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*~¿Sandía, sandía?~* por Charisma2Min

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Notas del capitulo:

He aquí la otra parte de mi jodida de culo =w= Me partí el trasero haciendo este capitulo, espero y lo disfruten nwn, -a un le duele- D: A veces me desaniman los RW y el poco amor que me dan....¿Es por que soy hombre verdad?...pero luego veo las leias que tiene y se pasa, por un ratito...sin más de que quejarme...a leer hijas mias. xD

Psd: Disculpen las faltas de horrografia, no lo revise, siempre lo vuelvo a leer ya que lo subí y luego entro a editarlo otro día, disculpadme v,v

 

 

Es molesto…muy molesto

 

 

Se había levantado normal; con un baño normal; un desayuno normal; beso de los buenos días normal, y esa estúpida sonrisa de su hermano.

Eish~

Ya iban de camino a la escuela; su madre no había podido llevarlos en auto y él no quería sacar el suyo y como no les cachaba lejos, no les quedó más que caminar. A la izquierda de Minho; la calle, con autos transitando y tocando el claxon; a su derecha…la sandia a punto de sacarle de quicio…a medio metro de distancia esa personita de catorce años no paraba de hablar de ve tu a saber qué cosa, sumándole los estúpidos y desesperantes cascabeles que colgaban de su mochila roja y no paraban de sonar a causa de la caminata. Nunca lo había hecho pero estaba a punto de golpearlo en la cara, sonreía de más, movía sus manitos con ímpetu, se sonrojaba, acomodaba su flequillo, le miraba con amor, le llamaba con respeto…y él…él quería vomitar.

-        Y-y entonces, yo le pregunte que si…- Estaba emocionado contándole cosas que de seguro ni le importaba saber, con energía de sobra, cosas que solo entendía como blah, blah, blah, blah, ya sentía su cabeza explotar y eso que solo llevaban diez minutos de camino, ayer después de que Taemin le había despertado, no pudo conseguir pegar ojo en toda la noche, dormitando más de lo necesario. Ya hasta podía decir con seguridad que tenía un puto tic nervioso en el ojo izquierdo –No me lo quiso prestar; me aventó su libro…- Movía su cabecita, llevaba sus puñitos hasta sus sonrosadas mejillas; hacia pucheros a la par que intentaba caminar bien con sus torpes pies –Entonces comencé a correr, pero como sabes no llegue muy lejos me dio u…-

Su vocecilla era insoportable; tomó con estrés la correa de su mochila lanzando un bufido de cansancio Que absurdo…yo cansado. Veía a las demás personas avanzar ajeno a su lucha interna por no golpear a su pequeño hermanito, sus pasos los sentía pesados y sabía de sobra que poseía las cejas unidas en un ceño fruncido. No veía la hora por llegar al campus y deshacerse de ese ser extraño al que estaba obligado a llamar hermano. Con frustración se masajeó el puente de la nariz y gritó.

-        ¡¿Te podrías callar de una buena vez?!

-        Mami… ¿Por qué el señor grita?-

No fue hasta que escuchó esa vocecilla que no era de su fruta cuando cayó en cuenta.

-        No sé hijo, ven vamos, camina.

Miró a su derecha y no estaba ese castaño bajito y su estúpido cascabel sonando; estaba parado a media cera siendo golpeado por personas que trataban llegar a su trabajo presurosas, a su izquierda tampoco estaba el cachetón, se extrañó. ¿Taemin?  Su ceño se frunció más y se giró. ¿Dónde estás? No estaba, solo gente y más gente. ¡¿Taemin?! Se puso de puntitas para poder alcanzar ver esa cabellera sedosa distraída, pero no la encontró; pero fue ahí, solo ahí, cuando la preocupación le cayó como un balde de agua helada.

De un momento a otro la gente se cuadruplicó  y había en tamaños industriales tapándole la vista y el camino, su corazón se aceleró y sus pupila de dilataron…el aliento se le fue y la sangre se le heló en las venas.

-        ¡¡Taemin!!- Se llevó las inquietas manos temblorosas a sus negros cabellos y los jaló levemente. Si su madre se enteraba de que perdió a su bebé, de seguro y lo castraba.

 Vivo.

 Con una moto cierra.

