pequeño de una sola planta, solo servía para las urgencias, nada de operaciones o ingresados, era algo modesto, los nuevos médicos no querían trabajar allí, bueno, nadie quería trabajar allí, quien querría trabajar en los barrios bajos, donde te pueden pegar un tiro.

Salimos del coche y entramos a toda velocidad, a estas horas la gente estaba haciendo las tareas en su casa, en la ciudad de compras o cualquier otra cosa, no era hora de actividad en el hospital, solo un par de hombre y una mujer con su hijo esperaban sentados. Un hombre alto salió al pasillo, su pelo era rubio y tenía un flequillo uniforme que tapaba un poco sus ojos, los cuales eran oscuros finos, su nariz era fina, al igual que su cara, fina y larga, tenía una gran sonrisa en el rostro, me recordaba a los duendes de los cuentos de Navidad, llamó sonriente al niño, quien corrió hasta él y se lanzó a sus brazos, sin duda un paciente habitual, leí de refilón su identificación: Dr.Kim Him Chan.

Lady fue hasta la muchacha de “recepción”, estuvo hablando con ella, aunque no durante mucho tiempo, dejé de fijarme en mi alrededor y la miré a ella, cuando sus labios pronunciaron la palabra oxidado los ojos de la chica se abrieron como ojos occidentales, cogió el teléfono y comenzó a decir cosas a toda velocidad, le dio un número y me arrastró pasillo adentro, Lady me empujó dentro de una habitación blanca que tenía en la puerta el número del ticket, me sentó en la silla y caminó dando vueltas por la habitación. Entonces su teléfono sonó, lo cogió rápidamente, era John, había pasado algo y la necesitaban ahora mismo, Lady discutió durante un rato, no quería dejarme solo, pero al final tuvo que irse, me dijo que le llamara en cuanto terminara, que no se me ocurriera irme andando, en autobús o con cualquier desconocido, estaba bajo amenaza de muerte.

Cuando Lady se marchó me quedé solo en aquel lugar, miré bien mi alrededor, la sala era blanca son una línea azul que la atravesaba entera, solo había una ventana por la que entraba la luz, pero estaba protegida por barrotes y estaba cerrada, había una camilla en la esquina, enfrente una estantería con medicamentos, pero estaba cerrada con llave, al lado un peso y un medidor de altura, la mesa del doctor estaba al lado de la puerta, parecía una sala perteneciente a pediatría, cuando vi las piruletas y los osos de peluche en la otra esquina….¿cuántos años se creen que tengo?

La puerta se abrió y entró un hombre con una libreta en la mano, me era familiar, cuando alzó la vista de las hojas y vi su rostro, le reconocí inmediatamente, el hermano de Sweet.

-Tú-susurró

-Tú-contesté-Tú eres el hermano de Sweet

-Pero…-bajó la vista y leyó la hoja- ¿tú eres imbécil chiquillo?

-Eh, sin insultar, y no soy ningún chiquillo, tengo 17 años

-Te has rajado con un sofá viejo todo el brazo y solo te echas agua y te lo vendas en papel higiénico en vez de venir inmediatamente

Alcé las cejas para luego arrugarlas un poco mosca, cada uno hablaba de los suyo, me insultaba, y…había fallado algunas expectativas, volví a mirarle mientras se sentaba y leí que en su identificación ponía “Dr.Bang Yong Guk”, ese no era el apellido de Sweet, su apellido era Yoon, vale, entonces no eran hermanos, ¡aquí falla algo cojontras!

-Vale, vamos a relajarnos, yo al menos-suspiró- Zelo ¿verdad?

-No creo que en el informe médico debas poner un apodo que solamente usan las personas con las que trabajo

-Bien visto, entonces, serias tan amable de proporcionármelo

-Choi, Choi Jun Hong

-Perfecto-sonrió, tiene una bella sonrisa que muestra sus sanas encías….Zelo control yourself- Así que tienes 17 años, trabajas en un burdel como chico de “lo que sea” y te has rajado con algo metálico que había en el interior de un sofá viejo, probablemente oxidado

-Y fui tan tonto como para echare agua, vendarme con papel higiénico y olvidarme del corte, écheme la bulla doctor, me la merezco

Él volvió a sonreír, cogió un bolígrafo y comenzó a escribir en la libreta, se levantó y abrió el armario con la llave, sacó dos sobre largos, un bote de plástico y una pequeña envoltura de plástico, pero no vi lo que había dentro, se acercó a mí y se quedó parado.

