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El Ciclo Lunar por yicka long hatake

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Notas del capitulo:

holis....se supone que subria el capi ayer....pero resulta que sierta cosita llamada inspiracion desidio abandonarme hasta hoy al medio día....pero buen aqui les dejo el capi espero que les guste....

los personajes no me pertenecen son propiedad de sus creadores....

Capitulo 9: la decisión de Sesshomaru

 

Varios días habían pasado desde que Inuyasha regresó a la aldea, días en los cuales había tratado inútilmente de olvidarse lo ocurrido con Sesshomaru, durante el día lograba no pensar en ello, pero durante la noche sus sueños se tomaban la molestia de recordárselo y eso ya lo estaba fastidiando.

Como su ropa estaba toda ropa, la anciana Kaede le dio para que usara el traje de sacerdotisa de Kikiho; al principio la idea no le agradaba mucho, pero después de las insistencias de la anciana lo utilizó, al menos hasta que Mioga regresara con su ropa nueva, hecha de lana de las ratas de fuego claro está, ese fue su castigo por decirles a todos sobre su secreto.

Creía que su situación no podía empeorar, más se equivoco al ver como aparecía de repente ese “lobo sarnoso”, ahora no le bastaría solo con ocultar la marca con su ropa y un poco de su cabello, tendría que estar lo más lejos posible de él para que no notara el aroma de otro demonio que había quedado impregnado en su cuerpo y eso podría provocar que ese lobo comenzara a sospechar.

La buena parte de eso es que, como siempre, no andaba solo y podría desahogarse con Ginta, ya que eso era lo que más necesitaba en ese momento, contarle todo lo que sentía a alguien que entendiera totalmente su situación.

Afortunadamente cuando ese trío llegó Inuyasha se encontraba recostado en la rama de un árbol alto por lo cual Koga solo pudo verlo y no olerlo, pudo ver como Kagome se acercaba a saludarlos y como ese lobo, ni lerdo ni perezoso, comenzaba a coquetearle.

Aprovechando la distracción del lobo Inuyasha le hiso una seña a Ginta para que lo siguiera, este así lo hiso no sin antes decirle a su pareja que se quedara allí y vigilara que Koga no cometiera alguna idiotez en su intento de “cortejar” a, como él solía decir, su “futura esposa”.

Al llegar a un hermoso prado el oji ámbar se sentó en el pasto y, sin necesidad de decirle, su acompañante realizó lo mismo; soltó un pesado suspiro, el pensar en eso lo desanimaba pero necesitaba hablar con alguien o si no se volvería loco.

-...que bueno que viniste Ginta....estaba necesitando hablar con alguien...- dijo sin apartar su vista del hermoso paisaje.

-...pues soy todo oídos amigo...dime lo que quieras...-contesto el otro recostándose con los brazos cruzados tras su nuca sin dejar de mirarlo.

Sin decir nada, Inuyasha se volteó para quedar de frente a Ginta, apartó los cabellos que cubrían su cuello y deslizo levemente la ropa que cubría su hombro izquierdo dejando a la vista la marca de medialuna morada, notó la sorpresa en el rostro del otro doncel y como una sonrisa crecía en sus labios, para luego sentirse abrazado.

-...Inuyasha....finalmente tienes pareja...me alegro mucho...ves yo te decía que tarde o temprano tu...-dejo de hablar al notar como el peli plata se ponía tenso y al verlo a los ojos notó que estos comenzaban a aguarse, eso realmente lo preocupó-...¿Inuyasha qué te pasa?...

Por un largo rato el peli plata le relato todo lo ocurrido y como se sentía en ese momento, sintiendo como si se sacara un peso de encima al contarle todo.

-...gracias por escucharme Ginta...realmente necesitaba hablar con alguien que me supiera entender...-dijo con una leve sonrisa en su rostro.

-...no tienes que agradecer Inuyasha...siempre puedes contar conmigo cada vez que necesites algo...-contesto regalándole una sincera y cálida sonrisa.

En ese momento aparece Hakkaku pero se da cuenta de que ninguno se ha percatado de su presencia, el ver a los dos donceles tan unidos le alegro mucho, y el bello paisaje de fondo lograba que estos parecieran un par de hermosos ángeles.

Se acerco lenta y sigilosamente decidido a asustarlos, mas no pudo ya que ambos se levantaron y Ginta logro verlo;  le explicaron brevemente la situación del oji ámbar, jamás pensó que Inuyasha sufriera todo eso en silencio, realmente tenía una gran fuerza para soportar todo solo.

