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*~¿Sandía, sandía?~* por Charisma2Min

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Notas del capitulo:

NOTAS FINALES PLOX.

 

-       Es un gusto volver a verle joven Choi.- Taemin aleja su concentración de lo que escribía para subir el rostro y encontrarse al maestro Jonghyun con un libro en la mano.  –Después de su ausencia en la escuela por dos semanas, no había muchos prospectos que leyeran tan bien como usted.-

-       Oh, es bueno también verlo a usted.- Le sonríe.- Pero… me gustaría saber cómo es qué se enteró de mi accidente, puesto, no había pisado la escuela en esas dos semanas.-

Jonghyun vuelve a abrir el libro y con amago de comenzar a caminar entre las filas de alumnos leyendo e inspeccionando, pícaramente le giña el ojo.

-       Un pajarito me dijo… bueno en este caso fue un  Rottweiler.

Taemin lo sigue con la mirada confundida hasta verlo desaparecer por su vista periférica.

-       Pero… los perros no hablan.- Susurra bajito haciendo un puchero.

No, ciertamente, pero el Rottweiler del que hablaba Jonghyun medía cercas de un metro ochenta y seis, era moreno y se cargaba un maldito genio de la chingada. Porque lo supo cuando preguntó por Taemin y el chico con complejo de ¨Yo soy un puto semental pura testosterona¨ le semi-gruñó la respuesta y se fue con aires de majestuosidad. A decir verdad no lo entendía, aquella vez se había comportado tan amable en el centro comercial que le intrigaba sus curiosos cambios de comportamientos.

¨Choi, eres un joven tan interesante¨ Pensó Jonghyun.

No habrían pasado más de cinco minutos cuando un papel bien doblado cae en la mesita. ¨ ¿Eh?¨  Voltea a ambos lados no encontrando remitente… y lo abre.  En una linda caligrafía, el suave grafito resaltaba  en la hoja blanca, con signos de puntuación bien puesta, redactada a la perfección...

¨Aléjate del profesor Jonghyun, no quiero que estés cerca de él o te irá mal Choi¨

Eso era nuevo.

-       Solo quieren intimidarte, no te dejes Taemin.

Ah, no me digas…

Decide no tomarle importancia y darle una muestra de lo que estaban hecho los Choi, con valentía se levanto de su asiento arrastrando la silla para atrás queriendo llamar la atención de todos, tomó el papel mandado y ante la mirada atenta de algunos ojos curiosos incluyendo al maestro, hizo bolita el papel. Camino hacia el cesto y lo tiro sin  remordimiento alguno… bueno, hasta que observó como su compañero Niel se removía incomodo con una sonrisa socarrona en los labios.

-       Oh, oh, así que él la mandó… Creo que estás en problemas.

Deja de decirme cosas obvias.

-       Es una sugerencia Taemin, pero, sería mejor que en cuanto toque el timbre de salida comiences a correr, porque este tío tiene cara de que en cuanto pueda te joderá.

Su subconsciente no mentía, Niel tenia la mandíbula tensa y sus puños apretados, había tomado el movimiento de Taemin como un reto. Sin duda había hecho una estupidez.

Rayos…

Taemin bajó la mirada apenado de su comportamiento y regreso a su asiento nervioso de lo que podría suceder a la hora del final de clases.

-       Espero y traigas contigo tu inhalador.

Toma con las manos temblando el lápiz y finge cierto interés por sus lados redondeados.

El profesor Jonghyun vuelve a pasar por su lado y hace una pausa al ver esa sedosa cabellera castaña tan cabizbaja.

-       ¿Hay algún problema?

Taemin niega solamente.

-       Choi…

-       No profesor.- Irgue su cuerpo, -No hay ningún problema, solamente sentí requerir mi inhalador por un momento.- Sonríe.

-       Taemin, por favor si sientes que está por darte una crisis no dudes en salir a tomar aire, yo entenderé, no necesitas mi permiso, cuando salgas de inmediato yo saldré tras de ti.

-       Gracias maestro.- Valla que ese detalle le había sentado bien, por un momento su corazón sintió descansar de las presiones anteriores. –Lo tomaré en cuenta.- Taemin alza su vista y la perruna lo intercepta, no existía una sonrisa en el rostro del profesor Jonghyun pero Taemin pudo leerla perfectamente en sus ojos.

-       Que sea así.

 

-*-

 

-       La de física está bien buena.

-       No mames Siwon, está vieja y tiene cuatro críos. –Ríe Minho.

-       ¿Y? Eso no le quita que tenga buenas tetas y un culo bien.- Se alza de hombros.

-       En eso tienes razón.- Agrega Heechul una vez hubo llegado colgándose del cuello de Minho. -¿De quién hablamos?-

-       De la maestra de Física.-El moreno habla.

