Padre Nuestro por Krito

"Padre nuestro que estas en el cielo..."
Los efectos del alcohol se estaban haciendo presentes en ellos, la poca cordura que tenían ambos desapareció después de varias copas.
Sus lenguas estaban participando en un beso para nada casto, el beso era demasiado húmedo y caliente. Las manos de Gray fueron quitando la ropa de Natsu, él cual luego lo detuvo.
–Yo puedo hacerlo– su respiración estaba algo agitada por la falta de aire del beso.
–No me importa, esta noche eres mio – le respondió jalandolo de la bufanda.
La bufanda pasó del cuello de Natsu a su manos, siendo fuertemente apretada, de los labios de su dueño salio un gruñido de queja.
Gray tomó a su presa para besarlo nuevamente pero con más ansia y deseo. Natsu le correspondía el beso haciendo que para ambos aquello fuera como tocar el cielo.
"... Santificado sea tu nombre..."
La ropa estaba ya en el suelo, incluyendo la bufanda que tanto atesoraba Natsu, en ese momento no importaba nada, solo quería sentir a Gray, su fría piel en contacto con la calidez de su piel, su húmedos labios en contacto con los suyos.
La habitación ahora estaba llena de diversas clases de sonidos, los gemidos de placer de Natsu al sentir su miembro en la boca del mago de hielo, y los sonidos inorgánicos que se producía al hacer un movimiento en esa cama.
–Gray – gimió al sentir que estaba por correrse.
"... venga nosotros tu reino..."
–Es mi turno – dijo sacando su miembro de la boca del moreno.
Se acercó al miembro de Gray, rodeándolo con la lengua y recorriéndolo hasta llegar a sus testículos, los besó dulcemente y luego se metió uno a la boca.
Gray observaba con asombro aquella escena, nunca espero que el idiota e inocente de Natsu fuera capaz de llegar a hacer eso. A pesar de que sus movimientos eran torpes y similares a los que él le había hecho lo estaba disfrutando muy bien.
Natsu de repente paró sorprendiendo a Gray, soltó un profundo suspiró. Se acostó en la cama y jadeantemente miró a Gray y le dijo:
–Vamos, metelo.
"... hagase tu voluntad en la tierra como en el cielo..."
– Anda, hazlo estoy a tu voluntad.
Gray lo miro detenidamente, mirando cada trozo de piel bronceada de Natsu, quería que esa hermosa imagen se quedara para siempre en su mente, aunque a la mañana siguiente ni se acordaran de como llegaron a estar en la misma cama. Después de apreciar aquel virgen cuerpo se sentó a horcajadas en la cintura de Natsu para volverse a besar con locura. De un momento a otro Natsu estaba sentado en las piernas de Gray. Su caderas comenzaron a moverse adelante y hacia atrás provocando más el miembro de Gray. Por su parte el mago de hielo comenzaba a masturbar el miembro de él de cabellos rosas, se le hacia algo injusto que solo él sintiera placer.
"... danos hoy nuestro pan de cada día..."
–¿Sabes cómo lubricarte? – le preguntó Gray si nada de pudor.
Natsu se levantó un poco del regazo de Gray, lo miró sonrojado, sus mejillas estaban tan rojas como las brasas. Asintió un poco con la cabeza y se llevó los dedos su mano izquierda a su boca. Los mantuvo un buen rato en su boca jugueteando con su lengua. Cuando estuvieron lo suficientemente húmedos los sacó de su boca y se los llevó directamente a su entrada. Fue introduciéndolos uno a uno hasta tener 3 dedos dentro de él.
Gray con ver como Natsu se auto-penetraba se excitó más, y sin importar si ya estaba listo Natsu o no, decidió que ya era el momento para comenzar a hacer lo que muchos llamaban amor.
"... perdona nuestras ofensas..."
–¿Estas listo? – murmuró lamiéndole la cicatriz de su cuello.
–No... realmente – jadeo sacando los dedos de su entrada.
Gray vio su oportunidad y tomó a Natsu por la cadera, lo pegó más a sí. El usuario de la magia de fuego entendió a donde iba la situación y tomó el miembro del otro, para facilitar un poco la penetracion. Ambos lo hacían con cuidado y lentamente, Natsu no ponía resistencia lo que lo hacia más fácil.
–¿Estas seguro de esto? – le preguntó Gray.
–Si esto es pecado y disfrutarlo me llevara al infierno, no me importaría pasar el resto de la eternidad en el infierno.
"... como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden..."
Gray sonrió para sus adentros, sabia que eso era lo que quería escuchar.
Cuando estuvo totalmente a dentro de Natsu comenzó a moverse inmediatamente. Natsu soltó un grito ahogado pero lo estaba disfrutando, nunca había sentido una sensación así en su vida. Ni en sus fantasía más extrañas logro imaginar eso.
Ambos están en un punto en que tocaban el cielo y el infierno al mismo tiempo.
Como si el destino tratase de jugarles una mala jugarreta hizo que Gray cayera en cuenta de lo que estaba pasando y algo dentro de sí decía que parará porque Natsu era su mejor amigo.
"... no nos dejes caer en tentación..."
No podía evitar dejar de hacer eso, había caído en la tentación y ahora tenía la necesidad de sentir el calor de Natsu contra su frío cuerpo. El cuerpo de Natsu se aferraba más al de Gray, sus dedos estaban enredados en cabello oscuro de su amigo.
Las embestidas se hicieron más rápidas y el choque de las pieles se hacia más sonoro solo opacados por los gemidos de placer del dragon slayer, en ellos se podía escuchar torpemente como pronunciaba el nombre de Gray.
"... y libranos del mal"
–Natsu – gimió Gray al sentir como se venía en el interior.
El moreno tomó el miembro aun excitado de Natsu y comenzó a masturbarlo frenéticamente hasta que termino corriéndose en su mano.
Eso estuvo mal y ambos lo sabían, sabían que no tenían que haber hecho el amor sin tener el sentimiento. Su deseo de sentirse amados los llevó a hacer algo que cambiaría su amistad. Y tal vez nada podría ser igual.