-...realmente te admiro Inuyasha...yo no tendría las mismas fuerzas que tú en una situación como la que estas pasando...sea lo que sea que necesites...ya sabes que puedes confiar en nosotros...-todo lo decía mientras sostenía las manos del doncel.

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Sesshomaru seguía completamente confundido, no paraba de pensar en Inuyasha y eso comenzaba a fastidiarlo, no pasaba ni un segundo sin pensar en su medio hermano.

Cansado de eso decidió caminar un rato, antes de que pudiera dar un paso la  pequeña Rin apareció frente a él y le extendió un pequeño ramillete de flores de sakura al mismo tiempo que le decía “anímese un poco”, la expresión tan dulce de la niña logro que una leve sonrisa se asomara en los labios del peli plata.

Le acarició suavemente la cabeza para luego decirle-...eres una buena niña Rin...ve y pon esas flores en agua...yo iré a caminar un rato...y dile a Jaken que espero no encontrar nada extraño al volver...de lo contrario....el ya sabe lo que le pasara....-

Estaba por entrar al bosque cuando escucha que Rin le grita “espero que tenga suerte en encontrar al joven Inuyasha”, eso lo sorprendió mucho y logro que un leve sonrojo se posara en sus mejillas.

Definitivamente Rin no era un humano ordinario, como era posible que se diera cuenta de las verdaderas intenciones de su “caminata”, porque si, esas eran sus intenciones, buscar a Inuyasha y ver si así sus dudas se aclaraban de una vez por todas.

Camino por un rato hasta que llego a un bello y tranquilo prado, en ese momento siente que alguien se acerca entonces, para saber de quién se trataba, se escondió en la copa de un árbol; el ver quien era lo sorprendió, frente a él se encontraba el ser que ocupaba sus pensamientos.

El verlo vestido con la ropa de una sacerdotisa lo extraño, pero debía admitir que estas no lo quedaban nada mal, sin contar con que el bello paisaje y la leve brisa que en ese momento corría, lo hacía ver como el más hermoso ángel.

Vio como otro demonio aparecía, al principio eso lo enojó pero se calmo al darse cuenta, debido a su aroma, de que se trataba de un doncel; vio como los dos empezaban a conversar pero al estar alejado no pudo escuchar lo que decían.

Estuvo en el árbol un largo rato, en el cual pudo pensar más detenidamente, y llegó a la conclusión de que, definitivamente, y aunque le costara admitirlo, estaba enamorado de Inuyasha.

Salió de sus pensamientos al sentir como otro ser se acercaba, al agudizar bien su vista y su olfato pudo distinguir de que se trataba de un demonio macho, eso logro enojarlo, más no salió de su escondite.

Vio como el recién llegado se les acercaba y como los donceles comenzaban a hablar con él, pero el ver como este le sostenía las manos al peli plata logro que los celos le brotaran totalmente.

Sin importarle nada dando un gran salto salió de donde estaba quedando entre los dos lobos y el doncel, no iba a permitir  que alguien más tocara aquello que le pertenecía, y mucho menos después de haber aceptado que se había enamorado de su hermano.

La mirada que tenía en esos momentos era completamente terrorífica, cualquiera que la viera quedaría petrificado, sus ojos se habían vuelto rojos y en estos se notaba claramente lo furioso que se encontraba su dueño.

 Al voltear a ver al peli plata menor distinguió la clara sorpresa que este tenía, sin decir palabra alguna se dirigió hacia este y lo cargo en su hombro derecho como si fuese una bolsa de papas; antes de dirigirse al boque miró a los dos lobo por encima del hombro izquierdo y les mando una mirada de “acérquense de nuevo a él y estarán muertos”.

Pocos segundos después de haber entrado al bosque sintió como aquel que llevaba cargando empezaba a moverse inquietamente en un intente por liberarse, al tenerlo tan cerca notó un aroma que antes no había sentido, el cual provenía del doncel claro está, esto logro que se detuviera un par de segundos para luego seguir caminado mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios.

-...bájame ahora mismo o te arrepentirás de las consecuencias...-gritaba algo histérico el doncel.

-...no...-fue la corta respuesta que le dio.

-...bájame ahora...por si no lo sabías no soy un saco de papas... ¿a dónde demonios me estas llevando?... ¿me estas escuchando?...bájame ya...-continuaba gritando sin lograr zafarse.

Sesshomaru se detuvo unos segundos, en los cuales cambio su forma de llevar a su hermano, para luego continuar avanzando de manera tranquila; ya no lo llevaba en su hombro sino que lo cargaba como a una princesa, pudo ver como un sonrojo se apoderaba de las mejillas de su acompañante y eso le divirtió un poco.