-Tengo que sacarte sangre por el hecho de que has esperado mucho tiempo y no sabemos cómo ha podido afectarte, además de coser la herida, porque es un buen tajo, y vacunarte. Creo que después de esto no volverás a meter los brazos en un sillón- rió dulcemente

Abrió uno de los cajones de la mesa y sacó una botella verde junto con un botiquín, dejó las cosas sobre la camilla y colocó una silla a cada lado, se sentó en la que estaba pegada a la pared y me llamó con un gesto de la mano, me levanté para sentarme enfrente de él con toda la luz en mi cara. Abrió el botiquín y sacó betadine, mojó un trozo de algodón y cogió mi brazo, lo colocó sobre la camilla y lo giró con cuidado, entonces comenzó a limpiar mi herida con mucha delicadeza, yo quería preguntarle sobre Sweet, pero estaba absortó en su rostro, las expresiones de concentración que dejaba ver…simplemente me hipnotizaba, cuando se dio por satisfecho abrió el bote verde y mojó otro algodón, cubrió toda la zona y esperó a que mi piel lo absorbiera, poco a poco noté como ya no notaba nada, anestesia de esas sin inyección, ¿sería igual de eficaz?

Cogió el envoltorio transparente y sacó una aguja, la ensartó con hilo y la acercó a mi brazo, instintivamente lo aparté, ni hablar, eso no iba a atravesar mi piel, que no, me niego.

-Ah, ya sé, tienes miedo a las agujas-sonrió compasivo

-No-me sonrojé- Solo, no me gustan

-Hagamos algo, tú coges mi brazo, así estiras el tuyo y yo puedo hacer bien mi trabajo, no te va a doler lo prometo, pero dejaré que me aprietes para aguantar las ganas de salir corriendo, ¿trato?

Sabía que tenía que coserme, era necesario, estiré mi brazo y agarré el suyo, era duro, temía que eso le quitara movilidad, pero me di cuenta de que no, acercó la aguja a mi piel y me tocó con ella, pero solo lo sabía porque lo veía, no sentía nada, cerré los ojos con fuerza para no mirar. Quería distraerme con cualquier cosa, así que comencé a cantar mentalmente, canción tras canción iba terminando mi lista de favoritos, pero él no parecía haber acabado, claro, con semejante tajo que me había metido.

-No imaginaba que te gustara que te cosiera-rió

-¿Eh?-musité, abrí los ojos y vi que ya había terminado, él permanecía con el brazo recto por mi agarre, le solté rápidamente- Lo siento, no lo había notado

-No me extraña

Se levantó de la silla para tirar a la papelera los algodones que había manchado, dejó una pinzas y la aguja envueltas en un paño, se lavó las manos y entonces vi que estaban manchadas de sangre, mi sangre, me dieron ganas de vomitar, aunque eso me dio a pensar que tal vez debió usar guantes, aunque supongo que para algo de tan poca importancia….ni que haya sido una operación a lo Anatomía de Grey, caminó hasta mí y volvió a sentarse.

-Ahora voy a sacarte sangre-dijo mientras preparaba la jeringa y el bote- No voy a necesitar mucha, así que solo te pincharé una vez, ¿está bien? Teniendo en cuenta tu mie…que no te gustan, te voy a permitir que vuelvas a meterme mano

-Ah, no lo diga así- me quejé sonrojado- Suena mal

-Uhhhh, tenemos aquí a un muchacho vergonzoso- sonrió- ¿Qué fue del valiente que vi ayer? ¿El que evitó que le manosearan y me mantuvo la mirada directamente?

