Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

*~¿Sandía, sandía?~* por Charisma2Min

[Reviews - 186]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ok...solo dire que mañana iba a estar ocupado, entonces actualise hoy nwn 

Bechos(?)

Minho llevaba alrededor de cuarenta minutos durmiendo; le había importado poco que la puta sandia estuviera confundida o no supiera realmente que sucedía; realmente no le importó nada. (O eso se obligó a creer) Dio una vuelta quedando boca abajo, abrazó la colchoneta con las piernas y los brazos creando una especie de almohada alargada para su pulcra comodidad, suspiró profundo y se dejó estar en lo calientito de las cobijas. No quería pensar demasiado las cosas porque sabía que terminaría enojado… seis meses solo con su hermano no parecían los mejores de su vida, él diría los peores. Así que se puso a pensar en su desgracia.

Solo, con esa cosa, caprichosa, cachetona, sonrosada, bajita, delgadita, de pucheritos, con labios carnosos y rosados…con piernas delgadas, de muslos lechosos…y un bonito y respingado trasero…¡Qué mierda!

Minho frunció el ceño entre sueño y se removió incomodo.

 

 

¨Abrió la puerta y el aire hizo que el pomo se le resbalara de las manos, sonriendo ante la llegada del invierno dejó la mochila en el perchero que había en la entrada de la casa, estaba muy silencioso y le gustaba.

-¡Llegue a casa!- Gritó, por inercia dejó las llaves en el mueble; sacó su billetera de la parte interior de su sudadera y la depositó ahí mismo.

-¡Oppa Minho!- Volteo de donde provenía el llamado, conocía esa dulce voz que lo hizo sonreír, amaba esa voz, era cálida y le reconfortaba.

-Yoona- La vio parada en medio de la sala con un bonito mantel de cocina con las inscriptoras de ¨Esposa de mi esposo¨ Eso le hizo morir de ternura, su larga cabellera rubia se mecía al compas en el que ella corría hacia él con una sonrisa pintada en los labios, sus ojos marrones brillaban. Minho sabía que era lo que Yoona quería; así que con gusto, la atrapó en el aire rodeando con sus fuertes brazos su cintura, y ella con sus propios brazos el cuello del moreno e irremediablemente sus bocas colisionaron comiéndose el aire que existía en la contraria con ansias. Minho sintió una plaga de mariposas revolotear en su estomago, suaves roses eléctricos que salían de sus labios al chocar y sentir el sabor a fresas frescas. Era tan bonito que este se dio el lujo de cerrar los ojos y disfrutar de los torpes movimientos.

 

Pero de un momento a otro….algo estuvo mal….

 

De repente, los labios ya no le sabían a fresa, el sabor había cambiado drásticamente siendo incapaz de reconocer el sabor; de repente ya no sentía un par de pechos en sus pectorales; su cintura se volvió más pequeña; ya no sentía su larga cabellera acariciarles las manos, ya no había olor a un perfume caro, si no uno más cálido y dulce…ya no había unos labios delgados, esta vez eran unos más gruesos, medibles, esponjosos y suaves. Por inercia abrió lentamente los ojos extrañado de sus cambios y se encontró con la soledad….

Estaba de pie en una habitación obscura…no había nada, solo negro, negro y negro, hizo como si virara el rostro extrañado, pensando que solo hace unos segundos estaba besando a Yoona. A lo lejos con la poca visión que la oscuridad le permitía se encontró con el resplandor de una puerta media abierta. ¿Qué es esto? Caminó tranquilamente aproximándose al resplandor con la duda en la mente, frunció el ceño confundido. Mierda ¿Qué está pasando? No se dio cuenta pero ya estaba parado frente la puerta y al abrirla el brillo se intensificó dejándolo ciego por unos instantes, el brillo era tan fuerte que tuvo que ponerse la mano frente a los ojos para no dañar sus retinas. Pero así como vino…se fue.

