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Good Luck On Saturday [Oneshot KaiSoo] por SoolSan

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Notas del fanfic:

Les traigo un Oneshot que escribí por que tenía ganas de fluff. No les mentiré, no es lo más dulce que leeran alguna vez, pero al menos se puede llamar lindo (?)

Espero los disfruten y por supuesto un review siempre ánima ^^ 

:)

Notas del capitulo:

¡Ay! Este oneshot lo subí a mi Livejournal pero quería compartirlo acá :3 que no les sorprenda que suba cosas KaiSoo XD son mi Otp predilecta ~

 

Good Luck On Saturday 

 

Siempre los sábados eran los más difíciles. Últimamente era como si todo a su alrededor se pusiera de acuerdo para ponerse en su contra para martirizarlo, torturarlo de la forma más vil y poco a poco provocar un colapso mental en su débil cerebro.

Era todo muy injusto. 

Todo comenzó precisamente hace una semana atrás. Con la inocente llegada y nueva estadía del primo de Baekhyun (su compañero de piso desde hacía un año) a su departamento. Y para ser más exactos aún, a la hostería en su sofá del living comedor.

Jongin no odiaba a Kyungsoo. Precisamente, esa era el problema, que a Jongin le agradabamucho el primo de Baek para que estuviera deambulando cerca de su metro cuadrado con sólo una polera y su ropa interior puesta, o sencillamente, con el torso desnudo y con una toalla tapando su hombría después de una extensa ducha. 

Definitivamente el mundo lo odiaba. 

La explicación que Kyungsoo dio del porqué de su inesperada llegada fue que en su edificio habían colapsados las cañerías y se habían inundado, además que dos o más pisos se quedaron sin agua, y justo el suyo era uno de los involucrados. Explicó que el único familiar que vivía relativamente cerca era Baek, y que lamentablemente Jongdae (su mejor amigo, o algo así) se había ido de la ciudad para acosar a su ex, un tal Joonmyeon, y no le quedó más remedio que acudir a Baekhyun. 

– ¡Tú casa es mi casa Kyunggie! Jonginnie estará feliz de compartir contigo.


Fue lo que comentó Baekhyun con una sonrisa de oreja a oreja dos segundos después de escuchar el relato de su primo. Kyungsoo contestó con una sonrisa tranquila hacia el talJonginnie, que había visto una o dos veces máximo al venir a buscar a Baek a su departamento para una salida express al centro de Seúl. No hace falta mencionar que a Jongin casi le explota la cabeza ahí mismo por toda la sangre acumulada en ella. No por la insinuación de su compañero de piso de que él era una fanboy de su primo (o puede que en parte sí) sino más bien, por la reacción de KyungSoo ante el comentario, que fue, en simples palabras; obsceno. 

O puede que Jongin exagere a veces. Pero era imposible que alguien en su sano juicio lamiera de esa forma tan cautivadora sus labios mientras lo miraba, para luego pasarse sus manos por su cabello color rojo intenso y después, morderse su labio inferior mientras incrustaba sus ojos negros enormes con los suyos.

Eso no era sano. Para nada. 


– Has de ser el tipo con más suerte del mundo –comentó Baekhyun ese sábado por la noche mientras sacaba almohadones de un closet que estaba en la pieza de Jongin –Tu amor platónico no tiene donde quedarse y ¡paf! Aparece en tú departamento pidiendo ayuda. En serio, te envidio. 

– ¡Que no es mi amor platónico! –gimió Jongin mientras se tapaba la mitad de la cara con una almohada – Y yo no diría que es suerte, la verdad, es terrible. 

– ¿Por qué lo dices? –Cuestiono Baekhyun mientras se sentaba en la orilla de la cama del menor –Para mí suena idílico. Digo, si Taeyeon entrara por mi puerta a pedirme dormir en mí sofá, mojo sábanas por años. 

– ¿Y eso no es terrible? –soltó una carcajada el moreno – Te volverías tonto con saber que ella está acá, no podrías actuar de forma normal. 

