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My beloved pastry por Momoka Black

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Notas del capitulo:

Hola hola!!

Muchas gracias, mis queridas lectoras, por comentar este nuevo fic. Se les agradece con toda el alma sus bonitos comentarios los cuales me alientan a seguir escribiendo para ustedes. 

Y para ello, les adelante el cap. 

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Pondré una sección en este fic, en el otro fic también, llamada- para este- "el muro de los pastelitos"

Esta sección será de todos aquellos quienes me dejan un review y se merecen un reconocimiento especial. :D

Saludos para los miembros: Julia :3, sole, tp, kitsune loli, Megane Michiru-chan, tsuki, Kina Ni Juu, hannakolove, Soy todo un alien y azunay. 

Pdata: les conteste sus reviews! 

Otra cosa: habra un cambio en una de las parejitas, de las primeras no es ninguna. Ya lo verán conforme avence el fic. 

A leer!

 

Suspiré sobándome la espalda y deteniéndome un poco en una pared cercana por un mareo que me dio. El viaje había sido pesado, mi espalda estaba molida por el incómodo asiento del avión y ahora pagaba las consecuencias. Desviaba la mirada demasiado avergonzado, esto porque apenas bajamos del avión corrí en dirección al baño más cercano para devolver el estómago. ¡Maldigo la comida de los aviones!

Tomé mis maletas y me encaminé hacia una de las pequeñas cafeterías por algo de comer, tenía el estómago vacío y un poco de hambre. Espere mi turno en la fila hasta que me llegó y me concentré en el menú que colgaba del techo.

—¿Qué vas a pedir, cielo?- la amable dependienta me miró de manera amable-¿Quieres un café expresso?

—¡No!- me tapé la boca sintiéndome muy avergonzado y desviando el rostro-S-solo un jugo de manzana, y unas barras de chocolate.

—Enseguida, cielo.

La amable señora se concentró en sus labores mientras yo me recargaba un poco en la barra sintiéndome muy cansado y mareado. No me gustaba viajar en avión, ni en cualquier medio posible. El mareo se fue acentuando mientras me concentraba en respirar profundo. Solo quería que Taiga y Tetsuya llegaran ya para irme de aquí.

Iba a decirle a la dependienta que me guardara todo para llevar cuando el piso se me movió de manera súbita y traté de sostenerme de la barra. Escuché murmullos a mi alrededor demasiado pronunciados y también la voz de la dependienta la cual me preguntaba si me sentía bien. No podía hablar, el mareo era tan fuerte que me impedía hablar. Hice un esfuerzo tratando de mantenerme un poco más estable para no desmayarme ahí mismo.

—Tatsuya-san, ¿Te encuentras bien?

Una voz se me hizo conocida entre todo ese mar de voces, por lo menos alguien conocido estaba en el lugar. Me giré para ver al dueño de la voz solo justo antes de que me desvaneciera por completo.

—T-Tetsuya…

—¡Tatsuya-san!

 

¡Maldición! ¡¿Por qué Tatsuya no despierta?!

—Tranquilízate, Taiga-kun, el médico dijo que su presión estaba algo baja al igual que su glucosa. Creo que fue por el pesado viaje. Y guarda silencio.

—Lo sé, Tetsuya, pero me preocupa que mi hermano no despierte.

—El médico dijo que es solo agotamiento, Tatsuya-san está bien.

E-estoy bien, Taiga, Tetsuya tiene razón.- musité sin abrir los ojos aun y de pronto sentí a Taiga colocarse a mi lado. Abrí lentamente los ojos observando que estaba en una especie de cubículo blanco, como las enfermerías escolares, y viendo a Taiga a mi lado con el rostro lleno de preocupación, Tetsuya estaba sentado en un mini sofá luciendo un poco más aliviado.

—Tatsuya- Taiga me abrazó de manera brutal e inesperada haciendo que mis huesos crujieran-¡Oh Tatsuya! ¡Me espantaste! ¡¿Cómo te sientes?!...