Cuando se quito la mano de la cara, ya no había oscuridad, estaba de pie en un pasillo que reconoció como el de su casa, frente a la perta de su habitación ¿Cómo llegue hasta aquí? Después unos sonidos que lo extrañaron y le hicieron abrir la puerta le helaron la sangre e hicieron que su cuerpo se estremeciera a tal grado de dejarle la piel de gallina. Mientras el estaba parado en medio de su habitación, el mismo se veía en la cama, pero no estaba solo…tenia…tenia a Taemin bajo él. Y no precisamente jugando…su pequeño hermanito gritaba mientras el otro se movía sobre él con ímpetu, Taemin enredaba sus delgadas piernas en la cintura de él otro Minho, mientras pasaba sus manos por su ancha espalda y lo rasguñaba, podía verse a él mismo, besar a su hermano en el cuello, mordiéndolo, pasándole las manos por los muslos lechosos, gruñendo como animal.

-Aahh~ Hyung, Hyuuuung Ngght-

Minho aturdido dio dos pasos torpes hacia atrás golpeándose con el mueble de los libros, su corazón palpitaba al mismo ritmo que los sonoros gemidos de su hermano resonaba con todo el cuarto. No sentía los pies, ni la sangre circularle por las venas, sus pupila estaba dilatadas y el sudor frio no tardo recorrerle la sien. ¡D-dios mío!

Su vista fue a pasear hacia esa extraña escena, donde el mismo estaba entre los muslos de Taemin.

¡No puede ser real!

De un momento a otro le llegó una arcada de asco, al verlo de nuevo…los ojos de Taemin llenos de una bruma negra, inyectados de placer mientras se escuchaba el chapoteo de los cuerpos unidos.

¡No puede ser real! ¡Es demasiado extraño, no puede ser real! Yo nunca haría algo así con mi hermano, yo…Yo lo odio, el es asqueroso!

Cerró los ojos con fuerza a la par que llevaba sus manos hasta sus oídos y se los tapaba para no escuchar los agudos gemidos de su hermano al ser embestido por el mismo.

-Ah… Ah… Ah, Más, Hyuuung, Mmnn, Ah… Ahí Hyung Ahí…-

¡No es real, no es real! Un chillón gemido se convirtió en un chirrido insoportable que lo aturdió por un instante haciéndolo caer de rodillas con la respiración a galope y el miedo corriéndole por las venas…pero después de un minuto…todo era silencio otra vez. Abrió los ojos con el terror de encontrarse con esa grotesca imagen, lentamente, para descubrir que estaba en la habitación de un momento. Negro. Todo era negro.  Cansado de toda esa jugarreta corrió hacia la nada sin lograr algún movimiento.

¡No quiero estar aquí! ¡No quiero estar aquí!

No sintió cuando pero llegó a una parte que se dividía en dos, una enorme raya que era la separación de lo negro a lo blanco y en medio del pulcro lugar su hermano llorando.

¡No entiendo nada! ¡Dios, no entiendo nada, todo es horrible!

-Minho Hyung, ¿Por qué no me puedes amar?- Minho sintió una estaca atravesarle el corazón al oírle decir eso, al pequeño de diez años que lloraba irremediablemente en el lugar blanco, era más que obvio, era su hermano, podría reconocer esos lindos ojos donde sea. El asco que alguna vez pudo sentir al verse embistiendo a Taemin se esfumó al ver los tiernos ojos de el pequeño, con parsimonia se acercó hasta él, no teniendo ni idea de que hacer, todo era tan extraño que todo le confundía, solo sabía que quería que dejara de llorar aquel angelito.

-Tranquilo…todo estará bien…- Se atrevió y acaricio el pelo de Taemin. Pero este gritó al instante.