-       Que asco; prefiero la carne fresca y pura, ¿verdad?- Codea a Kai.

Kai quien caminaba en silencio simplemente le miró con horror y apretó su andar separándose del cuarteto a gran velocidad desapareciendo por el pasillo

-       ¿Qué le pasa a este?- Se queja Heechul. Siwon se aleja un poco para tirar una envoltura a un cesto de basura.

-       Es que está muy sensible, déjalo.

-       Si mamá Choi.- Se queja Siwon.

Pronto todos comienzan a reír de gracia por la pequeña broma. Salen de la facultad y Minho avisa que tiene que retirarse.

-       ¿Tan pronto? Es jueves de borrachera.

-       Discúlpame Jinki, pero tengo que ir a un lugar, se lo prometí.- Sonríe sincero.

-       ¡Recuerden que nos cambió por su vieja!-Siwon hace una dramatización. –Con suerte y nos sigue hablando.

-       A Yoona no la he visto desde hace un mes, la última vez que se enojó conmigo me mandó a la mierda por teléfono cuando estaba en el hospital.- Informa.

-       ¡Ósea que ya no son novios!

-       No, simplemente está bien encabronada.- Minho suspira, no quiere recordarlo, ese día del accidente de Taemin le había marcado enojada  y como él estaba medio zombi no calló en cuenta sino hasta una semana después.

Si sigue así, me conseguiré un novio que me entienda.

-       Mierda, y yo pensado con que ya no veríamos a la rubia oxigenada.

-       No contamos con tanta suerte Jinki.- Siwon y Heechul se abrazan en medio de la cancha dando alusión a un pésame. -¿Y a quién vas a llevar a sabe dónde Choi?-

-       Ah pues…-Revisa el reloj de pulsera. -¡Carajo! ¡Ya voy tarde! ¡Nos vemos chicos!- Y sale corriendo.

Dejando atrás a sus amigos corre por todo el restante de cancha, esa que dividía la preparatoria con la Universidad y salta la valla de las bicicletas con una rapidez impresiónate. Ya iba retrasado diez minutos.

Espero que Taemin no haya salido ya…

Piensa apresurado, la verdad es que le gustaría darle una sorpresa y llegar antes que él, para que se diera cuenta de que como le prometió, las cosas sería diferentes… Pero solo fue un pensamiento, pues al llegar al lugar acordado lo encontró, ahí, tan lindo en inofensivo como siempre, solo que está vez estaba acompañado… por alguien que era obvio lo estaba intimidando.

Minho ardió de coraje.

Putos niños de Preparatoria.

A paso veloz se acercó hasta donde Taemin que ya casi era acorralado en el tronco de un árbol.

-       ¡Hey! –Gritó ronco.

El chico que lo amenazaba se asustó y dio un gritillo.

-       Hyung…-Taemin agachó la mirada apenado. No quería que su hermano lo viera débil. (Más)

Con el ceño fruncido, Minho jaló a Taemin tras de si  y con bronca ahora fue él, el que amenazó al chico.

-       ¿Qué tu asquerosa mami no te enseñó que está mal ser un busca pleitos?

Niel quedó boquiabierto. Era Choi Minho,  uno de los mejores jugadores de la Liga de Futbol de la universidad, su ejemplo a seguir.

-       Yo…

-       Si te vuelvo a ver intimidando a MI hermano, no me va importar que seas un mocoso de preparatoria, vendré y te patearé ese precioso culo de niño refinado que te cargas.- Y así sin más, tomó de la mano a Taemin y se lo llevó casi a rastras.

Niel no podía con el shock… ¿¡Cómo era posible que Taemin tuviera sangre de Choi Minho!?

-       ¿Estás bien?- Se agacha y lo toma por los hombro dejando sus miradas cercas.

-       ¿Eh? Si… solo, bueno él solo…

-       Sé que te estaba molestando, no tienes porque ocultármelo.

Taemin agacha su cabecita.

-       Me da vergüenza que vean como otros chico me humillan…- Lo dijo…

Minho se quedó boquiabierto. La repentina información le había tocado el corazón, se entristeció pero también se alegró de que le menor hubiera tenido la suficiente confianza como para decirle las cosas como eran.

Oh, mi hermoso niño…

En situaciones como esas no se tenían que hablar, solo actuar. Minho acunó a Taemin entre sus fornidos brazos, y coloco su cabeza en su pecho para que se sintiera protegido, no, quería dejarle en claro que cuando estuviera con él SIEMPRE tendría protección.

-       Tranquilo, entiendo que estás cansado de toda esa mierda… necesitamos hablar de eso para exterminar el problema Taemin…

Ya era suficiente de pensar las cosas. Había que tomar medidas drásticas con todo ese lío, sino, Taemin nunca viviría en paz.

