Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un gran día por aleii

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Buenoooooo esto es algun super duper especial

es un one shot sobre el final de una relación entre dos hermanos

en este caso "famosos". 

¡¡¡Tom y Bill Kaulitz!!!

se que esto debería estar en alguna página de fans o eso

pero espero que alguien de por aqui los conozca y sepa de esto. 

(Por cierto, yo AMOOOOOOO con todo mi corazón a esta banda)

Notas del capitulo:

Buenooo como dije, si no sabes quién es tokio hotel, pues

no sabras quién es Bill y Tom, pero igual puedes pasar a leerlo aunque

seguramente no entenderas de que trata.

Ahora, si por otro lado, alguien conoce esta banda, seguro entendera

de que va la historia.

Y bueno, si tienen alguna duda del fic, aqui les dejo mi correo:

alecruz_ypz@hotmail.com

Espero que haya por aqui algun amante del estos nenes hermosos

Sus manos se movían sobre el lomo del perro. "Pumba", decía con cariño, sonriendole a aquella carita arrugada que comenzaba a ladrar. Me parecía entrañable aquel lazo que unía a Bill con el perro, incluso me hacía recordar lo que habíamos tendido los dos, tiempo atrás.
-¿Quieres acariciarlo?-preguntó el rubio, percatandose de mi mirada
Moví la cabeza, negando.
-¿Seguro?-insistío, tomando al cachorro entre sus brazos, levantandolo del suelo.
-Solo un poco-murmuré, acariciando la suave cabeza de Pumba, mientras este sacaba la lengua, babeando un poco; luciendo como si estuviera sonriendo
-Tom...-susurró de pronto Bill, desviando mi atención hacía él
-Se nota que esta demasido chiquiado-dije, interrumpiendolo. Podía adivinar lo que estaba por decir, lo que pensaba, lo que había estado guardando dentro de él por tanto tiempo. Lo sabía, por que yo sentía lo mismo. Solo que había preferido ahorrarme las palabras. 
Al final, tanto decir, tantas promesas, no servían para nada. 
-Creo que hoy saldré con Ria-añadí, sin darle tiempo-no sé si llegué en la noche, así que no me esperes
Sus ojos me mirabann con anhelo y desesperación. Lo entendía. Comprendía la manera como se sentía. Aquella sensación de hundimiento...
Sonreí
-Tú también deberías salir, divertirte por ahí
Por un momento, esperé que de sus labios salera alguna frase del pasado: "sin ti es imposible divertirme", o "prefiero quedarme solo a tu lado", pero en vez de eso, él, al igual que yo, sonrió
-Tienes razón, eso haré
Bill ya estaba demasiado cansado de esperar, de refugiarse en la soledad, y aguardar a que las cosas se solucionara. El peso de arreglar nuestra relación había recaído por completo en mí, y me había superado. Mi orgullo, mi hombria, mi necesidad de hacer sufrir a mi gemelo y mi "yo puedo más", terminaron ganandonos. 
Al final, fue demasiado tarde como para poder decir, te perdono.
-Entonces... supongo que... nos vemos luego-dijé, retirando la mirada de su rostro.
Ya no me parecía increíble estar separado de él por tanto tiempo. Antes, estar lejos de Bill por un par de horas era algo impensable, siempre nos manteníamos en contacto; pero ahora, podían pasar días, e incluso semanas, sin que nos vieramos. Cada uno tenía su propia vida. Por separado. 
-Supongo-murmuró, encongiendose de hombros. 
Había veces en las que pensaba que ya le daba igual. Y sentía miedo. Un terrible miedo de que todo aquello que habíamos tenido alguna vez, de verdad se hubiera perdido y que jamás, lo pudieramos recuperar. 
Veía esos días juntos como algo tan inalcanzable, tan lejano e imposible. Que sentía terror de que ya no volvieran nunca más. De que en realidad, Bill y yo ya no eramos más que dos hermanos.
Por un segundo, al ver su rostro cansado, exhausto, e incluso resignado, quisé detener todo. 
Acercarme hasta él. Tomar su mano entre las mías y besarlo. Olvidarnos de todo y todos, del mundo entero. Encerrarme en aquella burbuja, a su lado, sin importar nada más. Solo nosotros dos.
-Bill...-lo llamé, sintiendo la necesidad de recuperar todo lo perdido
Su rostro se alzó, sorprendido, al notar la indudable necesidad y tristeza que se reflajaba en mi voz, cuando un suave tono llenó la habitación. Su celular. Por un momento pareció dudar.
-Yo...-el rubio miró con angustía aquel aparato que se negaba a dejar de sonar. 
Fue como si en aquel momento se resumiera nuestra relación.
-Vamos, contesta-dije, con una sonrísa-ya hablaremos más tarde
-Pero...
-Es Alex ¿no?
Su rostro lo decía todo
-Contestale, no pasa nada-dije, e insistí con la sonrisa. 
Antes, Bill hubiera notado lo falsa que esta era, pero como ya había mencionado, las cosas entre nosotros habían cambiado. Ya no había conexión. Ya no había lazo que nos superara. 
Él ya no necesitaba de mi. Incluso en aquel dolor que aún seguía ahí, golpeandonos como unas grandes y terribles olas, ambos habíamos logrado continuar.
-¿Seguro?-preguntó, pero sus manos ya se encontraban sobre el celular. Ya no sonaba, pero Bill continuaba preocupado por aquella llamada.
Al verlo así, tan fuerte, tan seguro, ya sin aquella vulnerabilidad que lo había caracterizado años atrás, me daba cuenta que quizás, nuestra relación había existido solo por una razón.
Para ayudarnos a ser mejores personas. Y convertirnos en lo que eramos ahora. 
Posiblemente hubiera terminado antes de lo que habíamos pensado. El engaño de parte de Bill solo había sido una excusa al final de cuentas. 
De igual forma, nunca dejaríamos de ser hermanos. Siempre estaríamos juntos de algun modo, solo que de una forma diferente.
-No importa, Alex puede esperar
-Yo ya me iba, en realidad voy retrasado-afirmé, tomando mis llaves del comedor, además de dinero y mi sudadera-espero que hoy no llueva
Ambos nos miramos desde lejos, a una distancia prudente. 
Sonreíamos. 
-¿Vamos a estar bien?-preguntó Bill
Afirmé
-Siempre
 
Afuera, el día era soleado. Al cerrarse la puerta a mis espaldas, alcancé a escuchar la alegré voz de Bill, acompañada de su risa. Él ya no estaba solo, ya no necesitaba refugiarse solo en mí. Y eso me hacía feliz. 
Mi gemelo estaría bien. 
"Ria, te invito a comer a....", comencé a escribir en un mensaje. 
Yo igual estaría bien. Sin importar a donde nos llevaran nuestros caminos. Mientras tuviera conmigo todos aquellos recuerdos, aquellos sueños a futuro, aquellas promesas, aquellas caricias, aquellos besos, aquellas lágrimas y risas. Todo lo que había compartido con Bill siempre sería invaluable. Y nunca amaría a nadie como lo había amado a él.
Pero esperaba llenar mi vida con muchos más recuerdos. Y algun día, alguno superaría esos días con el rubio. 
Entonces, por fin, podría olvidarlo.

 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).