—Taiga, tranquilo, estoy bien.- le calmé, una vez que me hubo soltado, dándole unas palmadas en los hombros-  Fue solo por el viaje. Me alegra tanto verlos.

—Y nosotros a ti, Tatsuya, de hecho planeábamos darte la sorpresa porque íbamos a ir a Los Ángeles para visitarte- Tetsuya suspiró con una sonrisa- Pero veo que te nos adelantaste.

—Lo siento por eso, pero ya les platicaré más adelante. ¿Y los niños?- murmuré al no verlos por el lugar- ¿Dónde están?

—Los dejamos en casa al cuidado de Kagetora-san y Katsunori-san: los abuelos de los niños.-Resopló Taiga, recordé que Taiga me había mencionado que sus suegros aun no le  daban la aprobación- Querían venir pero se quedaron dormidos al final.

—Pero será mejor que vayamos a casa: debes estar muerto de cansancio.- Tetsuya me dio un pequeño bentou y un potecito que al parecer tenía algo líquido.-Come algo, tu estómago estuvo haciendo ruido cuando estabas dormido.

Comí prácticamente como si la comida fuese a desaparecer en cualquier instante  y después de que la enfermera a cargo me dijese que ya me podía ir, nos salimos del aeropuerto en dirección al estacionamiento donde estaba el auto de Taiga: un honda sedán color rojo familiar. Pusimos las maletas, aunque fueron Tetsuya y Taiga, en los maleteros y después subimos al auto. Taiga arrancó mientras yo me dedicaba a dormitar un poco durante el trayecto del viaje.

No supe cuanto tiempo pasó, pero pronto la brisa del mar me llegó a la nariz y me hizo levantarme de inmediato. Mis ojos observaron incrédulos la inmensidad del mar, aunque seguíamos en el auto, y al parecer  estábamos recorriendo un puente. A lo lejos vi una isla, ahora recordaba a Taiga en cuando me había mencionado que se había mudado a una isla junto con Tetsuya.

—Bienvenido a la Kiseki no Isura*

Observé como si fuese un niño pequeño, todo me parecía asombroso. Al terminar de recorrer el enorme puente, vi como la carretera volvía a ser la misma y en pocos minutos nos adentramos a una pequeña ciudad: las calles se veían muy coloridas, las personas reían y caminaban tranquilas, los autos iban y venían, era como si fuese una villa perfecta.

—Es perfecta, es hermosa.- murmuré anonadado y sonriendo mientras ponía mis manos sobre mi plano vientre: este lugar sería perfecto para criar a mi bebé- Es un lugar hermoso.

—Te encantará, Tatsuya, el lugar es simplemente maravilloso.- Me sonrió Taiga por el espejo retrovisor- No hay mucho habitantes, pero en cuanto a servicios y eso, es como una ciudad.

—Es la ciudad perfecta: sin bullicios y sin tanto ajetreo.

Habló Tetsuya girándose en su asiento para verme directo a los ojos. Sonreí de manera inconsciente haciendo que él se quedara un poco pasmado y luego volviera a su anterior posición. Pronto, nos adentramos a un barrio alejado y muchas casitas estilo cottage. Taiga estacionó, luego de recorrer varias calles, justo frente a una casa tipo cottage: era de dos pisos, pequeña, con un jardín lleno de flores, un árbol de manzanas y una pequeña huerta. Todos salimos del auto y vimos como un perrito pequeño de raza husky siberiano con una camisita de basket en colores rojo, blanco y negro. Ladraba muy alegre y se encaminó hacia Tetsuya, mientras este le acariciaba salieron dos pequeños niños de la casa: un niño bajito de cabello rojo, justo igual al de Taiga, de piel morenita y ojos tan azules como los de Tetsuya. El otro niño en cambio, era más bajito y tímido; tenía el cabello en el mismo tono y corte que Tetsuya, la piel muy blanca y los ojos de un tinte rojizo como los de Taiga.

