Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

*~¿Sandía, sandía?~* por Charisma2Min

[Reviews - 186]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Leeme abajo. 

Cuando Minho llegó al baño creyó que todo lo anterior pasado en esas cuatro paredes había sido en vano. Taemin estaba ya en la tina con un mar de burbujas y bonita espuma cubriendo su desnudez.

-           ¡Taemin! ¿Cómo te metiste ahí?- No lo entendía (no es como que entendiera muchas cosas) su pierna colgaba perfectamente fuera de la tina, evitando el contacto con el agua.

-           Hyung,- le sonrió. –Lo que pasa es que-…

-           ¡Shtt!- Le calló. -Prefiero no saberlo.-Y así deseaba por mera salud mental. Un poco incomodo Minho se rasca la nuca y habla otra vez.- ¿Pue…puedes asearte tú solo? –

-           ¿Eh? ¡Si!- Taemin salpica un poco de agua fuera.

-           Bien, solo grítame cuando salgas para ayudarte a cambiar.

-           Nee.

De camino a fuera fugazmente pasea la mirada y ve sus calzoncillos olvidados en una fría esquina del baño. ¿Qué hubiera sido de mí? Solo piensa. Pero el ¨hubiera¨ no existe, era más que obvia la respuesta hasta para él, solo que una parte de su mente unido a su raciocinio y las leyes de la naturaleza lo obligaban a ignorarla. 

Cuando baja a la planta baja; el timbre sonó por segunda vez en el día, hubo un momento por el cual pasó por su mente que los idiotas de sus amigos habían regresado a chingar, pero cuando vio al repartidor de comida tuvo que tragarse el insulto y borrar su expresión de ogro para recibir la comido con una sonrisa y pagar dando dinero de más como propina solo porque se sintió apenado; colocó la comida en la mesa y espero sentado en la silla a que la dulce voz de Taemin le llamase. Se recostó sobre sus brazos y cerró los ojos.

Todo eso sería un nuevo reto. El cuidar a su hermano, el ahora ser ama de casa, el no ir a la escuela, y frecuentar meno a sus amigos y a su novia. El mentirle a su mamá.

Y como si Satanás estuviera en su contra el teléfono de la casa sonó con insistencia. Trotó hasta el aparato y al tomarlo identificó el número de celular de su madre.

Oh Dios.

-           ¡B-bueno!- Hasta la voz delataba su nerviosismo, cualquiera se daría cuenta, hasta él, ya que al escucharse tan débil, se golpeó mentalmente y se pellizcó la pierna  con la otra mano.

-           ¡Minho! ¡Hijo, ¿Cómo están mis amores?

-           ¿Qué? ¡Oh! ¡Si, si! ¡Bien gracias!- Gritó con euforia. -¿Y tú mamá?-

-           Dejando de lado que la empresa pasa por un difícil, que los extraño mucho y que tu padre se mareó en el vuelo…Bien, todo perfecto.

-           ¡O-oh! ¡Eso me alegra!  Aja.- Ríe aún más nervioso.

-           Hijo, te notó nervioso ¿Pasa algo?

Era tan Choi, que era fácil detectar alguna anomalía pasaba con él o con el extraño entorno donde se refugiaba.

-           No mamá, no pasa nada, solo…- Taemin se quemó la mano con agua hirviendo, se astilló el tobillo y estuvo en el hospital medio inconsciente, si, tu hijo menor, ese el que aún no sabe cruzar bien la calle… -Estoy esperando que algo salga de la estufa y me da pendiente que se queme.-

El poder de la mentira.

Me iré al infierno.

-¡¿Tú? ¿Cocinando?! No sé por qué me suena al comienzo de un mal chiste. Ya. Dime. ¿Qué pasa?- Exige.

-           Ya te dije mamá.- Ríe fingiendo bien.-T-Taemin me enseñó algunas cosas sobre cocina y ahora las estoy poniendo en práctica.-

-           ¿Taemin? ¿A ti? ¿Enseñándote? ¿Tú y él? ¿Juntos?

-           Mamá. No lo digas como si fuera la octava maravilla de mundo. Siento raro.

-           ¡Valla! ¡Ya era hora de que fraternizaran!- Minho tuvo que separa el teléfono de su oído si no quería que el grito de su madre destruyera todo su canal auditivo. -¿Cómo está Taemin? ¡Dime, dime!-

-           Bien, ahora está tomando un baño. En un momento bajará a comer.-Si tan solo pudiera andar por si solo a dos pies…

-           Ah, quisiera hablar con él, pero en unos minutos entraré a una conferencia.- Bufa.-Hoy iré a depositar dinero a la cuanta que les dejamos. Los quiero mucho mis niños, pórtense bien, no le abran a nadie, no hablen con extraños y abríguense.