Siente que Taemin mueve su cabeza en aprobación y se relaja un poco más cuando sus manos suben a su espalda y toma con desespero su chaqueta.

-       Hyung… quiero que me cuides…

Murió. Se derritió por completo, brincó de felicidad y su sonrisa se ensanchó de sobremanera cuando sus ojitos lastimeros subieron a encontrarse con los propios. Murió, cuando Taemin despacito se paró de puntillas y jaló las solapas de su jersey para acercarlo y basarlo en los labios con parsimonia. Y solo resucitó para  él ser el guía, mover sus labios disfrutando del acaramelado sabor de su boca y comenzar a comerse al niño. Morderle un cachete, besarle la naricita y cada uno de sus suaves parpados. Suspirar sobre sus labios y susurrarle al oído:

-       Yo siempre te cuidaré mi bonito.

Contento con eso, Taemin solo se separa de su hermano con un color ¨Rojo Taemin¨ en las mejillas para tomar su mano y seguir caminando.

Porque esas muestras de afecto y cariño ya comenzaban a ser normales para el niño, porque desde un principio él nunca se sintió extraño o incomodo besando a su hermano. Por lo mismo, era su hermano, su sangre, ¿Normal, no?

¨Seguro y más hermanos hacen lo mismo¨ Había pensado un día.

-       Gracias Hyung. .. ¿Me lleva por un helado?- Le sonrío ladino.

-       ¿Cómo decir que no a esa carita tan bonita?- Despreocupado de su antiguo comportamiento apretó más el agarre de su pequeña fruta y despeinó sus cabellos castaños.

 

A simple vista, si cualquiera hubiera observado esas muestras de cariño tan íntimas solo una cosa habría pasado por su mente: ¨Son la pinche pareja más bonita que he visto en la vida¨

Y hablamos de que ¨hubiera sido c-u-a-l-q-u-i-e-r-a¨ Para su desgracia… aquella persona a la que le tocó presenciar tan inocentes roces, tras ese frondoso árbol a solo unos metros lejos de ellos no cabía en la clasificación de ¨Cualquiera¨

Ni un poquito.

Porque sabía a la perfección que no eran ¨una simple pareja¨ Era extraño.

Su cabeza estaba dando vueltas. No quería pensar ¨eso¨… Pero lo que vio… era demasiado para ser real.

¨Ellos son hermanos... tal vez vi mal… tal vez las ramas del árbol distorsionaron mi visión¨

Quería convencerse de eso. Hacía un gran esfuerzo por que su corazón no doliera y se obscureciera con un odio de mayor magnitud hacía esa pequeña criaturita de encanto divino.

Sus labios se resecan.

No podía pasar nada entre ellos… ¿Verdad?

 

 

 

 

-       ¿De qué quieres tu helado Taemin?

El pequeño se acerca al mostrador y pega sus manitos al cristal para ver mejor.

-       ¡De fresa! ¡Oh, no mejor de vainilla! ¡No, no! ¡De chocolate, no, de chicle! ¡Qué tal de galleta…!

Minho y el joven cajero se miran con cara de ¨Mec¨

-       Un barquillo de todo lo que apuntó  y otro de café por favor.- Dice sonriendo después de tan graciosa situación.

-       Oh, no se me había ocurrido. Buena idea Hyung.

Minho deja pagado los barquillos y caminan por el local en busca de una mesa para esperar. Taemin corre en seguida cuando divisa en la esquina del lugar, pegado a la ventana una mesa con esos asientos acolchonados color rojo de vinilo. Se sienta dejando su mochila pegada al ventanal y espera con paciencia a que su hermano llegue.

-       Como tardó en llegar Hyung.- Sonríe.

-       Oye, recuerda que soy viejo.- Se sienta frente a él, imitando la posición de su mochila.

-       No eres viejo. Solo eres mayor.- Se alza de hombros. –Hyung me lleva por cuatro años.-

-       Ahora que lo pienso son muchos. ¡Podrías ser mi hijo!

-       No exagere.- Juguetón le avienta un servilleta a la cara.

-       Yah, pequeño diablo.- Ríe.

Taemin se concentra en su reflejo que apreciaba en el servilletero de metal y se ve sonriendo sinceramente.

Estoy sonriendo… y es por Minho Hyung… Estamos bien, en un ambiente agradable hablando de cosas triviales… es como… una ¿cita?

Su rostro se obscurece de sobre manera y su humor cae.

-       Minho Hyung…

-       Dime.

-       Estamos los dos juntos…- Su mirada traviesa viaja hasta Minho y le asentir concentrado. –Estamos riendo, y muy pronto comeremos un helado… fuera de casa.- Su bochorno lo obliga a ir disminuyendo la voz.