No hacía falta mucha imaginación para saber quiénes eran: los niños de Taiga y Tetsuya. Ellos, al ver a Tetsuya, se le abalanzaron chillando sin parar “Mami, mami”

—Hola niños, ¿Se portaron bien?

—Sí, mami- respondió el niño pelirrojo-cuidamos que Tora jii no le hiciera cosas malas a Katt jii.

Tetsuya sonrió de manera afectada al igual que Taiga, a ambos les salió una gota en la cabeza mientras yo me quedaba un poco confuso.  Debían ser los abuelos de los niños.

—Niños vengan, hay alguien a quien queremos presentarles- Tetsuya los llevó a donde estaba yo. Ambos niños me miraban con mucha inocencia y curiosidad- Él es Himuro Tatsuya, su tío.

—¿Tío?

—Sí, niños, Tatsuya es mi hermano mayor. Es de quien les hablamos y les enseñamos en las fotografías de los álbumes de la casa- Taiga, a base de empujoncitos, acercó a los niños hasta que quedaron frente a mi. Me agache a la altura de los pequeños y les sonreí de manera tranquila-Tatsuya, ellos son nuestros niños: Toranosuke, de seis años, y Momotarou, de tres años.

—Hola niños.

En un abrir y cerrar de ojos tuve a ambos niños sobre mi entre abrazos y chillidos. Reí un poco al ver a Tetsuya y a Taiga tratar de quitármelos de encima sin éxito.

—Niños, bájense de encima de su tío: está un poco enfermo.- ante eso los niños se bajaron inmediatamente- Llevemos dentro al tío Tatsuya para que descanse.

—¡Sí, papi! ¡Vamos oji-chan!

Cuando menos quise, estaba dentro de la acogedora casa de Taiga siendo puesto en un muy cómodo sillón, y custodiado por mis dos sobrinitos. Taiga preparaba algo de almorzar y Tetsuya le ayudaba preparando algo de té. El perrito permanecía cerca de los niños ladrando y brincoteando.

—Oji-chan, oji-chan, ¿Te sientes mejor? ¿Ya no estás malito?- el mas pequeño de los niños ayudaba a su hermano a colocarme una manta-¿Te duele algo?

—Estoy bien, niños, es solo que Taiga exagera un poco.

—¡No exagero, Tatsuya! ¡Te desmayaste y estuviste inconsciente por más de media hora!- gritó Taiga asomando la cabeza por la puerta de la cocina.

—¿Qué es desmayarse?- musitó el pequeño Momo, ladeando su cabecita, y luciendo muy confuso. Se subió al sillón, al ver que quería levantarme, y para ponerse como peso muerto sobre mí además de mirarme con sus enormes ojos. ¡Que ternura!

—Ototo, desmayarse es lo que hacía el tío Kise porque se había comido al ototo de Ahodaichi.- me quedé un tanto perplejo por la explicación de Tora-kun y luego, en menos de lo que pensé, unos dedos comenzaron a darle golpecitos en la cabeza.

—¿Qué te he dicho de ese vocabulario, Tora?- le regañó Tetsuya mirándolo serio y el niño se sobó la cabeza.

—¡Pero mami! ¡Daichi me dice Bakatora! ¡Así que yo le digo Ahodaichi!

—Apoyo a mi hijo, Tetsuya, Ahomine le ha enseñado eso.- Taiga se acercó al par anterior revolviendo el cabello del niño- El idiota ese no deja de dejarme Bakagami.

—¿Cuándo crecerán, niños?

—¡Oye!

—Eh, ¿Cómo está eso de que el tío Kise se comió al ototo de ese niño? ¿Quién es el tío Kise?- musité confuso y acunando al pequeño Momo el cual daba indicios de quedarse profundamente dormido sobre mi pecho.

—Ah, es que Kise-kun está esperando un bebé y como no saben decirle a su hijo mayor como es que va a tenerlo le inventaron ese cuento, pero primero debemos explicarte lo primordial- Taiga tomó asiento en el otro sillón junto a Tetsuya y a Tora-kun- ¿Recuerdas cuando me vine para Japón?

