Capitulo 10: complicaciones
Un mes había transcurrido desde que Inuyasha vivía junto a Sesshomaru, en el cual se la había pasado conociendo más cosas sobre su hermano.
Se encontraba sentado en el verde césped mientras que la pequeña Rin le trenzaba el cabello y le ponía una que otra flor, todo era completamente maravilloso para el oji ámbar y el saber que pronto tendría un cachorro lo alegraba todavía más.
En ese momento aparece Sesshomaru, se acerca a su hermano y se sienta a su lado, lo toma de la barbilla para después darle un suave beso en los labios, el cual se fue tornando en uno más fogoso; al separarse solo los unia un delgado hilito de saliva, inmediatamente el mayor comienza a lamer el cuello del doncel.
-...Se...Sesshomaru...no hagas esto delante de Rin...-
-...no pongas escusas...Rin no está aquí...-contesto sin detener lo que hacía.
Ante esa respuesta el oji ámbar menor fijo su vista por sobre su hombro y vio que la pequeña ya no estaba allí, al ver en dirección a la cabaña se dio cuenta de que estaba por entrar en esta, “en qué momento se fue” pensó ya que no había sentido que se fuera.
Sesshomaru recostó a Inuyasha sin separarse de su cuello, comenzó a acariciarle el pecho por encima de la ropa, la cual por cierto seguía siendo la de sacerdotisa; hubiera continuado aun más de no ser porque el estomago del menor comenzó a gruñir pidiendo algo de alimento.
Se levantaron pero antes de que pudieran empezar a caminar Inuyasha agarro a su hermano de un brazo, este lo miro un poco sorprendido por la repentina acción, pero supuso que quería pedirle un favor o algo parecido.
-...Sesshomaru...necesito pedirte un favor...- dijo mientras soltaba su agarre.
-...que necesitas Inuyasha...-contesto.
Inuyasha no paraba de jugar con sus dedos índices, no estaba seguro de pedirle ese favor a Sesshomaru ya que intuía que este le iba a decir que no, y si eso ocurría tendría que hacer lo que quería hacer sin que el otro se enterara.
-...pues...veras...lo que pasa es que...necesito ir a la casa de la anciana Kaede...-soltó finalmente sin dejar de juguetear con sus dedos.
-...no iras...- dijo con esa seriedad tan característica de él.
A Sesshomaru no le agradaba la idea de que su ototo fuera a ese lugar, sabía que si iba todos comenzarían a presionarlo para que les dijera en donde estuvo durante ese mes, ya que desde que se lo llevo con él no salió de allí, y eso podría ser perjudicial para el embarazo, y eso era algo que no iba a permitir.
-...pero enserio necesito ir allá...es algo importante...si quieres me puedes acompañar...pero enserio necesito ir...-dijo tratando de convencer a su hermano.
-...ya te dije que no iras...y si se trata de lo que estoy pensando...ya envié a Jaken por eso...-respondió finalmente.
El doncel no entendía lo ultimo dicho por su pareja, estaba por preguntarle a que se refería cuando siente un ruido proveniente de unos arbustos, segundos después sale de estos Jaken que parecía estar arrastrando algo, al mirar bien que era lo que este traía se dio cuenta de que se trataba de lo que él tenía pensado ir a buscar, su espada.
Había dejado su espada en la casa de la anciana Kaede ya que le era incomodo llevar su espada encima todo el tiempo mientras tenía que usar esa ropa de sacerdotisa, pero fue ese mismo día en que Sesshomaru apareció y lo llevo a donde actualmente vivía, y en todo el mes que estuvo allí no tuvo oportunidad para ir a buscarla.
-...Jaken eres el mejor muchas gracias...-decía mientras abrazaba fuertemente al pequeño ser.
Sesshomaru chasqueo levemente, el ver que Inuyasha su Inuyasha abrazara de esa manera a Jaken le provoco unos leves celos; el doncel al darse cuenta de eso dejo en el piso al pequeño demonio y se acerco al peli plata mayor, lo abrazo sorpresivamente por el cuello y le planto un suave y dulce beso en los labios, para luego decirle un “muchas gracias...mi Sessho...”