-        ¡¡Taemin!!- Gritó. La gente lo miraba con cara de wuth? Pero realmente le valía mierda, el estaba desesperado. Le buscaba inquieto con la mirada, con su corazón a mil. Cabello lacio, bajito, sonrojado, mochila roja. Cabello lacio, bajito, sonrojado, mochila roja. Cabello lacio, bajito, sonrojado, mochila roja. Tanto los establecimientos como las personas comenzaron a girar a su alrededor, aun su corazón galopaba con fuerza descomunal y sentía escalofríos recorrerle desde la espina dorsal hasta la nuca. Todo paso tan rápido que ni se dio cuenta cuando había comenzado a correr a la dirección opuesta (de donde había venido) -¡¡Taemin!!- Miraba por aquí -¡¡Taemin!!- Miraba por allá - ¡¡Taemin!!- Creía todo perdido. ¿Y si lo secuestraron? -¡TAEMIN!- ¿Y si venden sus órganos?, ¿Y si lo descuartizan? ¿Y si lo prostituyen? Mil y un pensamientos absurdos pero muy realistas llegaron a la mente del Choi mayor. No sabía dónde estaba, solo lo descuido un ratito (desde que salieron de casa) ¡Me robaron a Taemin!

Como un rayo en su mente, pasó una imagen donde su hermanito de catorce años era participe principal; acostado en una cama de terciopelo rojo, con la mirada perdida, con los ojos obscuros llenos de lagrimas saladas que resbalaban por sus amoratadas mejillas, su cabello revuelto, con muchas marcas rojizas que el ya conocía bien esparcidas por el cuerpo entero, mientras este era cubierto por una delicada sábana blanca manchada de sangre  y fluidos de dudosa procedencia. Todo eso mientras temblaba y susurraba cosas que no entendía a la par que un viejo gordo y asqueroso lo veía desde el pie de la cama y terminaba de abotonarse los pantalones.

-        ¡¡Dios mío!!- No pudo evitar gemir en un grito mientras corría. Estaba bien que odiara a su hermano (No, no estaba bien); que le detestara, le amargara el día con sus sonrisas, le aburriera y todas esas cosas que no soportaba de él, pero imaginarlo en una situación así, le hacía arder la sangre en puro fuego y le preocupaba, porque no merecía eso. Nadie. Y mucho menos esa persona tan bonita como Taemin.

Todo lo creía por terminado, acabado, secuestrado. Pensó. Paró en abrupto y sacó su celular del bolsillo, marcó tan rápido como sus dedos se lo permitieron el número de emergencias y se lo llevó al oído…buscando aun con la vista, con la esperanza que había perdido desde que lo dio por secuestrado…fue justo cuando al otro lado de la línea sonó un: Línea de emergencia, ¿Cuál es su problema? Cuando la cabellera lacia apareció. ¡Taemin! De un golpe terminó la llamada dejándola en el olvido y sus piernas reaccionaron de puro instinto comenzando a correr tras aquel niño de mochila roja que estaba parado frente a un local, viendo sabe qué cosa. Pronto le embriagó un sabor amargo como la cerveza ya bien conocido por él, estaba enojado ya volvía a sentir el ceño fruncido y respiraba pesado. ¡Hijo de puta!

Le había hecho gritar, correr, preocuparse, parecer demente, ¡Lo hizo gastar su saldo en una llamada! (mentira, las llamadas a emergencia son gratuitas). Cuando menos lo pensó ya estaba frente a él cachetón con la respiración agitada y rojo del enojo.

Taemin no parecía darse cuenta de la presencia de su Hyung, ya que mantenía la vista fija en la vitrina del local, sus ojos brillaban y en sus labios se dibujaba una linda y tímida sonrisa, sus facciones eran relajadas y parecía viajar en su propio mundo, ido, y absorto de la realidad que lo rodeaba. Minho estuvo a punto de de gritarle todas los groserías que se sabía de memoria en inglés y en coreano, pero por inercia volteó a ver lo que su hermano veía y se atragantó con su ira cuando se dio cuenta que había jóvenes. Jóvenes bailando. Jóvenes bailando Break Dance. Era una escuela de baile. Todo lo que Taemin deseaba; pero que lastimosamente nunca podría desenvolver a causa de una única palabra.

 

Asma.