-           Si mamá.

-           Los amo…

-           Y nosotros a ustedes…

-           Adiós bebé. 

-           Adiós mamá.

 

Valla que esa llamada lo había tomado desprevenido y estaba seguro que más de esas se aproximaban con rapidez. Se desliza en el sillón y suspira hondo y pasando saliva.

No creo poder con todo.

Oh pero cuanto entusiasmo. No eran ni las tres de la tarde y su energía ya estaba disminuyendo a un veinte por ciento, la juventud se le escapaba de las manos lentamente.

Muchas emociones, demasiadas emociones ¡Pff! ¡Por favor! ¿Yo cocinando?

Y era bien maldito.

-           ¡Hyung, ya salí!

Oh, oh, tortura comenzando en tres….dos…. ¡Uno!  ¡Pliiiiiiii!

Sonríe con cansancio.

 

 

 

-*-

 

-           Entonces por eso no me gustan los chicharos ni su forma circular.- Mastica lento.

-           Valla que suena traumarte.- Ríe.

-           Fue muy asqueroso también, verlos salir de ahí no fue una experiencia que quisiera volver a repetir.

-           ¡Que asco Hyung!- Se tapa la cara con ambas manitos tratando de dispersar esas imágenes que querían formarse en su mente.

-           ¡Asco tú! ¡No te las imagines!- El tenedor dueña cuando el moreno deja en la mesa el cubierto y se lleva la mano a la frente para comenzar a reír por el momento.

-           ¡Hey, usted fue quien me contó!

-           Pero tú fuiste el que me preguntó por qué los tiraba al cesto de la basura.  

-           Tú elegiste la comida Hyung.

-           Pero a ti te dio hambre.

-           ¡Tsk!- Gruñe Taemin bebiendo del vaso de jugo que estaba a su derecha.

-           Jaque mate por favor.- Minho sonríe victorioso y come otra cucharada de arroz viendo como Taemin le lanzaba una advertencia con los ojos un tanto desesperada pero con una sonrisa pintada en los labios. Arque una ceja divertido y no entiende.

-           ¿Mmm?- Pregunta aún con la cuchara en la boca.

-           Je, es que…la cuchara de arroz que usted tiene en la boca…-Sonríe divertido ocultando su risilla tras el dorso de la mano ahora mirándolo con malicia.

Minho comienza a sentirse asustado. Su estomago da un cosquilleo cuando el menor se inclina un poco por el otro lado de la barra desayunador y le susurra quedito pero lo suficiente alto para que escuchara un secreto desagradable…

-           …tenía un par de chicharos de esos…

Minho rápido se retira la cuchara de la boca y escupe el arroz en la palma de su mano con una asco tan exuberante que hasta parecía actuado, solo que si era de verdad.

-           ¡Ag! ¡Qué asco!- Frunce el ceño y Taemin suelta a carcajada limpia.

-           ¡Ja ja ja!

El arroz de su mano estaba babeado, blandito y caliente, lo mira con asco, su estomago se revuelve y las arqueadas le vuelven cuando entre los palitos color blanco, resaltaba el color verde limón de un par de chicharon que le saludaban con descaro. Arruga la nariz y recuerda ¨eso¨ que lo hizo aborrecerlos.

Puto Key con sus putas marranadas.

Camina con disgusto hasta el cesto de la basura y tira el contenido ahí importándole poco y limpiándose la mano con la camiseta. Taemin apenas recobrara el aliento del ataque de risa anterior, se seca algunas lágrimas y le sonríe amplio.

-           No fue gracioso.-Dice Minho limpiando cualquier rastro de comida que pudo haber quedado fuera del plato.

-           Claro que lo fue.-Sonríe dulce. –La mejor parte fuer cuando escupió eso en su mano. Parecía vomito de caballo.-

-           Taemin.-Le llama serio.

-           ¿Eh?

-           Los caballos no vomitan.

-           ¡¿Ah no?!

-*-

 

-           ¿Qué era eso de lo que querían hablar críos?- Heechul se rasca los ojos mientras cambia el canal de televisión sentado en la cómoda sala de estar de la casa de su mamá, Kai y Jinki después de hacer el descubrimiento del siglo colorieron inmediatamente donde el mayor.

-           Hee, nosotros….nos enteramos de algo malo.- Kai simplemente guardaba silencio mientras Jinki hablaba.

La situación no era buena, Heechul sintió la opresión y el aura negativa desde que sus amigos llegaron, su pecho se había encogido pues sabía que malas noticias traían consigo, prefirió hacerse el desentendido y fingir que a él nada le afectaba.