-       No entiendo a que quieres llegar Taemin, explícame.- Se irgue en su asiento dispuesto a escuchar cada palabra de ese ser regordete.

-       Esto…. Esto es como… ¿Si estuviéramos en una cita?

Minho deja de sonreír.

-       ¿Una cita?- Irónico.

Oh, no Minho. Terreno peligroso, estás por hacer mierda el pequeño corazoncito de tu hermano.

-       Ajám… ¡Bueno, no! Las citas solo son para las personas que se quieren mucho, ¡Hahaha!- Ríe consumido en nervios. Comienza a parlotear de más. Minho ya sabía a dónde terminarían las cosas y rueda los ojos, divertido.

-       Tae…

-       ¡No sé por qué pensé esas cosas, hahaha, discúlpeme Hyung, usted nunca tendría una cita conmigo ¿No?! ¡Después de todo somos hermanos! ¡Y las co-

La forma más sencilla y tierna de callar a alguien.

Robarle un beso.

Taemin cae en cuenta del cuerpo del mayor estirado sobre la mesa alcanzado sus labios torpes y enrójese. Minho sonríe sobre sus labios y se separa despacio quedando a milímetros de su rostro.

-       Hablas mucho.

-       Hyung…

-       Taemin, en efecto, es una cita, yo te quiero mucho, ¿Recuerdas?- La carita de Taemin baja para esconder su sonrisa triunfante y se muerde el labio.

Hyung me quiere mucho… je.

Sin darse cuenta, el mesero había llegado con sus barquillos de nieve. Minho bajó su cuerpo de la mesa y le sonrío dulce al joven. Este estaba estupefacto, llego a ver todo.

-       Ah…. Yo… creí… que ustedes eran hermanos…- Dijo apenado dejando rápidos los helados de ambos.

-       Oh, si, si lo somos.- Sonriente.

Al mesero se le subieron los colores a la cara y haciendo una muy torpe reverencia se retiró con un suave ¨Oh, disculpe mi intromisión¨ Habiendo por respuesta un sincero ¨Descuida chico¨ por parte del moreno.

Taemin, que le lanzó una mirada asesina/tierna/depredadora/acusadora se enrojeció duro y macizo.

-       D-deberíamos dejar de hacer eso en publico... ¿No?- Mueve sus piernas nervioso bajo la mesa y juega con la cucharilla azul de su barquillo.

-       ¿Eh? ¿Y por qué?- Pregunta burlesco. -¿A caso no te gusta?-

Maldito Choi abusón.

-       ¡No! No es eso… es solo que, podemos evitar esas confusiones. Jé. Pueden causarle malos entendidos a usted -

¿Confusiones? ¿No le gusta que piensen que somos una pareja? ¿Por qué solo dijo a ¨usted¨ en vez de a ¨nosotros¨?

-       Taemin, eso a mí no me importa. Que las personas piensen lo que quieran bonito, lo que hay entre tú y yo solo nosotros lo sabemos y no tiene porque ser relevante para ellos.

Y de repente para Taemin ese ¨Lo que hay entre tú y yo solo nosotros lo sabemos¨ rimó tan bien y sonó bonito. Esa frase compuesta con simples pronombres hizo que su mente viera a Minho rodeado en una bruma rosa con burbujas y flores. Realmente le había hecho muy feliz aquel comentario. A su hermano no le importaba que los confundieran con una ¨pareja¨ y eso extrañamente le gustaba.

-       ¿Entonces qué siguiere?- Toma una cucharada de nieve de chicle y se la mete en la boca saboreando su dulce y ácido sabor chocarle en las papilas y el paladar.

-       Sugiero que si no me importa a mí, no tiene por qué importarte a ti.- Le giña el ojo con la sonrisa más pícara que Taemin antes le haya visto.

-       Tal vez le haga caso.- Si Minho quería jugar, él también podía hacerlo, después de todo era un niño, y a los niños les gustan los juegos ¿No?

-       ¿Tal vez?- Arquea una ceja.

-       Lo pensaré.- Juega con sus movimientos y los hace más elegantes, llevándose nieve a los labios y chupándolos cuando restos de nieve se escapaban.

¿Y qué creen?

Obvio. Minho no pasó por desapercibido ese pequeño pero excitante movimiento. Es más, siguió con cautela su pequeña lengua hasta verla desaparecer entre ese par de labios regordetes.

Oh, mierda niño…

-       Entiendo. Tratas de advertirme que desobedecerás mis peticiones…

-       Yo nunca dije eso.- Taemin frunce el ceño en desaprobación.

-       No, claro que no. Pero lo intuí.- Minho se inclina más y le roba una cucharada de nieve de fresa al pequeño. Lo reta.

-       No me subestime Hyung, así como me ve, también puedo ser un arma de dos filos.

-       Eso hace las cosas más interesantes.- Sonríe.