– Puede que tengas razón, pero ¿se está cumpliendo lo que siempre he deseado de todos modos, no? 

– Taeyeon jamás se fijara en alguien como tú hyung. Esta muy ocupada siendo la líder de las Girls Generetion y acostándose con tipos guapísimos. 

– Tú no sabes nada niño –sentenció con una mirada seria mientras lo apuntaba con su dedo índice – Y ¿Por qué hablamos de mí? Esto es sobre ti y tu flechazo hacía Kyunggie, y por favor  no seas tan idiota para negarlo ¡Te pusiste completamente rojo con sólo verlo! 

– ¡Estaba así por tu comentario! 

– Jongin –dijo con tono increíblemente formal Baekhyun mirándolo fijamente a la cara. El moreno trago un poco de saliva y se reacomodo sobre su cama–no seas un crío y afronta tu realidad; Te gusta, lo encuentras atractivo, lindo,  o lo que sea que veas en ese tipo la verdad. No te juzgare, pero hay mejores opciones. 


Jongin bajó la mirada y luego recordó fugazmente el por qué se volvía inútil con la presencia de Kyungsoo. Fue hace seis meses atrás, Baekhyun había organizado una pequeña fiesta para Chanyeol, el cual había aprobado su licencia de conducir y además estaba de cumpleaños, así que decidieron celebrar ambos en un karaoke con algunos otros amigos cercanos al cual Kyungsoo asistió. 

Todo fue relativamente normal; mucho alcohol, bocadillos por doquier, canciones desafinadas y bailes extravagantes. Jongin se la estaba pasando excelente, siempre era divertido pasar la noche con sus amigos, y más si Baekhyun se tomaba una que otra copa demás y cantaba canciones de su grupo femenino favorito. Pero por un segundo algo le causo curiosidad, si bien él siempre era del tipo observador y fijaba mucho su atención en algo y luego lo dejaba pasar, porque simplemente perdía el interés rápido, ahora el tipo bajo de cabello rojo, ese tal D.O, llamó su atención por extensos minutos; no había tocado el micrófono en todo lo que iba de noche, y eso que hasta Jongin había cantado. Entonces, por mera curiosidad y hambre de respuestas, decidió preguntarle a Baek si existía alguna razón en especial. 

– Siempre es así, con una cerveza más y veras que no se despega del micrófono –contesto a la liguera Baekhyun encogiéndose de hombros para luego gritonearle a Chanyeol que no sabía bailar. 

A la cerveza siguiente, Jongin aclaro su duda. El desgraciado, para no insultar indebidamente, cantaba inmaculadamente maravilloso. Perfectos tonos medios, para luego pasar a ser más altos componiendo una melodía casi celestial, sus labios gruesos arqueándose perfectamente al pronunciar de forma más que profesional una frase en inglés. Era como escuchar a un ángel cantando baladas, y luego algunas versiones K-pop, pero de todos modos era lo más hermoso que Jongin alguna vez escuchó. 


– Cierra la boca Jonginnie ¿Si quieres te hago un amarre con mi primo? –trato de decir discretamente Baek al ver la extra-salivación de su dongsaeng. 

– ¿D-de que hablas hyung? –parpadeo de forma inocente Jongin intentando quitar la mirada de encima del chico pelirojo miserablemente. 

– De que tienes una erección viendo cantar a Kyungsoo – contesto BaekHyun en su oído. Jongin miró rápidamente hacía su parte inferior, y por supuesto, no había nada –Así que ¿Cuándo tienes libre? –ronroneo Baekhyun moviendo sus hombros en forma picara mientras le movía las cejas. 

– Jodete hyung. 

– Aguafiestas. 


Luego de esa salida las burlas jamás cesaron, hasta el día de hoy. Y pues imaginaran que el hecho de que Kyungsoo se quedara a vivir por casi una semana en su jodido departamento no ayudaba demasiado. Fue como vivir en un infierno, con el pecado acostado en tú propio sofá y a satán (Baekhyun) observándote caer en la tentación para poder aniquilarte en la hoguera, que en este caso sería la humillación de por vida. 

