Su mirada se desvaneció entre el vacío y el atardecer, sus ojos estaban rojos e hinchados. Yixing era nada más que rastros de tristeza. Como olvidar esa tortuosa mañana. Yo había sido el último en despertar y a las afueras de mi habitación solo había surcos de descontrol, soledad, vacío y tristeza. Los noticieros y redes sociales eran un caos, cada uno con títulos diferentes pero se enfocaban en lo mismo “Kris había desaparecido sin dejar rastro, solo una demanda”. ¿Cómo podíamos entender siquiera lo que ocurría?, no había una pista o indicio que nos explicara. Todo era confuso y molesto.
Suho había dicho en el desayuno que debíamos ser fuertes, pero ni siquiera nuestro líder podía expresarse con naturalidad. Y si, muchos lloramos desconsoladamente en brazos de otros. Chanyeol no sonreía y algunos simplemente guardábamos nuestros sentimientos; estábamos iniciando el año con dificultades luego de muchas alegrías y no había marcha atrás para aquellas drásticas decisiones.
Yixing suspiro y guardo las manos en los bolsillos de su pantalón, antes de voltear a mirarme y decir:
– Esta terraza me trae recuerdos –cerro los ojos con una sonrisa triste en el rostro–. ¿Sabes cuantas veces Kris me consoló en sus brazos cada vez que me sentía a desfallecer a causa del cansancio, en esta terraza? Siempre sonreía y decía “oye, estoy aquí después de todo. Somos fuertes y no te dejare caer”. Pero se ha ido, ¿quién va a sostenerme fuerte ahora?
– Estoy aquí –dije posando mi mano sobre su hombro y asintió–. No voy a dejarte.
– Ahh~ –suspiro–. La vida es tan impredecible Lu –volvió su vista a los últimos rayos de sol que aun lograban colarse entre en los edificios–, hoy estas aquí, mañana no sabremos. Ya ves. Kris estaba aquí esa noche, con la mente en otro sitio pero estaba aquí. Y cuando despertamos él...
– No voy a irme Yixing.
Sonrió con la nariz y giro sobre sí mismo, antes de caminar a la puerta de la terraza para bajar al apartamento. Lo último que vi fue su espalda desaparecer tras la puerta metálica.
La brisa fría chocaba con mi rostro esa tarde, mis ojos estaban cristalinos, quizá por el frio, quizá por tristeza, quizá porque cierta parte de mi corazón afirmaba lo que Yixing había dicho, quizá porque tenía miedo. Pero no llore ante el inminente vacío de ese momento, tampoco me desborone en mi soledad. Solo deje que el último rastro de sol formara una areola sobre mi cabeza y la brisa llenara mis pulmones de aire. Seguidamente, unos brazos me rodearon por la espalda y me pegaron a su pecho y, un escalofrío me recorrió la espina dorsal cuando unos tibios y a la vez fríos labios, depositaron un beso en mi cuello.
– Yo también lo extraño –dijo Sehun.
Relata Yixing
Querer acabar con todos los últimos recuerdos de Kris era una idea descabellada, pero entrar en la misma habitación que una vez compartimos y sentir aun el aroma de su perfume en las sabanas revueltas, el interior del closet y algunas otras pequeñas cosas era una cruel tortura. Ace seguía en el mismo lugar, intacto, tal y como Kris lo había dejado. ¿Por qué se fue y lo dejo aquí? Kris adoraba ese peluche, en distintas ocasiones dormimos con el peluche en medio de nosotros como si fuera nuestro hijo, y tener que verlo traía recuerdos dolorosos que mi corazón no podía soportar.
Entonces, hice lo que no había hecho en esas últimas semanas. Tome a Ace y lo arroje con fuerzas sobre el alfombrado de la habitación para comenzar a patearlo con vehemencia y descontrol, mientras, lagrimas surcaban mi rostro, abatido. Agitado, con la respiración entre cortada, me tumbe sobre el suelo recargando la espalda en la frontera de la cama. Ace era un desastre, sus ropas rasgadas, sus lentes rotos y el peluche anteriormente blanco ahora era marrón.
Culpaba al peluche por lo que Kris había hecho y, cuando la razón volvió a mi tome el peluche entre mis brazos, hundí mi cabeza en el mismo y llore amargamente. Como iba a borrar los besos que aún estaban grabados en mi piel y todas esas caricias. Kris decía amarme y aquella noche en Taiwán, justo antes de regresar, me amo en silencio en el jacuzzi de la piscina. No había nadie a nuestro alrededor, era demasiado tarde como para que alguien notara que nosotros aun rondábamos por allí.