En ese instante el estomago de Inuyasha le volvió a reclamar alimento, logrando que un tono carmín se apoderara de las mejillas de este mientras su pareja reía levemente por la reacción de su pequeño. Se fueron a la cabaña a comer un poco de carne de venado que Sesshomaru había cazado con anterioridad y Rin se había encargado de cocinar.
La noche se hiso presente, y todos en la cabaña se fueron a dormir. A mitad de la noche Inuyasha se despierta sintiéndose un poco extraño, sentía la garganta seca y le dolía levemente la cabeza, supuso que esto se debía a su embarazo, entonces decidió no darle mucha importancia; bebió un poco de agua que llevaba consigo a la habitación y volvió a dormirse.
A la mañana siguiente Sesshomaru dijo que tenía que hacer unas cosas y que no volvería hasta cerca del atardecer, se despidió de Rin revolviendo sus cabellos y a Inuyasha le dio un beso en los labios; se adentro en el bosque junto a Jaken dejando a esos dos solos.
El medio día había llegado y, después de comer, el peli plata decidió recostarse un rato bajo la sombra de unos de los arboles, en ese momento soplo una leve brisa haciendo que varios pétalos de flores volaran por los aires.
Tan relajado se sentía que no se dio cuenta en qué momento se durmió. Al despertarse lo primero que pudo ver fue a la pequeña Rin mirándolo fijamente, esto lo asusto un poco, en eso noto como esta intercalaba su mirada entre él y su apenas crecido vientre, estaba por preguntarle que le pasaba cuando la niña le dice “espero que el cachorro sea tan lindo y tierno como tu Inuyasha”.
Ese comentario lo avergonzó un poco pero más que nada le alegro, se paró de donde estaba pero un fuerte mareo y dolor de cabeza hiso que se tuviera que sentar; estaba comenzando a sentir lo mismo que durante la noche, de nuevo pensó que se debía a su embarazo pero esta vez sus fuerzas se estaban haciendo nulas.
-¿...Inuyasha que te pasa....estas bien...?-pregunto preocupada Rin al ver el estado de este.
-...no te preocupes pequeña estoy bien...-contesto el oji ámbar tratando de tranquilizar a la niña.
-...Inuyasha tienes fiebre...- dijo después de poner un mano en la frente del peli plata y comprobarlo.
Estaba por ayudar a Inuyasha a levantarse para ir a la cabaña, cuando ve que de unos arbustos sale una pequeña pulga con un gran saco; en ese instante el recién llegado le pregunta lo que estaba pasando a lo responde simplemente con un “Inuyasha tiene fiebre”.
-...ah es eso...-contesto pero a los pocos segundos...-¡¡¡¿¿¿QUÉ...QUÉ???!!!...EL AMO INUYASHA TIENE FIEBRE...-
Esa actitud sorprendió a los dos que estaban allí, el que esa pulga gritara de esa manera les daba muy mala espina; bastante intrigado Inuyasha le pidió que explicara el porqué de su grito.
-...bueno...lo que pasa es que a todos los demonios donceles al entrar al segundo mes de gestación, comienzan a sentirse físicamente inestables...eso se debe a que todas sus energías se concentran en el cachorro...esto es porque esta es la etapa en donde comienzan a formarse los órganos vitales...esta etapa es la más riesgosa para los donceles en cinta...he escuchado que varios demonios donceles han llegado a morir sin haber completado su segundo mes de gestación...en la antigüedad varios murieron por esa causa , es por eso que hoy en día hay tan pocos de ellos además...-no pudo continuar ya se vio apresado por su amo.
-...y se puede saber...por qué no me dijiste un dato tan importante Mioga...-cuestiono el mitad demonio con claras intenciones de aplastar a la pulga.
-...es-es-espere amo Inuyasha...lo que pasa es que...-en ese momento cae precipitosamente al piso.
Al fijar mejor su visión, ve que Inuyasha se encontraba tirado en el suelo; su respiración comenzaba a ser agitada mientras que sus mejillas comenzaban a tornarse rojas, al poner una de sus pequeñas manos en la frente de este pudo comprobar que estaba ardiendo en fiebre.