 

En efecto, Taemin al nacer no le detectaron alguna anomalía en su pequeño y frágil cuerpecito de sietemesino (porque si, él era sietemesino), todo iba normal en su crecimiento en su etapa de bebé, pero cuando se hizo el festejo de sus dos años de edad comenzaron los ataques, cada vez más recurrentes y peores que los anteriores, siempre limitado a una maquina nebulizadora y una mascarilla de gas, sus pequeños pulmones se cerraban y no le dejaba respirar. Tuvieron que llevarlo a doctor, el que diagnosticó el Asma crónica que su hijo presentaba a temprana edad, no le gustó nadita al padre de Taemin. Todo se complicó cuando cumplió los ochos años, cuando descubrió su pasión por el baile, lo hacia muuuuuy bien, pero los ataques se volvieron recurrentes…dos…tres…cuatro diarios y en casos extremos cinco, la fuerza que ejercía no la podían soportar sus pequeños pulmones, sus vías respiratorias se cerraban impidiendo el tránsito de aire necesario. Fue el día detonante, cuando tuvo que practicar una nueva coreografía, no resistió mucho y se desplomó, sus labios eran morados y susurraba cosas sin coherencia lo llevaron de emergencia al hospital y fue su condena, el doctor le dijo le dijo que bailaba o vivía. Nunca iba a volver a bailar nunca más puesto que sus vías respiratorias nunca se habían desarrollado correctamente. Le dijo que a la edad de diez años, tendría los pulmones de cinco años, a los quince, de diez, de veinte de quince y así sucesivamente. Su madre optó por la vida obviamente, prohibiéndole el baile a toda costa…fue ahí cuando se desplomó psicológicamente.

Nunca podría bailar.

Nunca podría ser profesional.

Nunca tendría su propia escuela.

Nunca aria lo que ama.

A Minho le tocó ver como su hermano se desmoronaba con el paso del tiempo, el brillo que tuvo en sus ojos alguna vez se fue extinguiendo de poco a poco con el transcurso de su crecimiento. Nunca volvió a ver ese brillo en sus almendrados ojos...

Taemin intentó con los deportes, pero siendo el baile una rama de estos tampoco pudo, puesto no tenía la ni condición física ni el aire suficiente en sus pulmones. Tampoco podría ejercer algún deporte nunca.

Intento pintando; terminaba enojado de que no le saliera lo que él quería.

Intento escribiendo; su cerebro no tenía la suficiente imaginación como para poder plasmar sus ideas y terminaba arrugando la hoja y tirándola al cesto de la basura.

Comenzó a tocar el piano, lo hacía bien, aprendió todas las hermosas melodías de Yiruma, sus sentimientos salían a flote cuando sus largos y delicados dedos rosaban las pulcras teclas del piano, sus manos eran mágicas y componían melodiosas y hermosas notas que te llegaban al corazón, le ponía empeño y dedicación…le gustaba, pero no tanto como el baile.

Aprendió a cocinar, hacia comidas exquisitas pero irónicamente no le llenaban como el baile.

Minho vio una faceta de Taemin que nunca esperó ver, escuchó su llanto por interminables noches de soledad, estuvo presente en los ataques de ansiedad de este, vio como desesperado corría y lloraba; nunca se interpuso en su camino y decidió dejarlo solo. Pero solo por eso, le causaba un poco de lastima, intentó ponerse en su lugar, pero nunca pudo descifrar por completo el dolor que su hermano experimentaba, estaba devastado.

 

Dando un largo suspiro, se pasó todo. Se puso en los zapatos de su fruta e intentó sonar lo más calmado posible.

-        Taemin, tenemos que irnos, se nos hace tarde- Taemin salió de su transe y lo volteo a ver con un deje de tristeza.

-        Oh, discúlpame Hyung. – Minho metió sus manos a sus bolsillos del pantalón y reanudaron la caminata esta vez Taemin en silencio y con la vista al suelo. Al menos  Minho seguiría con su aparato reproductor por otro día más.

Al llegar al campus se separaron a sus respectivos edificios, Taemin con un suave Hasta luego Hyung, y Minho un seco Ujum.

El mayor de los Choi llegó al salón de su primera clase: Ciencias Sociales. Oh sí. Que mejor que comenzar viernes con una jugosa y sabrosa clase que Ciencias.

Mentira

Vio a su grupo de amigos, para ser exactos, a su cuarteto de estúpidos favoritos sentados por bancas haciendo un cuadrado. Desde que pisó el umbral de la puerta pudo escuchar sus voces llenas de regocijo y jubilo hablar de sabe qué cosa. Con la pereza del mundo se dejó caer en uno de los pupitres alejado del maestro que a un no llegaba y pronto se vio rodeado de sus amigos, sentados a sus costados, enfrente y atrás. Kai, Siwon, Jinki y Heechul.