-¡No! ¡Nada está bien!- Su rio de lagrimas plateadas pronto se convirtió en un espeso chorreo de sangre carmesí que caía de sus ojos, Minho se asustó y un escalofrió recorrió su columna  al abrir los ojos grandes…el rojo que lloraba Taemin se veía aun más brillante gracias a él blanco del cuarto. -¡Nada está bien!-

-¡Taemin!-

-¡Nada está bien!-¨

-¡¡Taemin!!-  Se levantó aturdido, empapado de sudor y con el corazón a mil. Sintió una gran presión en el pecho y su respiración estaba a galope ¿Qué había sido toda esa mierda? No entendía nada, lejos de llegar a ser un sueño húmedo con su hermano, fue más una pesadilla, una muy horrible que quisiera borrar de su mente. –Dios~- Se tomó el cabello y cerró los ojos suspirando. Había soñado que se acostaba con su hermano, pero eso realmente no era lo que le preocupaba, lo que se golpeaba internamente y se negaba a confirmar, fue que al darse cuenta de que era su pequeño hermanito al embestía brutalmente, sintió su estomago revolver, y leve cosquilleo en el vientre. Y luego le recriminó a su mente que porque le había puesto a Taemin y no a su novia. –Debe ser el estrés- Pasó sus dos manos demacradas por todo su rostro quitándose lo modorro y el cansancio, se talló los ojos bostezando y giró el rostro para ver la hora….nueve cuarenta y contando…. ¡Nueve cuarenta!

-¡YOONA POR LA MIERDA!- De un brinco se incorporó y salió corriendo hacia la ducha presuroso, dando pasos más torpes de lo que le gustaría.

Anteriormente había quedado con Yoona a que la levaría a cenar a un bonito lugar elegante; si; tenia los recursos y el automóvil, pero con todo el ajetreo de que sus padres literalmente salieron corriendo, Taemin con su extraña forma se ser y todas esas cosas psicológicamente estaba agotado, tanto que le dio sueño y terminó durmiendo más de lo esperado, queriendo despejar su mente y no pensar demasiado porque él creía que de tanta información recibida en un solo día, que afectó sus sentimientos, le explotaría el cráneo y sus sesos saldrían volando. Y él no quería eso, porque cuando llegara su madre, le daría in infarto por haber ensuciado su alfombra beige con sangre y sesos y era capaz de resucitarlo solo para volver a asesinarlo y hacer que limpiara el desastre.

Nop. Nop.

Él quería vivir.

O al menos hasta que viera a Yoona, porque cuando llegara a su departamento…ardería Troya…otra vez.

Como la velocidad de la luz, se bañó, se cambió, se perfumó, tomó sus cosas y salió corriendo escaleras abajo.

Echó un vistazo. Taemin estaba sentado en el piso viendo hacia la pared, no le tomó importancia puesto que iba retrasado por dos horas.

-¡Taemin ya me voy, no me esperes!- Tomó las llaves de su auto (que por cierto era bonito) y cerró la puerta de un solo golpe.

Tal vez tenía mucha prisa, tanto que había azotado la puerta, tal vez, salió corriendo como alma que lleva el diablo, tal vez, olvidó que Yoona lo estaba esperando…tal vez vio a Taemin mirando hacía la pared pero, solo tal vez, no vio que estaba llorando y que sus amargas lágrimas resbalaban por sus dulces mejillas.

~*~

 

Llegó corriendo cuando se bajó del auto, con un simple y elegante retraso de tres horas diez minutos.

Casual.

Subió a tropezones por las escaleras de emergencia gracias a que a alguien se le ocurrió ponerle un letrero en letras rojas que decía: Fuera de cervicio, grasias.

Si, servicio con ¨c¨ y gracias con ¨s¨.

Pelmazos.

¡No pues gracias dios! Le reprochó con sarcasmo. El piso número ocho, para ser exacto la puerta doscientos tres fue al que llegó con el corazón acelerado y la respiración agitada.

-¡Yoona!- Tocó tres veces. –Ábreme la puerta-

-¡Vete. A. La. Chingada Choi!- El grito que pegó Yoona, se escuchó tras la puerta. Se notaba que estaba enojada, por el tono de voz y porque le había llamado por el apellido.

-Yoona, amor, ábreme por favor bebé- Recargó la frente en la puerta color marrón y comenzó a suplicar.

Tan Choi.

Tan imbécil.

-Perdóname…. ¿Sí?, tuve…. Muchas cosas raras por hacer y…-Dormir. –No pude llegar a tiempo.- Puso la mano en la perilla con el amago de darle la vuelta.

