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Acaricia mi alma por Doki Amare Peccavi

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Cap. 24: Cazadores.

 

(*) ¿Te mantendrás firme, cuando cada uno de ellos...

... se dé por vencido o se rinda? Dime.

 

— ¿En dónde mierda estabas? —

 

— Andaba por ahí. — Milo observó a DM bufar, cada día le notaba mucho más irritado, él mismo en ese momento no tenía el humor para ser cuestionado, sabía que Dita y Shaka podrían interceptarlos en cualquier momento, así que no sabía siquiera si el estar en el escenario era muy buena opción. — Me siento un poco mal..., tal vez no deberíamos tocar hoy.

 

— ¿Hablas en serio? — Kanon había virado su cuerpo enseguida, con el bajo en manos, mientras calentaba las cuerdas. — Estamos ya en el escenario Milo, no podemos sólo cancelar.

 

— Kanon, yo ya estoy harto de todo esto, ya ni siquiera es divertido, tenemos que forzar a Milo a que acuda a los ensayos y a tocar no se diga, llega rayando en tiempo y ahora nos dice que se siente mal y quiere cancelar. ¿Por qué no hacemos esto por última vez? Te comportas como se debe, tocamos y a partir de esta noche que se vaya al carajo la puta banda.

 

— Pues que sea así. — Milo subió al escenario, hasta no haber afinado la guitarra, conectó a la bocina y ya la gente se mostraba ansiosa por escuchar música, no específicamente por el gran éxito que tenían, sino porque a eso iban, a escuchar música en vivo. 

 

— ¿Qué te pasa Milo? ¿Sigues molesto por lo de Saga? — Las luces iluminaron el escenario. DM inició con la batería, Kanon no obtuvo respuesta de Milo porque su atención se centró directamente en el público, empezó el acompañamiento con voz y dejó a todos en silencio.

 

Antes de que Kanon se incorporara con el bajo, ayudó a Milo con los coros.

Y después todo fue una bomba de energía, había demasiada tención ahí arriba como para no transmitir la frustración en sus letras.

 

Nunca nada viene

sin consecuencias o costo

 

—  And you’re standing on the edge, face up because you’re a natural — Todo estaba jodidamente bien con la banda, era una peque que con ellos las cosas fueran de mal en peor. —  A beating heart of stone, you got to be so cold. To make it in this world

 

.*.

 

Dime ¿Se alinearán las estrellas?

¿Entrará el cielo? ¿Nos salvará de nuestro pecado?

 

Mu se recostó en el sofá, apenas si podía diferenciar realidad e ilusión; Era estratégico, así que apenas había salido Saga del departamento, buscó en la habitación “algo que lo hiciera sentir bien”. Estaba al borde del éxtasis, podía sentir poco a poco el malestar de días anteriores se había ido.  

 

Después la puerta se abría, de nuevo una silueta que ingresaba y antes de que pudiera decir nada, una bolsa fue arrojada justo a su rostro.

 

— Saga me dijo que necesitabas algunas cosas. — Mu entrecerró sus ojos, intentó observar el contenido de la bolsa, pero ¡Bah! Al diablo con todo. Se puso de pie, tomo de un brazo a la persona que recién ingresaba a la casa. Escuchó algunas cosas caer al suelo, no le importó.

 

— No necesito nada para lo que vienes. — Una sonrisa sugestiva, sus ojos verdes empezaban a enrojecerse. Podía ver pequeñas motas de colores salir de la boca de aquel sujeto. Sonrió con picardía. ¿Qué clase de persona hacía eso? — ¿Vas a… pagarme?

 

— Vaya… ¿Y ahora eres mi puta personal?

 

— ¿Vienes… a platicar? — Mu lamió sus labios, levantó los brazos para sacarse la sudadera de Saga, su piel blanca quedó a la vista, tenía unas curiosas marchas en su pelvis, pero eso tampoco importaba. Se retiró el pantalón y completamente empalagoso se pegó a aquel tipo.

