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UN AMOR TÓXICO, UNA OBSESIÓN ENFERMIZA por Niiummy Sarang

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Ay, no saben cuánto me alegra estar de vuelta, la verdad es que no pude actualizar antes porque he estado concentrada en otros proyectos, eso incluyendo que además mi prom fue hace poco y estaba ultimando detalles para esto, y también que acabo de subir mi nuevo cover, esta vez una versión en español de la canción de SNSD, Mistake; abajo les dejaré el link de mi nueva nota para mis lectores, donde les hablo más de mi vida personal :D

Canción recomendada:                                                                       

TVXQ –9095

¡Escúchenla, de verdad!

UN AMOR TÓXICO, UNA OBSESIÓN ENFERMIZA

CAPÍTULO 2

Los hombres le pidieron al rubio que bajara del auto y así lo hizo. Fue entonces cuando vio a un pelinegro que tenía pinta de policía al parecer de Jaejoong, y quien lo miró fijamente.

–Bienvenido, Kim Jaejoong.

–¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres? –Indagó, completamente a la defensiva.

–Mi nombre es Park Yoochun –declaró con tranquilidad –y seré tu guardaespaldas por tiempo indefinido.

–¿Guardaespaldas? ¿De qué demonios hablas? ¿Qué diablos pasa aquí?

Yoochun mantuvo su apariencia frívola y elegante y no dijo más. Los hombres escoltaron a Jaejoong hacia el interior de la casa, después de percatarse de que todo estaba en orden se marcharon, dejando todo en manos del pelinegro. Y es que Park Yoochun no era el hombre de confianza de Jung Yunho por nada, era un hombre sutil pero firme, cuyas decisiones eran siempre confiables y acertadas.

 

La encargada que parece obligada me guía "por aquí"

encendiendo la llama del largo pasillo, ella dice "rojo a la derecha"

una puerta giratoria rota, pájaros del paraíso, flores artificiales en el piso,

una tarántula trepa a través de la pared de seda,

te das vuelta y te ríes,

¿a dónde vas, nena?

espero en la silla de olmo, no abras tus ojos hasta la cuenta de 7

 

 

Jaejoong se acurrucó de mala gana en un rincón mientras Yoochun tranquilamente se sentó en el cómodo sofá a leer cierto libro a pesar de que su acompañante lo fulminaba con la mirada.

–Te recomiendo el sofá, de seguro es más cómodo –sentenció el pelinegro, aún sin mirar al más bajo.

–Estoy aquí en contra de mi voluntad, de ninguna manera podría estar cómodo.

Park se encogió de hombros.

–Sólo era una sugerencia, haz lo que se te antoje.

–Lo que se me antoje excepto largarme de aquí, ¿verdad? –Soltó con sarcasmo.

–Oh, vaya, parece que entiendes rápido –contestó con un aire socarrón.

Kim viró los ojos y bufó, ¿Quién demonios se creía Jung Yunho como para mantenerlo encerrado? Más aún, ¿Qué demonios hacía con ese tipo de apellido Park que lucía tan calmado y arrogante? “¡Guardaespaldas y un cuerno!” pensó, evidentemente molesto.

 

(Pret Un - Uno) Las gotas de noche en tu cuello es...no puedes decirlo,

(Deux -Dos) de un castillo de ladrillo espiral...a los espacios entre tus dedos

(Trois - Tres) se entrelazan telarañas...así, continuamente

El reloj de arena que ha comenzado a subir hasta 9095...5...

 

 

Apenas unas horas después llegaron a las casa dos mujeres que se encargaron de preparar la cena. Yoochun parecía muy concentrado en su lectura y Jaejoong no sabía ni qué hacer; caminaba de un lado a otro, miraba por la ventana, se acurrucaba en un rincón, se volvía a parar, caminaba, se acurrucaba, se revolvía los cabellos, estaba malditamente desesperado.

–¿Desea un té para calmar los nervios, señor? –Le preguntó una de las mujeres.

Jaejoong la miró sin estar seguro de qué responder. ¿Tanto se le notaba? Estaba enloqueciendo…

–Tráele un té, MinSu –intervino Yoochun –y para mí un café, por favor.

–Sí, señor Park.

La mujer se retiró a la cocina, Yoochun regresó a su libro y antes de que pudiera continuar con su lectura Jaejoong lo fulminó con la mirada.

–Hey, tú, ¿Desde cuándo decides por mí?