– Perdóname –dijo antes de sostener mi mano y entrelazar nuestros dedos–. He sido un idiota contigo últimamente, perdóname.
Quien era yo para juzgarlo, todos cometemos errores. Kris es una buena persona, la mejor que he conocido en mi vida, es un hombre maduro y decidido. Sabía que detrás de sus acciones había motivos y por ello no hice ningún melodrama sin sentido que acabaría perjudicando la hermosa velada que habíamos tenido poco antes.
– Esa noche no tuve ninguna cita con otra persona que me interesara –continuo–. Fui a conocer a la directora de la película, lamento no haberte dicho antes.
– Está bien.
– Yixing –sus pasos se detuvieron, obligándome a parar del mismo modo. Consecutivamente, fueron sus brazos los que me rodearon y me pegaron a su pecho–. Te amo tanto, tanto, tanto.
Lo último que recuerdo son las grandes manos de Kris, deslizarse por mi espalda desnuda y húmeda en el interior del jacuzzi, mientras besaba mi cuello y me envestía lenta y cortésmente.
Ace acabo húmedo, lleno de mocos a un costado de mi cuerpo, mientras deslizaba mi pie hasta un sobre azul que yacía sobre el suelo, justo en el lugar donde fue por primera vez tirado el peluche. Mi nombre estaba en él, en chino, con la letra de Kris. Saque del interior una carta, larga y extensa, de dos hojas.
¿Estás bien?, supongo que debes odiarme ahora. ¿Acaso la estás pasando muy mal sin mí? Sí, me imagino tu estado de ánimo. Son las 4:40 am, conozco la fecha exacta pero no voy a copiarla, no quiero tener que explicar más tarde. Volveremos a vernos, lo prometo. Voy explicarlo todo y no voy a usar excusas. No cambies tu número de teléfono, pero no intentes contactarme siquiera. Voy a ser yo quien lo haga. No me odies, tuve motivos.
Estoy viéndote justo ahora, te ves tan tranquilo y hermoso sobre mis sabanas, desnudo, con el cabello cayendo a los costados de tu perfecto rostro, eres como un sueño; una parte de mí no quiere dejarte, ¿por qué? Eres todo lo que amo. Debo sonar como un tonto, mi rostro arde avergonzado por tantas tonterías, pero no puedo evitar ser un tonto contigo.
Recuerdo como sonreías aquellos días de traineers en los que conseguíamos un espacio para ir a comer y, cuantas veces no tuve que ir tras de ti porque siempre tomabas el camino equivocado. Siempre tan distraído jajaja. Por favor, a partir de ahora, ya no estaré a tu lado, conserva la agenda que está en el cajón izquierdo de mi escritorio y toma notas de aquellas cosas que no debes olvidar.
Camine a gatas hasta aquel olvidado y vacío escritorio tirando de la manija del pequeño cajón para traerlo hacia fuera. En efecto, en el interior estaba una agenda de tapa dura y rugosa color marrón. Aparte la liga que la cerraba y en la primera página había una fotografía de Kris y yo con un post-it verde manzana que tenía escrito “primera cita”. Pase la página, solo había un pequeño mensaje. “No olvides llevarla contigo, este será mi oído para escucharte y mi memoria para recordarte que estás haciendo mal”; el resto de las paginas estaba en blanco. Me levante del suelo y tome asiento en la silla que anteriormente Kris usaba, para retomar mi lectura.
Está lloviendo afuera y normalmente me parece ridículo decir “es como si el cielo supiera como me siento”, pero lamentablemente esta noche es así. Estoy sujetando tu mano ahora, también he robado algunos besos y he cubierto tu cuerpo. No comprendo cómo es que tiemblas de frio y eres incapaz de cubrir tu cuerpo. Perezoso. ¿Por qué frunces el ceño cuando duermes?, ¿qué clase de sueños tienes? Sabías que tu rostro se relaja cuando mi dedo índice se desliza por tu entrecejo, incluso una sonrisa se forma en tus labios.
¿Eres consciente de cuantas veces te he visto dormir? Apuesto que no. Honestamente, son estas pequeñas cosas las que más voy a extrañar cuando me haya ido; es todo tu ser lo que voy a extrañar durante todas esas noches largas que voy a comenzar a pasar. Tus ligeros ronquidos son como de princesa, mi princesa jajaja. Que ridículo es todo esto. Realmente estoy sobre pasando mis límites de cursilería. No te sientas empalagado por todo esto. Soy sincero.
