Capitulo 11: la flor arcoíris del estanque lunar...
La noche brillaba con todo su esplendor, el cielo estaba cubierto de las más hermosas estrellas, y la luna resplandecía en lo más alto del firmamento; era una noche ideal para cualquier pareja de amantes que quisieran estar juntos, pero eso no llamaba la atención de cierto peli plata.
Sesshomaru corría sin descanso por el espeso bosque, buscaba desesperadamente la cueva en donde se encontraba la flor que supuestamente ayudaría a su koibito; estuvo buscando por un largo rato encontrándose con varias cuevas en el camino, pero ninguna resulto ser la que él buscaba, ya que en ninguna de ellas podía sentir una presencia mágico o la de algún ser poderoso.
Estaba comenzando a desesperarse cuando siente una fuerte presencia mágica cerca de él, corriendo en la dirección de donde provenía llego a una cueva, estaba por dar un paso hacia ella cuando siente una presencia detrás suyo.
Dando un salto logro esquivar un ataque, al aterrizar pudo ver unas enormes garras incrustadas en la tierra muy cerca de él, al alzar la mirada pudo ver una criatura con cabeza de águila y cuerpo de león, sus patas delanteras eran las de un ave mientras que las traseras de dicho felino, también pudo ver que tenía un enorme par de alas.
-...un grifón...-fue lo primero que paso por su mente.
Sin darle tiempo para poder reaccionar la criatura se lanzo sobre él; afortunadamente logro esquivarla pero esta logro herirlo en su costado izquierdo, la herida no era profunda pero si le dolía y ardía bastante, esto hiso que no viera la cola del grifón, la cual lo estampo fuertemente contra una gran roca logrando que escupiera un poco de sangre.
Ese golpe lo aturdió bastante, su vista estaba un poco nublada, la respiración la tenía levemente agitada, y podía sentir como sus fuerzas se disminuían a cada minuto; rápidamente desenvaino una de sus espadas y con ella consiguió parar otro zarpazo que le intento dar la criatura, tenía sus garras muy cerca de su rostro, ejerciendo algo de fuerza logro alejarlas un poco lo que le permitió salir de donde estaba.
Decidido empezó a atacar al grifón, pero este inmediatamente alzo vuelo desprendiendo una fuerte ráfaga de viento y levantando mucho polvo; sin perder tiempo Sesshomaru dio un salto a un gran árbol logrando salir de la nube de polvo, al divisar al grifón salto del árbol para atacarlo, pero este nuevamente lo esquivo más logro hacerle una pequeña herida en una de sus patas.
Esto parece que enojo a la criatura, sin dejar que Sesshomaru llegara al suelo le dio un golpe con una de sus patas estampándolo fuertemente en la tierra, inmediatamente lo apreso con sus patas delanteras clavándole un par de garras en el pecho, en ese instante abrió su pico dentro del cual comenzaba a formarse lo que parecía ser una bola de fuego.
Sesshomaru estaba prácticamente inmóvil, las garras clavadas en su pecho le causaban un enorme dolor, al ver como el grifón abría su pico y como en este comenzaba a acumularse fuego decidió que tendría que usar su forma de perro demonio, no quería usarla ya que sus fuerzas disminuían cada vez mas pero no tenía otra opción en esa situación; sus ojos se volvieron rojos y sus colmillos empezaron a crecer, una fuete ráfaga de viento lo envolvió logrando que la criatura lo soltara y retrocediera unos cuantos pasos, mientras que el fuego que se acumulaba en su pico desaparecía.
Cuando el viento se disipo Sesshomaru ya no estaba, en su lugar se encontraba un enorme perro blanco con una media luna azul en la frente, se podían ver unas grandes garras en cada una de sus patas, este gruñía dejando ver sus afilados colmillos, el enorme perro era del mismo tamaño que el grifón.
El enorme perro se lanzó encima del grifón, este agito sus alas y alzo vuelo peor el perro de un salto lo agarro de la cola y lo lanzo al piso, en ese instante comenzó a intentar morderlo, más la criatura lograba esquivarlo al tiempo que trataba de darle picotazos.
De un fuerte empujón el grifón arrojó al perro contra los arboles, sin perder un segundo le lanzó una gran bola de fuego, la cual dio de lleno en su oponente ya que este se encontraba demasiado aturdido como para esquivarlo; se abalanzó sobre el perro pero este logro esquivarlo dando un salto, le proporcionó un fuerte mordisco en una de sus patas traseras, y con una de las garras de sus patas delanteras logró arañarle una de sus alas.
El grifón bastante enojado se libero del perro, lo agarro con sus dos patas delanteras y como pudo comenzó a volar, al estar a una altura bastante alta dio una voltereta en el aire y soltó a su presa la cual cayó bruscamente provocando un enorme estruendo; inmediatamente comenzó a lanzarle varias bolas de fuego sin darle oportunidad de defenderse.
Cuando el humo y polvo se disiparon el enorme perro ya no estaba, solo se podía ver a un Sesshomaru bastante malherido, su ropa estaba toda desgarrada, su cuerpo se hallaba lleno de múltiples heridas, muchas de las cuales era profundas.
