Minseok sabe que será la última vez, esta vez algo se lo confirma de forma diferente a las anteriores.
Nadie parece ya creerlo, excepto quizás Yixing, pero además de él es como si a nadie le afectara de verdad. La mujer sigue abotonando el cuello de su camisa mientras Minseok termina con la chaqueta, no puede quitar una pequeña muestra de disgusto en el rostro; odia esta parte del concierto, ya no es divertida. Ni siquiera para Jongdae (que era el que más reía en los primeros ensayos) y sin embargo tienen que terminar con los conciertos y batir una Coca-Cola en el aire mientras usan una ropa parecida a la que usaría el hijo del fantasma de la ópera en el barroco. Una de las encargadas del vestuario termina con el cuello en lugar de la que partió, sin embargo se toma unos segundos extra para arreglar una esquina nuevamente para que no interfiera con los cables del micrófono. A Luhan le hacen lo mismo, pero con un poco más de cuidado, o al menos le permiten quedarse sentado con una mano en la nuca, a ver si eso calma un poco el dolor. Desde su lugar, Minseok alcanza a decodificar de la boca de Yixing un "deberías descansar" que Luhan responde con una mirada afilada, como frustrado porque si de él dependiese estaría descansando en su hogar, acostado con una taza de aguas medicinales hirviendo (, quejándose de no poder estar en el escenario pero sabiendo que eso es lo mejor).
Alguien grita que ya es momento y al menos Joonmyun está riendo por el vídeo que ya está terminando en el escenario. La formación la han hecho tantas veces que bastan un par de "permisos" para que todos queden donde deben estar, en la posición correcta y con la expresión fingida que conocen de memoria. Minseok se sale del protocolo al estirar un brazo para tocar el de Luhan. Tan pronto el último lo mira con una media sonrisa, Minseok intenta expresar solo con la mirada su preocupación. Luhan modula un "está bien" que ninguno cree, sin embargo Minseok le deja ir.
El acto pasa lento, no importa que estén todos haciendo los pasos igual que otras veces, todo pasa lento en la cabeza de Minseok, es como si entro de su cuerpo todo se viviera desfasado por un instante: el instante necesario para constatar que Luhan está, en realidad, bien.
Tan pronto el sonido de Gee comienza a sonar a través de los parlantes Minseok siente que algo tiembla dentro de él, no es como cuando las piernas tiritan de nervios, no es como cuando el corazón se acelera en el primer beso y sin embargo es una mezcla de las dos. Algo se rompe, algo sale de su lugar y no puede volver cuando su cerebro reconoce que Luhan también está intentado frenar una sensación parecida; la confirmación de que esta podría ser la última vez.
Son unas máquinas, todos estos años les han entrenado para eso, clases de inglés para mantenerse a los cambios culturales al menos un poco, sesiones de baile para no fallar y aprender coreografía en un día, lecciones de vocalización para mantener el tono perfecto, horas de actuación para no ser como tú si no como necesitan que seas. Así que Minseok sigue siendo una máquina y baila y sonríe y abre la boca en sorpresa y aprieta la almohada en forma de corazón contra su pecho, pero algo dentro sigue estando fuera de lugar, porque ni todas las lecciones del mundo pueden hacer que un humano deje de ser un humano y los humanos sufren de forma asfixiante y lenta. Kyungsoo le toma de la ropa y de pronto todo es demasiado rápido.
La sonrisa que se le escapa al mayor del escenario no es porque esté nervioso (aunque sí lo está) sino porque de pronto recuerda el tiempo en que se quejaba porque había un chico chino en entrenamiento junto a él que le miraba de forma extraña; "¿por qué me tiene que mirar así, uh?" le había dicho a uno de sus compañeros. Tiempo después: cuando los dos ya eran amigos, Minseok había descubierto en alguna parte de su cuerpo cierta decepción, porque Luhan miraba con detenimiento a todo aquel que le parecía agradable y él quería ser el único que pudiese decirse dueño de esa manera especial de observar que tenía Luhan.
La sonrisa que tiembla en la comisura de los labios del mayor no es porque esto sea incómodo, es porque comienza a recordar cuando Luhan le dijo que le amaba por primera vez. Fue estúpido, fue por un postre de algo que ya ni siquiera recuerda, pero cuando Luhan lo tomó y dijo en un coreano roto "Mingson es el mejor, te amo, ¿lo sabes?" fue diferente a las veces anteriores que lo había dicho, no sonó igual a la forma en que Luhan lo decía al resto del mundo, ese "te amo" era para Minseok y solo para él. Nadie se lo podría quitar, porque tenía escondido tantas cosas que le dio miedo.
Minseok no recuerda todo en su totalidad, porque es demasiado, pero pequeños trozos de las cosas que han vivido uno al lado del otro le pasan por la cabeza con tanta rapidez que apenas alcanza a procesar algunas, y se odia a sí mismo, porque esta es la última vez que se le va a revolver el estómago por tener su boca demasiado cerca de la de Luhan y nunca le dijo "te amo también" como corresponde, si apenas le apretó la mano de vuelta. Minseok se odia y odia al humano de sonrisa contagiosa que está en frente de él porque no ha tenido tiempo suficiente; no han tenido tiempo suficiente.
La risa de Joonmyun suena de nuevo, porque los acaban de juntar más.
Los recuerdos siguen pasando.
Luhan parece que va a cerrar los ojos.
Jongdae está riendo con esa risa de gato risón que Minseok adora.
El público grita y los flashes suenan un poco más fuerte.
Los recuerdos siguen allí y Minseok los quiere callar.
Es por costumbre, Minseok no va a aceptar que es porque le encanta, es por pura costumbre que el mayor toma el rostro del otro y lo empuja contra el propio. Y Luhan esta vez no parece tan renuente. Y no se besan, pero la cercanía es tanta que es como si sus suspiros lo hicieran y es suficiente.
Minseok acaba de decir "Sí, también te amo, no como amigo, no como amante, pero te puedes ir sabiendo que no te voy a olvidar".
De pronto la coreografía tiene que seguir, recibe un golpe de alguna parte del escenario y cree que fue Kyungsoo, pero no dice nada, no hay tiempo para decir nada, solo sigue correteando por aquí y por allá, mira como el resto sigue con la actuación y antes de correr a cambiarse el vestuario de nuevo alcanza a tomar la manda de Luhan y le dice “Yo también lo hago, ¿sabes?”.
Luhan sonríe, porque entiende.