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Un jugador y un artista por riuriku

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Notas del capitulo:

Hola, he llegado, perdón por la demora, es que... ME MUDÉ, si señores, me he mudado, además de que hoy tuve concierto por que hoy es día del músico (Felicidades a mí xD) Bueno, n los entretengo más.

 

Generos: Angústia, romántico.

Advertencias: Ninguna

 

a leer

 

 

PD: Se me olvidó ponerlo en el primero, pero bueno, si por alguna razón mi querido amigo llega a leer esto, lamento usar tú figura física para un personaje pero ¡Mira el lado bueno! Eres el activo.

¿Celos?

Alberto se encontraba en su habitación junto con Rodrigo, un joven no muy alto, piel clara, cabello negro un poco largo, ojos miel y de personalidad risueña.

-Muy bien Alberto ¿Me has arrastrado hasta acá a decirme que quieres saber si Santiago se preocupa o tiene sentimientos por ti? Amigo, que bajo has caído- Se burlaba Rodrigo.

-Hablo en serio Rodrigo, conoces como era Santiago antes, es lógico que desconfíe él- Le decía Alberto molesto.

-Ya entendí, bueno, ¿por qué no le das celos?- Le sugirió a Alberto.

-¿Celos?- Preguntó el alto.

-Claro, dicen que si alguien siente celos es porque le interesa mucho esa persona.

-No lo sé Rodrigo, si después hay un malentendido Santiago no me lo va a perdonar- Le decía Alberto no muy convencido.

-Tranquilo, trata de no ser tan obvio y listo.

-Bueno pero ¿Con quién le voy a dar celos?.

-¿Qué tal Gabriela?- Le sugería Rodrigo.

-¡NO! Primero muerto antes que salir con ella, tu ya la conoces- Decía Alberto con un aura de miedo rodeándole.

-No seas exagerado, no se me ocurre nadie más.

-Ok, ya entendí, pero si se pasa de la raya dejaré esta tontería.

-Así se habla, bueno, yo me voy, suerte- Se despidió Rodrigo para salir de su habitación.

Al verlo salir se dejó caer en la cama, darle celos a Santiago no parecía una buena idea, pero estaba dudoso de los sentimientos de Santiago, y no era para menos, la vida que tenía antes el pequeño hace que crezcan las dudas.

 

Al día siguiente.

 

Alberto caminaba hacia la universidad, se encontraba nervioso, no quería estar con Gabriela, pero quería, no, necesitaba saber los sentimientos de Santiago.

-Hola Alberto- Le saludó una voz conocida, se volteo y encontró a Santiago, el cual tenía una bella sonrisa.

-Hola Santiago- Dijo en tono seco, lo cual hizo que Santiago borrara su sonrisa.

-¿Ocurre algo?- Preguntó el bajo.

**No tienes idea** Pensó Alberto- No, nada- Dijo tratando de sonar amable, pero no sirvió de nada, estaba demasiado confundido como para actuar bien.

-¿Hoy vamos a salir?- Preguntó el chiquillo, tratando de sonar alegre.

-Lo siento, voy a salir con Gabriela- Respondió Alberto, tratando de ver si los celos surgían en él.

-¿Con Gabriela?- Dijo el chiquillo confundido y triste- ¿Tiene que ser hoy?- Le preguntó, no parecía celoso, parecía desilusionada.

-Sí, lo lamento, salimos otro día- Le dijo Alberto antes de salir caminando hacia la universidad, vio la tristeza en los ojos del chico, pero no vio celos ni nada por el estilo, lo cual hizo que dudara más.

Al llegar a la universidad se encontró con Gabriela, la cual estudiaba lo mismo que él, economía.

-Hola Alberto ¿Salimos hoy?- Dijo la chica.

-Sí ¿Por qué no?- Le respondió Alberto.

-¿En serio? Sabía que no te resistirías a mí- Le dijo la chica restregando su cuerpo contra el del Alberto.

-Lo que tú digas- Terminó de hablar Alberto, caminando hacia su salón de clases.

El día comenzó a pasar lento para el alto, al terminar las clases salieron del edificio en camino a una cafetería.

-Quiero un té de manzana un pastel de chocolate- Dijo Gabriela.

-Un café negro bien cargado sin azúcar y nada más- Le pidió Alberto a la camarera.

-Enseguida- Respondió mientras se iba con la orden.

-¿Sabes? Me encantaría que...- Gabriela no pudo terminar de hablar, pues una voz la interrumpió.

-Hola Alberto, Gabriela- Dijo Santiago detrás de la chica.

-¿Qué haces aquí? - Le preguntó la chica con arrogancia.

-Vine a tomar un café- Respuesta simple por parte del menor.

-Estamos ocupados, queremos estar solos ¿Por qué no dejas en paz a Alberto? Entiendo que sea el único que te habla, pero deja de sofocarlo, está en su vida privada, donde tú no estás- Le dijo la chica, Santiago sintió un dolor en el estómago, principalmente porque Alberto no lo estaba ayudando ¿Por qué tenía que pasarle todo lo malo ese día? ¿Precisamente ese día?.

-Está bien, no los molesto más- Dijo el pequeño yéndose, dejando solos a Alberto y Gabriela.

Alberto se sentía mal, quería defender a Santiago, pero sus dudas aun no se iban de su cabeza, se levantó de su puesto, dejó el dinero en la mesa y caminó hacia la salida.

-Alberto ¿A dónde vas? No hemos terminado de hablar- Le dijo Gabriela, pero Alberto no respondió, solo salió de la cafetería y se dirigió a su casa.

Era bastante tarde para cuando llegó a casa, se lanzó en la cama y se durmió casi al instante, estaba agotado.