Le costaba mucho trabajo ponerse en pie, los brazos le temblaban debido a la falta de fuerzas, cuando logro pararse recibió un fuerte golpe que lo hizo estamparse contra un muro de rocas, inmediatamente siente algo enrollarse en su cuello, percibe como es levantado del suelo para luego ser arrojado bruscamente.
No tuvo tiempo de reaccionar cuando el grifón le apreso ambos brazos y piernas con sus enormes patas, vio como esa criatura se preparaba para lanzarle una gran bola de fuego, pero repentinamente se detuvo; el gigantesco ser solo se quedo observándolo fijamente a los ojos, inesperadamente este lo soltó y se marchó ante la atónita mirada del peli plata.
Sesshomaru no entendía lo que pasaba, pero no pensó en ello demasiado, como pudo se puso en pie y se dirigió a la entrada de la cueva; al adentrarse en ella un fuerte olor a humedad inundo sus fosas nasales, comenzó a caminar pero un punzante dolor lo obligo a apoyase en una de las paredes, al hacerlo pudo comprobar que esta estaba mojada, decidió ignorar eso y continuar caminando.
Estuvo caminado un largo rato, ya estaba comenzando a desesperarse, con cada vuelta que daba se encontraba con una nueva encrucijada, sabía que ese lugar era como un laberinto, pero resulto ser mucho más complicado de lo que creyó.
Siguió caminando otro largo rato, en el cual no podía encontrar la dichosa caverna, sus fuerzas eran casi nulas y eso no lo ayudaba en mucho; continuaba con su búsqueda cuando de pronto sintió una fuerte presencia mágica, supo entonces que se trataba de la flor que necesitaba, comenzó a caminar siguiendo la dirección de donde provenía esa presencia, y a cada paso se sentía más fuerte.
Después de un rato pudo divisar lo que parecía ser la luz de la luna, avanzó en dirección ella, al llegar se encontró con una caverna iluminada, allí había un pequeño estanque y en él estaba la flor mágica; estaba por agarrar la flor cuando una extraña inscripción en una de las paredes le llamo la atención, se trataba de un escrito el cual decía “si de esta agua me he de alejar mis poderes desaparecerán”.
En un principio no entendía a que se refería eso, pero después se dio cuenta que se trataba de la flor; tenía que encontrar una forma de llevarse esa flor pero que esta siga en contacto con el agua, paseo su vista por toda la caverna y encontró lo que parecía ser un caparazón, lo tomo y lo sumergió en el estanque, corto la flor a la mitad de su tallo y la saco metida en el caparazón lleno de agua.
Estaba por internarse nuevamente en los túneles para poder salir, cuando siente un fuerte viento encima de él, al alzar su vista divisó al grifón con el que estuvo luchando anteriormente; sin darle tiempo alguno, lo tomo de su ropa con el pico y empezó a volar, el oji ámbar estaba por atacarlo pero, temiendo que se le cayera el caparazón con la flor, no hiso nada y espero a ver qué era lo que quería esa criatura.
Grande fue su sorpresa al ver cómo era dejado en el piso justo delante de la entrada de la cueva, al soltarlo el grifón se quedo sentado en frente de Sesshomaru sin hacer nada; el peli plata comenzó a internarse en el bosque, pero antes le dirigió una última mirada al grifón y vio como este se acomodaba y se echaba delante de la cueva.
Comenzó su recorrido de vuelta a la cabaña, avanzaba saltando de árbol en árbol ya que esa era la manera más rápida, al fijar su vista en el horizonte pudo ver como empezaban a asomarse algunos rayos de sol dando a entender que el amanecer estaba por empezar.
Acelero el paso todo lo que pudo, tenía que llegar lo más pronto posible, después de unos minutos finalmente llego a la cabaña al tiempo que más rayos del sol se asomaban.
Se adentro a la cabaña y lo que vio casi hace que se le detenga el corazón, se trataba de Inuyasha, este estaba con la respiración muy agitada, apretaba fuertemente los puños, se podía ver que sudaba mucho por lo que le habían retirado la parte superior de su ropa; al acercársele y poner una mano en una de sus mejillas, inmediatamente noto que tenía mucha más fiebre de lo que creía, paso uno de sus dedos por los labios del oji ámbar menor y se dio cuenta que los tenia secos.
-...bien maldito insecto...ya he traído esa dichosa flor mágica...prepara ahora mismo ese te si no quieres que te aplaste...-dijo de manera molesta Sesshomaru.
-...primero...déjame felicitarte por encontrar algo que muchos creían un mito...y segundo...aun a riesgo de hacerte enojar... tengo que decirte que solo aquel que sea capaz de encontrar la flor puede manipularla...es decir solo tú puedes hacer ese te...además...yo no sé cómo preparar un té...-esto último lo dijo como si fuera lo más normal del mundo.
Y tal y como dijo Mioga Sesshomaru se enojo, tanto que lo agarró en una de sus manos y comenzó a apretarlo con mucha fuerza, tanta fuerza que hubiera sido capaz de matarlo en ese instante.