—Sí: lloraste hasta el aeropuerto porque no querías irte y casi me metes en una maleta para llevarme de contrabando.- Tetsuya rió por eso y Taiga se puso rojo como un tomate- Lo siento, Taiga, pero aparte de eso si recuerdo bien.

—Una de mis metas era derrotar a la famosa Generación de los Milagros, los prodigios más grandes de todo Japón en el mundo del basket: Akashi Seijuuro, Midorima Shintarou, Aomine Daiki, Kise Ryouta y Murasakibara Atsushi. Al llegar a Seirin, donde conocí a Tetsuya y después de revelarme de que él era el sexto fantasma de ellos, nos pusimos como meta derrotarlos a todos.- ambos se tomaron de la mano- Con el paso del tiempo, uno a uno fueron cayendo hasta que en la Copa de invierno los derrotamos a todos. Aunque luego nos volvimos muy amigos.

—¿Cómo es que terminaron viviendo en esta isla?

—Eso tiene explicación: luego de terminar la preparatoria, Akashi-kun, el líder de la Kiseki no Sedai, no sé cómo ni cuándo, pero adquirió esta isla y alegó que quería tener una ciudad tranquila y no vivir en Tokio con todo el bullicio. Un día nos reunió a todos y nos propuso irnos a vivir a su isla, aceptando casi de inmediato, por distintos motivos: Taiga y yo porque ya esperábamos a Tora-kun y huíamos de mis padres y de mi hermana Riko; Kise-kun lo hizo porque de igual manera quería huir de la prensa, era y es un modelo muy cotizado, junto con Aomine-kun porque también encargaron a Daichi; Midorima-kun y Takao-kun de igual manera encargaron a su primer hijo y porque Midorima-kun haría negocios con Akashi-kun; Murasakibara-kun lo hizo porque siempre anda pegado a Akashi-kun. Luego, otras parejas se nos unieron casi al poco tiempo: Imayoshi Shoichi y Sakurai Ryou; Kiyoshi Teppei y Hanamiya Makoto; Moriyama Yoshitaka, Shuzo Nijimura e Izuki Shun; Liu Wei y  Kensuke Fukui. En menos de lo que pensamos, y de veras que es porque Akashi-kun es un genio, logró en menos de un año hacer a esa isla una ciudad tan productiva como lo es Tokio.

—Eso es sorprendente- susurré asombrado, y porque mi sobrinito se había dormido.

—Cada uno de los miembros de la generación de los milagros desempeña un oficio importante aquí luego de haber terminado la universidad- me fue explicando Tetsuya-: Akashi-kun es empresario y es el gobernante de la isla junto a su esposo, Furihata Kouki quien es contador; Kise-kun aun es modelo pero por ahora se desempeña como un diseñador de modas. Aomine-kun, su esposo, es el jefe de la policía; Midorima-kun es médico y es actualmente el director del hospital de la ciudad. Su esposo, Takao-kun, se desempeña como enfermero; Murasakibara-kun es pastelero; Imayoshi-san es el fiscal de la ciudad. Sakurai-kun, el marido de este, es chef y tiene un restaurante junto con Wei-san y Fukui-san, quienes también son chefs; Kiyoshi-san junto con Kagami-kun trabajan como bomberos, pero también trabajan como entrenadores de basket; Hanamiya-san trabaja como asistente del fiscal; Izuki-san es maestro en la universidad local, Nijimura-san es arquitecto y jefe de la constructora local, Moriyama-san es el jefe del bufete de abogados de la ciudad y yo trabajo como maestro de jardín de niños. Hay mas personas laborando en la ciudad pero ya las irás conociendo más adelante.

—Por cierto, Kouki me habló preguntándome que si Akashi ya te había llamado Tetsuya- Taiga frunció un poco el ceño- ¿Para qué?