–Desde que eres un idiota que viene y va, ¿no te das cuenta de que estás poniendo nerviosas también a esas pobres mujeres?

En esas la mujer regresó y colocó tanto el café de Yoochun –el cual comenzó a beber de inmediato– como el té para Jaejoong.

–¿Un idiota? –Repitió indignado, retomando el tema – ¿Cómo te atreves? –Se enojó aún más al notar que Yoochun ni siquiera le prestaba atención –oye, ¿me estás escuchando?

–Oye, oye, mocoso –le devolvió la mirada al fin –no vine aquí para escuchar tus regaños, así que será mejor que te calmes.

–¿Y quién diablos eres tú para tratarme así?

–Soy el que pone las reglas en este momento –contestó con el mismo tono retador del rubio –y será mejor que me obedezcas.

Jaejoong frunció el ceño y se acercó a la ventana para mirar por ella. ¿Cómo había terminado encerrado con un tipo que le desagradaba si hasta apenas unas horas se consideró libre? Ah, sí… fue en ese momento cuando Jung Yunho llegó a su mente, ese hombre que creyó no solo apuesto sino también amable, ese hombre que resultó ser un sicópata que lo había secuestrado.

 

El sonido que hace eco en el extenso pasillo: "¿nos conocemos de antes?"

"El azul esta a la izquierda del rojo"

Plumas de ángel enmohecidas; los sueños desechados del ayer,

Las manos que resonaban antes, vendan mis ojos

 

 

Y se perdió tanto en sus pensamientos que los minutos pasaron hasta que llegó la hora de la cena.

–La cena está lista, señores –anunció la mujer.

–Gracias, MinSu –contestó Yoochun sentándose a la mesa. Jaejoong lo observaba de pie – ¿no comes? –Indagó, más por costumbre que por interés.

El rubio se encogió de hombros.

–No creo que te importe.

El pelinegro también se encogió de hombros.

–Es cierto, no me importa.

Y Park, descarado, comió sin remordimiento alguno frente a Jaejoong, creía que en cualquier momento el chico se retractaría y comería, sabía de sobra que no había probado bocado desde la mañana, pero Kim se mantuvo firme y no comió.

Al medio día del día siguiente seguía reusándose a comer.

–¿Cómo va todo? –Indagó Yunho cuando llamó a Yoochun.

–El chico ya ni siquiera me dirige la palabra, ahora se ha rehusado a comer.

–Chico difícil, ¡eh! –Del otro lado de la línea, el castaño se acomodó mejor en su sillón de jefe, puesto que se encontraba en la empresa – ¿desde hace cuánto no come?

–Desde ayer, y la verdad no parece tener intenciones de rendirse. –Suspiró con pesadez –Juro que no pensé que ese chico diera tanta lata.

Jung sonrió divertido al escucharlo decir aquello.

 

Quién eres? Dímelo, nena

Cuando pusiste tu mano en el espejo nada se vio reflejado

 

 

–¿Qué pasa, Park? ¿Te estás retractando? ¿Tendré que pedirle a alguien más que se encargue?

–Claro que no, puedo hacerlo, jefe; eso sólo un muchacho.

–Exacto –amplió su sonrisa –pero dile que esta noche iré a visitarlo, así que quiero que se ponga algo interesante.

El pelinegro no pudo evitar extrañarse ante tal extraña petición, pero fingió que no era así.

–Lo haré, señor.

–Y también diles a MinSu y a TaeJi que tienen el resto de la tarde libre.

–Entendido, señor.

Park colgó y suspiró nuevamente, era hora de volver a enfrentarse al pobre chico que ahora estaba reteniendo sin siquiera saber por qué.

 

(Et quatre - Cuatro) esa fragancia musgosa en tu espalda... un aliento caliente,

(Cinq - Cinco) si le permites a tu pupilo, suspendido en el espacio vacío (de tus ojos),

(Six - Seis) si tus lágrimas reviven, entonces  de alguna manera,

Los cadáveres lentamente vivirán en 9095...

 

 

Se dirigió a la habitación que se le había asignado a Jaejoong y lo halló acostado en la que ahora sería su cama.

–El señor Jung dice que quiere que te vistas bien para él porque te verá esta noche.

El rubio frunció el ceño, cabreado.

–¿Y qué razones tengo para ‘vestirme bien’ para él? –Remarcó de mala gana aquellas últimas palabras.