-...se...señor Sesshomaru...yo sé cómo preparar te...yo puedo decirle como se hace y ayudarlo...-dijo la pequeña tratando de que el peli plata soltara a la pulga.
Sesshomaru arrojó, literalmente, a la pulga contra una de las ventanas de la cabaña; decido prestarle atención a Rin, si él era el único que podía hacer ese te entonces lo haría, vio que la pequeña le indico que la siguiera hasta el sector de la cabaña en donde se podía hacer una pequeña fogata.
Rin le dio una olla de tamaño mediano y le dijo que pusiera allí el agua y la flor que traía en ese caparazón, Sesshomaru así lo hiso, después comenzó a quitarle cuidadosamente los pétalos a la flor y los colocó nuevamente en el agua siguiendo las indicaciones de la pequeña, mientras esta se dedicaba a encender la fogata.
Una vez la fogata estuvo echa colocaron la olla sobre esta; la pulga le había indicado que cuando los pétalos comenzaran a desprender sus poderes mágicos, el peli plata debía dejar caer sobre estos un poco de su sangre ya que eso impediría que los poderes de la flor desaparecieran cuando el agua comience a calentarse.
Cuando el agua comenzó a hervir los pétalos comenzaron a desprender sus poderes tiñendo el agua con los colores del arcoíris, en ese momento Sesshomaru clavo fuertemente las garras de su mano derecha en la palma de la misma, haciendo que esta sangrara y dejo que la sangre cayera sobre los pétalos.
Rin retiro la olla de la fogata y dijo que la dejaran unos minutos para que la magia de la flor y la sangre del oji ámbar se mezclaran bien. Después de unos minutos, los cuales a Sesshomaru le parecieron eternos, la pequeña indico que él te ya estaba listo, lo coloco en una taza y se lo dio.
Sesshomaru agarró la taza que le dio Rin y se fue con su pareja, lo levanto un poco tomándolo de la nuca, e hiso que se tomara el té de manera lenta; una vez que logro que se bebiera todo el líquido, permaneció junto al menor.
Inmediatamente noto como la respiración de su koi se normalizaba, había dejado de sudar, sus manos, que antes las apretaba fuertemente, ahora se encontraban relajadas, el rojo de su rostro, debido a la fiebre, se esfumaba, la fiebre había desaparecido por completo y sus labios ya no se encontraba secos.
Poco a poco Inuyasha fue abriendo los ojos, lo primero que vio fue el rostro de su hermano el cual denotaba un gran alivio, estaba algo confundido, lo último que recordaba era que quería aplastar a la pulga Mioga, y después de eso nada.
-...Se...Sessho...maru...que...que fue lo que paso...-pronuncio algo confundido Inuyasha.
En los siguientes minutos se dedicaron a contarle al anyou todo lo ocurrido, este realmente se sorprendió al enterarse todo lo que tuvo que pasar su pareja con tal de encontrar un modo de salvarle la vida.
Inesperadamente se abalanzó sobre Sesshomaru y lo abrazo fuertemente, este acto saco un leve quejido del mayor debido a todas las heridas que aun tenía; al fijar mejor su vista sobre su hermano, pudo ver todas las heridas de este, en ese instante comenzó a lamer una de las heridas que tenía en su rostro ante la atónita mirada de todos, sobre todo del peli plata mayor ya que no esperaba eso.
-...si vas a curarme de esa manera cada vez que este herido...creo que empezare a lastimarme más a diario...- dijo con deje burlesco una vez que el menor dejo de lamerle le herida.
Ese comentario logro que Inuyasha se diera cuenta de lo que acababa de hacer, le grito a su hermano un “baka”, para después esconder su rostro entre la ropa de este, había hecho eso sin pensarlo y lo que le dijo lo avergonzó de sobremanera.
Se vio rodeado por los brazos de su pareja y decidió corresponder el abrazo, siente como Sesshomaru se tumbaba en el piso sin dejar de abrazarlo, estaba por preguntarle qué sucedía, pero sus labios se vieron apresados en un suave y tierno beso, al separarse ve como su hermano comienza a acariciarle la mejilla mientras le dedica una cálida sonrisa, sonrisa que solo él era el previlejado.
Se recostó sobre el pecho de Sesshomaru escuchando los latidos de su corazón, estuvo así un rato, en eso levanta su cabeza para preguntarle algo y lo que vio le pareció lo más lindo del mundo; Sesshomaru estaba profundamente dormido, sus labios estaban entreabiertos, algunos mechones de su cabello se encontraban esparcidos por su rostro, y su respiración era relajada.
Cualquiera que lo viera así jamás pensaría que era un despiadado demonio que no se preocupaba por nadie, estaba tan tranquilo y relajado, y la tenue luz del día que entraba por la ventana iluminaba su rostro asiendo que luzca como lindo cachorrito, decidió no despertarlo, en lugar de eso se acomodo mejor en su pecho; definitivamente encontraría la forma de agradecerle a su pareja todo lo que había hecho, y con esa idea en su mente comenzó a quedarse dormido abrazado al ser que mas amaba....