-        Hey, hermano- Jinki palmeó su espalda

-        ¿Qué tal?- Se dispuso y sacó su libreta.

-        ¿Por qué tan aguado?- El moreno menor de todos preguntó acercándose innecesariamente hasta chocar frente con frente, vio a Minho fruncir el ceño y se apartó riendo.

-        ¿Y tú por qué tan molesto?

El coro de los ¨Ooooohhh¨ No se hizo esperar para los oídos de Minho, quien sonrió triunfante al ver que Kai, fruncía el ceño y gritaba un claro y fuerte cállense bastardos.

-        No te esponjes mi amor- Siwon le aventó un besito volador y el otro bramó.

-        ¡Serás imbécil!

Todos rieron incluyendo a Minho. Choi claramente se relajaba con la estupidez que desprendían por cada poro de su cuerpo, le agradaba el ambiente, él creía que eran como una rara familia donde él era el papá.

-        No, pero ya, enserio.- Volvió a hablar Minho. -¿Por qué tan eufóricos?-

De un momento a otro los cuatro callaron abruptamente y se miraron cómplices. Y por un momento a Minho le dio miedo. -¿Chicos?-

-        ¿Le decimos?- Heechul el mayor propuso.

-        ¡Sí! Capas y también nos quiere acompañar- Kai chilló entusiasmado ganándose un golpe por la mano poderosa de Siwon.

-        Tarado, tiene novia.

-        ¿De qué hablan idiotas?- El moreno estaba muy intrigado, comenzó a ver a sus amigos como hablaban sin prestarle atención, ajenos a que el estaba esperando una respuesta, parloteaban, se golpeaban y reprendían como si él no existiera.

-        ¡Al carajo, díganme de una buena vez!

-        ¡Esta bien pues, yo le digo!- Heechul se levantó de la silla ganándose la aprobación de todos –Pero váyanse a sus asientos, no le voy a poder decir con tanto ajetreo entre ustedes-  Siwon, Kai y Jinki asintieron y sin ningún remedio se marcharon, porque si no le hacían caso a Hee  ardería Troya otra vez.

-        Vamos Hee, dime, están asustándome- Pestaño aturdido, ¿Qué era eso que se traían entre manos?

-        Bueno- Comenzó –Pero escucha atentamente,  porque tiene que ser un secreto a cinco- Minho serio asintió y el mayor tomó una bocanada de aire que dejó atónito al moreno. -¡Estamosacosandoaunborreguito!-

-        ¡¡¿Eh?!!- Hizo una gran mueca de desagrado, la verdad que no le había entendido ni un poquito. -¡En coreano imbécil!-

-        ¡Aahh!- El otro se inclinó hasta chocar su frente con el mesa banco en señal de frustración y comenzó a halar sus cabellos desesperado ¿Por qué era tan difícil? –Que. Estamos. Acosando. A. Un. Borreguito.- Recalcó cada palabra a la perfección para que su oyente no se perdiera ninguna sílaba.

-        ¿Qué…? ¿Cómo que…a un borreguito?- Por la mente de Minho pasó una imagen de sus amigos ajerando a un pobre corderito, halaban su lana, lo pellizcaban, le mordían, retorcía su rabito…y todo fue tan raro y bizarro para el de ojos grandes.

 ¿Qué  mierda? Pesó.

-        Si veras, el día, el primer día de clases ¿Lo recuerdas?

-        Si- ¿Y cómo no hacerlo? Si fue el día en que conoció a Yoona.

-        Pues ese día le encontramos- Dijo como si hubiera encontrado el mejor de los tesoros.

-        ¿A quién? – Ingenuo arqueo una ceja.

-        Al borreguito Choi.

-        Ah~- Minho se sintió un poco extraño, sus dedos se movieron extrañados jugando con el lápiz que se hallaba entre sus dedos, su ceño se frunció… ¿Borreguito? …Y luego, la realidad le dio una patada en las bolas. -¡ACOSAN A ALGUIEN!-

-        ¡Shit, idiota!- Heechul presuroso puso ambas manos en la boca del menor impidiendo que siguiera gritando sus verdades, ganándose una maldición a medias y un severo lengüetazo por toda la palma. -¡Ah! ¡Qué asco!- El azabache se limpió los restos de su propia saliva que habían quedado en sus labios con la manga de su sweater, mientras el otro refregaba su mano en su propio pantalón.