-           Ya. Hablen, tengo mejores cosas que hacer.- Los canales pasan uno a uno tan rápido que no es fácil ver el contenido ni el programa, Jinki frunce el ceño, eso le emputaba, ellos iban con la mera intención de decirle el horror y pensar en una solución y Heechul simplemente los ignoraba como él solía hacer cuando su mamá lo regañaba.

-           Al menos date el lujo de verme a la cara maldito animal.- Escupió con veneno.

-           ¿Qué te pasa bastardo? Si solo viniste aquí para insultarme es mejor que se larguen ambos.- El mayor se levanta ganando altura y aunque Onew no fuera igual de alto que él, no se queda atrás.

Kai se llena de pánico al ver que las cosas se tornaban feas y suelta un suspiro resignado. Los ojos de Heechul y Jinki se retaban y las muecas de disgusto eran inspeccionadas con cautela por el otro.

-           Yah, no hemos venido a pelear.- Kai levantándose. –Heechul Hyung, esto te importará, y es mejor que te calmes y escuches con intención.-

Hee bufa, lo hace alto y fuerte para que notasen su disgusto, vuelve a tomar a siento pero esta vez cruza la pierna y vira el rostro mostrándose desinteresando pero interesado a la vez.

-           Bien, suéltenlo de una vez.

Los menores se miran entre sí decidiendo quien era que le liberaría tal información contundente, Kai es el de la palabra, carraspea y va al grano.

-           Borreguito es el hermano de Minho.- La cara de Heechul se voltea lentamente hacia ellos sonriendo ampliamente.

¡¿Qué chingados le pasa a este?! Piensa Kai, le da escozor esa sonrisa, es grande y sus limpios dientes se asoman brillando, sus ojos no era más que dos cuencas de pura niebla negra. Algo sabía Heechul que ellos no, y eso, claramente le asustaba.

-           Oh, ya lo sabía.-Responde.

Sin poder creer lo que escuchaban de su amigo abren los ojos incrédulos sintiendo un escalofrió recórrele la espina dorsal.

-           ¡Eres un enfermo!-Gritó Jinki. -¡¿Cómo pudiste?!

-           Hay amigo, te recuerdo que yo no fui el único, tú también fuiste participe de aquello.

-           ¡¡Pero a comparación mía, yo no sabía que era el hermanito menor de Minho!!

-           ¿Qué? ¿Si lo hubieras sabido, aquella vez que lo conocimos, te negabas?

-           ¡Claro! ¡Es el puto hermano de Minho! ¡NUESRO AMIGO!

-           Ah, y un pepino.- Heechul se levanta y camina a la cocina restándole importancia. Eso encabrona más a Jinki y sale tras él. Kai, cohibido, solo se queda en el sofá con la vista perdida en la nada. Estaba asustado, no de que se gritaran ese par de mastodontes, sino, de que aquella información llegara a oídos de Minho. Tenía en mente las miles de cosas que podrían llegar a pasar.

No. Más bien, él sabía las cosas que pasarían.

¿Cómo pudo ocultarnos eso...?

-           ¡No huyas cobarde!- Jinki lo alcanza en la puerta trasera que daba al patio.

-           ¡No huyo! ¡Solo me alejo sin responsabilidad!- Se coloca la capucha de la sudadera y hace el amago de irse de la casa a vaguear.

-           ¿Qué no te importa que sea el hermano de Choi?- Lo ataca. Heechul, piensa. Rememora todos esos años, los juegos, las partidas, los campamentos, las salidas de noche, los juegos de basquetbol, cuando Minho lo salvó de reprobar química, cuando lo fue a ver al hospital cuando un carro lo atropelló…todo eso se acumula como un nido de arañas en su corazón y comienza a doler…pero…

-           Mmmm, no.-

-           ¡HEECHUL!

-           ¿Qué quieres que haga? El niño está bueno y yo tengo necesidades…- Sale al patio de la casa y Jinki no se cansa de seguirlo, lleva el seño fruncido  y su respiración empieza a ser fuerte. No entiende cómo es que su amigo no piensa la gravedad de las cosas. Antes de que Heechul saliera del cerco que separaba su patio trasero y la calle Jinki lo encaró rápidamente interponiéndose en su camino.

-           ¿Qué sentirías tú, si yo, Siwon o incluso Minho le hiciéramos cosas a Jessica?

Jessica era su hermana menor, si a caso tenía once u doce años. Era una suposición enferma, Heechul pareció pensarlo, era más que obvio que no le agradaría aquello, era su hermanita, era una dulce, inocente y linda niña, pero Minho, era Minho y le había quedado claro la poca relación que existía entre ellos. 