¡Maldito Hyung arrogante! Piensa con diversión pero sin demostrarlo en sus facciones.

-       Ya veremos Hyung, ya veremos…

 

 

 

 

-       Hey, niño ¿por qué te escondes? Ven aquí.

-       No, por favor, tengo que ir… con mi hermano.

-       Tu hermano puede esperar cariño.

Lo acorralan, entre la bodega en donde se guarda el material deportivo y ese quiosco a medio terminar.

Se siente débil, hace unos minutos acababa de tener un ataque, y por más que trató de esconderse de ellos, lo encontraron. Buena suerte que se cargaba ¿No?

-       Ah, dime, ¿por qué eres tan lindo?- El que parecía ser de los más altos (porque Taemin los miraba enormes a todos) se acercó hasta él y acarició su mandíbula de una forma que no le gustó nada mientras los otros solo estaban ahí, mirando.

Tiembla con rencor.

-       ¿Estás llorando? Ohh, el bebé está llorando chicos.

No quería, él no quería llorar, pero la impotencia y el miedo que se lo carcomía lo ablandaban; ya sus lágrimas recorrían libres bailando por sus ojos y escurriendo por sus rojas mejillas hasta perderse por su cuello.

-       Ahh, el bebé quiere a su mami, ¿quieres a tu mami?- Siguieron los demás, eso solo hizo que el llanto de Taemin incrementara. Ellos le daban miedo… bueno, solo ese chico que lo tocaba con cierto escozor, podría decir que los chicos que solo observaban le daban pena, eran tontos. Pero había un chico, uno entre ellos que le miraba con cierto brillo en los ojos, en veces ese chico no hacía nada, hasta se quejaba, era como si ese pelinegro re arrepintiera de las cosas que hacían.

-       ¡Por favor, quiero í-irme!- Taemin a moco tendido se echa a llorar desgarrando su garganta.

-       Oh, querido, eres tan poca cosa….- La boca de su acosador se acerca peligrosamente a su oído y ríe suspirando, le causa asco y hace que todo su cuerpo de espasmos brusco, ¿Arqueadas de asco?

Él no era poca cosa, lo hacían sentirse una. Era muy diferente.

-       Saca la cámara JongIn…

-       Pero Hee…

-       ¡Saca la maldita cámara tonto!

Gritó muy cerca de Taemin. Esto solo causó que su miedo incrementara, no tenía muchas salidas, la pared a sus espaldas estaba fría y húmeda,  tres cuerpos  lo rodeaban y el tipo de la cámara solo estaba de cuida ranchos.

Cuando ese tal JongIn se acercó con la cámara y sus miradas se interceptaron por un segundo, pudo leer un claro ¨Lo siento¨

-       ¡Fotografías no!

-       Lo siento bonito, tu rostro me obliga a sacarlas.

El flash comienza a enceguecerlo trata de cubrirse con las manos desesperado, pero las manos de ese hombres toman sus débiles muñecas en una sola y lo obliga a alzar el rostro con la otra, mientras un chico castaño se encarga de sacar foto tras foto de su carita en llanto, lucha, se retuerce e intenta patearlos, pero sus mismas torpes lagrimas nublan su mirada.

-       ¡No! ¡Ya no por favor! ¡Ah! ¡Por favor!

-       Pero mira que precioso te vez, vamos, llora para la cámara bebé…

-       ¡No, déjame ir! – Jala sus muñecas, se lastima el solo tratando de escapar, las risas del chico que lo sostiene lo marean, no puede, está cansado, el callejón está obscuro, ¿Cuándo había comenzado todo aquello? ¿Cuándo se había vuelto el muñeco personal de esos chicos?...Si tan solo su hermano pudiera defenderlo; pero no, si le decía, no le creería, eran sus amigos…

-       Parece que tienes calor, jé, ¿Y si te quitamos ese suéter tan estorboso?...

Su corazón se detuvo.

 

 

 

-       Taemin!- Rápido detienen su caminata.

Taemin luchaba por oxigeno, sus pulmones dolían y su carita estaba tornándose morada. Un ataque de asma lo tomó desprevenido.

El moreno con las manos temblando tomo por los hombros a su pequeño hermano y le habló con angustia.

-       ¡T-tu inhalador! ¡¿Dónde está Taemin?!

Se toma el pecho adolorido y estruja su camiseta, estaba ahogando, apunta su mochila, sus piernas tiemblan, su visión comienza a tornarse borrosa a la par que su pecho hacía un sonido tosco y ronco…

Aire… aire, necesito aire…

Cae al suelo.