-...espero que así ya no te quejes...eso lo averiguaras en cuanto lleguemos...si te estoy escuchando...y no...no te voy a bajar...-fue lo que respondió el mayor.

El verse siendo cargado de esa forma lo estaba avergonzando muchísimo, su rostro se estaba poniendo rojo de la vergüenza, y el hecho de tenerlo tan cerca y poder sentir su aroma hacia que quisiera que no lo soltar y eso lograba ruborizarlo aún más.

-...esto es totalmente vergonzoso...bájame ya Sesshomaru...te estoy diciendo que me bajes...bájame...-seguía diciendo tratando que lo soltara.

Al cabo de un rato desistió de sus intentos por liberarse, ya que se dio cuenta de que, hiciera lo que hiciera para lograrlo, no conseguiría que le hiciera caso; iba mirando las aves que pasaban cuando una duda surgió en su mente y decidió aclararla.

-... ¿qué es lo que pretendes Sesshomaru?...no entiendo a que estás jugando...-decía con una voz algo triste.

Sesshomaru se detuvo repentinamente y se quedo mirando al oji ámbar sin entender por qué dijo esas cosas, al ver como los ojos del contrario empezaba a humedecerse supuso lo que le pasaba, pero quiso estar seguro de sus sospechas así que le dijo normalmente-...no sé de qué estás hablando...-

-...¡¡¡NO TE HAGAS EL INOCENTE!!!...sé muy bien que yo no te importo en absoluto...por eso no entiendo el por qué de lo que haces...-decía mientras no podía retener unas cuantas lágrimas.

El mayor lo bajo dejándolo de pie frente a él y, para evitar que se escapara, lo sujeto fuertemente de la cintura; sentía como el cuerpo del menor comenzaba a temblar, para intentar calmarlo un poco le dio un suave beso, el cual, sorpresivamente para él, le fue respondido por el más bajo volviéndose de apoco uno más pasional y demandante.

Al separarse solo los unia un fino hilito de saliva, de los ojos del oji ámbar menor caían incontables lágrimas, cosa que impresiono a Sesshomaru; siempre que lo veía solo mostraba ese lado firme y seguro, y durante las peleas que solían tener siempre se mostraba totalmente decidido, pero era la primera vez que lo veía así, estaba por decirle algo cuando siente como este se aferra fuertemente a su ropa y esconde la cabeza en su pecho.

-...por qué...por qué me haces esto...Sesshomaru...yo sé que no sientes nada por mi...y la peor parte es que yo si siento algo por ti...-decía mientras no dejaba de llorar.

No soportaba ver a su hermano en ese estado tan frágil, comenzó a acariciarle suavemente los cabellos tratando de que se calmara; después de un rato noto como el menor se había tranquilizado, al separarlo un poco se dio cuenta de que se había quedado dormido, lo cargo delicadamente y continuo su recorrido a la cabaña en donde “viva”.

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Inuyasha se despertó lentamente descubriendo que se encontraba en un lugar que no había visto antes, comenzó a observar todo su alrededor descubriendo que se encontraba en una habitación de tamaño medio, la cual tenía un placar hecho de pino,  al lado de este un pequeño mueble sobre el cual había unos cuantos adornos que parecían estar hechos manualmente de hojas ramas y flores, una mesita de luz, la cama en la que se encontraba, la cual, por su tamaño, parecía ser matrimonial, y una ventana por donde entraba una suave y refrescante brisa.

Se podía sentir un ambiente tranquilo y acogedor, por un momento pensó que estaba soñando, más al poner sus pies en el suelo y sentirlo un poco frio se dio cuenta de que estaba despierto.

Salió de esa habitación y descubrió cerca de allí unas escaleras, decidió bajar, llegando a lo que parecía ser un pequeño living; este estaba amueblado con una mesa con sus respectivas sillas, un aparador en el cual habían unos cuanto platos y unos vasos, en un rincón había una pequeña mesa, con un almohadón en el piso, esta se encontraba llena de ramas y hojas junto a unos cuantos hilos; cerca de la escalera había  un espacio en donde el suelo estaba un poco más alto que el resto, allí había un pequeño espacio en donde se podía hacer una pequeña fogata y al lado de este se encontraban varias ollas y demás utensilios para cocinar.

Decidió salir de allí y poder averiguar en donde estaba, más al estar afuera se quedo completamente asombrado; ese lugar era exactamente el mismo lugar que había visto una vez en sus sueños, cada detalle eran exactamente iguales, el lago, la cascada, los árboles, todo era igual a como en su sueño; se giro al ver el lugar de donde había salido y pudo comprobar que se trataba de la misma cabaña.