-           Es su hermano…por favor entiéndelo.

-           No me interesa que tipo de lazos de sangre compartan, el niño me gusta y me lo voy a tirar.

-           ¡¿ESTÁS DEMENTE?! ¡MINHO TE ARRANCARÁ LOS HUEVOS!

-           Hasta donde yo sé, a comparación mía y de Jessica, a Minho le importa una mierda lo que pase con su hermano, eso me hace el camino más amplio.

Terco como una mula y estúpido como una avestruz.

-           ¡Arrgg, Entiéndelo Heechul!

-           No, entiéndelo tú, yo no quiero entender.

-           ¡¿Por qué?! ¿Por qué no quieres entender? ¿Qué ganas haciendo esto?- Estaba más allá de lo que se decía frustrado, la cosa esta, la mente de Heechul estaba bloqueada, un enorme bloque de hielo le hacía enceguecer y enloquecer de remate. Si bien, él, en una de las oportunidades que se le brindaron hizo lo que quiso con el pequeño, pero al momento de saber que se trataba del hermano de uno de sus mejores amigos, sintió asco de sí mismo. ¿Por qué Heechul no podía tener ni una pizquita de remordimiento?

-           No me gano gran cosa, pero, me calienta el pensar que seguro es virgen.

Y solo así, se fue, dejando a un Jinki asqueado de la nueva personalidad de su amigo que le horrorizaba, quedando de pie en el patio de su casa, le voltearse una última vez cuando caminaba hacia el crucero de la calle y le sonrió, tan sínico y enfermizo que unas arqueadas de asco le envolvieron en estomago. No podría llamarle pedófilo pues no lo era, era más…un depredador sexual.

Lo siguiente seria avisar a Siwon sobre lo descubierto y lo sucedido. El tema era demasiado delicado, debían hacer algo pero ya.

 

 

-*-

 

-           Nee, Taemin, ya vuelvo, iré a la tienda a comprar unas cosas que necesito, por favor ¡No te muevas de ahí!- Le dice tomando su sweater y abriendo la puerta principal.

-           Bueno, no es como si pudiera llegar muy lejos con el yeso en la pierna, pero, intentare no estar tan inquieto.- Irónico.

-           Ja, ja Taemin, no, hablo enserio.-Con eso ultimo dicho, le apunto con el dedo acusón y salió de la casa. No estaba a gusto dejando a Taemin solo después de explicarle significativamente como es que los caballos no eran capases de vomitar, Taemin había quedado un poco inquieto y  con energía de más.

No perdería tiempo, trotó hasta la tienda más cercana y entro con apuro tomando una canasta en el transcurso y disculpándose por  golpear a un señor que iba saliendo del local. Fue por un postre para Taemin, claro, sería sorpresa, porque simplemente le nació compararle algo.

Natilla de vainilla, natilla de vainilla, natilla de vainilla ¡Natilla de Vainilla! Gritó mentalmente triunfal cuando una vez hubo dado con los pequeños potecitos color amarillo que descansaban en fila en el refrigerador. Se apresuro a tomar el único paquete que quedaba pero justo cuando su mano tocó el sixpac otra mano, un poco más morena la tomó también.  Vira el rostro impaciente y se encuentra con unos grandes ojos redondos que le miraban ceñudo.

-           Tu.

-           Usted.

Minho quita la mano del paquete y retrocede un par de pasos alejándose del profesor Jonghyun quien hizo lo mismo de pura inercia.

El mayor sostenía una canasta también, semivacía, un sweater color azul cielo y pantalones ajustados negros.  Era extraño verlo vestir tan normal.

-           Tómelo usted profesor.-Da la iniciativa por comenzar la posible discusión usando un tono de voz algo aniñado pero irónico y sarcástico a la vez.

-           No, tómalo tú, ni me gusta la vainilla.

Minho reprimió una risilla que le oprimió el pecho, por un instante olvidó la atmosfera chocante y defensiva que se había creado desde el primer momento que se conocieron cuando el mayor hizo un perfecto puchero de resignación. No era tan feo ahora que lo pensaba. Minho esconde su sonrisa tras la manga de su sudadera negra y alza la mirada para encontrar a Jonghyun viéndole fijamente el rostro.

Woow, qu-…

-           ¿Dónde te hiciste eso?-Apunta incrédulo el mayor.

-           ¿Qué?

-           Ahí.- El Perruno se acerca lo suficiente hasta quedar escasos centímetros del cuerpo del más joven y con su dedo índice toca a un lado de su ceja izquierda, casi en su sien. El dedo de Jonghyun estaba frio, eso lo hizo dar un respingón y retroceder un par de pasos para ganar su territorio personal. No sería grosero, después de todo, le hizo el día con aquel puchero tan infantil, nada a su aspecto rudo y serio, por eso, respondería con sinceridad.