 

Se despertó por el sonido de la puerta siendo golpeada, era sábado por lo que no tenía clase y eran las 10:00 am.

-¿Quién es? Preguntó.

-Rodrigo- Se desilusionó un poco, esperaba que fuera Santiago.

-¿Qué pasa? Le preguntó Alberto a Rodrigo luego de hacerlo entrar.

-Estaba aburrido en casa y no había nada para comer- Dijo sacando una manzana de la nevera.

-No te tragues todo- Le dijo Alberto.

-Ya sé, oye... ¿Cuándo piensas darle celos a Santiago?.

-Ya lo hice, y no me salió muy bien- Al escuchar eso Rodrigo se atragantó.

-¿Ya lo hiciste? ¿Cuándo?- Dijo Rodrigo sorprendido y asustado- Por favor, no me digas que fue ayer.

-Fue ayer.

-¿ERES IDIOTA?-Gritó Rodrigo-¿Sabes qué día era ayer?.

-Sí, viernes- Contestó el alto confundido.

-No lo sabes, imbécil, no me sorprendería que Santiago no te hablara.

-¿De qué hablas?.

-De que ayer fue tres de junio- Al escuchar eso Alberto abrió los ojos exageradamente, esto era malo, esto era muy pero que muy malo.

-Oh no- Se dijo.

-Correcto... El cumpleaños de Santiago.

Sí, definitivamente había metido la pata hasta el fondo, lo había hecho sentir mal, lo había plantado y no lo defendió cuando lo insultaron feamente, todo por sus ridículas dudas.

-Deberías hablar con él... Ahora- Le dijo Rodrigo, preocupado por lo que podía pasar.

Sí, ya me voy, cierras la casa al irte- Le pidió Alberto mientras se vestía apresuradamente, tomó sus llaves y salió corriendo a la casa de Santiago, debía explicarle todo.

Ahora se encontraba frente a la casa de Santiago, estaba nervioso, no solo por verlo de nuevo, también por la reacción que podría tener el chiquillo, y que tal vez no lo perdonara.

-Voy- Se escuchó la voz de Santiago después de tocar la puerta, el pequeño abrió y se encontró con el alto, el cual tenía una cara de angustia.

-Hola Alberto- Saludó Santiago con su típica sonrisa, lo cual confundió a Alberto, esperaba que le gritara que se fuera o que le cerrara la puerta en la cara, no esperaba que lo saludara normal.

-¿Pu-puedo pasar?- Tartamudeó un poco el alto, un poco avergonzado de su comportamiento.

-Por supuesto, Adelante- Dijo Santiago entrando a su casa otra vez, dejando que el otro pasara.

-Lamento lo de ayer, yo... Lo olvidé- Dijo el alto sintiéndose basura.

-Lo sé, no te disculpes- Eso dejó sorprendido a Alberto ¿Así lo perdonaba? ¿Así no más?.

-Yo...- Alberto fue interrumpido.

-No te preocupes, hace tiempo me di cuenta de que estabas estresado, era predecible que lo olvidarías- Le contó Santiago- Lo que no sé, y me encantaría que me expliques, es el por qué estabas tan estresado- Cuando escuchó eso Alberto dudó, pero pensó que sería lo mejor para saber los sentimientos de Santiago.

-Yo... Estaba dudoso, sé que debería confiar en ti, pero sé como vivías antes de conocerme, lo cual me hacía dudar bastante, ayer salí con Gabriela porque creí que si te daban celos yo sabría qué es lo que sientes- Fue lo que explicó, luego de unos segundos escuchó una gran carcajada de parte del menor- ¿De qué te ríes?.

-Jajaja lo siento, es que no creo que me den celos- Le explicó Santiago.

-¿Por qué?- Preguntó Alberto, temiendo la respuesta.

-Por varias razones, para empezar yo soy de celoso lo que soy de alto, o sea nada, no te voy a mentir diciendo que jamás he sentido celos, pero confío en ti- Eso conmovió a Alberto, en ese momento se sintió muy idiota, al dudar de Santiago, lo abrazó con mucha fuerza y le dio un beso lleno de amor.

-Perdóname, yo también debería confiar en ti, soy un idiota- Le dijo el alto al bajo.

-No te preocupes, pero si vuelve a pasar, no te perdonaré tan fácilmente- Le dijo Santiago severo.

-Entendido- Comenzó a besarlo en el cuello, pero unas pequeñas manos lo detuvieron.

-Y como castigo, no lo haremos durante dos semanas.

-¿QUÉ? Pero dijiste que no había problema- Le replicó Alberto.

-Es para asegurarme de que no lo vuelvas a hacer, hablamos mañana Alberto- Dijo Santiago riéndose y sacando a su novio de la casa- Debo hacer algunas cosas, adiós- Lo besó tiernamente- Te amo, no lo olvides.

-Yo también- Dicho esto Santiago le volvió a dar un beso y cerró la puerta, Alberto comenzó a caminar un poco resignado, sabía que estas 2 semanas necesitaría la ayuda de su mano derecha.

 

Fin.-

Notas finales:

Antes de que se vallan, quiero decirles varias cosas.

1.- Ahora estoy más ocupada que nunca, por lo que no actualizaré muy a menudo, pero lo haré... Lo prometo.

2.- Quiero escribir una segunda parte de: ¡Felicidades! Me confundiste ¿Estás feliz?... Díganme si les gusta la idea.

3.- También quiero escribir un fic en honor al día de los músicos, pero solo si ustedes quieren.

 

Es todo, por favor dejen reviews, quiero saber si les gusta mi trabajo y pues sin más.

 

riuriku.-


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