-       ¡Mierda Taemin!- Busca entre su mochila, tira sus libros, saca los colores, los lápices, desparrama las libretas, se desespera… no lo encuentra. Sus ojos pican de impotencia tiene miedo, ve a su hermanito, ahogándose por falta de aire en el piso, se arruga la camiseta, se toma la garganta, llora. Está sufriendo…

Su corazón late desenfrenado, como si lo hubieran conectado a una batería para auto, la sangre le bombea rápida, sabe que si no encuentra ese minúsculo aparatito puede perder al niño.

Algunas personas que le miran de lejos, susurran cosas y se tapan los ojos con horror… pero ninguna se acerca a ayudar.

¡Hijos de puta!

Bingo.

Entre la bolsita de donde se pone la botella de agua y algunos papelitos mal doblados el dichoso artefacto se asoma glorioso.

No desperdicia tiempo, se arrastra hasta con Taemin y lo lleva a sus labios presionando el botón.

Taemin hala el medicamento con desespero, le da una, dos, tres, cuatro caladas más y ya puede respirar por su cuenta…

Aire…

Siente los brazos temblorosos de Minho rodearlo ya acunarlo con ternura. Respira hondo, el perfume de su hermano lo embriaga…

-       Minho Hyung…

-       ¿¡Te sientes mejor?, ¿puedes respirar?, ¿te duele algo?!

-       Yo… estoy mejor, gracias Hyung.- Le sonríe tranquilo.

-       ¡Oh mierda Taemin! ¡Me diste un susto!

Tirados en el suelo, Taemin se sienta en las piernas de su hermano y esconde su carita en el cuello de este, aspira hondo, se siente bien, pero mal a la vez, no recuerda nada. NADA. Su memoria llega hasta donde comían helado, un par de miradas inquisitorias, sonrisas, un juego que no terminó… ¿y luego…?

Una bruma blanca.

-       Minho… llévame a casa por favor…

-       Claro, mi pequeño, te llevaré a casa.

 

 

 

 

 

 

Abrió los ojos como normalmente lo hubiera hecho un sábado por la mañana, estaba acostado bocarriba y una pequeña almohada descansaba en su pecho, era igual que otras veces, sentía los ojos pequeñitos de tanto dormir y uno que otro rastro de buen dormir pegado a la cara, solo que está vez era como….

Me siento raro…

El cuarto estaba embriagado por una tenue luz anaranjoza que hacía alusión a un bonito atardecer cuando solo eran las  diez de la mañana, o al menos eso era lo que marcaba su reloj digital.

¿Dónde estoy? Exactamente, es u habitación, solo que un sentimiento de no pertenecer a ese lugar en especifico se lo comía vivo, sentía como que no encajaba en su habitación, no se sentía familiar con ninguna de las cosa que en ella habitaban.

Se levanta un poco aflojerado y se sienta en la cama llevándose de paso una porción de sabana que terminó en el suelo.

Sus sentidos agudizados al cien por ciento. ¿Qué?

Escucha sus dedos pasear por las fibras de la sabana, el crujir de la madera bajo sus pies, las placas del reloj cambiando, los pajarillos cantar, las gotas de agua escurrir por el césped húmedo, los pasos de Minho en la alfombrada sala, los latidos de su corazón, la sangre correr por sus venas; todo esto como si se hubiera formulado una pregunta existencial y al final algo se viera revelado.

¿Qué estaba pasándole?

Examina su alrededor buscando la excusa perfecta, solo que con lo único que dio fue con la puerta del baño abierta y una atractiva invitación a refrescarse el rostro. Y así lo hizo, aceptó la invitación y se puso de pie para entrar al baño.

Lo primero que hace es verse al espejo con la parte inferior desnuda y fruncir el ceño.

Estoy cambiando…

Estira su brazo apenas notando unos minúsculos músculos tensarse. Ladea su cabello dejando que le acariciara el rostro… le hormiguean la punta de los dedos.

¿Eh?

Sin dejar de fruncir el ceño centra su visión en sus dedos, los acerca a su rostro, hace bolita su manito y abre su palma repetidas veces, una, dos, tres, cuatro…

Algo le pasaba.

Siente ese hormigueo caminar por su mano completa, lo va siguiendo con la mirada sabiendo que n puede verlo, pero le interesado en saber hasta dónde terminarían las cosas. Pasa por sus brazos enchinándola la piel, por su pecho, bajando por el tórax, el abdomen, arremolinándose en su estomago y finalmente cosquilleando en su vientre.

¡Qué!

Taemin se toma el vientre rápidamente sorprendiéndose. Mira sus dedos bailar por algo que no entiende; está aturdido; se recarga en la puerta del baño cerrándola con la espalda haciéndolo como acto de reflejo ya que se siente caer, se estabiliza de ella intentando recuperar compostura.

¿Qué esta pasándome?

-       ¡Taemin, baja a desayunar! ¡Sé que estás despierto!

Escucha a penas.