-¡NO QUIERO VERTE CHOI!-

-¡Por favor, ábreme! ¡O hare un berrinche!- A un sabiendo que Yoona era incapaz de verlo tras la puerta hizo un puchero con los labios e imitó el quejido de un cachorrito bebé.

-HAZ LO QUE QUIERAS!-

-¡Porfavorporfavorporfavorporfavorporfavor!- Pero antes de que pudiera decir otra cosa, Yoona abrió la puerta enojada…y Minho….Minho se fue de cara chocando con la frente de su novia dándose un cabezazo.

-¡Auch!-

-¡Dios Minho!-

Yoona se sobó la frente frunciendo el ceño y refunfuñando palabras incomprensibles para los oídos de Minho, ¿Qué so estaba enojada? ¡Pfff! Eso ni le llegaba a los talones. Cuando terminaron de Yoona cruzó los brazos y se paró frente a la puerta impidiéndole el paso.

-¿¡Qué quieres!?-

-Perdóname amor-

(Siempre rogando)

-¡No! ¡Por más que me ruegues, rezongues, hagas berrinches! ¡No, no! ¡No Choi, no te per

Minho la tomó desprevenida, la jaló por el brazo e hizo colisionar sus labios en un hambriento beso que Yoona no dudó en responder en un santiamén. El alto fue empujándola hasta adentrar sus cuerpos y cerrar la puerta tras de sí, comiéndose las bocas con ansias, tomándole la cintura con posesión y robándole el oxigeno. Cuando de un de repente Taemin salvaje aparece en su mente.

Una imagen de Taemin.

No cualquier imagen de Taemin.

La imagen de Taemin gimiendo.

Rico y duro.

No pudo seguir el beso. Despegó a Yoona como cinta adhesiva de sus labios, pues ella era quien mandaba…misteriosamente.

-¿Qué pasa bebé?- Acarició su mejilla con la punta de su nariz restregándose melosamente como gato a la par que enredaba sus brazos por el cuello del de ojos grandes. Este solo pudo pestañar aturdido con la vista en ningún lugar, recriminándose el por qué justo en ese momento tuvo que recordar la cara de Taemin inyectada de placer y esos dientes perfectos que mordían sus labios. Y por un momento se sintió mal por Yoona, casi con remordimiento, casi como si la estuviera engañando.

Negó discretamente con la cabeza. Tranquilo Choi, es el estrés, el estrés.

-Nada Yoona, nada, ahora…- Olvidándose de ¨eso¨ (según) sonrió acordándose que era más que obvio que su novia ya le había perdonado. -¿Por qué no me perdonas como se debe?-

Y no es como si aun siguiera siendo virgen y tampoco es como si no se acostara con Yoona cada que podía, porque si algún día decía que no había tenido sexo con su novia. Hubiera sido la mentira más asquerosa y gorda que haya dicho en su vida. Y solo supo que su noche se pondría ¨interesante¨ cuando el brillo se los ojos de su rubia (oxigenada y artificial) aumentó y una vez más probó el sabor a fresas del labias de ella.

Cerebro…solo, no pongas a Taemin en mi mente…. ¿Quieres? 

~*~

 

Volviendo a lo que sería Taemin…pues, no habría mucho que contar… o eso pensaba él.

Cuando Minho le dejó solo en la habitación de sus padres con un abandono inminente, muchas dudas en los labios y su nerviosismo…Explotó como el Big bang , fue tan fuerte y rápido que no se dio cuenta cuando corrió a su habitación a intentar esconderse de sus propio miedos.

Porque él tenía miedo.

Miedo a todo, desgraciadamente.

Gracias a su mamá.

Nunca lo dejó crecer como a un niño normal, siempre sobreprotegiéndolo de más, incluso fuera de lo común; nunca lo mandó a una escuela, si no, hasta los catorce años; siempre estudió en su hogar porque su madre tenía miedo de que lastimaran a su bebé (cosa que nunca hizo con Minho) Ella lo veía tan pequeño y tan frágil, que tenía miedo que lo rompieran como a una figurilla de porcelana.