-           Cuando era niño, me caí de las escaleras.- Con su propia mano palpa su sien recordando el fregadaso que se dio aquel día y sintiendo una porción la piel un poco más suave en una hendidura pequeña. Era su cicatriz favorita, una de las tantas que le hacía lucir más varonil, según a su criterio y el de Yoona.

-           Ah, el joven Choi era travieso de pequeño.- Ríe.

-           Hasta la fecha profesor.- El semblante serio vuelve a ambos y el pitido del refrigerio frente a ellos se vuelve abrumador, Minho lo reta primero con la mirada y Jonghyun no se deja ganar. Relaja los hombros y abre los labios para lanzar el siguiente movimiento, pero un ruido estruendoso hace que los dos morenos volteen a la derecha; donde una señora de avanzada edad derribó con su carrito una pila de latas no muy grande.

-           Oh rayos.-Jonghyun fue el primero en correr a socorrer a la pobre anciana que asustada veía con horror las latas que poco a poco se extendían por el suelo. Comenzó a ayudar a levantar las latas, una a una, volviendo a formar la pila y susurrándole a la anciana cosas que Minho no alcanzaba a escuchar, pero creía él eran buenas, pues la señora no dejaba de sonrojarse y cubrir su rostro con ambas manos.

Nunca terminará. Sentencia Minho. Suspira y viendo con tristeza el sixpac de Natilla de Vainilla, camina hasta donde Jonghyun y se agacha a ayudarle con las latas en un acto bondadoso.

-           Hey, deja.- Jonghyun le da un manotón torpe y el menor gruñe.-Yo lo hago, vamos, tú sigue, yo me quedo.-

-           ¿Y dejarte todo el crédito de buena gente a ti? No gracias, además, ambos volteamos cuando la señora derrumbo la pila.-Dice comenzando a empalmar lata tras lata.-Se volvió también mi problema cuando te acercaste a ayudar, seria descortés solo ver como haces todo el trabajo tu solo.-

Jonghyun se queda con una lata entre las manos y le observa capaz de no creer lo que escuchó. Y ahora es cuando recuerda lo que su primo le decía de vez en cuando: “No juzgues un libro por su portada” Ese dicho encajaba perfectamente en la descripción Choi Minho. Que por cierto no dejaba de darle misterio; ese joven parecía ser una cajita llena de sorpresas, lo sabía, puesto alguna veces (veces que Minho nunca tendría por qué enterarse) lo había observado meticulosamente, tanto en los estudios como en lo físico y deportivo.

“Loco” A veces se proclamaba.

-           Gracias.- Susurra Jonghyun.-Que detalle tan noble, joven Choi.-

-           No es por nada, en mi casa lo valores y la empatía se manejan mucho.- Lo dice, pero no aparta la vista del suelo, como no queriendo encontrarse con la mirada del mayor.

-           Lo puedo ver, Taemin, el también es un joven muy atento y educado, lástima que sus compañeros de clase lo hagan menos…

Espera…. ¿Qué? ¿Los compañeros de Taemin lo hacen menos?

Minho deja de acomodar latas y lento le voltea a ver ahora si interesado en el tema.

-           Disculpe, ¿Cómo?- Se hace el sordo.

-           Si, ya, supongo que ya sabes ¿no? a Taemin se le da un trato algo brusco entre sus compañeros varones, los he reprendido cientos de veces, pero parecen no hacer caso. He tenido que llegar a los extremos de expulsarlos de mi clase en veces anteriores.-

Información demasiado interesante para los oídos de Minho. Hablaría con Taemin, eso era preocupante, su hermano era demasiado frágil para todos esos asuntos de apariencia, “a Taemin se le da un trata algo brusco entre sus compañeros varones”  y sabía perfectamente el por qué, si bien el menor no era de apariencia varonil y mucho menos ruda. A un no tenía indicios de que los bellitos sombrearan su mentón y de que su voz cambiara gradualmente. Vamos, tampoco decía que su hermano fuera una chica, era hombre y sexo lo demostraba bien claro. Sabía que ese “a Taemin se le da un trata algo brusco entre sus compañeros varones”  Era más entre líneas un: “Taemin siendo maltratado, Taemin siendo agredido, Taemin sufriendo golpes, Taemin sufriendo abusos” 

-           Ah, s-si, ya hablé con él.-Miente nervioso.

