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Don't Go por Kang Hyun Soo

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Notas del capitulo:

Hola mis hermosas nenas.. Disculpen la demora... Tuve un Menboong y bueno... pero ya estoy de regreso con New Cap. Espero les guste.

¡A Leer!

En un intento estúpido por huir, soy descubierto justo en el momento en que mis pies se enredan y caigo de rodillas al suelo sosteniendo mi cuerpo con las manos para evitar estrellar mi cara también. Baekhyun me observa con ojos bien abiertos y ríe por lo estúpido que debo verme ahora.


– ¿Galaxy?, ¿te empujaron del cielo?


– Claro, ¿qué no ves? Soy demasiado hermoso, mi belleza opaca a los demás ángeles.


Me levanto sacudiendo mis rodillas y planchando mi ropa mientras Baekhyun ríe y camina delante de mí. Abriendo la puerta de la sala y señalándome con su brazo que entre primero. Ruedo los ojos y le doy un golpecito en la frente con mi dedo medio. Se queja y lo abandono para correr del pequeño demonio que ahora desea matarme y termino chocando con el atravesado de Luhan.


Observo el suelo donde Luhan esta tirado, maldiciendo en chino. Le ayudo a levantar y refunfuña negando con la cabeza, haciendo pucheros como un niño hasta que Sehun lo levanta y se lo lleva fuera de la sala.


Fin del Relato de Kris


– ¿Estas bien? –pregunta Sehun a mi lado abrazándome por los hombros.


– No. No estoy bien. ¿Te parece como si estuviera bien?


– Wow, bájale dos a tu humor. ¿Qué te pasa?


– Pasa que llevo una semana sin tener SEXO contigo y me estoy volviendo loco.


Sehun se burla en mi cara como si acabara de contarle un chiste y lo empujo alejándolo de mi cuerpo para echar a correr. Me oculto dentro de uno de los cubículos del baño, sentándome sobre la tapa del inodoro con mis piernas pegadas a mi pecho. No estoy sollozando, por si se lo preguntan. Estoy enojado, muy enojado porque mi novio no se ha dignado a buscar mi cuerpo. Como si no le importara sentirme.


– Sal del maldito cubículo ahora mismo Lu Han –grita Sehun parado frente a la puerta. Puedo ver sus tenis bajo la hendija–. Tu dijiste que no querías una relación basada en lo sexual y estas actuando de esta forma.


– Toda pareja necesita de relaciones íntimas hoy en día. Y si no quieres que tu novio se vaya con otro al menos una vez a la semana deben estar juntos. –Grito del otro lado, exasperado con el ceño fruncido.


– ¿Quieres tener sexo conmigo ahora? Entonces sal del maldito cubículo y muéstrate.


Sonrió triunfante y quito el seguro de la puerta, Sehun se mueve para dejar espacio y me observa con ojos furiosos, empuja la puerta provocando que choque con la otra y toma mi muñeca pegándome a su cuerpo y me besa con brusquedad rompiendo mis labios. Me empuja sobre el lavado, pegando mi pecho sobre la cerámica y me baja los pantalones junto a la ropa interior.


Observo su reflejo en el espejo y parece un fiera hambrienta. Sehun deja caer sus vestiduras inferiores hasta los tobillos y se pone sobre mi espalda provocando que su erección choque con mis nalga, muerde el lóbulo de mi oreja y lo lame, susurrando–: ¿Esto es lo que querías no? entonces ódiame porque va a doler como el infierno mismo.


Besa mi mejilla y se levanta una vez más y me penetra con fuerza, de lleno y sin preparación. Un grito agudo y amargo se escapa de mis labios, comienzo a moverme con brutalidad para intentar que el dolor pase y él me sigue. Una vez más pega su pecho a mi espalda sujetando mis caderas. Giro un poco mi cabeza y él se acerca, nos besamos.


Muerde mi labio inferior y se incorpora, toma mi abandonada hombría bajo la superficie del lavado y comienza a mover su mano con brutalidad y fuerza, mientras sale y entra en mi interior una vez más. Nuestras pieles chocan emitiendo un sonido tan alto que hace eco en el interior del baño opacando mis gemidos y los suyos.


Me corro en su mano y contraigo las paredes de mi entrada provocando que Sehun gruña y se libere al instante. Controlamos nuestra respiración y sale de mi interior, levanta su ropa y se la pone. Lo imito. El Sehun que esta tarde estuvo conmigo no era el mismo que conozco.