–Él manda –se encogió de hombros.

–¿Alguna vez te han dicho que eres un cretino, Park Yoochun?

El aludido enarcó una ceja.

–No, nadie se ha atrevido a decirme tal cosa.

–Pues lo eres. Eres un perfecto cretino.

–Puede ser –se encogió de hombros –pero tú debes ponerte esto –le extendió un conjunto de ropa.

–¿Qué? –Notó que se trataba de un esmoquin –oye, no me vestiré como un maldito pingüino.

–Son sus órdenes.

–Pero…

–Pero nada, sólo hazlo.

Park salió de la habitación y Kim se revolvió los cabellos, totalmente cabreado.

–¡Maldita sea! –Exclamó, golpeando con fuerza la pared.

 

No intentes buscar nada más que esto, porque estaré a tu lado

Si abres tus ojos completamente, no puedes darte vuelta...

Si estás de acuerdo, suavemente (abre los ojos)

 

 

Yunho llegó en horas de la noche, y ya el único presente era Yoochun.

–¿Dónde está? –Increpó el castaño.

Park hizo un movimiento de cabeza, y señaló la habitación de Jaejoong. Yunho asintió e hizo una señal, un hombre bien vestido llevó una mesa con un bufé.

–Bien. Gracias, Park, puedes retirarte.

El pelinegro hizo una reverencia y salió de la casa. Ahora sólo serían Yunho y Jaejoong.

–Hey, Jaejoong, sal, por favor.

El rubio salió de mala gana, estaba más que cabreado. Pero Yunho en cambio sonrió, el otro chico se veía guapísimo vestido de gala.

–Te ves increíble.

–Me veo como un pingüino –torció los labios.

Claro que Yunho no se quedaba atrás, también estaba vestido elegantemente y no le podía ir mejor.

–Es perfecto –sonrió. Jaejoong guardó silencio. –Me han dicho que te has reusado a comer, y déjame decirte que eso no te servirá de nada.

Se acercó a la mesa y mostró los deliciosos y apetitosos platillos que había traído.

–Esto es especialmente para ti, así que por favor come.

–Quiero irme –fue rotundo.

El castaño se alcanzó a sorprender un poco pero lo supo disimular.

–Me temo que no puedo hacer eso.

–¿Por qué? ¿Por qué te empeñas en mantenerme aquí?

Yunho sabía que se vería como un verdadero desquiciado si le decía que era porque lo veía como un ángel, como su propio ángel, así que suspiró.

–¿Qué te parece si cenamos juntos? –Movió una silla para dejarle sentar –te prometo que no te arrepentirás.

El rubio sabía que no soportaría demasiado sin comer, y en realidad tenía hambre. Se acercó lentamente, aún dudando de las intensiones de Jung, y se sentó a la mesa. Comenzaron a comer, y viéndolo bien, aquella era más como una cena romántica. Una vez más, a Jaejoong le pareció que Yunho no era una mala persona, y que quizás, incluso podría confiar en él. Estaban pasando un tan buen momento que incluso se atrevieron a brindar con vino del mejor.

 

(Pret Un - Uno) Las gotas de noche en tu cuello es...no puedes decirlo,

(Deux -Dos) de un castillo de ladrillo espiral...a los espacios entre tus dedos

 

 

–¿Te gustó la cena?

–Estaba deliciosa –reconoció –pero ahora estoy tan lleno que no creo que me pueda levantar de esta silla.

El castaño enarcó una ceja, y entonces sonrió juguetonamente.

–Entonces… –se puso de pie –me parece que tendré que llevarte en mis brazos.

–¿Qué…?

Pero las preguntas del rubio se quedaron en el aire cuando Yunho lo tomó en sus brazos y lo cargó.

–Espera, esto es vergonzoso, Yunho, bájame…

Pero el aludido lo ignoró, y lo depositó suavemente en su cama. Jaejoong había colocado sus manos alrededor del cuello del más alto, y las quitó de allí lentamente en cuanto se halló recostado en la cama. En este punto sus rostros estaban demasiado cerca, escapar de un beso no era una opción. Un beso que los excitó de a poco y cada vez más.

 

(Trois - Tres) se entrelazan telarañas...así, continuamente

El reloj de arena que ha comenzado a subir hasta 9095...5...