Los primeros días fueron tranquilos, o algo parecido. Él salía a la universidad, Baekhyun también, Kyungsoo desaparecía la mayor parte del día y siempre llegaba a la hora de la cena. No le fue muy complicado manejar sus sonrojos, sus miradas acosadoras desde el sofá y las tan horrorosas mariposas (revoltijo de entrañas) en su estómago. 

Eso hasta que llegaban las horas de intercambiar palabras. 

– Soo Hyung me pasas la Soja por favor–pregunto tímidamente el miércoles por la noche. Kyungsoo estaba preparando su cena, ya que había llegado un poco más tarde de lo habitual, y él estaba cociendo ramyun para rellenar su estómago hambriento, nuevamente. 

– Claro –sonrío de forma amistosa el mayor, haciendo temblar sus dedos cuando rosaron nudillos – ¿Y qué estudias Jongin ssi? Siempre te veo corriendo por aquí y por allá – fijo su vista en el menor mientras se apoyaba de espaldas en la encimera. 

– Hmm… –miro nervioso hacía el peli-rojo. Había algo cautivador en la forma de como KyungSoo lo miraba que hacía que se le erizaran los vellos de la nuca. Quizá era el cómo no titubeaba  al mantenerle la mirada, o tal vez era el sólo hecho de que se sentía tan expuesto frente a su hyung que se sentía flotando en una caída libre –Estudio Administración en una Universidad pública, nada del otro mundo. 

– ¿En serio? –sonrió el mayor para luego posar su vista en su frente (o eso percibió él) –jamás me lo hubiera imaginado. 

– Me lo dicen todo el tiempo –soltó una corta carcajada. Kyungsoo también –Parezco de los tipos vagos que pide monedas afuera del metro, o algo así. 

– Luces un alma libre, pero de las buenas. Ya sabes, las cautivadoras. 

Cuando a uno le gusta alguien, y aunque Jongin lo niegue, en el fondo sabe que le gusta Kyungsoo y que se está volviendo loco por su cercanía. Siempre están los halagos que te llegan directo al alma, te cortan las neuronas de la cordura y te suben los humos a la cabeza implícitamente llamádonse ilusiones. Hoy la sonrisa del hombre que está al frente suyo es un daga directo a su orgullo y a su estómago contraído, más los zigzagueantes zumbidos en sus oídos de los latidos de su corazón acelerado y la tensión de su garganta pidiendo a gritos romper el nudo. 

Las siempre malditas ilusiones carcomiendo tu sangre como veneno mientras van fluyendo por tus venas. 

– ¿Y tú hyung? –logro decir el menor luego de unos minutos mirando su ramyun en silencio dejando pasar sus fugaces pensamientos y esperanzas. 

– ¿Yo? –Kyungsoo dio media vuelta y apagó el fuego de la cocinilla, puso sobre su plato su comida claramente más hermosa y fragante que la suya, y se dirigió a la mesa de la cocina –Bueno, soy cantante. Pero no te hagas una idea tonta, tengo un grupo, uno underground y tocamos en bares malolientes.  

– ¿En serio? ¡Fantástico! –grito emocionado el menor. Kyungsoo se sonrojo levemente y mantuvo su limpia sonrisa al ver la emoción en los ojos del moreno que ahora lo acompañaba a la mesa con su poco sofisticado ramyun. Tierno –Eso explica el color de tu cabello. 

– Sí –se carcajeo nervioso arreglando su elevado cabello rojizo – Concepto del grupo, anda a saber tú. Yixing tiene el pelo rubio,  Minseok rosa,  mientras que Luhan de todos los putos colores posibles ¿Extraño no? –pregunto mientras golpeteaba su barbilla, Jongin lo miro con admiración –No somos la gran cosa, y de verdad ni siquiera considero que tengamos potencial, pero me divierto mucho y hago lo que me gusta que es cantar –el mayor comenzó a juguetear con la comida con sus palillos mientras miraba fríamente a la mesa escondiendo su extraño nuevo nerviosismo, acto que le pareció adorable a Jongin –Soy feliz siendo un don nadie. 