-           Eso es bueno, veo que su desempeño en las clases a descendido un poco, le recomendaría a tus padres que también lo platicaran, supongo que a ti te lo dijo porque eres su hermano y existe un grado más elevado de confianza, no dejen de hablar con él, comenten sobre la escuela, no dejemos que esto llegue a mayores y tenga que recurrir a un psicólogo por depresión.

-           Claro, yo...Lo comentaré con mis padres para cuando lleguen.

-           ¿Se encuentran fuera de la ciudad?

-           Ah…-Duda.-Pues…

-           Oye, hijo, no es como si fuera un secuestrador o un desconocido, soy el profesor de tu hermano…-Ríe hermosamente apenado de decir aquello.

E hizo que Minho pensara bien las cosas. Después de todo el tipo aquel no era tan malo como aparentaba, era amistoso y agradable hasta cierto punto de relajarle su perfume o su suave voz.

-           Si, mis padres están fuera de la cuidada, me agradaría que tuviera discreción, mi madre es un poco paranoica y no quiere que nadie sepa que estamos solo por blah, blah, blah, cosas de mamás.

-           Claro, cuenta con eso.- Sonríe.

Jonghyun se levanto primero a sacudirse las rodillas y después Minho, una vez hubieron terminado de apilar la latas y la anciana les hubiera agradecido y disculpado dejando un sonoro beso en la mejilla de ambos.

Minho le limpia los restos de labial rojo de la mejilla con la manga de su sweater y Jonghyun le imita pero con una servilleta que sacó de su bolsillo. Ya era hora de marcharse y los dos lo sabían, Minho hace una extraña, torpe y nerviosa reverencia a su mayor, dejándole en claro que después de todo le cargaba un poco de respeto y luego desapareció de la vista del maestro. 

-           Pareces ser alguien que necesita ser domado, joven Choi.- Pensó divertido. Juntó su canasta del suelo y él también comprendió viaje a seguir haciendo sus compras. No antes sin llevarse esas Natillas de Vainilla.

 

Fue menos de quince minutos los que tardó recopilando todo lo que necesariamente (según él) a Taemin le agradaría comer, y ahora que lo tendría día y noche ahí, debía compara cosas para entretenerlo, cosas que le gustaran a los niños. Galletas, dulces, cosas con colores llamativos y que fueran chiquitas para las manitos de Tae.

Paga todo, y el niño que embolsaba le da a cargar un par de bolsas color blanca con su contenido, le sonríe y le agradece revolviendo sus cabellos castaños, porque ¨Hey, te pareces a mi hermano¨  y una tímida sonrisa le agradaron. Sale por las puertas corredizas que le hacían sentirse como Moisés cuando separó las aguas. (Solo que él separaba las puertas con una sonrisa boba en los labios)

 

 

-           ¡Choi!- Voltea por instinto cuando escucha su apellido que tanto le enorgullecía y se vuelve a encontrar con el profesor cara de perro.

-           ¿Mande?-Pregunta dudoso cuando ve que el profesor había emprendido carrera, al parecer llevaba minutos intentando alcanzarlo. Cuando ya lo tiene frente a él, solo sonríe al ver su rostro atontado por la falta de aire.

-           Ten…-Y del interior de sus bolsas saca el sixpac de Natilla de Vainilla.-Tómalo, seguro y a ti y a Taemin les encantan.- Sonríe dulce.

Oww.

Minho lo sostiene entre sus manos y parpadea rápido ante tal muestra de ¿amistad? Y siente feo cuando le ve rascarse la nuca claramente incomodo. Minho se mueve rápido también y de sus cosas saca un paquete de galletas de vainilla.

-           Tenga, tal vez no sea Natilla, pero es vainilla, a Taemin seguro no le importará compartirla con usted.- El mayor las toma y en agradecimiento hace un reverencia.

-           Gracias Choi. Por favor cuídense mucho.

Minho casi nunca solía ser así de amigable y atento con otras personas, por eso, ahora que lo era una extraña calidez se situaba en su corazón. Por mucho tiempo solo estuvo arraigado a Yoona y su amor, a Yoona y sus caprichos, a Yoona y sus cosas de mujeres; era grato compartir con otra persona que no fuera Yoona.

-           Muy amable Profesor Kim.- Comprendió caminata. A lo lejos ya veía a Jonghyun hacerse chiquita hasta que lo volvió escuchar gritar.

-           ¡Choi!

¿Ya será costumbre gritarnos? Pensó divertido. Hizo una señal con los brazos diciendo que le escuchaba.

-           ¡Linda ropa interior! ¡Cuando te pusiste de pie allá en la tienda te vi todo!- Y sin más salió corriendo como un crio.

Minho se puso rojo.

¡Putoputoputoputoputoputo!

