How It Ends.
Capitulo Dos. “Te Vi Venir”
“Es poco lo que te conozco y
Ya pongo todo el juego a tu favor.
No tengo miedo de aposarte,
Perderte si me da pavor”
-Te Vi Venir. Sin Bandera.
-Te cuidas, pequeño Jeevas -. Se despidió Elle, yo asentí-. Y sobre el sueño… lo podemos hablar cuando regresas de la escuela, ¿De acuerdo?
Asentí una vez más y comencé a caminar rumbo a la escuela.
Ojos rojos, de todos los colores que pudieron haber sido tenía que ser rojos… Realmente no me molestaba… Me intrigaba.
Esa no era la primera vez que soñé con él, ya había habido varias veces pero ninguna tan importante como esta, esta había sido la primera vez que me había revelado algo que no fuera su voz, su maravillosa voz… ¡Matt, relájate! Sentí que un color rojo me invadía en mis mejillas.
Aún recuerdo el primer día que soñé con él. Fue el día que mi madre había fallecido… Recuerdo que me quede dormido en el sillón mientras que las personas desfilaban para darnos el pésame a Elle y a mí. Yo no había resistido y me había quedado dormido para después haber sido llevado por Watari a mi recamara.
Desperté a media noche, gritando. Pero nadie había venido, las lágrimas me habían recorrido el rostro para caer en mi playera y comenzar a mojarla poco a poco.
-Mamá, mamá, mamá-. Soltaba en susurros-. No me dejes.
Caí rendido en la cama y comencé a cerrar los ojos, para caer rendido una vez más.
Aparecí en un cuarto totalmente oscuro.
-¡Matty!-. Grito una voz-. ¡Matty, ayúdame!
-Mamá-. Susurre, comencé a caminar.
-¡Ayúdame!-. Y después de ese grito se había oído un alarido.
-¡Inútil! ¡Ni eso puedes hacer! ¡Ayudar a tu propia madre!-. Me detuve en seco.
-No, no… yo…
-¡Cállate! ¡Inútil!-. Algo salió de la nada, derribándome, las voces seguían resonando en mi cabeza. Me hice un ovillo en el suelo, sentí unos brazos aferrarse a mí, me tense.
-Suéltame-. Susurre-. Suéltame, por favor.
Aquello o aquel que me sujetaba no rompió aquel contacto al contrario, se aferró más a mí.
-Suéltame.
-No, jamás lo are, jamás te dejare caer-. Susurro en mi oído.
Mis ojos se abrieron, trate de darme vuelta para poder observarle de frente pero le impidió.
-Aun no es tiempo.
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-¡Cuidado!-. Una mano me jalo, sentí como caía impactado contra ¿El suelo? Vi como un coche pasaba rápidamente en frente mío-. Deberías de tener cuidado-. Mire hacia atrás y me sonroje al instante, me encontraba sentado encima del sujeto que me había salvado.
-Lo… lo siento-. Me levante y extendí mi mano, él la tomo y lo ayude a levantarse. Cuando estuvo de pie me di cuenta que me arre basaba por una cabeza.
-No te preocupes-. Me sonrió-. Solo ten cuidado la próxima vez, ángel-. Acerco su rostro al mío y me acaricio la mejilla, sus ojos… eran rojos. Abrí mis ojos como platos, un sonrojo se apodero de mis mejillas al igual que las ganas de llorar y aferrarme a él. Su sonriso se borró y se alejó de mí.
Comenzó a caminar pero le tome de la parte trasera de su playera.
-Espera… no… no te vayas, ¿Podrías decirme al menos tu nombre? Por favor.
-No te preocupes, nos volveremos a ver-. Una pequeña carcajada salió de su boca y le solté-. Además, dudo que a tu amigo le guste que estés conmigo-. Voltee hacia atrás y mire a Mello se encontraba del otro lado de la avenida. Mirándonos.
-Pero…-. Volví mi vista al sujeto, pero ya no estaba.
-¡Matt!-. Mello se acercó-. ¿Quién era él?
-No lose-. Susurre.
-¿Estas llorando?-. Me tomo del mentón y alzo mi rostro para que quedara a la altura del suyo, o por lo menos pudiera verlo a los ojos. Pase mis manos por mis mejillas y me di cuenta que era cierto, estaba llorando-. ¿Qué te dijo?
-Nada, no me dijo absolutamente nada-. Y era exactamente eso lo que me dolía.
-Vamos-. Me limpio las lágrimas y me tomo de la mano-. Mientras vamos a la escuela me lo cuentas todo ¿De acuerdo?
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-Oh-. Se limitó a decir-. ¿Qué más?
Desvié la mirada, ya le había contado sobe nuestro pequeño incidente y la plática ¿Qué más quería saber?-. Nada, eso es todo.
-No me mientas-. Sus puños se tensaron-. Sé que hay algo más, ¿Por qué no me lo dices? ¿Acaso no confías en mí?
Detuve mi caminar y el hizo lo mismo.
-Por supuesto que confió en ti… solo que esto es… es mucho… no quiere que cargues con algo que no debes de cargar, si alguien va a cargar con esto, soy yo.
-Lo que tenga que ver contigo jamás va a ser una carga-. Yo sonreí.
-Está bien, solo que esto se remota desde muy atrás.
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Le conté todo, desde mi primer encuentro hasta el último.
-Entonces… ¿Tú supones que el tipo que te encontraste es el de tus sueños?
-Si… sé que suena un poco loco pero… tiene algo que hace que me sienta tranquilo… no sabría cómo explicarlo…
-Hey-. Volví mí vista hacia él-. Me preocuparía si no se tratara de algo loco.
Solté una carcajada.
Nos encontramos caminando por los pasillos de la escuela, aún faltaban cinco minutos para entrar y el salón estaba subiendo las escaleras hacia que podíamos ir con calma.
-¿Y Near?-. Pregunte.
-Se adelantó, ya sabes, señorito perfección no puede llegar tarde.
-Hey, no seas malo con él-. Dije-. Además, es de las cosas más tiernas que he visto en toda mi vida.
Mello me miro y me fulmino con la mirada.
-Jajaja-. Reí, siempre que yo le decía algo de Near, sobre lo tierno que era o lo inocente o cuanto me encantaba, Mello me fulminaba con la mirada.
Me detuve en las escaleras.
-Además… Tú sabes que eres mi favorito-. Le di un beso en la mejilla.
-No… no hagas eso.
Volví a reír, y después de unos segundos Mello rio conmigo.
-Permiso-. Detuvimos nuestras risas y mire hacia atrás, y estaba ahí, el ojirrojo estaba ahí, aunque su rostro no mostraba la misma alegría que había tenido cuando nos habíamos conocido, me miro con seriedad, y siguió caminando.
Después de eso, subimos las escaleras, en silencio.