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Don't Go por Kang Hyun Soo

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Notas del capitulo:

Bueno... no puedo explicar lo que siento... este cap es un poco... emm... bueno no se... solo lean... espero que les guste... ^^


¡A Leer!

Todos habíamos dejado el mensaje de felicitaciones para Chan Yeol aquella mañana. Desayunamos en silencio, nadie mencionaba nada acerca de los planes del día y actuábamos como siempre, como si ese fuera otro día más de nuestra rutinaria vida. Las furgonetas estaban listas, asi que cada uno subió a la que le correspondía.


Bajamos en Garosugil y nos dividimos tal y como lo habíamos establecido previamente. El gigante de Yeollie no tenía ni idea de lo que vendría despues.


Acabamos nuestras compras, muy pocos sabíamos del obsequio de uno y de otro, solo estábamos a la expectativa de la reacción de Chan Yeol, un momento decepcionante, frustrante y divertido para todos debo admitir. 


Cantamos feliz cumpleaños, repartimos el pastel y las grabaciones acabaron, pero aun queríamos seguir celebrando, era un momento muy importante para la vida de uno de nosotros. Cumplir años no es algo que pase todos los días.


Reunidos en los dormitorios, preparamos una cena para Channie, alcohol, risas, música y todo lo que una mini fiesta implica. Estábamos en la sala con nuestros vasos llenos y algunos aperitivos, Chan Yeol estaba más que feliz aun con su pijama puesta haciendo chistes malos y raros como solo él sabe hacerlos pero eso nos alegraba en sobre manera. Finalmente luego de tanto estrés podíamos compartir un momento para nosotros, pero a pesar de que estábamos allí reunidos, Lay y Kris no estaban.


Relata Kris


Estaba en mi habitación cambiándome de ropa por algo más ligero y mientras ponía mi suéter azul sobre mi camiseta blanca de cuello V la puerta se abrió. Pensaba que se trataba de Tao, asi que me gire para sonreírle y pedirle que me trajera un poco de soju, pero no era precisamente Tao quien estaba frente a mis ojos.


Yixing, tenía las mejillas en un tono carmesí por el alcohol y debo admitir que se veia hermoso, a pesar de sus ojos dilatados. Me observo de arriba abajo, apretó sus labios y suspiro.


–Si estas evitándome para darme una lección, quiero decirte que ya la aprendí.


– ¿Qué? –no entendí nada de lo que estaba diciendo, por los grados de alcohol en su cuerpo hablaba en chino y coreano al mismo tiempo. Definitivamente ese chico era único–.


–Eres un ser repugnante, ¿por qué me tratas asi? –apreté mis manos en puño. ¿De verdad me estaba preguntando eso?–.


– ¿Ya no lo recuerdas? 


–Reconozco que fue una estupidez de mi parte besar a Suho hyung. 


–Oh –rodé mis ojos–.


–Pero estas siendo demasiado cruel, tú no eres una mala persona hyung.


–Estas siendo muy infantil ahora, no puedo hablar contigo en ese estado. 


–Me hablas con frialdad pero ¿por qué no puedo sentirlo? –Comenzó acercarse–, tu corazón aun me ama, tanto como yo a ti. Porque si, te amo y no me cansare de decirlo, y no tienes idea de lo mucho que detesto verte con Tao –tomo mi mano y la puso sobre su pecho permitiéndome sentir su agitado corazón–. Solo tú haces que lata de esta manera.


–Lay… 


–Hyung déjame terminar –asentí–. Yo no quiero a Suho, todo aquello fue un error estúpido de mi parte y me odio por eso –lagrimas comenzaron a salir de sus ojos–, sino te tengo a mi lado el mundo es una carga para mis hombros, no tengo fuerzas para bailar –me abrazo por la cintura con fuerza y yo le correspondí, no podía evitarlo, ver a Lay llorando no era exactamente algo que me agradara–. Todos estos años tú has estado a mi lado, no tenemos que dejar que acabe lo que tenemos por una confusión mía ¿cierto? Porque no podría soportar ya no tenerte a mi lado, no podría.


–No voy a dejarte –bese su coronilla y él me aprisiono aún más–.


–Hyung estaremos juntos siempre, hasta el final de nuestros días –Aun recuerda mis palabras, eso hizo estremecer mi corazón. Sus lágrimas cesaron pero ahora era yo quien tenía los ojos humedecidos. No podía mentirme yo también lo amaba, a pesar de lo que había ocurrido lo amaba, lo amaba como a nadie, como nunca antes había amado–. Tú lo dijiste aquella noche, lo dijiste, y aun confió en esas palabras.