-Estaba en el trabajo, allí no puedo ser débil, porque si John no está cerca podría acabar violado en el fondo de un callejón oscuro-susurré mordiéndome el labio

-¿Lo han intentado antes?-preguntó pausadamente mientras estiraba su mano para rozar la mía, su mano estaban frías porque acababa de lavárselas, al contrario que las mías, las cuales estaban calientes de vergüenza

-Sí, unas cuantas, pero John siempre estaba cerca como para arrearle una buena somanta palos

-La verdad es que en estos momentos no sé si sentir pena por ti o reírme por tu anticuado vocabulario-intentó bromear con una pequeña sonrisa

-Sáqueme sangre doctor-reí mientras estiraba el brazo y agarraba el suyo

Limpió mi piel y posó la aguja, el metal se hundió en mi piel lentamente, según avanzaba yo aumentaba la fuerza de mi agarre, su pulso no temblaba y había encontrado la vena a la primera sin necesidad de cinta, entonces recordé la primera vez que me sacaron sangre, estaba con mi madre en un hospital del centro de la ciudad, ella sujetaba mi mano y acariciaba mi rostro porque yo lloraba, cuando terminaron me dijo que estaba muy orgullosa de mí y me dio un beso, cerré los ojos ante el recuerdo y una pequeña lágrima se escapó de mis ojos, sentí un dolor agudo y duradero, luego presión y como algo se pegaba a mi piel, unas manos rozaron mi mejilla y borraron mis lágrimas, la piel era suave y ahora estaba templada, me acariciaba con delicadeza y no con brusquedad, sabía que eran sus manos, pero me recordaban a las de mi madre.

-A ti…no solo te dan miedo las agujas ¿verdad?

Abrí los ojos lentamente, parpadeé a mucha velocidad, no para verme lindo, si no para barrer las lágrimas, posé mi mano sobre la de Yongguk y la retiré lentamente de mi rostro, la dejé en la camilla, pero no la solté, ¿por qué? No lo sé.

-Aún me duele, pero ya no hay aguja

-Suele pasar- intentó sonreír, se notaba que no le había gustado que no le contestara, pero él más que nadie debía saber el valor de la intimidad

-Ahora, vas ¿a vacunarme? ¿Más agujas?

-Solo una más y te doy una piruleta-sonrió como si yo fuera un bebé

-Eh, que no soy un crío-me sonrojé- Pero voy a aceptar, me gusta el dulce

Su risa inundó mis oídos, ¿tanta gracia le hacía?, era profunda, bastante grave, más que su voz, lo cual me dio a pensar que seguro que cantando tenía que sonar como en una caverna, observé sus movimientos, como preparaba la jeringa, como la llenaba de líquido amarillento, como limpiaba otra zona de mi piel y hacía gestos extraños para vacunarme bien y que pudiera seguir sujetándole, la aguja atravesó mi piel y se vació en segundos, asomó de mi interior y dejó un punto rojo en su lugar, pequeñas gotitas de sangre escapaban, pero fueron retenidas rápidamente por un algodón guiado por unos dedos finos.

-Listo-sonrió

Le solté rápidamente y noté las arrugas en el brazo de su bata por mi fuerza, el pasó su mano por su brazo y se lo frotó, entonces recordé que tenía las uñas largas.

-¿Te he hecho daño?

-No-sonrió

-Pero…puedo haberte dejado marca

Desabotonó el par de botones que mantenía sujeta su bata, bajó la manga lentamente y asomó su brazo, era fuerte, sin duda hacia ejercicio, sus músculos eran anchos, bien definidos, grandes, pero no eran gigantescos, como los de los culturistas o algo por el estilo, creo que se me está cayendo la baba.

-No hay mar…

Yongguk no terminó la frase, pero ese era el menor de mis pensamientos, mis manos habían viajado hasta su brazo y ahora dibujaban sus músculos con lentitud y recreamiento, sentía su piel ardiendo según pasaban mis dedos, era suave y estaba en tensión, me gustaban, me gustaban sus brazos, en ese momento quería que me abrazara con ellos, uno debía sentirse seguro entre ellos, protegido, sano y salvo, hogareño, es de esos brazos en los que uno quiere vivir. Salí del limbo y alcé los ojos, entonces vi cómo me miraba, no era rabia, ni asco, simplemente impresión y duda, retiré mis manos deprisa y las guardé en mi bolsillo, estaban sudorosas.

