¿Dónde crees que estás poniendo esas juguetonas manos?
Con palabras dulces, me llevas hacia arriba y hacia abajo
Acababan de conocerse hace tan sólo un mes… sin embargo ya llevaban una relación de follamigos bastante activa…
-…Mmm…-gemía el rubio
-…Deidara… -susurraba el azabache –eres delicioso…
De hecho, ambos sabían de la existencia del otro desde antes de hablarse, puesto que Sasuke era reconocido como el PlayBoy de la Universidad Nacional del País del Fuego y a sus cortos 22 años ya le había abierto las piernas a casi todos los donceles, mujeres y hombres incluidos de la prestigiosa universidad…
Mientras Deidara era reconocido por ser un “calienta pelotas” o simplemente aquel que te seduce, se deja coquetear y tocar pero no quiere follar.
Típico.
Quiero arder durante mucho tiempo
Debemos ser más lento…
Últimamente, Deidara no se había sentido nada cómodo con el tipo de “relación” que tenía con Sasuke, sabía que los varones de la universidad le envidiaban por ser el único que había conseguido coger con él, pero la verga, en serio, él quería algo serio con el Uchiha, pero para el azabache, era sólo sexo.
Y nada más.
La ironía de tratar de tenerte
Vas a dejarlo cuando hayas conseguido todo
Mientras tanto Sasuke quería formalizar su relación con el rubio, pero no sabía cómo decirle, seguro Deidara no le creería, digo ¿el Semental de Konoha queriendo algo serio? Tienes que estar de coña.
-…Dei… -susurró mientras lamía el cuello del rubio
-Sasuke… -gimió desesperadamente
-… -
Sasuke bajó hasta la cintura de Deidara y la rodeó con sus manos mientras su boca se ocupaba de un apasionado beso a los labios del menor.
Estaba decidido, ésta sería la última vez que tendrían sexo…
A partir de mañana, ellos harían el amor.
No digas nada
El yo que ves, eso es todo
No me empujes lejos
Por qué no, estamos en el amor
“Tenemos que hablar.”
-Sasuke.
Fue lo primero que leyó aquella mañana al despertar en el hotelucho de mala muerte donde había tenido sexo desenfrenado la noche anterior.
Solo.
Como siempre.
Que sorpresa.
“¿Ahora? Sabes que no tengo ganas de hablarte después del sexo.”
-Deidara.
Simplemente tecleó eso en su teléfono y se acurrucó entre las sábanas, tratando de reemplazar el calor, que sabía, Sasuke jamás le daría.
Basta, lo siento, pero…
“Y tú sabes muy bien que me vale verga si quieres hablar o no.
Te espero en la cafetería de la universidad. A las 10.”
-Sasuke.
Cansado y molesto miró el reloj de pared del cuarto. Eran las 9:30.
“Que se joda.” Pensó.
Jódete, no lo quiero ahora
No quiero acostarme a tu lado si es natural
Jódete, ya sabes, Jódete.
Yo no quiero hacerlo así
Esto no es lo que siento…
El Uchiha ni se asomó a la dichosa cafetería, sabía que Deidara no iba a aparecer.
Viró los ojos y de dirigió al apartamento del rubio. No quedaba lejos y seguramente él seguiría en el hotel de anoche.
Sasuke sabía muy bien dónde Deidara ponía las llaves de su apartamento en caso las olvidara, cosa que era muy frecuente.
Buscó en la planta que estaba cerca a la puerta y la halló enterrada a pocos centímetros.
Sonrió, le daría una buena sorpresa al rubio.
¿Con ese tipo de voz, lo que hay allí que no se puedas hacer?
Incluso estoy enamorando de ti, así que por supuesto que nadie sabrá
Despertó un poco tarde, ya eran las 2 de la tarde, suspiró. Aparte de adolorido, estaba con resaca, había tomada como nunca la noche anterior, de hecho, al despertar por primera vez, se asustó pensando que no había sido Sasuke con quién había tenido sexo anoche.
Se tranquilizó pensando que Sasuke era el único sobrio y no habría dejado que él se fuera con cualquiera. Las ventajas de ser propiedad Uchiha.
Se volvió a sentir mal, no quería ser la puta de Sasuke, a la que este se cogiera y luego la dejara tirada en un hotel de cuarta.
Si no soy yo
Nadie puede controlarte
Diferentes dificultades
Sasuke se encontraba viendo la televisión, sin mirarla de verdad. Pensaba en que le diría a Deidara. Se había roto la cabeza pensando en ello y aún no se le ocurría nada decente para decir.
Tick Tock… Tick… Tock…
Se acabó tu tiempo…
El sonido de Deidara abriendo la puerta llamó la atención de Sasuke, quien nervioso apagó el televisor y se paró de inmediato. Recompuso su cara y se calmó, un Uchiha siempre debía permanecer enhiesto y no flaquear ante nada. Aun cuando sus piernas estuvieran hechas gelatina y su corazón estuviera a punto de un paro cardiaco.
Si no eres tú
Nadie me puede tocar
Seremos un destino
-¿Pero qué haces tú aquí? –dijo él
Claro que esto, no era quién él esperaba…
Jódete, no lo quiero ahora
No quiero acostarme a tu lado si es natural
jódete, sabes, jódete
Yo no quiero hacer asi
Oh por favor créeme…
Continuará….