 

El rostro de aquel sujeto… le recordaba algo, veía unos profundos ojos azules, un gesto severo, pero en segundos todo se distorsionaba. Se distrajo un segundo, cuando su miembro fue envuelto con una mano. Bajó la cabeza para ver como empezaban a estimularle y podía jurar que un montón de sensaciones que no conocía le hacían responder a las caricias.

 

Ese es el precio que pagas

Dejar atrás el dolor de corazón, deséchalo

 

Le quedaba apenas si un poco de consciencia.

Era obvio que había necesitado ayuda para alterar su brújula moral, por eso, cuando le indicaron que terminara de rodillas sonrió. Era un maestro del disfraz, con la mirada nublada y los labios entreabiertos recibió un trozo húmedo en su boca. Tragó profundo, aceleró su respiración, pero no había tregua para las arcadas.

 

Estaba demasiado ocupado intentando no ahogarse que el tirón de sus cabellos pasaba a un segundo plano… y después un montón de colores habían salido de aquel trozo de carne.

 

Era un arcoíris líquido, la euforia aumentaba y poco a poco aquello le fue contagiado. Necesitaba recordar momentos realmente felices para imaginar que todo aquello tenía sentido. Los momentos más felices de toda su vida los había vivido al lado de sus amigos.

 

Camus era su ancla a la realidad, Dita quién le daba la confianza de poder lograr las cosas… y

 

— Shaka— jamás había recibido tanto amor de alguien, como lo había recibido de él. Aquella mirada azul penetrante que lo observaba le hacía pensar en Shaka. 

 

Pensaba que, a pesar de ser un color similar, la forma en la que miraba era completamente diferente. Jamás habrá en el mundo alguien que me mirase como él.

 

— ¿Shaka? — Por el jalón de cabellos tuvo que ponerse de pie. — ¿Estás pensando en él mientras te toco? —

 

Por supuesto que pensaba en él, en aquel momento no podía sacarlo de mi cabeza. Si no hubiese pensado en Shaka todo aquel tiempo, no hubiese podido sacar fuerza de aquel cuerpo tan débil.

 

— Shhh… — Mu levantó ambas manos para tomar aquel rostro, de puntitas quedó suspendido y atrapó con sus labios. El sabor de la esencia de aquel sujeto se había quedado impregnada en su paladar.  

 

Había intentado llevar el control, pero una vez que aquel sujeto fue tentado y se colocó sobre él, el daño se hizo. Sus gemidos se mezclaron, su piel mordida. El cabello lila quedo pegado en su rostro después de tanto sexo.

 

Respiraba lento, con el rostro hundido en la almohada mientras aquel sujeto se vestía.

 

“Vuelve pronto”

 

.*.

 

— ¿Cómo que los has traído? — DM miró en dirección en la que Milo apuntaba con su dedo. Aquellos dos sujetos…, había pensado no tener que verlos nunca más. —

 

— ¿Para qué? — Kanon frunció el ceño, una cosa era que Milo estuviese molesto con él y DM, otra muy diferente que se metiera en asuntos que no le correspondían, que se metiera con los sujetos que habían complicado todo con Saga.

 

— Porque no encuentran a uno de sus amigos y… tienen la seguridad de que está con Saga, por eso es necesario que les digan si saben en dónde está. 

 

— Eres un tonto Kanon, ¿No crees que puedan estar buscando a Saga para ocasionarle problemas? — Definitivamente tú eres una de las razones por las que Saga no regresa, siempre complicándolo todo y haciendo un drama por cualquier cosa. Tú eres quién nos mete siempre en problemas.

 

Mejor ser el cazador que la presa

Y estás parado en el borde, con la frente en alto

 

— Calla DM, no vamos a pelear ahora entre nosotros. — Kanon negó, dejo su bajo a un costado del escenario y bajó las escaleras. — Si lo que quieren esos tipos es hablar, hablemos.

 

Caminó en dirección de la barra, esquivó a algunas de las mujeres que se le ofrecían porque tenía un asunto que terminar de una vez por todas. Llegó con aquellos sujetos, ellos se pusieron de pie enseguida.