-        ¡Oye! Ya enserio,… ¿Lo hacen?

-        Sí, supongo que sí.- Se talló el tabique cansado ya de la situación, pero Minho no estaba contento y quería saber más.

-        Pero… ¿Cómo?... ¿Por qué?... ¿Cuándo?- Sus manitos fueron a su cabeza, era demasiada información incongruente para una sola persona de mentalidad promedio...-¿A quién?-

Heechul se acomodó mejor en su asiento y carraspeó.

-        Es un niño, de la preparatoria, del primer grado- Esperó la mirada desaprobatoria de su menor sabía lo que le esperaba, pero nunca llegó; solo una cara de intriga y unos labios entre abiertos. –Al final del día, lo esperamos en la entrada de su edificio o lo llevamos al kiosco que esta atrás de las canchas y…se podría decir que charlamos.- Se encogió de hombros. Woow, estos tipos. Minho se removió incomodo en su asiento, se apenaba de la pobre alma que sus amigos poseyeran.

-        ¿Y…a él le gusta?- Se atrevió a preguntar.

-        Pues…yo creo que sí, el pobre es un renegado social y no se atreve a decir que no, es muy lindo y tímido, deberías venir con nosotros a verlo-

-        Tengo novia imbécil.

-        No te estoy pidiendo que te lo cojas, solo que vallamos al final del día a verlo y que le conozcas, eso es todo. –Sin más que decir, se levantó elegante y se retiró.

-        Vallan que son extraños- Dijo en un suspiro. Y justo en ese momento el profesor llegó. Minho arregló su flequillo y se relamió los labios, abriendo el libro que una vez hubo sacado puso en la pagina que indicó el viejillo calvo como solía llamarle él y sus amigos, Buuuh~ aburrimiento. La clase sería aburrida, de eso no había duda.

 

~*~

Taemin llegó a la par que su maestro, pisando el salón  a la misma vez, sonriéndole tímido, el maestro le hizo pasar y le indicó que tomara asiento: El tercero de la fila media. A la vista de todos. Perfecto para ser molestado.

El maestro Jonghyun del taller de literatura, era un joven maestro suplente del antiguo profesor  Sunho que había tenido un accidente automovilístico y estaba ausente. Medía cerca de uno setenta y nueve, era de tez morena clara, cabello castaño y ojos marrones, de un cuerpo bien marcado y sonrisa cálida…era…guapo, el estereotipo para novio perfecto que a sus veinticinco años de edad, aun poseía.

Taemin se sentía extrañamente ¿atraído?  A su maestro de literatura puesto que pensaba que tenía la cara de un cachorro dinosaurio…sí, uno de esos.

 -       Bien jóvenes, por favor abran su libro en la pagina cincuenta y ocho- El maestro habló captando la atención de todo el alumnado mientras abría su propio libro y se colocaba sentado en su escritorio, -Joven Park, comience la lectura-

Taemin curioso observó con detalle cada expresión facial que hacía su maestro, viendo como sus pupilas se movían al compas de los renglones que leía, su pecho subía y bajaba tan suave como su respiración, con su camiseta arremangada hasta los hombros, la corbata roja un poco floja y los pantalones ajustados. Es lindo. Pero se removió incomodo cuando Jonghyun subió la vista y lo pilló observándolo. Oh, oh. Sintió la penetrante mirada de su maestro quemarle la delicada piel, bajó la mirada a su libro y torpemente trató de concentrarse en la lectura y con las mejillas encendidas intentar ignorar al maestro que parecía ahora ser su nuevo punto de entretenimiento. Haciéndose chiquito en la butaca y escondiéndose del maestro del gran libro azul, escuchó un llamado.

 

-        Señor Choi.

-        S-si.

-        Prosiga con el segundo párrafo, por favor- De un brinco, colocó su trasero en la mesa del escritorio dejando sus piernas colgar frente el mueble, poniendo el libro a su costado desinteresado en leer su contenido y poniendo toda su atención en su alumno cachetón. Taemin se levantó temblando literalmente, rojo como una manzana y torpe como un ciervillo recién nacido. Acomodó el libro entre sus dedos sintiéndose nervioso, era extraño nunca hacerse notar ante la sociedad y que de pronto a tú maestro se le ocurra ponerte a leer mientras examina cada pequeño movimiento de tu cuerpo. Carraspeo e intentó leer.

