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Frio compartido por Andrea345

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Notas del fanfic:

¡Mi Primer fanfic! Espero lo disfruten y comenten mucho! Graciasssssssssss

Notas del capitulo:

maybe next time

Frio. Soledad.

¿Alguna vez has estado en un cuarto lleno de personas, pero no puedes evitar sentirte solo? Eso era exactamente lo que le pasaba a Park Chanyeol.

-¿Quieres un trago?

-No.

-Vamos, has estado sentado aquí toda la noche, diviértete un poco Chanyeol.

-No. Tengo que irme, Baekhyun.

El joven alto empujo a su amigo y se dirigió a la puerta del departamento donde estaban todos los de su facultad celebrando el fin de semestre. En su trayecto a la salida, Chanyeol se topó con un sinfín de parejas besándose apasionadamente, mezclando sentimientos con impulsos provocados por la alta cantidad de alcohol que habían tomado.

Chanyeol no soportaba estar en ese lugar un segundo más. El ir y venir de cuerpos embriagados con lujuria y alcohol lo enfermaban y ver a sus amigos cometiendo locuras por las cuales se arrepentirían la mañana siguiente le parecía ridículo. El no pertenecía a ese lugar.

 Dolor. Placer.

Al caminar por las frías calles de Seúl a la madrugada, Chanyeol no pudo evitar pensar. Pensar. Ese era el problema del joven alto de cabello negro. El sabía que su vida no estaba ahí, en una fiesta de universidad con personas que solo pensaban en ligar y tomar, él estaba destinado a más.

-Mierda.

Un suspiro irrumpió sus pensamientos, Chanyeol levanto la mirada y observo a un joven alto de cabello marrón. Alto como el carajo y vestido tan elegantemente que él podía oler el dinero a 10 metros de distancia. El joven alto estaba llorando, apoyado en un árbol y maldiciendo en lo que Chanyeol identifico como chino.

-Bueno, al parecer no soy el único infeliz.

Chanyeol decidió seguir con su camino, probablemente solo se trataba de un borracho estúpido que engaño a su novia y ahora pagaba su traición.

Al pasar junto a el, notó sus ojos marrones, llenos de dolor y desesperación, la cara de ese extraño joven era hermosa. A pesar de los sollozos incansables que este emitía, Chanyeol pudo observar sus facciones delicadas y a la vez masculinas, sus labios carnosos y rosados, sus cejas fruncidas y sus mejillas cubiertas por las lágrimas que parecían no parar.

-Uh…

-¿Algun problema, imbécil?

Chanyeol se sobresaltó por la voz del joven, grave y llena de presencia.

-No…solo…

El joven no espero que Chanyeol terminara de hablar y se marchó en dirección contraria, golpeando su hombro mientras caminaba.

-Vaya, un estúpido llorón.

Chanyeol siguió el triste camino hasta su departamento. Al llegar al lugar suspiro, el ambiente gris solo le provocaba dolor y malos recuerdos. Se dirigió al cuarto de baño y vio su reflejo en el espejo. Sus grandes ojos estaban rojos y llenos de lágrimas, su piel más pálida que de costumbre y sus labios rojos por morderlos tanto.

-Mierda, Park Chanyeol. Eres un asco.

-Gracias.

Es normal contestar tus propios insultos. ¿No?

2 AM. Hora de dormir. Chanyeol dirigió sus largas y pesadas piernas hasta la cama, quitándose toda la ropa en el proceso. Disfrutaba dormir desnudo, disfrutaba sentir el frio en su piel. Lo hacía sentirse vivo.

¿Qué pasa cuando el dolor físico es solo un producto de las heridas de tu mente? O no es tu mente… es tu corazón…

Chanyeol despertó a la mañana siguiente llorando, como era costumbre. Su radio se encendía a las 8 AM, dejando salir las dulces y melancólicas notas de un violin y un piano.

-Rachmaninoff- Dijo con su grave voz.

Limpio sus lágrimas y se dirigió al cuarto de baño, no sin antes vestirse con un pantalón de algodón y una camisa a juego, gris y negro. Su combinación preferida.

Al llegar al espejo volvió a observar detalladamente su reflejo. Los mismos ojos llenos de lágrimas y la misma piel pálida. Labios, nariz, ojos… Todo igual.

Domingo en compañía de Park Chanyeol: Un día lleno de absolutamente nada, o falto de absolutamente todo, como se quiera ver.

Las notas saliendo de la radio eran las acompañantes del joven alto de cabello negro. ¿Chanyeol? Si, Chanyeol.

Placer. Este era el único placer que este ser humano conocía. Llorar y sacar sus penas con el piano.

 

 

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-Hola, Chanyeol.

-Hola Hyung.

Un nuevo día en la vida de Park Chanyeol, ¿Qué deparara la vida para el joven triste de cabello negro?