Como pudo la pequeña llevo a Inuyasha hasta la cabaña, una vez dentro le aflojo un poco la ropa para luego llenar un recipiente con agua y mojar un paño el cual coloco en la frente del doncel; al fijar su vista por la ventana vio que ya estaba comenzando a atardecer, “pronto llegara el señor Sesshomaru” fueron los pensamientos que tuvo.
Y tal y como pensó al poco rato apareció Sesshomaru, quien al ver a su koi en el estado que estaba se alarmó; se acerco a su lado y comprobó que su respiración era bastante agitada y que sus mejillas estaban totalmente rojas, estaba comenzando a asustarse y le pregunto a la niña que sucedía.
-...la pulga Mioga dijo que se debía al embarazo...que esto es riesgoso...y que existe la posibilidad de que Inuyasha muera antes de completar su segundo mes...-contesto lo más tranquila posible.
Si antes estaba asustado lo dicho por la pequeña consiguió aterrarlo, la idea de perder no solo a su amado Inuyasha sino también a su cachorro hacia que espeluznante escalofrío recorriera toda su espina dorsal.
-...existe una manera para que el amo Inuyasha y su cachorro no mueran...pero no estoy seguro de ello...muchos aseguran que solo se trata de mito...-soltó de improvisto Mioga.
-...habla ahora maldito insecto...- exigió Sesshomaru mientras agarraba con mucha fuerza a la pulga en una de sus manos.
Si existía aunque sea una posibilidad de salvarlos el no la desaprovecharía, no le importaba de que se tratase, haría lo que fuese necesario con tal de no perder a los dos seres que más amaba.
-...está bien...está bien te lo diré...pero suéltame ya...-pidió un poco desesperado ya que el aire le comenzaba a faltar.
Sesshomaru lo soltó, al verse liberado del agarre la pulga se sacudió un poco su ropa, mas al ver la mirada asesina que le dirigía el peli plata decidió comenzar con su explicación...
-...bueno...la cosa es esta...se cuenta la historia que en el mundo existe una flor mágica que contiene una gran cantidad de energías...muchos han tratado de conseguirla pero ninguno ha podido lograrlo...se dice que esta custodiada por un enorme ser con grandes fuerzas...esta flor supuestamente se encuentra dentro de una cueva la cual tiene una gran cantidad de túneles interconectados logrando que se convirtiera en un complejo laberinto...solo existe una salida de ese laberinto, y si se logra salir de allí, se llegara a una especia de caverna solo que esta es iluminada por la luz de la luna debido al gran hueco que hay en el techo de ella...en medio de esta se encuentra un pequeño estanque con dicha flor mágica en el...muchos han intentado llegar hasta la flor escalando y no pasar por el laberinto...pero nunca lo lograron...se dice que la única forma de llegar hasta donde está la flor es a través de los túneles...esa flor es algo diferente a las demás...no solo por el hecho de ser mágica...sino por sus pétalos...los cuales se dicen son de los mismos colores que el arcoíris...de ahí el nombre que lleva esta flor...la flor arcoíris del estanque lunar...-relató la pulga.
-...y si pudiésemos conseguir esa flor... ¿qué pasaría pulga Mioga?...-cuestiona un poco intrigada Rin.
-...si pudiésemos conseguir esa flor...podríamos hacer una especie de té para que el amo Inuyasha lo bebiera y así los poderes mágicos de esta se encargarían de brindarle la energía al cachorro durante el embarazo y este no tendría que tomar todas las energías de su madre...-dijo Mioga.
-¿...y en donde está la cueva que tiene esa dichosa flor...?-interrogo bastante irritado el oji ámbar.
-...mmmmm...me pareció escuchar que esa cueva se encontraba a unos 3000 kilómetros al norte de este lugar pero...-no pudo continuar ya que en ese momento ve como Sesshomaru sale de la cabaña y se interna en el bosque rumbo al norte.
No le importaba lo que le costara, si esa flor era la única forma de salvar a su Inuyasha y a su cachorro la encontraría a como diera lugar, y si eso significaba tener que poner el mundo patas para arriba él lo haría, no se iba a quedar de brazos cruzados a ver como su pareja sufría hasta terminar muerto, definitivamente lo salvaría, incluso si tenía que poner su vida en riesgo para lograrlo...