 

Y el rubio fue el primero en encararlo.

Los ojos de ambos resplandecían maravillosamente con la luz neón. Miradas azules con diferentes intenciones.

 

— Es mejor que se vayan. — Milo intentó apartarlos, pero DM lo detuvo por detrás.

 

— Tú les diste los boletos ¿No? Así es hora de que pase lo que tenga que pasar. —

 

— Shaka… ¿No? — El rubio asintió. — Bien, pues Milo nos ha dicho que están buscando a su amigo y yo y mis amigos no tenemos ni puta idea de dónde esté. También dice que están buscando a Saga porque tiene algo que ver ¿No? Pues si mal no recuerdo fueron ustedes quienes antes dijeron que no tenían nada que ver con mi hermano, así que ahora no esperen que sea yo quién les ayude en algo. Se los diré de una vez, no sé en dónde está mi hermano… y aunque lo supiera no se los diría.

 

— ¿No entiendes nada? No estamos buscando a Saga, estamos buscando a nuestro amigo y sabemos que está con Saga porque él nos lo dijo… — Shaka viró la mirada. Habían acordado que Dita se mantendría en silencio, pero aquella intervención juraba, parecía muy prometedora. — Mu nos dijo que estaría con Saga, pero lo que no saben es que alguien está detrás de Mu ¿Recuerdan a los sujetos del tiradero? Si los encuentran antes que nosotros, van a matarlos a ambos. Jaque Mate... 

— ¿Cómo sabemos que no están mintiendo? — DM soltó a Milo sólo para ser él quién encarara a Afrodita. Milo estaba completamente paralizado por aquella semejante mentira, sin embargo, si Kanon y DM no sabían nada de Saga… ¿tendrían que ceder?

 

¿Me dejará alguien ver la luz entre la oscuridad

… y la sombra de los árboles?

 

— Ellos tienen razón. Yo… he visto a esos sujetos buscar a Mu. — Y si Milo respaldaba aquello, no podía tratarse de una mentira. Kanon y DM intercambiaron miradas. Un poco menos a la defensiva el menor de los gemelos bufó por lo bajo.

 

— Mierda… sabía que Saga se estaba metiendo en problemas.

 

— ¿Sabes en dónde está? — Shaka preguntó, pero se encogió los hombros cuando el sonido de una guitara empezó a sonar. Una nueva banda estaba subiendo y en aquel lugar no podían aclarar las cosas como era debido.

 

— Lo mejor será que salgamos de este lugar, necesitamos hablar y aclarar algunas cosas.

 

.*.

 

Mu no había dormido nada, apenas escuchó los pasos alejarse, se levantó de la cama y cuatro metros adelante estaba el baño. El azulejo blanco le jugaba para mal, le mareaba aún un poco la sensación de vació, así que mientras talló su cuerpo, mantuvo los ojos cerrados.

 

No preguntes mi opinión

No me pidas que mienta

 

¿Qué si se pondría a lamentarse? No. Por supuesto que no. Tan rápido como pudo salió del baño, recogió la ropa sucia y la arrojo a la cama, se envolvió con una toalla aún húmeda y rebuscó que podía ponerse.

 

Que Saga se encargara de aquel desorden. Salió en dirección al sofá para descansar por fin y notó que estaba solo, en el suelo había más ropa y un paquete de billetes. Recordaba apenas que hacía horas antes le habían arrojado aquella bola a la cara, pero enseguida se arrojó a tomar todo.

 

Con una sonrisa se sentó en el sofá, se desvistió y vistió nuevamente con ropa que era para él y aunque aún le quedaba un poco grande, sintió una pizca de humanidad en aquel acto cuando de tantas telas salió un pequeño paquete de chocolates.

 

Pero aquello no era todo.

Con esos pequeños chocolates, cayó en una enorme bola negra con un grillete que se aferró a uno de mis pies.

 

¿Qué está pasando?

Mirando por el cristal encuentras el error del pasado

 

Mu encogió sus piernas, las dobló en flor de loto y un ligero dolor en su espalda le regresó a la realidad. Levantó la mirada hacia la puerta y observó que ésta estaba entreabierta.