Piensa Minho mientras siente como el rubor le sube hasta las mejillas coloreándoselas de un rojo intenso. Pensó en ese momento y llegó a la conclusión del por qué había  notado una leve corriente de aire en su rabadilla. Aprieta las manos entre las correas de las bolsas plásticas hasta que sus nudillos que quedan sin ese liquido rojo que lo mantenía vivo. Estaba enojado, su ceño se fruncía con gravedad y gruñía como un animal.

 ¡¡Es un hijo de la chingada, maldito profesor de mierda! ¡Ya se las verá! Confianzudo, maldito pervertido. ¿Qué se cree gritando eso en plena calle?!!

Y eso solo era el principio de algo bueno.

-*-

 

Cerró la puerta tras de él adentrándose en la casa.

-           Hey, llegué.

-           ¿Por qué tardó tanto Hyung?- Taemin pregunta con un puchero en los labios y cierta preocupación en su tono de voz. Minho mira el reloj que colgaba en la pared frente a él y se da cuenta que demoró más de media hora, cierta culpabilidad de sitúa en su interior.

-           Lo lamento, es que me encontré con el maestro Jonghyun.-Camina frente al pequeñín que al escuchar su nombre sus ojos brillaron y una sonrisa incapaz de reprimir le dominó el rostro.  

-           ¡¿Preguntó por mí?!- Emocionado.

-           ¿Eh? Si, de hecho…charlamos un poco sobre ti y la escuela…-Menciona. En un rápido y apresurado movimiento coloca las bolsas en la mesa y regresa a la sala de estar donde Taemin.

Ya no existía ese brillo en los ojos que lo recibió y mucho menos una sonrisa encantadora, al instante supo que algo pasaba.

Taemin juega con sus dedos cabizbajos y mordiéndose el labio inferior, con detenimiento, el mayor Choi inspecciona que su estado de ánimo decayó un grave porcentaje y no puede evitar preocuparse. Se sienta junto al niño.

-           Y… ¿Y qué le mencionó?-Pregunta nervioso.  

Comenzar suavemente sería lo mejor. Ir adentrándose poco a poco en el tema era una buena estrategia para que Taemin pudiera abrirse libremente y sacar sus penas sin ser juzgado.

O ir al grano.

-           Taemin, haremos esto rápido, sé que eres muy delicado con estos temas. Por lo mismo tenemos que darle una solución.

¡¿Qué tanto le habrán dicho a Hyung?! Pensó con horror. Taemin estaba muy incomodo, no creyó que su maestro hubiera hablado de ello para hacerle algún daño, al contrario. Tuvo que tomarlo como una forma de su maestro por mostrarse preocupado. Eso era bueno hasta cierto punto porque, estaba cagado si ¨Si él sabe aquello, de ahora en adelante nada sería como hoy¨  Prefería mil veces ocultar la verdad sobre ¨ellos¨ a que la hermosa atmosfera entre ellos que apenas comenzaba a tomar forma se rompiese como una figurilla de cristal.

Le ruega a lo que sea que intervino para la creación del mundo y se arma del valor suficiente para izar el rostro lleno de inseguridades y con los ojos apunto de derramar lágrimas.

-           Por favor diga lo que sea necesario.

-           Tu profesor me dijo que… habías tenido algunos problemas con unos chicos de tu clase, ¿Eso es cierto?- Y dijo ¨unos¨ por no utilizar ¨los¨ refiriéndose a todos.

El castaño suspira resignado y asiente quedito al borde de las lágrimas. Minho se dio cuenta de ello.

-           Hey, tranquilo, no tienes por qué avergonzarte. Es normal que a veces tengamos problemas con compañeros de clase.- Su voz compresiva sale a flote cuando la primer lágrima resbala por la pálida mejilla, Taemin estaba siendo fuerte en esos instantes, tenía mucho valor. Minho lento estira el brazo y toma la manito de Taemin suavemente proporcionando caricias lentas con su pulgar en el dorso de esta.

Taemin se deshizo con su toque.

Era lento, cálido  y necesario, su mano era grande, era masculina y bonita. Le gustaba verlo con ese brazalete que sus padres le había regalado en su cumpleaños dieciséis, hacía un contraste hermoso son el moreno de su piel.

Taemin tiembla cuando escucha la voz de su hermano muy cercas.

Cerquitas más bien, demasiado, y no es ninguna alucinación, el moreno realmente si estaba próximo a él, se había recorrido en el sillón hasta llegar a su lado, acercándose a su oído y susurrando palabras que más que proposición sonaban a mandato.

-           ¿Quieres contarme?