-Lo...lo siento. No, no tienes marcas-suspiré sonrojado

-No, no importa- sonrió- De todas formas, si hubieras conseguido dejar marca…pensaría que eres Catwoman

Sonreí avergonzado, agaché la cabeza y miré fijamente mis zapatos, me moría del bochorno, entonces una mano se coló por mi rostro y sujetó mi barbilla, levantó mi cara lentamente y entonces encontré sus ojos, brillaban de una forma extraña, no sabría decir que pensaba, parpadeé un par de veces y vi algo rojo, mi piruleta, alcé la mano lentamente y la cogí, retiré el envoltorio con un mohín, como si me estuviera dando problemas, saqué la lengua y le di un lametón rápido, como su fuera un gatito y luego me la comí de la forma más adorable que pude. ¿Por qué? Ni idea, apenas era un impulso, quería verme adorable y no sé la razón.

-Iré a…a dejar…las…muestras…a… ¡me voy!-tartamudeó nervioso Yongguk sin poder dejar de mirarme, sus ojos brillaban, ¡me veía lindo, seh!

Abrió la puerta y salió huyendo del lugar, me sentía realizado, cogí mi móvil y le envié un mensaje a Lady:

“Me han cosido, sacado sangre y vacunado T_T ahora esperaré a por los resultados ^^ comed bien <3”

Puse empeño en mi piruleta, me senté en la silla y esperé, cinco minutos después Yongguk asomaba por la puerta.

-Tienes… ¿tienes hambre?-sonrió

-Sí

-Me toca el descanso ahora y como tienes que esperar los resultados, he pensado, ¿querrías comer conmigo?

Mi boca se abrió de par en par, y la piruleta, con la que jugaba en mis dientes, cayó, pero mis manos habilidosas la cazaron al momento, claro que para entonces ya había dado la imagen de patoso, sin embargo solo pude ver dulzura en sus ojos, ¿positivo o negativo? ¿Qué más da? Es dulzura.

Asentí lentamente y su sonrisa ensanchó, me levanté y salí de allí, él cerró la puerta tras nosotros y sacó una llave de su bolsillo, caminamos por largos pasillos, entonces abrió una puerta con la llave y vi que era una cocina, entramos y él cogió un mandil, se acercó a la mesa y retiró una silla para indicarme que me sentara, abrió un frigorífico y sacó millones de cosas, las miré atentamente y él preguntó con la mirada si había algo que me disgustara, sonreí ampliamente en respuesta de que no, todo perfecto.

Se metió en los fogones y comenzó a cocinar, admiré con detenimiento sus movimientos, se veía masculino mientras cocinaba, en pocos segundos me encontré babeando un poco, ¡idiota!, pero ¿por qué babeaba? Mmm a mí, me gustan las chicas, él es mayor y yo….no encuentro atractivo al doctor…. ¿o sí? La verdad es que jamás había visto excitante el baile de mis noonas, ni siquiera Sweet y Jolly que solo me sacan un año, podría ser que es porque las conozco, pero el primer día que solo las había visto de pasada.

El vibrar de mi móvil me despertó, saqué el celular y vi que era un mensaje de Lady:

“No me mandes emoticonos con aegyo, mira que te crujo. ¿No vas a comer? ¿Voy a por ti, comemos y luego volvemos por los resultados? Pobre, tanta aguja”

Reí silenciosamente por el mensaje y respondí con un “No u_u Confía en mi”, cerré el móvil y alcé la vista justo para encontrarme a Yongguk acercándose a mí con dos platos de espaguetis, delicioso…los espaguetis no el cocinero…bueno el cocinero también, sonreí agradecido y comenzamos a comer.

-¡DIOS!-se me escapó- Está delicioso

-No te pases, son aceptables

-No, no, no, no, deliciosos, créeme, no me estoy haciendo el educado

-Gracias entonces

Comimos con lentitud, no había conversación alguna, pero no me sentía para nada incómodo, y creo que él tampoco se sentía incómodo, el plato quedó vació en menos de un cuarto de hora, realmente estaba delicioso. Estiró su mano para coger mi brazo pero yo fui más rápido, tomé los platos de ambos y los llevé al fregadero, abrí el agua y comencé a fregarlos, lo único que escuchaba era su risa por mi educación, fregar era lo único que podía hacer después de que el cocinara para mí, sequé los platos y mis manos, trabajo concluido, de repente escuché un pitido y el sacó el móvil de su bolsillo.

