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cuando el zorro atrapo a su gato. por incubusangel

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Notas del capitulo:

Mis amores nuevo capitulo gracias por sus comentarios y no se si mañana subire un capítulo.

Nadie te apartará de mi hijo—. Sentencio el Alfa— mi manada es fuerte, podemos hacerle frente a lo que venga.

 Sasuke se sintió egoísta al escuchar las palabras de Minato, si se negaba a ir, sabía todo lo que le ocurriría a la manada que le había dado tan buena acogida. Cuando había paseado por el poblado había visto a muchos cachorros jóvenes acompañados de sus protectoras madres, el pensar en lo que podría ocurrirles si el Consejo los declaraba rebeldes, hizo que su estomago se revolviera.

—Iré—, hablo Sasuke, luchando contra el temblor de su voz— esta manada es ahora mi manada. Haré todo lo que esté en mis manos para que nadie salga lastimado, si puedo evitarlo.

 Naruto suspiro cansado, durante toda la semana temió a la reacción de su gatito, pero una vez más el pequeño felino le demostraba que era fuerte, que era la digna pareja de un alfa.

 Él también se sentía preocupado ante lo que podría suceder, su zorro gruñía solo de pensar que un desconocido se atreviera a revisar a su pareja y a su cría, pero tenía toda su fe puesta en que el alfa de los gatos monteses entrara en razón sin llegar a esos extremos.

Era algo demasiado íntimo como para que fuera expuesto ante todos, como si su pareja fuera alguna atracción de circo. El Alfa se ofreció a recoger el desorden, dejando que Naruto llevara a su asustada pareja a la habitación que compartían desde hacía una semana. Apenas cerrar la puerta tras ellos, Naruto halo el cuerpo más pequeño contra el suyo.

 — Te amo— susurro contra los labios entreabiertos de su gatito— no dejaré que nadie nos separe.

 Un beso siguió a otro, las manos grandes y fuertes del zorro eran suaves, cuidadosas, al tocar a su compañero. Naruto había hecho traer ropa para su amor, esa camisa que ahora vestía su pastelito lo hacía ver sexy. Durante toda la cena, a pesar de los pensamientos deprimentes, lo tenía loco el ver esa poca de piel pálida que se revelaba al haberse abiertos dos de los botones.

Metiendo las manos bajo la suave tela de seda blanca, comenzó a pellizcar las tetillas que se encrespaban buscando ser tocadas. —Te deseo— jadeo más que hablar Sasuke, al sentir el mordisquito de Naruto bajo su oreja derecha—. Necesito que me hagas el amor… quiero dormir soñando contigo.

 Naruto lo complació, había descubierto que amaba lo exigente que era su dulce pastelito en la cama. Toda esa piel suave color crema era suya, solo tenía que descubrirla prenda a prenda. Despacio ambos se desnudaron uno al otro, de pie se tocaron despertando hambres que no podían ser saciadas en una sola noche. Suaves toques, insinuaciones más que hechos concretos, Naruto quería ver retorcerse a su amor.

—Eres tan hermoso— observó mientras acariciaba la espalda esbelta de su gatito, hasta llegar a los montículos de su trasero—. No veo la hora de enterrarme aquí— acaricio el botoncito de rosa tentando la entrada.

 Las piernas de Sasuke se negaron a sostenerlo, los brazos del zorro lo mantuvieron de pie. Un beso caliente, labios, lengua y dientes, todo confabulándose para hacer arder a la joven pareja. Naruto levanto en brazos a su amante, llevándolo hasta la cama lo recostó sobre el colchón. Con gran cuidado se coloco entre las piernas abiertas de Sasuke, besando palmo a palmo el pecho hasta llegar al ombligo, no se detuvo hasta escuchar los ruiditos desesperados del felino.

Sasuke se sostenía de los hombros de su pareja, mientras el zorro introducía un dedo lubricado con una crema que la matrona les había traído como obsequio de apareamiento. La sensación tan íntima, al sentir como su entrada era violada ya no por un dedo, sino por tres, lo hacía gritar. Una parte muy ínfima de su cerebro le decía que probablemente toda la maldita aldea podía estarlo escuchando, pero para esas alturas poco le importaba si estaban mirando por las ventanas.

 Necesitaba a su compañero, y pronto. El zorro se aseguro de tener a su pastelito listo para ser tomado, una vez lo sintió lo suficientemente dilatado, lo penetro despacio. Amaba ver las reacciones de su amante con cada centímetro de pene que le introducía, sabía que era un pervertido morboso por excitarse así solo con ver a su gatito tan entregado.

Podría hacer un video de eso y se vendría solo con mirarlo en su viejo televisor. Entrando y saliendo, de un ritmo despacio pasaron a uno frenético. La matrona le había dicho a Naruto que el sexo le ayudaba a Sasuke con su gestación, ya que los fluidos que se compartían ayudaban al balance hormonal del padre gestante.

Luego la mujer le dio un guiño travieso al ruborizado zorro, para agregarle la cereza al pastel, le termino diciendo que el sexo duro no le hacía daño al joven gatito, ya que en realidad, para eso lo habían creado los dioses, ya que solo otro macho podría soportar el ímpetu de Naruto.

El zorro se entrego completamente a su labor. Ambos hombres jadeaban mientras construían un orgasmo empuje a empuje. Sasukr podía sentir el pene duro de su pareja rozar las paredes de su ano, dándole justo en el blanco a su punto dulce. El grito de los amantes anunció la corrida, consecuencia del más delicioso placer que un mortal puede alcanzar sobre la tierra.