-        L-l-la l-l-lite-litera-tura m-mo-moderna s-s-se da- Estaba completamente nervioso, no podía pronunciar palabra ninguna sin titubear a cada instante, pero de igual manera, no pudo terminar pues las risas de sus compañeros se hicieron presente, la timidez era algo que no podía controlar. Agachó su rostro avergonzado, siempre que tenían oportunidad se burlaban de él, susurros como ¨Que patético¨, ¨Imbécil¨, ¨Uh, que tonto¨ llenaban sus oídos retumbando en su mente al grado de creer realmente que se merecía todo eso. Jadeó un poco ya no pudiendo ni leer una palabra más, Tal vez tengan razón…Pero una ronca voz lo hizo saltar del susto al instante que se esparció por toda el aula.

-        Menos un punto a todos los que se burlaron del joven- Y no tardó el coro de los tantos ¨ ¡¿Qué?!¨ Por parte de los alumnos. Jonghyun se levantó del escritorio y con la vista fija en Taemin volvió a hablar. –Como escucharon; menos un punto en el promedio final, y, tendrán una tarea extra, que si no entregan, se les otorgara un cinco por calificación-

El maestro le pidió amablemente que se sentara entre muchos murmullos que lo hicieron sentir peor. Nada le salía bien, nada que no fuera bailar, solo que ya no lo podía hacer. Sus dos horas de literatura pasaron realmente rápidas, no pudo concentrarse muy bien en la clase, pero lo compensaba que fueran rápidas. Tomó sus cosas y sintiendo como hablaban de él a sus espaldas y lo golpeaban accidentalmente con sus mochilas, decidió marcharse.

-        Señorito Choi- El aludido volteó ante el llamado de su profesor quien estaba sentado en su escritorio con la vista en algunos papeles.

-        Maestro- Pestañeó aturdido.

-        ¿Puede acercarse?

-        Claro- Este caminó lento escuchando el tintinear de sus cascabeles, parándose frente a su profesor y bajando el rostro avergonzado, él creía que lo regañaría por haber leído tan mal, así que comenzó a jugar con una esquina de la carpeta que llevaba entre los brazos. Estas acabado.

-        Joven Choi, me preguntaba si ¿Se encuentra bien?- ¿Qué? ¿Solo eso? Taemin estaba confundido y su ceño se arrugó un poco, el esperaba alguna mirada desaprobatoria o una reprendida, ya hasta había practicado una disculpa en el transcurso de la clase, pero no, solo pregunto por su bienestar, mientras entrelazaba sus dedos con los codos apoyados en el escritorio dando un aspecto más misterioso y una vista perfecta de esos cariñosos ojos… Qué extraño.

-        No entiendo la razón de su pregunta, profesor- Esa respuesta ahora hizo que Jonghyun frunciera el ceño y Taemin creyó haberla cagado duro y macizo. El castaño mayor se inclinó hasta quedar un poco más cerca del menor causando el típico chirrido al arrastrar las patas de la silla. Le examinó con detenida atención.

-        Me preocupas señorito- Aclaró la garganta –Veo que te cuesta socializar un poco con tus compañeros- Así que me observa…

-        N-no. No es eso- Con sus delgadas piernas comenzó a trazar círculos imaginarios en el piso, sintiendo como el rubor le coloreaba las mejillas e intentaba no hacer contacto visual, ya que su mirada era muy penetrante y pesada. No lo soportaría y comenzaría a temblar.

-        Necesito que me digas si tienes algún problema ¿sí?...Soy tu maestro y puedo ayudarte en lo que sea- Extrañamente Taemin se sintió protegido cuando su maestro le sonrió dulcemente, así que devolviéndole la sonrisa y con un ¨gracias¨ que no pasó por desapercibido Taemin se retiró a su próxima clase con un fuerte  sentimiento en el pecho, que por alguna razón le avisaba que ese día algo cambiaria su vida para siempre.

 

Continuara…

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Gracias por leer y por esperar mis lentas actualizaciones, aunque estas semas he sido medio puntual, no las quero desmoralizar pero no simepre podra ser así, les sobre aviso así que pido perdon por adelantado u,u 

LLegaron hasta aquí y eso es bueno para mí y ustedes.. xD si decean más fic, de mñas calidad solo necesitan poner cositas bonitas y feas en la casilla de abajito v,v no esta tan lejos~

Gracias otra vez...y nos leemos pronto

Alex, cambio y fuera...click.

 


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