Me mira una vez más con eso oscuros y profundos ojos llenos de ira, sonríe con ironía y sale del cuarto de baño dejándome solo. Su acto y actitud me han descolocado a tal punto que mi pecho se contrae y siento un dolor severo que comienza a carcomerme. Es como si un puñal me atravesara el corazón. El mundo me da vueltas, voy a desplomarme sobre el suelo en cualquier momento. Sujeto con fuerza el borde del lavado e inhalo profundo pero no sirve de nada. Veo todo negro ahora, muy, muy negro.


*****


La luz me ciega apenas abro los ojos, es esa luz fluorescente que solo hay en hospitales y clínicas, molesta y penetrante. Observo mi cuerpo, llevo puesta un pijama de paciente y el dorso de mi mano tiene un catéter ajustado a ella. Vuelvo mi vista a los alrededores. En efecto, estoy en la habitación de un hospital.


Aun es de día porque las persianas están abiertas y me dejan ver el cielo, junto a mi hay una pequeña mesa con un ramo de flores silvestres, que impregnan en la habitación el típico aroma de muerto. Como odio ese olor. Suspiro. Vuelvo mi vista a otro lado.


Suho está sentado sobre el mueble junto a Kris, al otro lado esta Yixing con Minseok y Chen. Del resto de los miembros no hay rastros. Pero a mí no me interesa el resto de los miembros o los chicos presentes en la habitación, a mí me interesan Sehun. ¿Dónde está Sehun?


Relata Sehun


Estoy en la planta baja del hospital, específicamente en la acera de afuera observando una y otra vez la entrada. No quiero entrar. Luhan y yo nunca hemos tenido una discusión pero ahora todo es diferente. Obligarme a estar con él. Yo iba a estar con él esta noche, tenía todo planeado iba a ser una velada sobre la terraza, en una noche fría, un picnic. Algo tonto lo sé pero yo lo amo y quería hacer algo romántico y especial para él porque… bueno, habíamos pasado una semana sin estar juntos.


El sexo oral matutino no es malo pero no sacia las necesidades de todo hombre. Baekhyun llega con Tao y me observa.


– ¿Por qué no entras? –pregunta Tao.


– Estoy molesto.


– No discutan por una estupidez sin sentido, deben aprovechar ahora despues puede que sea demasiado tarde –dice Baekhyun en tono triste y ruedo los ojos.


¿Por qué su actitud mártir cuando todo fue su culpa?


Cierro los ojos e inhalo; me adelanto y subo al ascensor, dejando que las puertas se cierren cuando ellos se acercan. Una actitud bastante odiosa pero no estoy de ánimos para ese par. Entro en la habitación de Luhan, él está sentado con la espalda pegada a la cabecera mientras Minseok intenta por todos los medios hacer que se coma la asquerosa comida de los hospitales.


Me observan y Kris se levanta del sofá anunciando que lo mejor es dejarnos solo. Minseok deja la sopa sobre la bandeja y se marcha, es el último en hacerlo. Luhan agacha la cabeza y juega con sus manos sobre sus piernas, extendidas y cubiertas por la sabana.


– Lo siento –dice–. No pensé que las cosas pasarían asi.


– Es mi culpa, te trate muy mal. Lo siento.


– Sehun, si no querías hacerlo debiste decirlo –la comisura de los labios le tiembla y me espanto porque quizá he sido demasiado cruel–. Yo… hubiera entendido. –solloza.


Este es la parte donde el cargo de consciencia me alberga y lo abrazo con fuerza pegándolo a mi pecho, sintiendo como sus brazos se aferran a mi cintura y solloza con más fuerza, haciéndome sentir aún más culpable.


– No volveré a pedirte nada.


– No, cállate.


– No voy hacer nada que te irrite lo juro.


– Luhan no digas tonterías.


– Fue mi culpa, lo fue.


– Maldita se no fue tu culpa –lo alejo tomándolo de los hombros–. Fui yo quien se comportó como un infeliz y… te lastimo.


Luhan toma el cuello de mi chaqueta y tira de mí uniendo sus labios con los míos. Nos distanciamos en una fracción de segundos y susurra.


– Me gusto.


– ¿Qué?