– ¡Deben ser geniales! Tú voz es increíble ¡Me gusta mucho! – dijo con simpleza Jongin. Un silencio abrumador se mantuvo por unos segundos en el lugar, donde Kyungsoo lo miraba con ojos interrogantes mientras masticaba su comida –D-digo, lo sé por esa vez que fuimos al karaoke. 

¿Han visto un tomate completamente rojo y maduro alguna vez? Bueno, ése era Jongin en aquel minuto. Atragantado por sus nervios y sudando frio por la forma en que su hyung lo miraba desde su puesto, a unos jodidos 10 cms de distancia.    

– Claro, lo recuerdo –aligero un poco el aire el peli rojo para el alivio del menor – ¿Te gusta mi voz? Vaya gracias. Deberías ir a vernos algún día, si tienes tiempo claro. 

– Me encantaría. 

Un conjunto de sonrisas de respaldos no hacen más que relajar siempre el ambiente. Un pie rosando su pierna bajo la mesa tensan más de lo normal a un humano tan inútil como Jongin, y un grito de ayuda por parte de Baekhyun desde la puerta de entrada para ir a buscar bolsas de supermercado siempre aniquila los lindos y gratos momentos.

O lo que sea en lo que Jongin y Kyungsoo estuvieran inmersos. 

Jongin siempre ha creído que es malo ser demasiado amable y cálido sólo por cortesía. Siempre habrá alguien que se querrá aprovechar de ti, o que pensara equivocadamente de tus sentimientos o pensamientos. O simplemente, se enamorara de ti demasiado rápido. 

Bueno, eso es lo que Kyungsoo hace con Jongin. Lo enamora hasta los huesos en tal sólo siete días. 

Siete días de sonrisas distraídas; Siete días de ¿Te ayudo Jonginnie?; Siete días de desnudos inapropiados; Siete días de erecciones inadecuadas; y por último, siete días de siete nuevas facetas de un hombre que ahora último lo trae completamente loco.  

Los sábados son incomodos. La verdad, este sábado es especialmente incómodo por el hecho de que Baekhyun trabaja en un bar como mesero y eso implica que la última noche de su huésped involucra un departamento a solas con Jongin hasta las 11 de la noche. 

Es imposible enamorarte de alguien de forma tan rápida, es en todo lo que piensa Jongin mientras lloriquea sobre su cama y mira el reflejo del foco de la calle principal  traspasar su ventana dando directo sobre el piso. Es totalmente estúpido, pero en las últimas 48 horas no piensa en nada más que en Kyungsoo lavando la loza, Kyungsoo bañándose, Kyungsoo cantando, Kyungsoo haciendo su vida miserable haciendo cualquier ridiculez. 

¿Es esto estar enamorado? 

Y como un rayo de luz, o más bien, como un grito de mediados de mayo, la dulce voz de KyungSoo suena en el comedor. No hay música de fondo ni compases, sólo su voz anidando retorcijones en su pecho y criando maravillosos halagos sólo para el mayor. 

Jongin fija su vista en el reloj de su teléfono y nota las 9:30 pm marcadas en la pantalla acompañado del exquisito olor a comida casera preparada por KyungSoo. Es momento de enfrentar a Kyungsoo, ya que ha estado mitad del día en su pieza y mitad de la tarde de salida con Sehun, y de compartir un incómodo momento a solas. 

Completamente a solas. 

– ¡Jonginnie la cena está lista! 

– ¡Voy hyung! 

Jongin arregla un poco la tormenta que son sus pensamientos y toma dos largas y extensas respiraciones para luego botar suspiros que suenan más a lamentos. Peina su cabello completamente desordenado frente a un espejo y luego examina su vestimenta; pantalones sueltos y una sudadera gigante. ¿Y sí se colocaba jeans ajustados? 

<< ¡Santo cielo Jongin! Es sólo una cena>> 

Dos Bofetadas en sus mejillas y Jongin está listo. O algo así. 