Incluso una sonrisa se forma en mi rostro de solo pensar en tu especial persona, has sido demasiado bueno para mí en todos estos años y yo no he sabido valor tus acciones asombrosas y cariñosas. Eres una maravillosa persona amor y voy a llevarte conmigo siempre. No me odies, no lo soportaría y aunque un nudo me esté apretando el corazón justo ahora, no puedo llorar, porque este no es el final para nosotros. No, no lo es,
Si estas triste, abraza a Ace.
Si estas feliz, observa el amanecer o atardecer.
Si estas molesto, toma una almohada y grita con fuerza.
Si hay miles de emociones que no puedas entender, escribe una canción y piensa en mí,
Recuérdame y cuando quieras verme, solo imagíname a tu lado y hazte fuerte.
Cuida a Tao en mi lugar. Luhan y yo no fuimos cercanos, pero ambos sabíamos que nos conocíamos a la perfección y en nuestros corazones nos amábamos el uno al otro. También cuida de él. No importa si es mayor que tú, Luhan siempre te escucha.
Ahora, siento que realmente es una despedida para la que no estoy preparado aun, pero que tarde o temprano iba a surgir. Jamás pensé que fuera tan difícil para mí todo esto y aunque intente conseguir respuestas por mis actos no logro obtenerlas, quizá este tiempo me ayude a comprender que estoy haciendo lo correcto. Yixing, has tú lo correcto a partir de ahora.
Voy a robar un beso de tus labios una vez más, pero no es el último. Cada vez que el viento sople y roce tus labios, recordaras mis labios. No voy a pedirte que no conozcas a nadie más porque sería egoísta, solo voy a pedirte que no busques a nadie y dejes que llegue por su cuenta, espero que esa persona no llegue a amarte como yo y que tu no lo ames como a mí.
Detén ahora esas lagrimas borrosas que probablemente estén humedeciendo este papel, no quieras arruinar las cosas cursis que he escrito aquí. Bésame en los labios cuando volvamos a vernos, a solas, en china, en algún café o restaurant para almorzar y déjame llevarte a un lugar para amarte una vez más y demostrarte lo mucho que te he extrañado. Te amo Zhang Yixing.
Wu YiFan.
El último párrafo me saco una sonrisa, me obligo a secar mis lágrimas y a dejar el papel sobre el escritorio para que se secara y poder volver a guardarlo en el sobre, que a su vez guardaría en la agenda que llevaría conmigo a partir de ese momento. Con el corazón más calmado, la mente despejada y mi ánimo más reconfortado, recogí a Ace del suelo y lo lleve a lavar. Esa tarde, tome el tiempo disponible para comprarle ropa nueva y unos lentes. Xiumin fue conmigo. Ambos podíamos hablar tranquilamente, evitando abrir las heridas una vez más.
Fin del Relato de Yixing
Nunca supimos los verdaderos motivos, Kris no dejo rastro después de eso y nuestros superiores no estaban dispuestos a explicarnos. Suho llego esa noche con el cabello húmedo y su ropa de gimnasio seguido por Chanyeol, Kai y Sehun. Estaba sonriendo, Tao lo estrecho amablemente y tomo el bolso donde guardaba sus cosas.
– Kyungsoo-ah –grito–, dime que has hecho algo delicioso para la cena.
– Hyung no necesitas gritar, estoy detrás de ti.
– Channie~ déjame tocar tus abdominales –Baekhyun comenzó a apuñalar el abdomen de Chanyeol con su dedo índice, mientras éste reía–. No están duritos aun.
– Para Baek, me haces cosquillas.
– ¿Ah sí?
Baekhyun continuo con lo que hacía provocando que Chanyeol riera con fuerza y escandalosamente. Sehun beso mi mejilla y se marchó a la habitación. Por su parte Chen, D.O y Kai se encargaban de la mesa, a veces Minseok le ayudaba pero en realidad era yo quien más lo hacía. Yixing saco el peluche de la secadora y fue a su habitación por alguna cosa.
Esa noche, brindamos con soju y cereza, reímos en la mesa y hablamos de todo y de nada para acabar ebrios cantando frente a la pantalla plana, que había sido acomodada por Chanyeol, para que funcionara de Karaoke. Kai enloqueció en medio de la sala y la música que anteriormente cantábamos fue detenida y sustituida por música sensual, que el chico comenzó a bailar a medida que se desvestía, descaradamente, delante de todos. Kyungsoo se levantó de su asiento y paseo sus manos por el moldeado cuerpo de Jongin, sin timidez.
En lapsos de tiempos indefinidos, nos vi a todos en medios de una especie de orgia ajena. Mis labios estaban hinchados entre los labios de Sehun y mi entre pierna dolía. Entonces, las luces fueron apagadas y hubo un silencio inminente en medio de la habitación.