– Me gusto que fueras rudo.


– ¡Luhan!


– Una pequeña actuación para que te dieras cuenta de lo idiota que fuiste.


Me levanto con brusquedad y comienza a reír a carcajadas con esa risa suya característica, vergonzosa y escandalosa. No puedo evitarlo, también es contagiosa y acabo riendo con él, volviendo a sentarme.


Fin del Relato de Sehun


La noche cae sobre Seúl y con ella la luz de la luna iluminando los cielos. Aún estamos en el hospital, Suho está pagando los gastos junto al manager mientras los esperamos a las fueras del edificio opaco y desgastado. Sehun está sujeto a mi mano con fuerza, mientras el resto de los miembros parlotea y ríe a nuestro lado.


Hay un minuto de silencio y mis ojos se fijan en los rostros de cada uno de ellos, a veces me veo en la obligación de contarlos y analizar que no falte ninguno pero esta noche mis cuentas no están mal, faltan dos de los miembros. Vuelvo a contar por si los pase por alto y la cuenta queda igual. Somos diez, once con el manager y doce con el chofer de la segunda camioneta. Miro a Sehun de reojo y éste me corresponde.


– Sehunnie~


– Hmm…


– ¿Dónde están Kai y Kyungsoo?


Relata Kyungsoo


Eran las ocho cuando me levante y los chicos seguían ausentes. Ahora son las nueves y he recibido un aviso de Suho explicando que se retrasarían puesto que iban a cenar y traerían algo para nosotros a su regreso. Créanme no entiendo que quiere decir cuando se refiere a nosotros pues en mi opinión estoy solo. No escucho ruido fuera de mi habitación lo que indica que no están Baekhyun, Chanyeol o Chen por aquí.


Los más tranquilos somos Minseok, Kai (a veces), Lay y yo, pero desde mi perspectiva, Minseok es un chicle pegado en el zapato de Chen y Lay es la sombra de Kris. ¡Oh por Dios!, estoy solo con Kai. Tierra trágame ahora por lo que más quieras. Un par de toquecitos leves se escuchan del otro lado de la puerta y me sobresalto.


No es que le tenga miedo a Kai, es solo que desde aquella noche no he podido sacármelo de la cabeza. Su escultural cuerpo, sus labios amoldados perfectamente a los míos, sus ásperas manos tocan mi cuerpo, su aliento en mi cuello. Suspiro. A quien engaño, ese hombre me gusta mucho.


– Hyung ¿puedo pasar?


Observo la puerta y bajo de la cama, descalzo con un oso de peluche en mi brazo derecho. Tomo el pomo, lo pienso un par de veces y finalmente giro de él y lo dejo entrar.


– No te desperté ¿verdad? –Niego con la cabeza y vuelvo a la cama, recargando mi espalda en la cabecera con mis piernas pegadas a mi pecho mientras juego con el peluche– ¿Estas bien?


– Hmm…


– Has estado ignorándome estos días. ¿Hubo algo que te molesto? Desde que te traje el obsequio estas muy raro.


Kai habla de la noche en que volvió con Sehun luego de grabar el episodio ocho. Cuando entre a la habitación para consolar a Baekhyun, él me siguió y me detuvo muy cerca de la cama donde Baekhyun sollozaba como un niño pequeño. No dijo nada solo extendió una cajita fucsia a mi mano y me beso en los labios fugazmente, se alejó hacia la puerta con una sonrisa y antes de salir volvió su rostro a mí y dijo “cuando lo vi pensé en ti”.


No abrí la cajita al instante y ahora que lo pienso aun no la abro. He estado ignorando a Kai por temor. Jongin no se entrega por completo en una relación es una persona bipolar, puede estar bien con alguien por una semana pero luego comienza a fastidiarse de las llamadas y mensajes de texto cursis, entonces se molesta y comienza a pagar la ira con todos y al final se acobarda y termina la relación porque asi es Jongin. Incapaz de tomarse algo serio, él prefiere algo de ratos, algo que no sea, en lo absoluto, real y seguro.


– Hyung… lo siento yo no debí tomarme atribuciones contigo. Si no te gusta el regalo puedes decírmelo y lo entender –dice en un tono de voz triste con ojos de cachorro y un puchero.