– Prepare Kimchi, bibimbap y algo de bulgogi –canturreo alegremente el mayor colocando los platos gourmet al frente de un hambriento Jongin –Es mi último día así que quería agradecer de alguna forma. 

– Pero BaekHyun hyung llega tarde, y es mucha comida. 

– Digamos que me caes mucho mejor que Baek –sonrió de forma ¿insinuadora? –¡Comeré bien! –elevó la voz Kyungsoo y luego prosiguió a picar su bulgogi con los palillos ignorando completamente a Jongin. 

– C-comeré… bien – musito abochornado e inquieto el menor. 


< <Eso no fue una insinuación, sólo una forma de agradecer. Concéntrate; bulgogi, bulgogi, arroz, sonrisa de Kyungsoo, Kimchi en los labios de KyungSoo, salsa picante en las comisuras de sus labios… > > 



– Eh Jongin –interrumpió Kyungsoo tronando sus dedos al frente de su cara –¿Me escuchaste? 

– No, disculpa hyung ¿Qué decías? –dio un trago enorme de su arroz para disipar todo rastro de nerviosismo con comida. 

– Te preguntaba si te gustó el Kimchi. 

– ¡Oh sí! –amplio felizmente su sonrisa mostrando sus dientes –Delicioso, mucho más sabroso que el comprado en el súper. 

– ¡Qué bien! Lo hice especialmente para ti. 

– ¿En serio? 

– Eres un encanto. Debería raptarte y amarrarte en mi sótano ¿te parece? –bromeo Kyungsoo mientras recogía un plato vació y lo montaba sobre otro. Jongin se atoro con un pedazo de carne y lanzó un poco de arroz encima de la mesa convulsionando en su puesto – ¡Ya! ¡Era una broma! – amplio sus ojos dramáticamente el mayor corriendo a auxiliar al cadáver flácido lleno de amor llamado Kim Jongin – ¿Estás bien? 

– Sí, sí –alejo el moreno al mayor mientras tosía y tapaba su rostro abochornado–es sólo que me sorprendí, es todo. 

– Qué bueno que estás bien. 

Luego de esa corta confesión, ambos quedaron sumergidos en un silencio fastidioso. El sonido de los palillos con la loza y de la cerámica rozando con la mesa eran casi irritantes, pero en ese momento fueron la bendición de Jongin, que no sabía si llorar de la emoción o de la vergüenza. 

Terminaron de cenar y Jongin preparo un plato con restos de toda la cena para Baekhyun, a lo cual Kyungsoo alego que no se lo merecía, pero al final Jongin lo hizo igual. Levantaron la loza juntos y el menor quedó encargado de limpiar los trates. Agua tibia para relajar sus músculos tensados. 

Mientras pasaba el jaboncillo sobre los platos y utensilios de cocina utilizados, Jongin reflexionaba hacía donde se dirigía este adolescente enamoramiento. Porque más allá de una buena amistad con su hyung no aspiraba, Kyungsoo podía ser muy amable y cariñoso con él pero no implicaba que sentía algo, o que básicamente sintiera atracción por él. Lo mejor en estos casos es dejar los pensamientos correr y que la corriente del manantial del tiempo se lleve los restos de emociones y sentimientos a una laguna oscura. 

Aspirar a querer una relación con Kyungsoo era pedir demasiado ¿Qué vería Kyungsoo en un crío como él? Es reservado, apenas sabe cocinar, es un desastre la mitad del día y además demuestra a leguas que esta avergonzado por estar a solas con su hyung ¿Qué pensaría un chico maduro y guapo como Kyungsoo sobre él? Que es ridículo, lo más probable. 

Lanzó un suspiro ahogado al sentir la calidez del agua caer sobre sus manos y un sentimiento de angustia recorrió su cuerpo, siempre pensar en cosas tan deprimentes lo hacían sentir patético. Estaba tan metido en su cabeza, que de momento se había olvidado de la presencia de Kyungsoo, dio media vuelta su cabeza para echarle una ojeada y para saber por qué estaba tan callado. 