 Durante la noche Naruto tomo por dos veces más a su joven compañero, asegurándose de dejar al minino relajado, para que pudiera tener sueños bonitos. El zorro sonrió socarrón al limpiar el semen que se escavaba del bien usado culo del chico que ahora estaba profundamente dormido, definitivamente eso de ser pareja era algo bueno. Su animal interno estaba complacido, el pequeño gatito dormía en su cama, como debía de ser.

Cualquiera con olfato podía descubrir la esencia del zorro dentro y fuera de su hombre.                                *~*~*~

 

 Al llegar la mañana Naruto fue el primero en despertar, encontrando entre sus brazos a la razón de su vida muy bien acurrucado contra su pecho. Con sumo cuidado salió de la cama, no sabía si antes del embarazo el gatito tenía el sueño tan pesado, pero ahora lo divertía notar lo relajado que este descansaba. Sin hacer ruido salió de la habitación, la matrona le había explicado que un té y galletas saladas era lo mejor para que el gatito no se enfermera en la mañana. En la cocina encontró a su padre ya duchado, completamente vestido para su salida de hoy.

—¿Ya se despertó? — pregunto Minato mientras endulzaba su café.

 —No—, suspiro cansado el zorro más joven mientras trataba de acomodar los mechones de su cabello rubio, los que estaban un tanto aplastados por las horas de sueño— todavía duerme. Voy a prepararle un té, hoy necesitará estar en la mejor de las condiciones… Tengo un mal presentimiento de todo esto.

 El alfa observó como su joven hijo ponía agua a hervir para prepararle el desayuno a su pareja. Todavía Minato no se creía del todo el que su hijo ahora fuera todo un hombre de familia, cuando hace un escaso mes era todo un holgazán adolecente. Ahora el chico hacía planes para el futuro, se levantaba temprano y hasta le preparaba el té al padre de su cachorro.

El cambio en la actitud de Naruto lo hizo sonreír, llegado el momento, tenía la seguridad de que la manada de zorros quedaría en buenas manos.

—El hombre es el padre de Sasuke—, trato Minato de darle un punto de vista menos negativo a la situación— estoy seguro que solo quiere asegurarse de que su cachorro esta aquí por su gusto. Una vez que escuche de sus labios que es tu pareja, él se calmará.

 El silbido de la cafetera comenzando a anunciar el hervor del agua, llenando el tenso silencio de la cocina. Naruto puso dos bolsitas de té de manzanilla en una taza, luego vacio el agua caliente sobre esta.

 —. Eso espero, papá— se encogió de hombros el zorro más joven—. Un padre no sometería a su hijo a semejante humillación solo por salir de una maldita duda.

Minato se levanto de la mesa para alcanzarle a su hijo una bandeja para que colocara allí la taza y el plato con galletas.

—. Todo saldrá bien— lo animó el alfa— en unos días toda esta historia no será más que una mala broma. Lo único que te pido es que no demuestres tus dudas delante de Sasuke, sabes que por su embarazo él se estresa muy fácilmente.

 —La matrona me lo dijo—, hablo Narutto antes de salir de la cocina— un embarazo masculino es más complicado que uno de una hembra. Sólo espero que el viaje no le haga daño.

 Con la práctica que le había dado una semana de hacer malabares con el desayuno de Sasuke, Naruto abrió con una mano la puerta de la habitación que compartían mientras con la otra sostenía la bandeja.

—¡Buenos días! — saludo el zorro a su joven amante que lo observaba desde el fondo de las mantas. El gatito aparto su nido caliente, dejando que su pareja observara toda su piel desnuda, estirándose como todo un felino mimado se acostó boca abajo, dándole una maravillosa vista de su trasero respingón al pobre Naruto que luchaba por no dejar caer la bandeja con el desayuno.

 —¡Buenos días, amor! — le sonrió con travesura Sasuke a su desprevenido compañero— creía que te habías ido sin mí.

Respirando profundo Naruto logró controlar a su zorro interno, poniendo el desayuno sobre la pequeña mesa junto a la cama, logro quedar con las manos libres.

—¡Ahy! — Se quejó Sasuke al sentir una palmada los globos carnosos de su trasero— ¡Eso dolió!.

 La carcajada de Naruto hizo que el felino se sentara, dedicándole una mirada asesina al hombre más alto que lo observaba con una ceja levantada.

 —No es gracioso—, se cruzo de brazos el gatito— me va a quedar la marca de tu mano.

 —Esa es la idea, amor— se sentó junto a su amante, robándole un beso—. Te ves tan lindo en la mañana.

Sasuke achino los ojos, no se creía mucho ese comentario—.Tú lo que quieres es entrar en mis pantalones—diciendo esos lucho por acomodarse los cabellos negros que señalaban a todas partes.

 —No trates de hacer que entre en una parte más divertida que tus pantalones—.

Dedicándole un guiño travieso al sonrojado gatito, le ofreció la bandeja con el desayuno— ahora debes comer, esto te ayuda con las nauseas, después de que tomes una ducha, te daré algo más consistente.

Cuando eran las diez de la mañana, todo estaba listo para el viaje que les llevaría un día y medio en auto. Según los planes, estarían en el lugar de reunión del consejo con el suficiente tiempo para que el felino se duchara y tomara una larga siesta antes de acudir al llamado de los ancianos.

En cuestión de una hora dos SUV estuvieron fuera del territorio de la manada, llevando consigo al Alfa, a su hijo y a la pareja de este, además de cuatro centinelas. Estos eran tiempos de supuesta paz, así que llevar más escolta que esa, podía tomarse como una muestra de rebeldía por parte de los zorros. Las luchas entre alfas había sido encarnizadas, instintos animales mezclados con malicia humana, eso nunca era una buena combinación, ahora que por fin habían alcanzado la paz, esta era apreciada hasta el punto de que casi era toda una religión en sí misma.  


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