-Bueno, parece que los resultados ya están, ¿intrigado?

-Mientras no me vaya a morir, creo que estaré bien

-Más te vale o Lady te matara antes que cualquier otra enfermedad

-Seh-reí- ¿He de suponer que Sweet ha hablado de todos?

-Sí, pero creo que se olvidó de mencionar que había un bebé en el lugar

-¿Hablas de mí?-reí haciendo aegyo

Su risa inundó mis oídos, me gustaba, me encantaba su risa sin duda alguna, era hermosa y seductora, abrió la puerta y salimos de las cocinas, cerró con llave y volvimos a la sala, allí había un sobre con lo que supuse que eran mis resultados, los leyó detenidamente, otra vez ese rostro de análisis y concentración, también me gustaba.

-Sano como las manzanas, date palmaditas de alivio

-No esperaba otra cosa-sonreí

-Ahora, ¿tienes que ir a trabajar?

-Sin duda debería, llamaré a Lady

-No, no hace falta, yo, yo puedo llevarte-se ofreció

-Eh, pero, solo he visto otro doctor aparte de usted

-No me trates de usted, por favor. No importa, puedo llevarte

-Mmm está bien, se….Yongguk

-¿Se te iba a escapar un señor?-me acusó

-No-mentí sonrojado

Cogió las llaves del coche que estaban en unos de los cajones, salimos del hospital y apretó el mando que abría el auto, era un viejo todo terreno, manchado de barro y con la pintura caída, desde luego tampoco había cumplido mis expectativas con el coche, me subí a la misma vez que él, encendió el motor y maniobró para sacarlo del aparcamiento, sin duda tenía una forma varonil de conducir, me gustaba.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Claro, aunque ya la has hecho

-Su apellido es Bang pero el de Sweet es Yoon

-Claro, puesto que no somos hermanos no compartimos apellidos

-Entonces ¿por qué dice que es su hermano?

-Bueno, nos hemos criado juntos, nuestras madres eran mejores amigas y cuando yo perdí a la mía, la suya me acogió en su casa, aunque no lo necesitaba porque ya era casi mayor de edad, pero lo hizo y se convirtió en mi madre

-Ah, lo siento, perder a una madre no es nada bueno o ligero- suspiré mientras dejaba de mirarle

-Tus ojos ahora mismo me recuerdan a los míos, dime algo Zelo, ¿eres…eres huérfano?

-De padre y madre-musité mientras secaba mis lágrimas

-Lo siento, ¿puedo preguntar cómo?

-Puede que otro día- intenté sonreír

-Claro, lo comprendo

Llegamos al trabajo y justo en ese momento Lady salía del edificio, mierda, la bronca que me va a caer, bajé del coche y corrí a su encuentro, su ceño estaba fruncido, sin duda estaba enfadada.

-Choi Jun Hong, ¿Cuántas veces te he dicho que no te montes en el coche con desconocidos?

-No es ningún desconocido, es Bang Yong Guk, el hermano de Sweet

-Está bien-suspiró mientras me cogía en un abrazo- ¿Algo?

-No, estoy más sano que el agua del monte

-Gracias por las molestias

-Ninguna señorita, cuídese de su embarazo

-¡LE CONTASTE¡- me acusó Lady con enfado

-No, yo no le dije nada

-Disculpe si dije algo que no debía, él no me contó nada, pero como médico de profesión, reconocer a una embarazada es lo mínimo que debo saber hacer

-Bien, enhorabuena, es usted observador

-Creo que debería irme-sonrió forzado- Adiós JunHong, no vuelvas a cortarte, me siento muy mal cosiéndote si me pones cara de terror

-Perdón

Se montó en el coche y le despedí con la mano junto a una enorme sonrisa, de repente bajó la ventanilla y se asomó.

-No sonrías, te ves dulce y estropeas la imagen

-Merong (sonido que usan los coreanos para referirse a que sacan la lengua)

Se alejó con una gran sonrisa, dejando una aún más grande en mi rostro, que bobo era, desde luego me había desarmado, no era lo que yo había pensado.

 

Notas finales:

No lo he corregido, acabo de teminarlo y estoy cansada, no me juzgueis

U-u


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