Kyungsoo estaba parado al frente de la lavadora, que extrañamente se encontraba instalada en un rincón de la cocina (disposición del dueño del apartamento) con una canasta de ropa entre sus manos. Jongin fijo su vista distraídamente en KyungSoo y notó como colocaba y colocaba ropa dentro de la máquina. Observaba en detalle la forma en que el mayor se agachaba tan delicadamente hacía adelante y fruncía de a poco su ceño mientras miraba con extrañeza la lavadora. 

Jongin cortó el agua de la llave, ya que estaba desperdiciándola mientras babeaba en su puesto, y algo inesperadamente hizo que su pulso se acelerara y estallara al triple de su frecuencia habitual. 

Las mejillas de Jongin se volvieron cada vez más rojas al ver el cómo Do Kyungsoo miraba  con perspicacia su pantalón mientras mordía su labio inferior al parecer inspeccionándolo, y luego como si nada, se los desabrocho y quitó sin más, lanzándolo a la lavadora mientras se quedaba con sólo su bóxer puesto.


No era primera vez que veía sus deliciosas piernas blancas expuestas, pero a Jongin casi le dio un ataque al corazón al verlo inclinado y aún con el ceño fruncido mirando al aparato como si viniera del mismísimo infierno. 

– ¡Jongin ah! No puedo colocar la máquina a andar –llamo la atención del menor mientras lo miraba muy sonriente desde la parte de atrás – ¿Me ayudas? 

– A-ah… C-claro. 

La gelatina andante de Jongin se dispuso a caminar en dirección hacia KyungSoo, cubriendo de manera patética el problema entre sus piernas. El mayor lo miro con una sonrisa de oreja a oreja, que dio a entender que claramente se había dado cuenta y luego soltó una silenciosa carcajada. Se puso de cuclillas junto a Kyungsoo y ajustó los botones de la máquina, el mayor lo miraba campante a su lado y le respiraba lentamente lo más cerca posible sobre su cuello. La mandíbula del menor se tensó. 

– T-tienes que… apretar este botón –intentaba hablar Jongin mientras se sentía más y más asfixiado – ¿Vez? Cuando se pone de una luz color naranja está listo –giro su cabeza para encontrarse de frente con el rostro de Kyungsoo, analizando cada rasgo de su cara. 

– Gracias Jongin ah. 

Jongin fue el primero en levantarse, y antes de que saliera corriendo directo al baño, a su alcoba o a cualquier lugar lejos del peli rojo, algo hizo que su cuerpo se paralizara. Una corriente eléctrica recorrió su médula espinal e instintivamente mordió su labio inferior con furia. Justo mientras KyungSoo estaba aún inclinado hacia la maquina (con su trasero elevado) Jongin choco sin querer con su culo, frotando así, toda su erección contra Kyungsoo.


<<Mierda.Mierda.Mierda>> 

Su cerebro, al parecer con un corte circuito, desconecto sus neuronas y lo dejo completamente estático mientras chocaba en contra de su voluntad el trasero del mayor. Pero a diferencia de lo que él pensaba que iba a ocurrir, que esperaba que el mayor se enfadara y lo golpeara, Kyungsoo no se movió, es más, se quedó esperando por una reacción mientras miraba de manera persuasiva al menor con una media sonrisa entre dientes. 

Jongin sin saber qué mierda estaba haciendo, paso sus manos hacía la cintura de Kyungsoo, y como si algo lo hubiera poseído comenzó a pasarlas sobre su espalda baja y luego a rozar más sus caderas con sus dedos. Algunos segundos después el mayor se enderezó y luego se colocó frente a frente al moreno; sus respiraciones chocando frente a sus rostros y el  estrepitoso sonido de algún corazón retumbando en alguna caja torácica. 

Hubo algo en la mirada de Jongin, y en la forma de como su aliento cálido caía sobre su rostro, que provocó que Kyungsoo tuviera un arrebato y besara al menor. Pero no de forma arrebatada y apresurada, sino que más bien era un corto y frio contacto que se volvía una silenciosa y dulce caricia. 