-       ¡Y-ya voy!- No está seguro de que lo haya escuchado pero en ese momento le da igual.

¿Qué es esto?

 Las cosquillas que siente hacen que su estomago de vuelcos estrepitosos y que se encorve de preocupación.

¿Habré consumido algo en mal estado?

Lo descarta en seguida. Intenta enderezarse pero un cosquilleo violento lo toma desprevenido y lo desploma al instante, cae al suelo con las piernas separadas y las palmas de las manos en los azulejos bien lavados.

-       Tsss.- Jadea. Se siente temblar. Suaves espasmos recorren su piel porcelana electrificándola en el camino y volviéndola sensible al tacto. El calor le sube a las orejas y jala una bocanada de aire limpio porque ya cree que le hace falta oxigenar sus pulmones.

El suelo frio fricciona con sus pantorrillas expuestas enviando oleadas de algo desconocido directamente a partes de su cuerpo que aun no conocía bien, no, de hecho era a todo su cuerpo, sacudiéndolo y martirizándolo.

Todo era nuevo para su pequeño cuerpo, en su vida había sentido aquel achaque tan indescriptible. Era extraño, era un enorme necesidad por querer arrancarse algo de piel; de arañarse hasta hacerse sangrar, de pasar sus manos por su piel para quitar rastros de ese algo invisible que lo ponía vulnerable.

Su mirada se centra en sus piernas que se cierran automáticamente al descubrir que sus muslos eran lo suficientemente llamativos para hacer algo. Se ve abarrotado de suposiciones sin sentido que tiene que desecha al instante. Sus ojos tiemblan de impaciencia al no encontrar excusa alguna para sus malestares, se peina el cabello para atrás sonriendo sarcástico y tragando saliva acumulada, trata de tranquilizarse…. Respira una… dos… tres… cuando una imagen de su hermano sonriéndole sinceramente lo ataca sin aviso alguno.

Todo se intensifica.

¡A-ahh!

.

.

.

.

.

.

 

-       Pensé que no bajarías.

-       Acá estoy ya, de igual manera vivo aquí ¿No?

-       Uy, parece que alguien no se levanto de buen humor hoy.- Minho le ayuda a subir al banco de la barra desayunador tomándole de la maniito y empujándolo de la espalda para dejarlo más cercas de la barra.

-       Oh, no, no es eso, lo siento, fui grosero.

-       Descuida. Todos tenemos esos días donde el dedo medio es la respuesta para todo.- Le sonríe tiernamente y vuelve a la estufa.

La mano que Minho le había tomado comienza a picarle como también la espalda. Nervios.

Su voz…

-       Si…- Las puntas de sus dedos se pasean por la barra desayunador tocando cada sueco y hendidura que creaba el azulejo, las texturas era divertidas a su tacto.

-       A veces es bueno desahogarse de toda esa frustración que uno lleva dentro Taemin…

Su voz…

Quemaba. Estaba inseguro y torpe, la voz de su hermano causaba rarezas en su cuerpo, la voz de su hermano eran preciosas eufonías que le hacían temblar y atentaban con desmoronarlo.

-       Pienso igual.- Su mirada se centra en ese perfil griego masculino y sus esponjosos labios que se movían diciendo y parloteando cosas que para ser sinceros ni ponía atención porque ya hasta le costaba mantenerse concentrado en no comenzar a babear. Se muerde el labio cuando ve a Minho sonreír.

-       Necesito que confíes en mí para cualquier cosa Tae.

Su voz…

Sabía perfectamente que matiz darle a cada expresión, siendo cada una de ellas bien marcada, autoritaria y segura. Todo lo contrario a él.

Le atraía su voz.

Su corazón viajaba a mundos desconocidos y su sangre corría maratones. Podía imaginar como la voz de su hermano se paseaba por su cuerpo descaradamente y lo acariciaba a cada entonación con ternura y dedicación, como cada una de sus cuerdas vocales vibraban con ritmo.

Era ronca y profunda, suave, como adormilada, tibia y varonil, parsimonica por donde le escucharan.

Minho excavaba hasta lo más cuenco de su ser, revolucionaba sus hormonas, sus neuronas, sus átomos, sus células. Convulsionaba su raciocinio, ahuyentaba sus miedos, destruía sus creencias, asechaba sus sentidos como una elegante pantera; lo llenaba de dudas y respuestas diferentes a incógnitas que nunca se había hecho en la vida. Revolvía sus emociones jugando con ellas, era un tira y afloja de nunca acabar. Extraviaba su mente, su imaginación, hacía detonar sensaciones incomprensibles para su edad; lo tranquilizaba; lo aceleraba; lo enmudecía, lo doblegaba; mandaba todos esos tabúes a la mierda por él. Desechaba la puta sociedad por el inodoro solo para escucharlo a él,  pateaba traseros, rompía normas, reglas y cortaba cabezas estúpidas para asegurarse un lugar a lado de Minho.