Cosa totalmente errónea.

Taemin era moralmente fuerte, pero ella se encargó de debilitarlo de esa forma, diciéndole de todo lo que podría sufrir afuera, cultivando el miedo en su pequeño corazón infantil.

Nunca lo dejó salir a jugar.

Debido a su lastimosa condición física le prohibió salir a jugar con los demás niños de si calle, el bonito Taemin se dedicaba a ver tras la ventana como todo esos niños de su edad y más grandes jugaban y corrían por aquí y por allá con bonitas sonrisas llenas de alegría, entre ellos Minho; su hermano mayor. Por esa razón, su mamá, le compraba muchos juguetes bonitos y nuevos, cuando el solo quería salir al aire fresco del afuera. Taemin siempre como el centro de atención, rodeado de muchas personas que lo adulaban y elogiaban, familiares y parientes, hablando de lo hermoso y bien portado que era, cuando lo que él lo que más pedía era un poquito de atención de esa personita cuatro años mayor que él, el que lo miraba con recelo y casi con odio, casi sin quererlo, casi como si hubiera sido un accidente.

Y ahora, estaba encerrado en el cuarto del ¨Pánico¨  que su papá le había construido desde que lo separaron del cuarto de Minho, cubierto con una manta de dinosaurios en los hombros y abrazando su peluche favorito, La rana. Se mecía con los ojos cerrados a puño, con lágrimas que le picaban por salir.

Tranquilo, tranquilo, tranquilo, no llores, solo….no llores.

Demasiado tarde~  Sus lagrimas resbalaban en las mismas cantidades que sus miedos, soledad, tristeza, nervios, obscuridad, nostalgia, escalofríos, silencio. El tener frio lo hizo encogerse más tomando sus pernas y abrazándolas junto al peluche, tarareaba una canción de cuna que su madre le cantaba de pequeño, intentando tranquilizarse.

El príncipe no está solo~ El príncipe será feliz~ El sol iluminará su rostro~ Dejando su tibiez sentir…~

 

Un chillido agudo que lo obligó a taparse los oídos le taladró la mente; dejando a un lado el peluche se tomó de los cabellos y los jaló queriendo que el sonido se fuera, porque ya no quería sufrir.

 

¡Para por favor, para!

El zumbido se hizo más y más agudo y fuerte, causando más dolor.

¡¡Basta, basta, ya no más!!

Apretó más sus manos y contó…

Uno…d-dos…tres… Y se fue.

Todo paró; el chillido dejó de sonar y Taemin suspiró hondo.

Tengo que preparar algo para que Minho Hyung coma… Como si nada de eso hubiera pasado, se levantó dejando en el olvido su manta y su peluche; descalzo salió del pequeño cuarto limpiándose las lágrimas que aun escurrían libremente.

Se dio una pasada por el espejo de cuerpo completo y observó sus ojos rojos. No debía llorar tanto tres veces en el mismo día no era nada saludable; dos por su miseria y una por imbécil, solo que esa vez no fue por Minho ni por su familia; había sido en la escuela, por ciertas personas que nadie debía saber.

Tomó rumbo hacía la cocina donde sacó lo necesario para una rica cena. Ya hasta había comenzado a cortar algunas zanahorias en cubitos…cuando recordó.

Oh, cierto, estoy solo, Hyung está durmiendo…~

Una fuerte punzada en el corazón temeroso de Taemin, lo hizo aventar el cuchillo hacia el fregadero con fuerza, logrando que este se astillara y rebotara, por una extraña razón se sentía enojado; no sabía si consigo mismo o con el mundo por hacerlo tan temeroso y dependiente a otras personas. Viendo lo que acababa de partir tomó la tablilla de cortar junto a las zanahorias y las tiró juntas al cesto de la basura con el ceño fruncido; tomo todos los ingredientes con desesperación y los volvió a aguardar en el refrigerio, cerrando la puerta con violencia, no sabe cómo pero terminó sentado frente a la pared de la sala llorando de impotencia de ve tu a saber de qué, tan lejos en sus pensamientos que no escuchó el: ¨ ¡Taemin ya me voy, no me esperes!¨ pero si el portazo que dio al cerrar la puerta, porque pudo sentir la bofetada de la fría soledad.