 

Debí tratarse de una broma.

Se levantó enseguida, la abrió de golpe esperando encontrar a alguien afuera pero el pasillo estaba completamente solo.

 

¿Había sido aquello una caridad? ¿Podía esperar aquello de alguien que regalaba chocolates?

 

De prisa Mu corrió al sofá, sacó de bajo su mochila y sus tenis, guardó el dinero, ahí tenía también dinero de la vez anterior y las pastillas que había robado de vuelta, a Saga. Por supuesto que no lo pensó dos veces, con las pocas cosas que tenía, salió del departamento, no sin antes dejar en la mesa del comedor, la caja de chocolates intacta.

 

.*.

 

— Bien, ¿qué es lo que ustedes tienen pensado hacer para encontrarlos? Por qué si me están buscando, imagino que tienen un plan — DM no podía creer que Kanon hubiese accedido a escucharlos, no sabía si habían olvidado que esos tipos casi se roban su camioneta, o que habían sacado un arma de la nada para disparar al aire y asustar a otros sujetos.

 

— Pues estamos seguros de que tú sabes en dónde está y si no, por lo menos sabrás en dónde encontrarlo.

 

— Nosotros estábamos seguros de que ustedes sabían en dónde estaba antes, pero tampoco era así. Pueden confiar en que no estoy mintiendo. — Kanon y el rubio, DM veía con mala cara todo aquello, también la íntima forma en la que Milo observaba al afeminado. Sin dudarlo siquiera, se colocó entre ellos para eliminar toda aquella tensión.

 

— Ya te lo dijo Kanon e imagino que antes ya habían hablado con Milo y les aseguro lo mismo, nosotros no sabemos en dónde está Saga y si está en peligro lo mejor es que se haga la denuncia directamente a la policía ¿No? ¿O se creen que ustedes son los suficiente para resolver este tipo de cosas? No son más que unos niños. — Y él, Kanon, Saga y Milo también lo eran. ¿De qué iba todo? — No sé tú Kanon, pero si tú no pones la denuncia, le diré a mis padres que lo hagan.

 

— ¿Y crees que no lo ha hecho antes Dohko? — Kanon lamió sus labios, DM sabía a la perfección cuando empezaba a salir de sus casillas. — Pero con la llamada que hizo se dio por detenida la búsqueda. Así que, aunque digamos que “Ahora sí están en problemas” van a fingir que lo buscan.

— Pues entonces ustedes, ¿Por qué no reportan como desaparecido a su amigo?

 

— También se comunicó con otro conocido, dijo que estaría bien. Pero sabemos que no es así. —

 

—  Bueno, pues si ya ambos dijeron que están bien. ¿Por qué no creerles? — Observó la mirada de Milo, tan penetrante como siempre, peor no le intimidaba lo que alguien sin honor pudiera hacer. — Yo no voy a caer en este tonto juego, me voy a casa.

 

— ¡Mierda DM! ¿No te das cuenta de que hablamos de Saga? ¿Crees que él se quedaría de brazos cruzados si algo te ocurriera? — DM empujó a Milo, en verdad quería irse a casa. — ¿Por qué huyes? ¿No será qué tu sabes algo que nosotros no?

 

— Estás loco, loco de remate y todo por frecuentar a esa maricona… yo ya sabía que frecuentabas aquella zona antes de venir al club, pero no creí que te estuvieses metiendo con algo como eso. — Y señaló a Afrodita. — Te ha estado metiendo cosas en la cabeza y ahora imagino que también algo más.

 

— Eres un idiota, lárgate si es lo que quieres, no te necesitamos, te vas a quedar solo DM, porque no eres capaz de ponerte ni un puto momento en el lugar de otros, maldito retrograda, para que lo sepas y te quede muy claro, sí tienes razón, me gustan los hombres.

 

Muy dentro de mí, me estoy volviendo negro,

me desvanezco

 

“Maldito Maricón”

 

Estaba siendo un estúpido.