—Akashi-kun me llamó para decirme que ya tiene lista la casa para Tatsuya-san.

—¡¿Qué?! ¡¡No es necesario!! ¡¡Tatsuya se puede quedar aquí con nosotros!!- Bramó Taiga haciendo que Momo se despertara sobresaltado y comenzara a llorar. Lo fui acunando y susurrándole una nana en lo que Tetsuya, aparte de mirarlo feo, le dio un codazo en los costados.

—No grites, Taiga, y sabes que lo que dice Akashi-kun es absoluto.

—Pero, amor…

—Taiga, está bien. Además yo mismo te había dicho que me buscaran una casa en renta- les interrumpí- Cosa que no hiciste.

—Tatsuya, te puedes quedar en la casa: hay espacio para ti. Si te vas me quedaré con el pendiente de que si vuelves a desmayarte, o te da un ataque…

—Lo sé, Taiga, pero he vivido así desde que entré a la universidad.- hablé bajito ya que el pequeño Momo se había quedado dormido- Además, necesito encontrar un empleo: planeo quedarme aquí mucho tiempo y necesito trabajar.

—Eso no será problema: Akashi-kun puede ayudarnos en ello.- sonrió Tetsuya- Hablaremos con él cuando vengan.

—Además necesito hablar con ustedes sobre los motivos por los cuales decidí venir aquí.- sentí como un incómodo silencio se instaló en la boca de mi estómago. Tetsuya me miró de manera serena y luego se giró hacia Taiga.

—Taiga, lleva a Momotarou para que descanse y de paso haces dormir a Toranosuke.

—Pero mami, no tengo sueño- protestó el pequeño haciendo suspirar a su madre.

—Bebé, papá y yo vamos a hablar con el tío Tatsuya de cosas de adultos. Te aburrirás mucho. Si haces eso, prometo llevarte con tu tío Mura a su pastelería.

—¡Gracias mami! ¡Vamos papi!

Taiga se llevó al pequeño durmiente junto a su hermanito mientras en la sala nos quedamos solo Tetsuya y yo.

—Tatsuya-san, ahora puedes hablar con más calma. Taiga tardará mínimo media hora- se acercó hasta quedar sentado frente a mí- ¿Qué fue lo que te pasó para que decidieras irte de manera tan repentina de Los Ángeles?

—Seré directo, Tetsuya, no me siento cómodo aún como para hablarlo de manera tan profunda pero diré lo más importante…voy a tener un bebé- el otro se quedó más estoico de lo que ya era- El padre del bebé no quiso que tuviera al bebé y me dijo que lo abortara. No quise hacerlo y terminamos, yo decidí irme de ahí. Quiero comenzar de cero, únicamente mi bebé y yo.- sollocé con lágrimas y pronto sentí el abrazo de Tetsuya.

—No te aflijas, Tatsuya-san, vamos  a cuidar de ti y de tu bebé. Vas a estar muy bien con nosotros y no te va a faltar nada- lentamente sus palabras me fueron calmando- Lo bueno es que elegiste a tu bebé y él es tu principal prioridad ahora.

—Muchas gracias Tetsuya…pero no sé cómo decírselo a Taiga- musité con miedo- Tengo terror por cómo vaya a reaccionar.

—Tranquilo, Taiga va a comprender. Y si no lo hace, le hará compañía a Nigou hasta que entienda- su sonrisa se volvió algo tétrica. Ya sabía que el dulce Kuroko también tenía su lado malo.

—¿Nigou?- los ladridos del perrito me lo confirmaron- Aun sigue teniéndole miedo a los perros.

—¿Cuánto tiempo tienes? ¿Cómo está tu bebé?-sus manos viajaron a mi vientre-¿Cuántos meses tienes?

—Siendo honesto, no lo sé- musité con pena y vergüenza- Me vine lo más pronto posible para acá y no me di tiempo para ello. Soy de lo peor.