Lo volvía loco…

-       Taemin… ¿Te encuentras bien?

Todo Minho era un mundo caótico lleno de suposiciones o contradicciones. Minho era todo su orgullo y admiración desde que tiene memoria. Lo hacía perderse en una espesa bruma de constelaciones por descubrir, lo hacía perderse en sus ojos.

-       ¿Perdón?

-       Te quedaste mirando a la nada. Enmudeciste.

¡Fue tu culpa!

Si, era su culpa, de todo, por ser tan lindo, tan amable y atento con él. Por hacerlo pensar cosas raras, por cuidarlo, por mimarlo, por demostrarle cariño, por hacer esos pucheros inconscientes.

Su corazón era un manojo de nervios. Había estado guardando sentimientos a flor de piel. Y ahora gracias a ese chispazo que ocurrió entre ellos en ocasiones anteriores, pudo comenzar esa llama que ya no se extinguiría ni con el agua más helada que pudiera existir.

-       Lo siento, estaba pensando el algo,-Torpe.

-       ¿Seguro?

Si, estaba seguro de todo. Seguro de lo que había pensado la semana, seguro de sus actitudes y actos. Solo que, existía un problema.

Tendría que fingir. Fingir y mentir, dos cosas en lo que era realmente malo. Fingir que nada pasaba, fingir que su mente estaba en buen estado, fingir que no llevaba líos en la cabeza, fingir que no cargaba con culpas, fingir que tenía la conciencia tranquila… fingir que no le gustaba su hermano.

-       Seguro…- Sonríe.

El moreno no parece convencido, por lo mismo, entrecierra los ojos y hace un gesto de ¨Te estaré vigilando¨

Si, lo había aceptado. Su amor iba más allá de lo fraternal.

 

A una pausa de su plática, el timbre de la casa suena. Taemin decide abrir la puerta con una sonrisa. Pero esta se borra al instante, cuando la cabellera rubia y larga de Yoona se asoma. No fue su presencia la que lo desconcertó, sino el rostro que se cargaba. Sus ojos estaban rojos e hinchados, claramente de llorar (pues grandes surcos negros de rímel rodeaban sus ojos claros y rastros del mismo escurrían por su mejilla dándole un aspecto tétrico.) También su nariz estaba roja, su ropa no era la mejor que le haya visto, es más hasta parecía que llevaba días sin bañarse.

Era una imagen lamentable que nunca creyó ver de su cuñada.

-       Taemin…- Habló bajito y… tierno.- ¿E-está tu hermano?-

¡Mierda!

-       ¿Eh? Si, pasa Yoona.- Taemin hace que se siente en el sofá y corre a la cocina donde su hermano estaba concentrado preparando un batido de fresas. Le hizo unas señas y Minho paró la licuadora para escuchar la suave voz de su pequeña frutita.

-       ¿Qué pasa cariño?

-       Noona Yoona lo espera en la sala….

-       ¿Yoona?- Pregunta extrañado.

-       Ella quiere verlo…. Ella no está bien Hyung.

 

Continuará....

Notas finales:

-No lo revisé 2 veces.

-No me arrepiento de NO haber actualizado antes.

-Soy bien mamón.

-Me interesa poco que así lo piensen.

-Si seguiré el FF.

-Esta madre tiene que tener un final a huevo.

-Muchas personas se han olvidado de ¿S,s? Lo sé, es mi culpa.

-¿Se han dado cuenta que días antes de publicar un capitulo nuevo, respondo algunos comentarios? ¿No? Bueno, usted en un ignorante. (OKNO)

-IO LAS AMO. ~~~~ 

-Gracias por su paciencía. 

-Las cosas han cambiado un poco en mi cabeza, creo que se reflejó un poco en el cap y en la redaccion. 

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¿Ya vieron? Taemin ya sabe qué es toda esa mierda que pasa por su mete.Está enamoradoh de su cruel hermano cuerpo de ADONIS. Puto suertudo 

Cumplí petciones algunas, ya se sabe un ¨poquito¨-casi naah- de lo que los imbeciles le hacían a Tae. 

¿Quién chingados los vio besarse? 

¿Minho sentirá lo mismo que el niño?

¿Por qué la maestra de Fisica está buena?

¿Qué tiene Kai? 

¿Por qué Jonghyun es tan lindo?

¿QUÉ PUTAS PASA CON YOONA? 

¿Quiere saber? 

Espere el próximo capitulo. 

(Maldad nivel Charisma2Min) 

NOTA: No sé, ni me pregunten, se hizo un hipervinculo a la palabra ¨Rottweiler¨ y ni puta idea de por qué. 

 


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