Hablaba sin pensar porque él así era, se le iban los humos a la cabeza y nublaban la materia gris que le quedaba.

 

Pero justo en ese momento, quedó enmudecido. Por supuesto que no pensaba que Milo tuviese algo que ver con Afrodita, pensaba más bien que era tan estúpido, tan de buen corazón, tan bobo e ingenuo que siempre terminaban engañándolo y metiéndolo en problemas.

 

Estaba molesto porque Kanon estaba cayendo en ese juego.

 

Pero jamás pensó, que Milo terminaría la discusión con semejante confesión.

 

— Nos estamos desviando del tema. — El rubio había tomado la palabra nuevamente, parecía que era el único afectado por todo. — Pero ustedes tienen mucho que hablar, así que nosotros nos vamos… Milo. ¿Nos vemos mañana en el lugar de siempre?

 

.*.

 

Al llegar a la planta baja, tendría que correr tanto como le dieran sus piernas.

 

Y corrí.

 

Y corrió tanto que estaba seguro que llamó la atención del portero, cuando salió del edificio, cruzó una que otra calle sin mirar a ambos lados. Corrió hasta que perdió el aliento y cuando se detuvo, muchas calles adelante, echó a reír.

 

Reía porque ni el dolor en mi trasero me había detenido.

 

Pero el esfuerzo, los estragos de las pastillas y el cansancio acumulado terminaron por dejarle tumbado en una jardinera.  La gente pasaba, pero no podían ni imaginarse lo que acababa de pasarle.

 

Acababa de lograr su libertad.

No tenía claro que iba a hacer, ni hacia donde tenía que dirigirse.

Lo único que tenía claro es que Saga no estaría nada contento con eso.

 

— Saga… — Mu soltó un suspiro. ¿En qué fantasía estaba pensando? ¿Qué iba a regresar con Shaka y Dita? Iban a huir con el dinero que había ganado y cuando fuese el cumpleaños de Shaka iban a festejarlo en grande.

 

Tomé un juramento con sangre de mi mano,

no lo rompas

 

Pero Saga siempre iba a ser una sombra entre ellos.

¿Sería capaz de volver a buscarlos?

 

Suponía que sí.

La próxima vez que se encontraran iba a ser incluso más monstruoso que ahora.

La próxima vez, seguro no iría detrás de él.

 

.*.

 

— Están completamente fragmentados, no confían entre ellos y Milo incluso va a protegernos. — Shaka estaba recostado en la cama, Dita trenzaba su cabello, ninguno de los dos tenía ni una pizca de sueño. — No estoy seguro de que Kanon o DM no sepan algo sobre Mu, pero sé que por lo menos Milo va a ayudarnos a vigilarlos.

 

—Ya no serán amigos.

 

— No importa, es mejor así.

 

— Shaka. — Dita iba a preguntar sí ahora podían confiar en Milo, pero no quería hacer tan evidente su estado. Estaba completamente anonadado por la forma en la que aquel chico le había defendido. Porque después de los ataques de DM había exigido que le pidiera una disculpa, porque se había declarado abiertamente gay entre sus amigos y eso, muy en el fondo de su corazón… le daba una pizca de posibilidad.

 

Amaba a Shaka y Mu, pero tener a alguien como Milo en su vida era algo que siempre había añorado. No podía explicarse por qué Camus le había rechazado, pero… aquello no podía tratarse de una casualidad.

 

— Estás en la luna Dita.

 

— No, estaba penando. ¿Qué le diremos mañana a Milo? ¿Para qué lo veremos?

 

Puedo saborearlo, el final está sobre nosotros,

lo juro, voy a hacerlo.

 

— Porque necesitamos que Camus sepa lo que está pasando. Sé que tú no quieres involucrarlo, pero Saga no es algo de juego. Camus tiene que saber que no encontramos a Mu y estoy seguro de que nos ayudará a buscarlo. Nos ayudará a encontrar una solución.  

 

 

 

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«.·°·~*~' continuará ‘~*~·°·. »
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(*) Imagine Dragons - Natural

 

 


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