 

 

No supieron cómo ni en qué momento, pero sus besos y caricias subieron de tono, ambos estaban deseosos del otro, de sentirse piel a piel. Se desvistieron apasionadamente, y Yunho instó al más bajo para que se girara, quedando de rodillas en la cama y después en cuatro patas, no perdió tiempo para empezarlo a penetrar, totalmente deseoso. Kim sabía de sobra lo que ocurría y lo que estaba por ocurrir; tendría sexo con el loco que lo había secuestrado y aun ni siquiera sabía con qué intensiones, pero no le importaba en ese momento, y las penetraciones de Yunho no le permitieron pensar con claridad en absoluto.

Los gemidos y jadeos de ambos comenzaron a hacer eco en la habitación, y el castaño tomó con fuerza de la caderas al más bajo, sacándole aún más gemidos, enloquecido de placer.

–Ah… no puedo más… –exclamó Jaejoong cuando Yunho había comenzado a masturbarlo mientras lo embestía a la vez –me voy… a correr… ¡ahh!

Yunho lo tomó de las muñecas, obligándole a caer hacia atrás con las rodillas flexionadas, mientras él tenía las rodillas elevadas a 90 grados y en esa posición seguía embistiéndole. Al final llegaron al orgasmo casi al tiempo, soltando exclamaciones de euforia.

 

(Et quatre - Cuatro) esa fragancia musgosa en tu espalda... un aliento caliente,

(Cinq - Cinco) si le permites a tu pupilo, suspendido en el espacio vacío (de tus ojos),

 

 

Cayeron en los brazos de Morfeo sin más.

A la mañana siguiente Yunho despertó, y sintió algo similar a la ternura cuando a su lado vio dormir a ese chico con apariencia de ángel, ¿por cuánto más podría mantenerlo con él? ¿Qué clase de sentimientos eran los que ahora experimentaba por él?

 

Pero cuando Jaejoong despertó, casi al medio día, no encontró rastro alguno de Yunho por ninguna parte, la única prueba de que realmente habían pasado la noche juntos era que su aroma aún inundaba la habitación. Se vistió con lo primero que halló y salió, en la sala Yoochun estaba frente a su laptop.

–¿Adónde fue? –Fue lo primero que preguntó el rubio.

–Se supone que debas saludar primero, Kim.

–¿Adónde fue? –Repitió, empezando a molestarse con la actitud arrogante del pelinegro.

–¿Quién?

–¿Quién más? ¡Jung Yunho!

–No lo sé –se encogió de hombros.

–¿Puedo irme ya?

–No lo creo.

–Oh, vamos, ¿Cuál es el propósito de mantenerme aquí? –Se revolvió los cabellos con frustración por enésimas vez – ¡sólo déjenme ir! –Frunció el ceño – ¿Por qué te empeñas en mantenerme en este lugar?

–Lo lamento, solo sigo órdenes –lo miró fijamente, mostrándole que era sincero.

Kim Jaejoong pensó todo tipo de cosas en ese instante. ¿Qué diablos planeaba en realidad hacerle Jung Yunho? Y más aún, ¿Cómo había sido tan idiota de caer en sus encantos la noche anterior? Se sentía usado y desechado, estúpido, ingenuo e imbécil…

–¿Órdenes de ese sicópata que aún no me da sus razones para seguir con todo esto? –Yoochun frunció los labios al escuchar las palabras del rubio –ya veo… –se rindió –sólo eres el perro faldero de Jung Yunho.

Jaejoong dio media vuelta y regresó a su habitación, donde se encerró más que enojado mientras Yoochun se quedaba sentado en su lugar. Aquella vez Kim Jaejoong consiguió sacudir el corazón de Park desde lo más profundo, como una frívola estaca que se había clavado en su corazón.

 

(Six - Seis) si tus lágrimas reviven, entonces  de alguna manera,

Los cadáveres lentamente vivirán en 9095...

TVXQ –9095

 

Notas finales:

¿Qué piensan? ¿Muy pronto para el lemon? Bueno, al fin y al cabo sé que no era algo así como muy “¡Wow!” pero pues hice lo que pude jeje, espero que les haya gustado.

Aquí pueden leer la nota de la que les hablé antes, gracias por todo.

Sigan poniéndose en contacto conmigo a través de mis redes sociales, no saben cómo me encanta<3

Twitter: @niiummysarang

Facebook: Niiummy Sarang

Espero que nos leamos pronto, los amo.

Bye, bye!


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