–Te amo Lay, te amo demasiado. 


–Hyung –alzo su rostro. Puse mis manos en su cuello y mejillas acercándome a sus labios, y él instintivamente cerro sus ojos. Lo bese, lo bese lenta y tiernamente. Sus manos en mi cintura hacían presión tanto como sus labios–.


Lay me suplicaba entre caricias que lo tocara, yo lo deseaba tanto como él pero no podía, aun no, asi que continúe besándolo, eso era más que suficiente para mí –o al menos es lo que intentaba creer–, pero de a poco aquellos castos y delicados besos fueron tomando más fuerza, mas pasión e intensidad, mientras susurraba de vez en vez sobre sus labios cuanto lo amaba y él respondía con un "Yo también te amo".


Me acerco más a su cuerpo y comenzó a moverse en dirección a la cama cortando aquel beso que me hizo gemir disgustado, pero no hubo tiempo para reclamos o muecas Yixing me empujo contra el colchón haciendo que rebotara un par de veces para luego subirse a mis caderas, mientras sonreía con picardía. Y ese "aun no" que me había planteado antes desapareció justo en el instante en que Lay comenzó a moverse haciendo fricción entre nuestros miembros sensualmente prácticamente como si bailara sobre mí.


Tomo mis manos y las puso a los lados de mi cabeza entrelazando nuestros dedos para luego besarme con fuerza, luchamos por el dominio con nuestras lenguas, mientras él seguía moviéndose cada vez más y más rápido. Me gusta cuando tomaba el control de las cosas. Un gemido salió de mis labios justo en el momento en que Lay toco el lóbulo de mi oreja con su lengua, lo sujete y gire, ahora era yo quien tenía el control.


Comencé a deshacerme de su ropa pero Yixing me detuvo cuando sacaba el botón de su pantalón negando con la cabeza. No comprendía lo que hacía, ¿qué clase de juego era este? Me baje de su cuerpo y me acosté a su lado. Respire profundo y cerré mis ojos con fuerza tratando de calmar mi exceso de excitación pero mi erección dolía y palpitaba debajo de estos ajustados pantalones negros. Niño tonto, tonto.


Finalmente me senté en el borde de la cama dispuesto a levantarme para deshacerme de mi erección en el baño pero Lay sujeto mi brazo y beso mi mejilla. ¿Qué diablos le sucedía?


–No quiero estar contigo en este estado –Lo observe–. Me refiero a que disfruto más el sexo contigo cuando estoy consciente y no a punto de caer en coma etílico –suspire–, pero eso no significa que no sea yo quien baje esa erección de tu miembro –ese tono seductor me encendió aún más y sujetándolo de los brazos volví acostarlo mientras él sonreía–. Me gusta más, cuando soy yo quien domina la situación.


–Estás hablando demasiado –agregue entre molesto y divertido. Abrió sus ojos como platos y en un movimiento brusco volvió a posicionarse sobre mí. Deshaciendo mis pantalones y bóxer sin una pizca de dulzura. ¿Dónde estaba el Lay pasivo?–.


Tomo mi miembro de la base y me observo con una sonrisa maliciosa, y ojos dilatados. Una lamida a mi punta y los gemidos salieron disparados de mi boca. Lay comenzó a succionar lentamente mi miembro, ahuecando sus mejillas para darle más profundidad a lo que hacía, jugando con mis testículos, tocando ese punto sensible entre ellos, haciendo que gimiera aún más fuerte.


En este instante agradezco el alto volumen de la música que los chicos tienen afuera. Un camino de besos húmedos desde la base hasta la punta y Lay volvió a introducir mi hombría en su boca, aumentando los movimientos, subiendo y bajando rápidamente, haciendo presión con sus labios en mi punta, mientras mis caderas se movían por inercia propia.


Amaba la forma en que Lay me hacía sentir, cerré mis ojos con fuerza, estaba a punto de llegar al orgasmo. Apreté la sabana bajo mis manos y dedos, un gemido ronco y acabe en la boca de mi novio. Se alejó de mí con lentitud y de forma erótica observo fijamente mis ojos, mientras tragaba mi esencia. Ese chiquillo era una caja de sorpresas. Se acercó a mí nuevamente y me beso con desenfrenada pasión para luego alejarse por completo.


–Debo encargarme de esto –señalo el bulto de su pantalón y lo sujete de su mano derecha tirándolo contra el colchón nuevamente, acerque mi rostro al su oreja y lamí el lóbulo de esta para susurrar–.


–Yo puedo encargarme de eso. 


Fin del Relato de Kris

Notas finales:

XOXO... Gracias por sus lecturas *-* realmente lo aprecio...


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