El aliento fresco lo obliga a suspirara quedito y a limpiarse los ojos con ambas manos. Se sentía bien cuando su hermano le hablaba cercas y solo para él, prohibiéndole sus susurros y notas vocales a cualquiera que estuviera lejos de su espacio intimo (que habían creado ellos dos) No sabe qué es ese cosquilleo que le causa en el estomago pero lo encuentra curioso y relajante, así que calla sus inquietudes disfrutando. Sus ojos almendrados suben con curiosidad y se encuentran con los otros, tan grandes y profundos. Las pestañas de Minho se ondean en cámara lenta (o al menos así las vio él) casi sintiendo una leve corriente de aire llegarle al rostro, era demasiado largas y negras, eran una tentación para cualquiera. La atmosfera se vuelve rosa y liviana, las palabras se le atoran en la garganta cuando baja con lentitud inspeccionando el rostro de su hermano mayor, las pequeñas cicatrices, sus cejas, su nariz recta, sus pequeñitos lunares, esos que eran más lindos cuando los veía así de cercas, sus labios, redondos y sabes a vista, llenitos.

-           Solo…si;- ¿Qué estoy haciendo? –Solo si…- Lentamente se va inclinando con un objetivo, Minho parece confundido, pero no se mueve, eso es el incentivo perfecto para continuar con su locura. ¿Por qué me siento así?  El espacio entre ellos iba reduciendo con gravedad, ya era peligroso continuar con ello, ¿Qué si lo hacía? ¿Qué si se negaba? ¿Qué si le reprochaba? ¿Qué si le gustaba? La adolescencia era una de las etapas más confusas y extrañas por la cual pasaría un humano. ¿Por qué no puedo parar?

Sin remedio alguno, sus labios dieron a chochar con los contrarios una segunda vez. Ya no era como en el centro comercial, era diferente, es vez no era un rozón. Era un beso como se mandaba.

Ambos labios estaban unido en una tierna fricción, cientos de sabores y colores se dispararon en la mente del joven Choi, era cálido, le daban cosquillas, una explosión de extrañezas, se sentía liviano y su estomago estaba incontrolable. Los labios de su hermano eran esponjosos y suaves. Tan de Minho.

La respiración de moreno era pausada. Su mente borró todo. TODO. Lo que se dice todo, borró cualquier indicio de salidas de casa, borró recuerdos con Yoona, borró risas y lágrimas y solo para concentrarse en el momento. Taemin, su hermano, besándole.

Parpadea lento, ve que el menor tiene los ojos cerrados, no mueve los labios, lo asimila y no encuentra explicación más que un sentimiento delicioso que comenzaba a emanar de él.

Era el primer beso de Taemin, de sus vírgenes y rosados labios de bebé.

Un pecado más que agregar a la lista de ¨Cosas que te llevarán al infierno¨ que había comenzó a escribir con anterioridad.

Cuando Taemin cree que ya es suficiente, se retira de la boca contraria. Esta sonrojado endemoniadamente lindo.

Debería estar asustado y gritando cosas horribles que atentaban contra la salud mental del crio; pero no fue así, ¿Por qué? Porque el beso no le disgusto, no le causo ninguna repulsión, no fue bruto y sin sabor.

Todo lo contrario.

Minho disfruto el cálido rose de sus labios en uno de los besos más inocente y bello que hubiera podido dar en toda su vida. Era extraño que su corazón bombeara sangre hasta su cara. Nunca se había sentido así.

Ni siquiera con Yoona.

Taemin le sonríe dulce, él sabe que lo hizo sin ninguna mala intención.

¿Por qué eres tan hermosamente inocente? ¿Por qué no paro de pensar que soy un maldito abusón cuando estoy a tu lado? Explícame por favor, necesito escucharte…

-           Taemin…-Susurra.

-           ¿Si?

-           ¿Quieres Natilla?  

Notas finales:

Seeh, sé que puse algo de una revista Porno ene Tuve que acortarlo, porque era muy largo y soy bien pinshi malo y no les qieria dejar disfruar de mñas, tambien sé que me tarde un chingo en actualizar y varias crían que ya no volverian a saber del Fanfic, pero BITCHES ACÁ ESTA SU PAPI CHARISMA PÁ QUE SE LO LINCHEN. 

-*-

 

SE PUSO BUENA LA COSA!!!  Me gustó este capitulo, disfrute escribirlo, disfrute mucha cosas hoy, MUCHAS. Incluyendo a un amigo que crei perdido.

 

C2MIN.

Psd: Dedicado a Allison, mi bella niña, ese beso fue para tí. 

Pos nos leemos pronto querido hermoso público, ansio, leer sus RW 

Pongan RW *n* 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).