—No lo eres, y alejarte lo más pronto posible de ese idiota fue lo mejor- suspiró y sacó con una sola mano, porque la otra seguía en mi vientre, tecleó algo rápido y espero la respuesta- Te sacaré una cita con Midorima-kun, necesitas atenderte ya.

—Gracias, Tetsuya, pero…

—Es especialista en mamás y bebés, él junto con Takao-kun me han atendido en los dos embarazos y en los de  los demás. Estarás muy bien con ellos atendiéndote.

Suspiré aliviado al saber eso. La verdad me preocupaban muchos aspectos con respecto al bebé pero me sentía tranquilo por ahora.

Decirle a Taiga sobre esto fue la cosa más difícil que había hecho en mi vida. Taiga se puso muy furioso y casi se larga a golpear a mi ex, sin saber quién era y a pesar de estar muy lejos, pero las amenazas de Tetsuya con usar al perrito funcionaron. Luego, Taiga me abrazó sollozando y pidiéndome disculpas por no haber estado conmigo en todos estos años y por no cuidarme a pesar de ser el hermano menor. Yo, dominado por las hormonas, me la pasé llorando junto a él. Aunque luego me inundó de tantas preguntas que me sentí muy mareado y de plano hasta Tetsuya le dio varios golpes.

Ambos me acompañaron a donde sería mi nuevo hogar, el cual quedaba justo frente a su casa: la casita era estilo inglesa de dos pisos, con un pequeño jardín y un árbol de duraznos, mis favoritos, al igual que había un pequeño estanque.

—Bienvenido a tu nuevo hogar.

Ambos me hablaron y abrieron las puertas de mi nuevo hogar: el interior era tan cálido y acogedor que me sentí seguro ahí: la sala, la cocina, el comedor, todo era como si yo hubiese planeado. Taiga me llevó mis maletas y Tetsuya me ayudó a acomodar mi ropa y mis cosas. Mientras Tetsuya y Taiga acomodaban otras me fijé en la cocina, y efectivamente, había despensa y todo estaba surtido. Estaba pensando en que ese tal Akashi-san era un brujo.

Le hablé a Alex para decirle que ya estaba con Taiga, omitiéndole el hecho de que me desmayé en el aeropuerto, y que ya estaba instalado y todo. Ella se quedó más tranquila anunciándome que muy pronto me visitaría. Aunque no me extrañaría verla en un par de meses por aquí.

Por lo que restó del día, me la pasé con Taiga y su familia: cené en casa de Taiga y ya pasada la noche, me llevaron a mi casa para que descansara. Esa noche, dormí tan pacíficamente como nunca lo había hecho en mi vida.

En la mañana, luego de despertar con muchas nauseas, me levanté para prepararme un té que me ayudara con los mareos y también algo ligero para comer. Un poco de fruta con yogurt y granola estaría bien además de un vaso de leche y jugo. Ya iba a desayunar cuando el timbre de la casa se escuchó. Me extrañé y recordé que Taiga vendría a ayudarme a acomodar unos muebles de uno de los cuartos, ya que no podía hacer muchos esfuerzos, y mientras Taiga estaba ocupado Tetsuya me llevaría de compras con los niños. Me encaminé a abrir la puerta esperando verlos pero con lo que me topé al abrir fue con un ejército, literalmente, con miembros de distintos tamaños y cabelleras de múltiples colores. Un pelirrojo en especial de ojos bicolor me tendió su pálida mano y con una sonrisa comenzó a hablar.

—Bienvenido a la Kiseki no Isura, Himuro Tatsuya.

Me quedé boquiabierto ante ello y al saber quiénes eran esas personas.

Estaba nada más y nada menos que frente a toda la Kiseki no Sedai, la generación milagrosa del basket de todos los tiempos.

Notas finales:

 

Hasta aquí le dejo, ¿Qué les pareció el capítulo? No olviden dejarme sus hermosos reviews.

Nos leeremos en el próximo capítulo, el jueves que viene, pero próximamente el fin de semana con la continuación de El club de los corazones rotos. 


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