– Hyung…

– Es la despedida –sonrió de forma casual Kyungsoo mientras pasaba los brazos sobre los hombros de Jongin, y luego, como si ya no necesitase permiso lo besa nuevamente. 

Un beso que sabe a sábados de romances sin romance y a Kimchi. A labios contra labios que se conocen de a poco y sin alguna premisa. Manos acariciando nucas y lenguas explorando terreno desconocido. 

De alguna forma, Kyungsoo termina sentado encima de la lavadora, con Jongin besando su cuello y musitando cosas inaudibles sobre éste luego de varios y extensos besos esperanzadores. Porque hasta ahí van a llegar las cosas, a un último beso de desasosiego sobe el cuello mientras la voz de Kyungsoo lo consuela  acariciandole el cabello.

Es casi un sueño. 

Y como todo sueño, es interrumpido por una visita desagradable. Las llaves de BaekHyun luchando contra la cerradura de la puerta son el despertador que quita de sus fantasías a Jongin. 

– Ve a tu alcoba –sonríe Kyungsoo de manera cálida bajándose de la lavadora –Yo lo distraigo. 

– Pero…

– Sólo ve Jongin ah, confía en mí. 

Y él sólo obedece y camina hacía su alcoba, sin antes dar un último desprevenido beso sobre los labios de Kyungsoo, que sonríe de manera infantil y le hace señas de que se vaya rápido.

~*~



Al día siguiente, el domingo por la mañana, Kyungsoo ya no está, y la sensación de vértigo que acompaño a Jongin por toda la noche vuelve. La decepción llena sus entrañas y la angustia reaparece. 

Todo fue un sueño. 

– Kyungsoo se fue temprano, tenía que arreglar unas cosas en su departamento. Pero me dijo que se despedía de ti. 

– Ya veo –contestó sin ánimos el moreno mostrando un rostro frío hacía Baek que ordenaba la mesa del comedor. 

– ¡Oh no te pongas así Jonginnie! Kyungsoo es así, se hace el chico frío, pero lo hace porque odia las despedidas. 

– Como sea –murmura Jongin mientras agarraba su tazón de leche con cereal y se dirigía hacia su habitación, para llorar tranquilamente bajo las sábanas. 

Es uno de los desayunos más amargos que ha comido en el último tiempo. ¿Ni siquiera un hasta luego? ¿Qué fue lo de anoche? ¿Compasión para bajar la calentura de un crío? No tenía ningún puto sentido, si quería calentarlo y utilizarlo no tenía por qué haber usado la palabra confía en mí, tampoco era una chica enamoradiza e ilusionada por su oppa, o quizá sólo un poco. Como supuso desde que empezó a sentir todas estas cosas llamadas emociones, todo iba a terminar siendo una mierda. 

Se levantó con los músculos un poco fatigados por su noche de desvelo y dejó el tazón de cereal sobre su escritorio. Generalmente ignora la pared de ese escritorio, que está llenos de post-it que Sehun y Tao le escriben cuando lo visitan, que van desde un Te amo Jongin ~, hasta un Kkamjong eres un patán.

Pero extrañamente un post-it nuevo aparece, uno verde chillón que jamás usa porque se le olvidan que existen.

"Lo de la invitación sigue en pie ¡Que no se te olvide! ^^
Llámame para quedar Jongin ah ~
82920XXX"



Jongin descubrió dos cosas ese domingo. Primero, que Kyungsoo es más metiche de lo que aparenta, esos post-it verdes estaban dentro de unas gavetas muy bien escondidos. Tendrá que hablar con respecto a la privacidad con él.

Y segundo, aclaro, que algunas veces que una cañería se rompa y destruya uno que otro apartamento no era tan malo. 

Esperaba que pasara otra vez, quizá dentro de muy poco.

 

Notas finales:

Ojalá les guste :) 

Pd: Amo a Jongin asdfgasd es tan mono


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