Lo observo y niego con la cabeza, se levanta y sonríe triste, da media vuelta y se marcha. Lo último que veo es su espalda encorvada y la puerta cerrarse con mucha cautela. Esa actitud me ha golpeado muy fuerte. Me levanto apresuradamente de la cama enredándome con las sabanas y cayendo como plátano al suelo. Vaya mierda.


Observo las palmas de mis manos enrojecidas al igual que mis rodillas. Resto importancia y abro el primer cajón de la gaveta de la cómoda. La caja esta exactamente en el mismo lugar que la he dejado. Junto a un cofre de madera y un par de perfumes.


La tomo y abro la tapita, es un trio de flores en línea, hechas de arcilla. Son flores silvestres llamadas Jara, crecen entre la primavera y el verano, es particularmente extraña pero hermosa. Nace de madruga y al atardecer deja caer sus pétalos algo que le permite a los insecto una pista perfecta de aterrizaje, pero a mí me gusta llamarle “la danza de los pétalos”.


Dejo la caja sobre la cómoda, siento mi cara arder. ¿Por qué Kai me ha obsequiado esto?


Salgo de la habitación, si se preguntan como es mi estado actual. Estoy solo con mi ropa interior porque normalmente duermo asi y no me importa en lo absoluto que mis compañeros lo vean pero eso es otra historia. Kai está sobre el sofá de la sala devorando un chocolate blanco mientras observa la tv ensimismado.


– Kai… –vuelve su rostro y me observa– ¿qué significa lo que me has dado?


– No es nada hyung solo un detalle. –Me está mintiendo–. La flor se parece a ti. Solo eso.


Suspiro y me siento a su lado, poniendo mi dedo índice en el centro de su frente, haciendo que sus ojos lo sigan y se tuerzan de forma graciosa.


– ¡Tonto!


Sonríe y me abraza apoyando su frente en mi hombro, siento su respiración caliente chocar con mí brazo y susurra:


– Hyung tú de verdad me gustas.


– Jongin…


– Y voy hacer todo para que me quieras y yo también te guste.


Se distancia y observa mis ojos acercándose sigilosamente hasta chocar sus labios con los míos, con suavidad y entusiasmo. Le correspondo, un poco torpe puesto que me ha sorprendido, hasta que logro acoplarme a su ritmo finalmente. Su mano se presiona con más fuerza en mis caderas y comienza a inclinarme contra el sofá hasta que mi espalda choca con el reposabrazos.


El corazón late fuerte en mi pecho y el ritmo de mi respiración cambia, asi como la suya. Nuestros muslos se rozan uno contra el otro, también nuestras entre piernas. Jongin busca posicionarse mejor y abro mis piernas, desliza su boca por mi cuello y sujeto la parte baja de su espalda con fuerza.


– Jongin… a-aquí no…


Pero ignora mis palabras y continúa besando mi cuello y clavícula hasta volver a mis labios; introduzco mis manos en el interior de su franela y acaricio su espalda. Jongin se distancia y quita la franela y desabrocha su pantalón; vuelve a besarme y una vez más comienza a descender.


– Jongin estas… Ahh… demasiado vestido.


Deja de besar mis pezones y me observa con una sonrisa traviesa. Se incorpora y desviste dejando solo su bóxer, vuelve a sentarse entre mis piernas y acaricia con su dedo índice mis caderas y suspira.


– Tu piel es tan suave, me gusta. –desliza su dedo por mi bóxer–. ¿Puedo?


Afirmo, nervioso con el corazón corriendo a mil por horas sintiendo un vuelco en mi estómago. Kai levanta mi pierna y besa el interior de mi muslo. Comienza a deslizar el bóxer, primero un pie y luego el otro, retira su prenda y se posiciona una vez más y me besa.


– Hyung tengo miedo. –susurra con su frente pegada a la mía–. No quiero lastimarte.


– Solo hazlo Jongin.


Pone tres dedos en mis labios y los contornea, cierra los ojos y susurra una vez más con tono autoritario un “lámelos”. Abro mi boca sin saber qué debo hacer exactamente y comienzo a lamer los dedos. Jongin saca sus dedos de mi boca cuando cree que es suficiente y los lleva a mi entrada pero no hay tiempo para que pueda hacerlo.


El cerrojo de la puerta ha hecho “Clic”.


Fin del rétalo de Kyungsoo

Notas finales:

Espero su Amor...

XOXO


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