Giro su vista y entonces fue que lo vio, allí se encontraba Sesshomaru parado cerca del lago, mientras que la niña que siempre estaba con el corría a su alrededor tratando de atrapar a esa “rana rara”, tratando de ponerle unas flores en la ropa, o al menos eso parecía.

 Tan sumido estaba en sus pensamientos que no notó cuando Sesshomaru se le acercó, solo pudo darse cuenta cuando ya lo tenía frente a él; el tenerlo tan cerca logro que un leve rubor se apoderara de sus mejillas y desvió su mirada a otro lado para que este no se diera cuenta; escucho como una pequeña risilla escapaba de los labios del contrario, y eso lo hiso ruborizar aún más.

-...que es este lugar...por qué me trajiste aquí Sesshomaru...-pregunto tratando de que no se le notara lo nervioso que estaba.

-...este lugar es en donde vivirás a partir de ahora...y te traje aquí porque no voy a permitir que le suceda algo a los dos seres que más amo...-contesto con su típico tono de seriedad pero con una pequeña sonrisa.

Inuyasha se sorprendió por lo dicho por su hermano, creía que su mente le estaba jugando una mala broma, ya que creía imposible que él le estuviera diciendo esas palabras, pero decidió sacarse la duda y pregunto-...estas diciendo que tu...me...que tú me amas...

Por respuesta solo recibió un dulce beso, el cual no tardo en corresponder, paso sus brazos por detrás del cuello del más alto mientras que sentía como este lo agarraba de la cintura y la atraía hacia él; lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos, pero estas eran de pura felicidad, ahora ya no tendría que estar solo y la esperanza de poder formar una familia volvía a su corazón.

-...te amo Inuyasha...no sé cuando...no sé como...pero me he enamorado de ti...y no voy a dejar que te alejen de mi lado nunca...-dijo mientras acariciaba una de las orejas del menor.

El doncel estaba realmente feliz, sentía que todos sus ruegos y deseos se habían cumplido, realmente pensaba que todo era un sueño, pero el aroma de su ahora pareja le decía que eso era real.

-...Sesshomaru...a que te referías cuando dijiste”los dos seres que más amo”...-pregunto al recordar lo dicho anteriormente por el mayor.

-...eso es sencillo Inuyasha...me refiero a ti...-dijo señalándolo para luego poner una de sus manos en el vientre de su hermano-...y a nuestro cachorro...

El peli plata menor abrió los ojos sorpresivamente, tratando de asimilar lo que escucho, acaso en verdad el estaba embarazado; instintivamente llevo una de sus manos a su plano vientre sin poder creer aun que eso fuera verdad.

-... ¿cómo...cómo estas...tan seguro...de qué...?-

-... ¿de que estas en cinta?...-dijo de manera divertida-...eso es sencillo Inuyasha...lo sé por tu olor...-ante la mirada llena de duda del doncel continuo hablando-...cuando un demonio hembra o doncel queda embarazado...desprenden un aroma que solo aquel que los marco pueden sentir...en este caso...solo yo puedo sentir el aroma que en estos momentos desprende tu cuerpo...

-...como es eso posible...se supone que cuando me marcaste era noche de luna nueva y yo me encontraba en mi forma humana...-pregunto bastante confundido.

-...baka...tu naturaleza es la de un doncel...el que estés en tu forma de demonio o tu forma humana no cambia nada...-contestó bastante divertido por las expresiones del otro.

Inuyasha abrazo a Sesshomaru fuertemente, no podía estar más feliz, todo lo que tanto deseaba se estaba volviendo realidad, todos sus sueños y anhelos se cumplían, se sentía el ser más afortunado; en ese momento aparece la pequeña con una gran sonrisa y pudo ver que esta logro su objetivo al notar como aquel con apariencia de rana estaba todo lleno de flores.

Una sonrisa se apodero de sus labios, realmente era muy afortunado, el saber que iba a poder compartir la vida con ellos le era muy gratificante; se dirigió a la cabaña con Sesshomaru y los demás, pero antes de entrar miro el sol que comenzaba a ocultase, sintiendo como este se llevaba consigo todas sus tristezas y frustraciones, ya que sabía que desde ese momento su vida cambiaba, ya no sentiría soledad y angustia, ahora solo tendría felicidad, alegría, y sobre todo amor.

Notas finales:

espero que les gustara.....ahora una pregunta....que les gustaria que el cachorro de inu fuera ¿varon mujer o doncel? y que nombre le pondrian....les pido su opinion porque poniendo nombres soy un fracaso jejeje....estare esperando sus comentarios...cuidencen....matta nee :3


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