Baekhyun, el mejor amigo de Chanyeol, lo había invitado a ir de compras con él al centro comercial de la ciudad. Él era el único que conocía todos los problemas de Chanyeol y nunca lo había juzgado por ello.

-¿Cómo ha ido tu domingo?

-Ya sabes, mi piano, yo.

-¿Nunca sales?

-No es necesario. Tengo todo en mi departamento.

-Vamos, Chanyeol.

-¿Dónde?

-No seas imbécil, quiero decir, tienes que hacer más con tu vida. No puedes quedarte en tu casa todo el día.

-Si puedo y si lo hago. Ahora ¿vamos de compras?

-Aish.

El joven alto sonrió ante su pequeño amigo. Baekhyun era pequeño y adorable, como un poodle al que quieres adoptar, pero al darte cuenta de su genio y todos los zapatos que te rompe, lo quieres matar.

Entraron a una de las exclusivas tiendas del centro comercial. Baekhyun y Chanyeol fueron atendidos por un amable señor, vestido en un elegante traje de etiqueta.

-Fancy Nancy- dijo Chanyeol.

-Sabes que cuando compramos, lo hacemos en grande.

El señor ya los conocía, ambos jóvenes venían de las familias adineradas de Corea del Sur. El inicio del otoño obligaba a los dos a comprar abrigos caros y bufandas extravagantes. Un sinfín de delicadas telas y números inimaginables en las viñetas les daban la bienvenida a las tarjetas negras de ambos amigos.

-Mira esto hyung- Dijo Chanyeol, probándose un abrigo azul marino.

-En mi visita a Paris vi un poco de color, tal vez podrias incorporarlo a tu guardarropas.

-Los colores y yo tenemos una relación a distancia.

-Claro, lo que tu digas.

Luego de un par de horas y unos cuantos miles de dólares, el joven alto de pelo negro y el pequeño poodle decidieron ir a almorzar a uno de los cafés de Gangnam

Claro, no hablamos de cualquier café. Hablamos de uno de LOS cafés de la ciudad.

Baekhyun y Chanyeol se montaron en el Aston Martin del poodle. ¿Un auto demasiado extravagante para un joven de 23 años? No para Baekhyun.

Las personas que iban pasando abrían los ojos de par en par al observar el imponente auto y a los dos jóvenes guapísimos que iban saliendo del centro comercial con gafas de sol, seguidos de dos ayudantes de la tienda, cargados con bolsas llenas de ropa carísima.

-My bitches- dijo Baekhyun.

-Hyung, se un poco más respetuoso.

-Aish- dijo el poodle, quitándose los lentes y girando los ojos. Vio a unas colegialas que los observaban con adoración y sonrió cuando estas gritaron después de un guiño coqueto por su parte.

-Sé que me aman.

-Cálmate, diva. Vamos a comer.

El almuerzo transcurrió tranquilamente. Un té, un panini, una ensalada. Un jugo, un pan y unas hojas. Para Chanyeol no era más que comida.

-Oye, Chanyeol.

-¿Si, Hyung?

-¿Iras a Londres con mi familia?

-No.

-¿Por qué Chanyeol?

-No se me antoja.

-Quééééééééééééééé aburridoooooooooooooooooooooooooooooo- Dijo el poodle exagerando sus expresiones, lo que hizo reir a Chanyeol.

-Vaya, extrañaba verte reír.

-Cállate y termina tu comida.

-No, bueno no hablemos de eso, ¿te conte que conocí a un chico guapísimo en la fiesta de Minseok?

Baekhyun sabía que no podía hacer que su mejor amigo hablase, por todo lo que había pasado.

-¿En serio?¿Cómo se llama?

-No seas imbécil, el nombre es lo que menos importa, lo que importa es como fue en la cama.

Chanyeol se hecho a reír ante las palabras de su mayor. De verdad era un caso especial.

-Te veo mañana hermoso- Grito Baekhyun cuando Chanyeol bajaba del auto.

-Adios, Hyung.

Cuando subió a su departamento, seguido de los botones con las compras del día, se dirigió a encender su radio.

-Debussy…

-¿Aquí está bien, señor? –Pregunto un botones.

-Sí, muchas gracias- dijo entregándoles un billete.

¿Cómo es que había botones en el edificio de Chanyeol? Bueno, era EL edificio de Chanyeol. De su padre exactamente, pero siendo el siguiente en la línea después del gran CEO, todos lo veían como EL señor.

Una vez más, el joven alto de cabello negro se dirigió hacia su gran cuarto de baño. Reposo sus manos en uno de los lavabos y vio su reflejo en el gran espejo que ocupaba la pared. Ojos, nariz, labios… Lo mismo.

Las lágrimas comenzaron a caer, una vez más. Caían en su almohada de plumas, sobre el cobertor de algodón orgánico que había comprado en un viaje a Berlín.

Chanyeol, el joven alto de cabello negro. Chanyeol es millonario, amable, guapo y miserable.

 

 

 

 


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