~*~

 

Pisó el suelo de su casa cerca de las tres de la mañana… ¿Qué si estaba contento? Si que si, Yoona le había entretenido muuuuuy bien o el diría excelente, estaba satisfecho y una bonita sonrisa surcaba sus labios.

Oh, dios, como la quiero~

Claro…querer, y Taemin no tenía asma y podía volar.

Con suavidad abrió la puerta chocando con la obscuridad y la penumbra, podía divisar perfectamente todo, pero con un tono negro azuloso que daba frio el tan solo estar de pie ahí. Cruzó por la sala a pasitos livianos, queriendo hacer el menos ruido posible, como si fuera un ladronzuelo a punto de huir. Por puro gusto se quitó el sweater y lo aventó al sofá.

 

-Mmmn~ -  

Los bellitos de su espina dorsal se erizaron de sobremanera al escuchar aquel tétrico gemidillo. Paró de caminar al instante y su corazón galopó desenfrenado, ¿Q-qué es eso? Con un poco de miedo volteo despacito encontrándose con su hermano durmiendo en el sillón, le había caído el sweater en la cara y no tardó en quejarse. (Razón por aquel gemidillo)

-Uuuf~-

Se acercó hasta él y lo vio detalladamente, tenía lo que parecía ser un zapato entre sus brazos acogiéndolo en su pecho. Pero qué extraño. Minho frunció el ceño.

Sip. Era un zapato. Lo pudo ver gracias a sus delgadas piernas encogidas, que le faltaba un zapato, ya que el calcetín verde seco estaba al rojo vivo…que ironía. Su cabecita estaba algo chueca y parecía tener frio por su posición fetal. Cero comodidades diría Minho.  Pobre Taemin.

Y por primera vez en sus dieciocho años de vida, quiso hacer algo de provecho con su hermanito. Lo llevare a su cama.

Con una estúpida sonrisa de ve tu a saber, se fue acercando a él…tal vez le causaba ternura ver a su hermano con el cabello revuelto un dulce puchero en los labios.

Se inclinó y con cuidado de no despertarle, le quitó el zapato de entre los brazos dejándolo caer al suelo. Taemin se removió un poco. Je, que lindo. Minho con cuidado pasó uno de sus brazos por la espalda de Taemin ahuecándola entre su antebrazo y movió el brazo del niño hasta hacerlo abrazar su cuello; él sabía que como estaba dormido era imposible que se el niño se sostuviera, pero de igual manera era más cómodo para ambos, así que pasando su brazo sobrante por las debajo de las rodillas de Taemin contó hasta tres para levantarlo.

Uno…dos…tr

Pero antes siquiera de terminar el número tres ya lo tenía en el aire de modo de princesita. ¡Dios es muy liviano!  Y realmente lo era, si presionaba su barriguita podía sentir sus costillas y si tocaba con delicadeza los huesitos de su ante pierna se hacían notar. Ahora que lo veía, era muy delgado…al grado de preocuparse. Taemin se removió entre sus brazos después de ser elevado por Minho y al sentir algo cálido se aferró de ello y lo buscó con el rostro hasta encontrarlo. En especifico:  Taemin sintió la calidez que el pecho de su hermano desprendía y queriéndose dar un gustito enredó sus brazos en el cuello del mayor y escondió su rostro entre el cuello y el hombro y Minho….Minho tembló, ¿Por qué? Porque accidentalmente Taemin había rozado sus gruesos labios en el cuello del mayor y soltando un leve suspiro, se relamió los labios, rozando de igual manera el cuello.

Minho…Minho estaba cagado. ¿Por qué?

Porque se estaba excitando.

¡Hay mamá, hay mamá!

 

Continuara…

Notas finales:

Nos leemos el Viernes que viene xDD Dejenme amor pliz. Por mi pasividad al escibir, solo por eso. 

Bye-bee Vx


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).